ocho.

Sólo veía como la aguja traspasaba mi piel una y otra vez dejando la tinta negra en ella, mientras pensaba en lo idiota que fui.
¿Por qué le había hecho una estúpida paja a Kim Taehyung? Al parecer yo aún no aprendía a tomar buenas decisiones.

Jodida Hani, te dejas llevar por la calentura y terminas teniendo un encuentro sexual con el enemigo.

La resaca podía ser una mierda, pero recordar las cosas que hacía al estar borracha podía ser una tortura a veces.

El alcohol fue el causante porque si hubiese estado completamente en mis cinco sentidos no hubiese pasado absolutamente nada, pero estaba un poquito feliz debido al soju y la Hani feliz solo piensa en repartir diversión por doquier. Pero, ¿al enemigo? ¿Es en serio?.

En realidad al causante se le unieron otras cosas como el lugar cerrado, las dos personas follando a unos metros de nosotros, Taehyung que se veía guapo vestido de negro y que además parecía estar luchando para controlar su erección. Eso me prendió, simplemente fue un impulso y algo que no medité muy bien. A él probablemente le afectó lo mismo que a mí, al final ambos nos dejamos llevar. Aún así en ese momento me sentí cómoda con lo que pasó.

En términos generales, la fiesta estuvo muy divertida o al menos yo la pasé bien, dejando de lado el arrepentimiento que sentía por la estupidez que hice. No recordaba a detalle de como llegué a mi apartamento en la madrugada, sólo que Taehyung me llevó hasta la cama. Ah, y que me desnudé frente a él.

No recordaba si llegué a decir algo que no debía, esperaba que no o que de ser así, Tae, tuviera memoria a corto plazo y olvidara absolutamente todo lo de la noche anterior. Aunque por más que lo deseara, era casi imposible.

Qué mierda, pero ya no podía volver el tiempo atrás.

Si vió el tatuaje de la serpiente en mi trasero de seguro se escandalizó, no era algo tan común que las personas se tatuaran allí, sobretodo algo grande. Mi tatuaje cubría casi todo mi glúteo izquierdo. Dolió cuando me lo hice, pero ya estaba acostumbrada y, después de un tiempo, el dolor por un tatuaje terminaba siendo placentero al ver el resultado final.

El recuerdo de Taehyung llevándome en su hombro me parecía tan caliente por alguna extraña razón. Pudo haberme dado un azote y... Mierda, no, Hani. Control.

Después de que Dabin terminara el tatuaje en el dorso de mi mano izquierda, volví al trabajo. No sé cómo logré levantarme antes de mi primera sesión del día porque sólo quería seguir durmiendo, pero una ducha con agua fría, un delicioso desayuno/almuerzo y una bebida energética fue todo lo que necesité para activar motores. Además decidí que era un buen día para hacerme un tatuaje, se trataba de un diseño algo perturbador, ya tenía una flor muy bonita en la mano derecha, así que necesitaba un contraste, aunque en mi antebrazo derecho tenía una calavera con dos rosas y en la parte superior del mismo una serpiente. Muchos de mis tatuajes eran raros y tétricos. Le expliqué a mi compañero lo que quería y él lo hizo tal cual, no quería algo con muchos detalles, más bien que fuera muy descuidado porque eso hacía que se viera más aterrador.

La puerta de mi cubículo se abrió dejándome ver una cabellera roja. Junie asomó su cabeza, sonriéndome.

–Della quiere que salgas a recepción, llegó tu pedido. –Me informó.

Dejé los botes de tinta que estaba organizando a un lado. Salí con Junie siguiéndome, aunque ella entró en su cubículo antes de llegar a la recepción, donde estaba Della con un chico algo parecido a Jungkook, por un momento me sorprendí al verlo de espaldas, creí que mi amigo tenía una doble vida.

–Él es el que me vende. –Dijo Della en cuanto me vió aparecer al mismo tiempo que señalaba al chico. –Es un buen amigo y ha sido mi cliente.

Asentí viendo al chico.

–Soy Yugyeom. –Extendió su mano y yo la estreché.

–Hani.

Yugyeom sacó una pequeña bolsa del bolsillo y yo saqué el dinero del mío e hicimos el intercambio. Contó los billetes y me sonrió amigable. No tenía pinta de dealer y eso lo hacía pasar desapercibido.

–Fue un gusto hacer negocios contigo, Hani. Tengo otras cosas que pueden interesarte, ya sabes, pastillas, papel... Lo que quieras.

–Eh... me conformo solo con hierba, gracias.

–Está bien. –Se encogió de hombros. –Nos vemos por ahí, adiós Della. –Se despidió de nosotras y salió del estudio.

