➛04.Secrets of the past

❲ HARD TO KILL ❳
━━ 𝑎 Deckard Shaw 𝑓𝑎𝑛𝑓𝑖𝑐𝑡𝑖𝑜𝑛
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

04.Secretos del pasado

Había pasado una semana desde la misión, pero todavía podía sentir el eco de aquellos días reverberando en mi mente. Había decidido olvidarme de Deckard, borrar su nombre y su rostro de mis pensamientos, como si nunca hubiera existido.

Ese beso, tan extraño como inesperado, seguía rondando mi cabeza, colándose en mis pensamientos cuando menos lo esperaba. La manera en que me había aferrado a él, como si de repente hubiera sido mi única salida, era difícil de ignorar. Pero debía hacerlo. Tenía que convencerme de que aquello había sido un error, una táctica desesperada para distraer al guardia y salir del peligro. Y, sin embargo, había algo más, algo que no quería admitir.

Olvidarlo sería lo más sensato. Dejar atrás ese momento, ese impulso irracional que me había llevado a romper las barreras que habíamos construido entre nosotros. Era lo mejor. Era la única manera de seguir adelante con mi vida sin el peso de lo que Deckard representaba: peligro, caos, y una atracción que no podía permitirme explorar.

Había llegado a Tokio con la única esperanza de desenterrar información sobre mi hermano. La pista que me habían dado parecía sólida al principio, una promesa de respuestas que me impulsaba a seguir adelante. Sin embargo, pronto me di cuenta de que era como intentar atrapar humo con las manos. Tokio, con sus calles bulliciosas y luces de neón deslumbrantes, era un laberinto de secretos que no querían ser encontrados.

La frustración me consumía poco a poco. Era como si el fracaso me persiguiera, como una sombra inamovible que se cernía sobre mí, haciéndome sentir el peso de cada paso en falso. Mi cuerpo estaba aquí, en Tokio, pero mi mente seguía prisionera de las dudas y los miedos que envolvían la desaparición de mi hermano. Y con cada día que pasaba sin respuestas, el miedo de perderlo para siempre se volvía más real, más tangible, hasta aplastarme bajo su peso.

Fue en ese momento cuando un hombre se acercó a mí.

—¿Kira lue? —preguntó, con un tono que insinuaba más de lo que decía.

No necesitaba mucho más que una mirada a su ropa y sus zapatos para saber que era de la CIA. Su porte y el lujoso coche negro, siempre tiene que ser de color negro, estaba aparcado a la vuelta del callejón no dejaban lugar a dudas.

—Ve al grano. Sé que eres de la CIA —respondí, manteniendo la mirada fija en sus ojos.

—¿Qué me ha delatado? —dijo, con una mezcla de sorpresa y respeto.

La tensión en el aire se hizo palpable, y su reacción despertó una chispa de curiosidad en mí. Sabía que quizás tenía la información que necesitaba, pero también comprendía que nada sería fácil en este mundo de secretos y engaños.

—Dime qué es lo que quieres. No tengo todo el tiempo del mundo —respondí, manteniendo mi tono firme y desafiante.

Él se inclinó hacia mí, como si el simple acto de hablar pudiera poner en riesgo su vida.

—Necesitamos que vengas urgentemente a Londres —dijo, su voz baja y grave.

Las palabras resonaron en mi mente como un eco. Londres no era un destino que no esperaba considerar otra vez, y menos en estas circunstancias. La idea de dejar Tokio y abandonar mi búsqueda me llenó de incertidumbre.

Sin embargo, había un peso en su mirada que me decía que esto era más que una simple invitación.

—¿Por qué? ¿Cómo me ha encontrado? —pregunté, sintiendo que mis instintos me advertían que este era un giro inesperado en mi búsqueda.

—Es un asunto muy importante... ¿Sabes quién es el señor Don Nadie? —respondió, mirándome con intensidad.

Suspiré, recordando ese nombre. Mi hermano había trabajado con él, y la conexión me provocó un escalofrío. Sabía que el señor Don Nadie era más que un simple alias; por lo que recuerdo era un agente de una organización secreta del gobierno de los Estados Unidos.

Su nombre había estado vinculado a misiones del gobierno, y mi hermano había estado involucrado en varias de esas operaciones.

Recorrí mi mente recordando que Shaw había estado en la cárcel por otras dos muertes, pero gracias a un trato que hizo con el gobierno para llevar a cabo una misión, su condena se había reducido a una fracción de lo que realmente merecía.

—¿Qué tiene que ver Don Nadie con mi hermano? —pregunté, sintiendo que la frustración comenzaba a mezclarse con la curiosidad.

—Sera más fácil si viene a con nosotros a los ángeles, a cambio te daremos más pistas sobre tu hermano...

Cuando dijo la última frase mi mente hizo click y unió el rompecabezas

"Si nos ayudas en esta misión, te daremos más pistas sobre tu hermano... ¿Aceptas?"

—Tú eres el que me contactó por teléfono, ¿no? —pregunté, con una mezcla de incredulidad y certeza. Las piezas finalmente encajaban en mi mente.

El hombre esbozó una sonrisa que apenas ocultaba su satisfacción.