–Él es amigo de mi chico. –Explicó mi amiga cuando quedamos solas.

–¿Ya es tu chico? –Alcé una ceja. –Pensé que era solo sexo sin compromisos.

–Las cosas pueden cambiar muy rápido. –Sonrió.

–Quiero conocerlo.

–Un día de estos lo invitaré.

–¿Tiene tatuajes?

–No. Namjoon nunca ha pensado en tatuarse.

–Vaya. Es lo opuesto a lo que te gusta.

A ella le gustaban los chicos malos tatuados, pero éste era uno sin tatuajes.

–Lo sé. –Chilló, emocionada. –Aunque aún así es muy sexy y...

–Vale, ya entendí. –La interrumpí, porque me perturbaba un poco su lado enamoradizo. Ella rió apenada.

Me devolví a mi cubículo para guardar lo que había comprado, desde que llegué a Seúl no había fumado hierba y hablando con Della, me contó que había comenzado a consumir, antes no lo hacía, y por eso le pedí que contactara con su dealer para comprar. Cuando no estaba en alguna fiesta, fumaba un poco antes de dormir o después de un día estresante, también si estaba dibujando. Sólo consumía ocasionalmente porque me ayudaba a relajarme, hace unos años lo había dejado por completo, pero volví a ello un tiempo después.

Entré en el cubículo de Junie porque tampoco tenía clientes en ese momento, revisaba su celular y tenía los audífonos puestos, se los quitó cuando se percató de mi presencia.

–¿Compraste? –Asentí.

–¿Fumas? –Quise saber.

–Lo dejé hace un tiempo –me senté en la silla que ocupaban los clientes– Por cierto, no me has contado cómo te fue en la fiesta.

–Estuvo bien.

–¿Estuviste con alguien?

No esperé que me hiciera esa pregunta, no creí que fuera algo que le interesara, pero intenté alejar de mi mente la escena de Tae y yo en el baño. Quería guardar con llave ese momento en un lugar muy recóndito de mi cerebro, para siempre.

Simplemente no pasó.

–Besé a una chica disfrazada de ángel. –Respondí.

Ni siquiera sabía el nombre de esa chica, pero estaba un poco caliente cuando me crucé con ella, fue un coqueteo muy corto y rápido para cuándo ya ambas estábamos en la acción. Aunque no pasamos de los besos y toqueteos.

–Una monja y un ángel besándose, que retorcido. –Reímos. –¿Era más bonita que yo?

–Era bonita, aunque para mí tú lo eres más. –Me levanté y planeaba salir pero ella me detuvo tomando mi mano, colocándose de pie.

Se acercó lentamente a mi con una sonrisa seductora, acunó mi cara entre sus manos e instintivamente llevé las mías a su cintura.

–Mi próximo cliente llega en unos cinco minutos. –Habló, alternando su vista entre mis ojos y mis labios.

–Podemos aprovechar esos minutos entonces. –Atrapó mis labios con los suyos de inmediato.













Me calcé mis zapatos y tomé la bolsa de basura, iría a botarla, no estaba pesada por lo que podía llevarla con una mano. Luego pasaría por la tienda de conveniencia, tenía que comprar algunas cosas porque Jungkook esperó a que llegara del trabajo para venir y llevarse mi leche achocolatada, mi cereal de chocolate y el último paquete de ramen picante que me quedaba, todo porque me terminé su cereal. Simplemente tocó a mi puerta, medio dormido y gruñón, al parecer durmió todo el día, entró directamente a mi cocina, tomó las cosas y volvió a salir. Yo ni pude hacer o decir nada porque me tomó por sorpresa su "agradable" visita. Ese chico era muy vengativo.

El cereal de chocolate, la leche achocolatada y el ramen picante eran muy esenciales para mí, así que no podía esperar al día siguiente para comprar. Necesitaba mis chakras alineados.

Si otra persona tratara de llevarse mi comida probablemente le patearía el trasero, pero era Kook así que no haría un escándalo.

Cuando salí de mi apartamento, del otro lado del pasillo se abrió la puerta de los chicos y por ella salieron Tae y Hyejoo, al parecer el universo conspiraba para recordarme a cada momento lo que pasó en la fiesta.

Él apenas me dirigió una mirada, Hyejoo en cambio me sonrió y yo le devolví el gesto. En la fiesta hablamos un poco, era una chica simpática, me caía mejor que Regina. Los amigos del idiota me cayeron bien, aunque casi no traté con Hyungsik, fue gracioso que no me reconocieran de cuando estuve con Gawon.

Los tres nos metimos al ascensor.

–¿Cómo va tu resaca? –Preguntó ella.

–No me dió tan fuerte, aunque hoy tuve trabajo así que no pude darme el lujo de descansar como quería. ¿Y a ti como te fue?

–Yo no bebí tanto, así que estoy bien. –Sonrió.

Taehyung pasó un brazo por su hombro y dejó un beso en su cabeza, ella le sonrió casi botando la baba, sus mejillas se tiñeron de rosa.

–¿Tae no te contó lo que hicimos? –Ambos fijaron su vista en mi al escucharme, interrumpiendo su pequeño momento de mimos.

Sólo quería jugar un poco, al mismo tiempo que intentaba ignorar la imágen de nosotros en el baño.

Hye ladeó la cabeza con curiosidad y noté el pánico extenderse por toda la cara del pelinegro. Sus ojos se abrieron en grande mirándome con advertencia, reí para mis adentros.

Lo ignoré, centrándome en Hye.

–¿Qué hicieron?

–Me imagino que en un momento de la fiesta te diste cuenta que él desapareció, pues estábamos...

–Hani.

–... hablando –continué a pesar del intento de Tae en interrumpirme para que evitara decir algo inapropiado– Él me estaba hablando de ti, sólo decía Hye esto, Hye lo otro. No dejaba de mencionarte.

La chica sonrió complacida.

–¿En serio? –Miró al chico, quien trató de disimular su molestia con una sonrisa. Se rascó la nuca, incómodo.

–Míralo, se puso tímido. –Me burlé falsamente.

Las puertas del ascensor se abrieron y salimos de este.

–Creí que ustedes no se llevaban bien. –Hye habló antes de que siguiera con mi camino.

–Ya ves lo que hacen unos tragos de más –Tae y yo cruzamos miradas, Hye soltó una risa– Bueno, tengo que botar esto –señalé la bolsa– nos vemos luego.

–Claro, adiós Hani.

La parejita se fue hacia el estacionamiento y yo tomé mi camino hacia donde se encontraban los contenedores de basura afuera del edificio.

Se notaba que esos dos iban en serio y suponía que Tae querría olvidar todo, así que era perfecto. Porque no me gustaría tener alguna conversación incómoda con él a causa de lo que ocurrió.














Después de llegar de hacer las compras me dispuse a alimentar a Coco y mientras la veía engullir su cena, decidí llamar a Ian porque a pesar de que estaba exhausta, no podía conciliar el sueño. Además ya había pasado mucho tiempo de estar molestos el uno con el otro y era absurdo a este punto, aunque sabía que él estaba al tanto de mi y de lo que hacía gracias a Max y Rina.

Vaya... –eso fue lo primero que dijo al responder, era temprano en Nueva York, aunque él estaría haciendo ejercicio o yendo en camino al gimnasio–, creí que no querías hablar más con el infeliz que quiere controlar tu vida. –Remarcó con sarcasmo, hablando en inglés.

–Lo siento, estaba enojada –respondí en coreano, tener tanto tiempo hablándolo continuamente me había hecho sentirme más cómoda, aunque a veces se me olvidaban ciertas palabras o me equivocaba en la pronunciación. –No debí decirte eso.

No me di cuenta. –Expresó, siguiendo con su sarcasmo, ahora hablándome en coreano.

No podía quejarme porque yo fui la que no medí mis palabras.

–Hola. –Me mordisqueé el labio inferior.

Hola.

–Ya no quiero que estemos enojados.

Yo tampoco, en realidad tus palabras ya no me duelen. –Dramatizó, medio en broma, aunque sabía que en ese momento le habían dolido.

–Ian, de verdad, perdóname.

Ya, está bien. –Pronunció, sincero.

Antes de irme de Nueva York tuvimos una discusión porque él no estaba de acuerdo a que yo viniera, decía que eso podía afectarme y traer dolorosos recuerdos de mis padres por estar cerca del lugar donde pasé parte de mi infancia. Él era muy sobreprotector conmigo y no quería que yo volviera a caer en el mismo lugar oscuro que muchas veces presenció.

Ian y yo éramos como hermanos, él había estado para mí en momentos muy difíciles y no sé que hubiese sido de mi de no haberlo conocido, le agradecía muchas cosas. A los dieciocho me mudé a su casa y viví alrededor de dos años allí, así que logramos conocernos muy bien.

Fue muy impactante que conociera a Max y los chicos, el mundo era muy pequeño.

–Hoy un compañero me tatuó y recordé cuando me hiciste mi primer tatuaje.

¿Algo anda mal?