—Eres muy inteligente, tengo que admitirlo —dijo, asintiendo ligeramente—. Tú y Shaw tienen más en común de lo que crees.

Mis músculos se tensaron al escuchar la mención de Shaw. Compararme con Deckard era un golpe que no esperaba, una comparación que me resultaba incómoda pero difícil de negar. Ambos habíamos cruzado líneas, ambos cargábamos con pasados que nos perseguían, pero las similitudes se detenían ahí... o al menos, eso quería creer.

—No me compares con él —respondí, más cortante de lo que pretendía—. ¿Qué quieren exactamente de mí? —El hombre sabía perfectamente que la mención de Shaw no iba a hacerme retroceder, sino todo lo contrario.

Se tomó un momento antes de contestar, como si quisiera asegurarse de que cada palabra calara profundamente.

—Tenemos una misión delicada, y creemos que tú eres la clave para que todo salga bien. Si nos ayudas, te daremos la información que buscas sobre tu hermano. —Hizo una pausa, permitiéndome procesar sus palabras antes de continuar—. Es una oferta que no puedes rechazar, Kira.

Mis instintos me decían que esto era peligroso, que aceptar esa oferta significaba enredarme aún más en un mundo del que ya me costaba salir. Pero el peso de la incertidumbre sobre el destino de Han seguía aplastándome.

El hombre soltó un suspiro, como si no tuviera otra opción más que revelarlo.

—Un trabajo en equipo con alguien que ya conoces muy bien... Deckard Shaw y Luke Hobbs —añadió, mirándome con seriedad mientras pronunciaba esos nombres que resonaban en mi cabeza como un eco del pasado.

Mis pensamientos se agitaron al escuchar el nombre de Hobbs. La perspectiva de trabajar junto a Shaw y Hobbs era intrigante y aterradora a partes iguales. Ambos hombres venían de mundos muy diferentes, con historias y motivaciones propias que los habían llevado a cruzar caminos con mi hermano Han en más de una ocasión.

—¿Hobbs también está involucrado en esto? —pregunté, tratando de mantener mi expresión neutral a pesar del torbellino de emociones que me invadía.

El hombre asintió solemnemente.

—Aun no le hemos dicho que va atrabajar también con Shaw por obvias razones...

Suspiré, sintiendo el peso de la decisión aplastarme.

Sabía lo que iba a suceder. Había leído sus historiales y eran como el agua y el aceite, era evidente que en cuanto se encontraran, estallarían en una pelea como dos niños en el patio de recreo. No quería ser la maldita niñera que tuviera que lidiar con sus egos desmedidos.

—No pienso convertirme en la niñera de un par de bebés grandes —protesté, con el ceño fruncido y la frustración a flor de piel.

El hombre frente a mí levantó una ceja, como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar.

—No tienes opción, Kira. Esto es más grande que tú y que ellos.

Su tono grave no me disuadió; por dentro, estaba en plena revuelta. ¿Por qué tenía que ser yo la que se metiera en este embrollo?

—Si piensas que voy a saltar de un lío a otro solo para ser la mediadora de una pelea entre Shaw y Hobbs, estás muy equivocado —dije, tratando de sonar más convincente de lo que realmente me sentía.

El hombre respiró hondo, como si supiera que estaba lidiando con una tormenta.

—Entiendo tu frustración. Pero si quieres respuestas sobre tu hermano, tendrás que soportarlo. Este es el precio que hay que pagar.

Su insistencia me irritó. Sabía que tenía razón; cada día que pasaba sin noticias de Han era un día en el que mi esperanza se desvanecía. Pero trabajar con esos dos era un desafío que no había anticipado.

—¿Y si decido que no quiero participar? —pregunté, intentando mantenerme firme.

—Esa no es una opción. Hay demasiados intereses en juego y tu hermano está en el centro de todo esto —respondió, su mirada ahora más seria, casi amenazante.

Me mordí el labio inferior, procesando la gravedad de la situación. Aunque su enfoque era brusco, la urgencia en su voz resonaba en mí. Sabía que estaba a un paso de encontrar a mi hermano, y el pensamiento de dejarlo atrás me resultaba insoportable.

—Está bien, acepto. Pero quiero que entiendan que no me haré responsable de sus peleas. No voy a perder el tiempo separando a dos adultos que deberían comportarse como tales —dije, finalmente cediendo.

La mirada de alivio en su rostro me hizo sentir como si, de alguna manera, hubiera hecho lo correcto.

—Gracias, Kira. Te prometo que no te arrepentirás de esta decisión—respondió, con una determinación renovada.

Mientras el hombre hablaba, mis pensamientos comenzaron a agolparse de nuevo, y la realidad de mi nueva misión se asentó en mi pecho.

—¿Cuándo partimos? —pregunté, tratando de mantener la calma.

—De inmediato. Te llevaré a la base de operaciones, y desde ahí tomaremos un vuelo a Los Ángeles —respondió, gesticulando hacia el coche negro que había estado esperando.

Con un último suspiro, me preparé para lo que venía. Había tomado una decisión que cambiaría el rumbo de mi búsqueda, y aunque el camino era incierto, estaba dispuesta a enfrentar lo que se avecinaba. La vida de mi hermano, y tal vez la mía, dependía de ello.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top