–Cuando me tatuo no siempre es porque algo ande mal. –Esquivé decirle lo que tenía en la cabeza desde que desperté, porque comenzaría a burlarse de mí o a fastidiarme hasta el cansancio.

Sólo quería asegurarme. Entonces, ¿qué tal Seúl?

–Me gusta. Y no es como si no le preguntaras a Max o a Rina por mi.

Soltó una risa.

Lo quería escuchar de tu propia voz.

–Estoy bien aquí.

Hani... Tengo que decirte algo. –Su tono fue serio y eso me preocupó un poco.

–¿Qué?

Hanse irá a Seúl pronto.

Mi corazón dió un pequeño brinco.

–Claro, mi día no podía ser mejor. –Bufé.

Sabía que te pasaba algo.

–¿Va a venir a visitar a su familia? –Cuestioné, ignorando lo anterior.

Si, y... me pidió tu dirección. De saberla se la hubiese dado, así que probablemente te contacte.

Suspiré pesadamente, me pasé los dedos por el cabello.

Tienen que arreglar las cosas –continuó– ya pasó mucho tiempo. Él está dispuesto hablar contigo, a pesar de todo te quiere y no guarda rencor.

–Eso crees tú, quizás venga a Seúl a matarme. –Exageré.

Ian soltó una risa. –Hani, no digas tonterías.

–Quiero verlo, pero al mismo tiempo me da vergüenza.

Como te dije, no guarda rencor y me hizo saber las ganas que tiene de verte.

Después de que terminé mi relación con Nicole, pasé mucho tiempo llorando y no queriendo salir de casa, mis ánimos estaban por el suelo, mi autoestima también. Luego me di cuenta que no podía seguir así y comencé a salir, a divertirme y a tener encuentros de una noche con diferentes personas, esa fue mi manera de lidiar con un corazón roto. Pero lo único de lo que me arrepentía era de haber estado con Hanse sabiendo que él de verdad tenía sentimientos por mi, fui egoísta y aún si yo le hubiese dejado claro que sería sexo sin más, que no esperara que me enamorara de él, aceptó, porque me quería y creía que podía ser diferente.

Todo terminó mal obviamente. Él optó por mudarse de ciudad por un tiempo, lo había lastimado y me sentí muy mal por eso, además que hice que se alejara de su mejor amigo, aunque Ian siempre se mantuvo al márgen en la situación.

En todo este tiempo no había tenido la valentía de hablarle y disculparme sinceramente, y ahora saber que quería verme para hablar me hacía sentir muy ansiosa.

Luego de la ruptura con mi ex yo no quería que nadie se encariñara conmigo por eso mis actitudes no eran las mejores, sólo quería dejar claro que no deberían enamorarse de mi. Y seguía teniendo ese pensamiento, nadie debería enamorarse de mi, aunque ahora si tenía en cuenta los sentimientos de las personas y tomaba mis precauciones para evitar algún problema.

Ian y yo hablamos casi por una hora poniéndonos un poco al día, lo había extrañado mucho y me sentí bien de haber arreglado las cosas con él.

Planeaba ir a dormir, o hacer el intento, pero mi celular comenzó a sonar con una llamada de Jungkook.

–¿Vas a disculparte? –Dije al responder.

¿Por qué me disculparía por algo que tú comenzaste?

–Solo fue una caja de cereal y tu al parecer planeabas llevarte toda mi comida.

No seas exagerada –claro, yo lo era– Te comiste mi cereal favorito –hizo énfasis–. Te maldije tanto cuando Tae me dijo que te lo habías comido.

–Aew, gracias. –Sonreí falsamente, a pesar de que no pudiera verme.

Quería invitarte a ver una película como ofrenda de paz, puedes quedarte a dormir aquí.

–¿Taehyung no estará, verdad?

No. Se quedará con Hyejoo.

–Bueno, vale.

Te compartiré un poco de tu cereal. –Podía imaginarlo con una estúpida y burlona sonrisa.

–Idiota. –Corté. Me levanté de la cama para buscar una cobija, mi cepillo de dientes, mi cargador y lo que necesitaría para armar un porro.

Quise asegurarme de que Tae no estuviese, aunque lo había visto salir con Hye hace rato, pero no sabía si se encontraba en casa en ese momento. No me sentiría cómoda viéndolo otra vez, aunque era inútil querer evitarlo porque se supone que éramos vecinos y que yo decidí hacer como si nada hubiese pasado. 


















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¿Qué tal el cap? Me encanta Hani recalcando que haría como si no hubiese pasado nada jsksjs

En multimedia, Hanse, Ian (por si no se acordaban de él) y Junghwa.

Espero les haya gustado, gracias por leer💜

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