25

Dos días anteriores a aquel, en el que ambos estaban arreglandose para que Jungkook conociera a Jimin, había sido el cumpleaños de Taehyung, mismo que coronó como uno de los mejores del mes. Recibió una cantidad gigantesca de flores por parte de Jungkook, también una fiesta sorpresa con su familia, a excepción de Namjoon, que aunque no asistió, al menos le habló como la gente. Antes de terminar la noche con unas rondas de sexo fenomenales, Jungkook le había puesto una cadenita preciosa en el cuello, misma que en ese momento se estaba acomodando mientras se veía al espejo.

Taehyung le había hablado un montón de Jimin, y sinceramente no le hacía tanta ilusión conocerlo porque podría más bien estar acurrucado con su novio mientras se besan o hacen cualquier otra cosa, pero definitivamente no iba a decirle que no cuando, con su cara de alegría, le había preguntado que si quería acompañarlo. Y Jungkook a Taehyung lo quería seguir a donde fuera.

A diferencia de lo que pensó en un principio, aquella reunión fue bastante entretenida cuando el tema de que era un enamorado de las motos salió a colación y llegó a hacer click con el novio del rubio. Ambos le cayeron perfecto, y sinceramente no se podía callar la boca cuando de motos se trataba, así que, aquella noche, en medio de tragos de cerveza y ron acompañados por una charla amena sobre un nuevo modelo de motos que conocía bastante bien, las horas se le pasaron sin que se diera cuenta.

Taehyung se sorprendió de lo tanto que había hablado el novio de Jimin con el suyo cuando a él solamente le había saludado con gestos, pero no simulaba ningún problema, estaba feliz porque podría planear salidas sin pensar en que Jungkook se aburriría.

Cuando dieron las diez, la incomodidad se instaló de forma inmediata a la llegada de Hoseok, mismo que actuó como siempre, pero que, sin embargo, al notar aquella carita conocida de Jungkook allí, optó por alejarse. Claramente las miradas indiscretas después de un saludo seco no pasaron desapercibidas para Jungkook, quién había perdido todo interés en su tema después de presenciar como su novio parecía ser un filete de res y el otro un perro hambriento. Podría estar, probablemente, exagerando un poquito, pero todavía el asunto le molestaba como si fuera una piedra en el zapato, tanto que no podía hacer más que atencionar con enojo hasta dónde el otro era capaz de llegar.

Le alivió el hecho de que hubiera optado por largarse, sin embargo, seguía celoso. El verlo hacer su caminito hacia cualquier otro lugar lejos de su precioso novio, no era ninguna acción capaz de aliviar aquel malestar que pretendía explotarle las venas. Y el momento en que llegaron a su casa, después de salir de aquel taxi en el que no dijo una palabra, fue cuando empezó a demostrar lo que Taehyung ya sabía sin que se le dijera.

- ¿Sabes? - inquirió, sentado en su propia cama después de pensar en el asunto, con sus manos apoyadas en el colchón cuando se dejó caer un poquito hacia atrás para ver a Taehyung empezar a desvestirse frente a él. Su rostro empezaba a hablar antes de que Jungkook dijera otra cosa, y Taehyung simplemente lo miraba por el espejo frente a él, atento a cada cosita que hiciera o dijera -. Estoy muy celoso.

Taehyung arrugó su nariz, esa vez mirándole mientras se quitaba el último botón de aquella camisa color vino. De que le compraba aquella afirmación, pues lo hacía; Jungkook estaba celoso. Sin embargo, su cara empezaba a hacerle la contraria a sus palabras de a poquito, mientras observaba el cuerpo que tanto tocaba y besaba.

- No tienes por qué - le respondió. La expresión de Jungkook contradecía aquello mediante una mueca que demostraba ofensa, misma que mantenía en el rostro mientras ni siquiera miraba el de Taehyung, quién seguiría alivianando el asunto aunque parecía que en realidad no tenía mucho por hacer.

- Sí tengo, Tae.

Esa vez se mordió el labio inferior, queriendo empezar a mencionar una lista de por qué debería estar celoso, pero a la vez deseando otra cosa. Taehyung, con sus manos en la cadera, se mantenía de pie dándole la espalda al espejo y mirando a Jungkook, quien mantenía su posición.

- A mi solo me importas tú, Jungkook.

- Que sí, amor, que lo sé y me encanta - quitó sus manos del colchón, sentándose derecho -. Sin embargo, no significa que me va a poner a saltar en un pie el hecho de que alguien más te mire más de lo debido. Ese tipo es despreciable e irrespetuoso, lo mayorcito no le suma a valores - en medio de su queja, los movimientos de Taehyung atrayeron su atención. Le veía quitarse el cinturón, siguiendo cada movimiento incluso más que sus propias palabras -. Además, la forma en que te mir... Tae te he dicho que no te desnudes mientras estoy hablando, mira cómo me haces olvidar lo que iba a decir.

Taehyung soltó una risa que no contagió a Jungkook, quien estaba frustado porque quería dar fundamento de sus celos, pero el cuerpo de Taehyung no se lo estaba haciendo posible. Prefería, definitivamente, que el mayor le demostrara con acciones que solo él lo tocaba, solo él lo tenía, solo él podía llamarlo suyo.

No era equivocado afirmar que, al final, aquellas quejas valdrían nada porque la situación las colocaría en el final de las prioridades.

- Me tengo que poner la pijama, bebé.

- ¡Pero yo te estaba hablando! - Taehyung empezó a acercarse, tentandolo más, y él solo pudo esperarlo con el deseo a tope -. Ni quería decírtelo. Pégate más, ven, que la pijama no es necesaria.

Taehyung soltó una sonora carcajada ante el evidente cambio de actitud de Jungkook, esa vez, deseándolo más cerca en vez de intentar quejarse por aquellos supuestos celos que eran mayormente puro drama.

El mayor, semidesnudo, le besó los labios sin acercarse demasiado, buscando terminar aquel contacto sin demora porque el alcohol en su sistema lo tenía mareado, y si había algo que quería hacer, era dormir. Sin embargo, cuando estuvo a punto de alejarse e irse al baño, Jungkook lo acercó hacia él jalandolo por la muñeca, negado a dejarlo ir después de darle aquellos indicios. Acomodó sus piernas a ambos lados del pelinegro, apoyándolas en la cama, sin negarse realmente.

- Jungkook, tengo sueño - dijo entre risitas provocadas por los besitos y mordidas indefensas que Jungkook le dejaba en el cuello. El aliento con un marcado olor a alcohol llegaba a su olfato, posteriormente pudo saborearlo de la propia boca del menor cuando este atrapó los labios de su novio con los suyos, besándolo con fuerza, pero sin violencia.

Taehyung, que se negaba, pero que a la vez no lo hacía, enterró una de sus manos en el cabello de Jungkook, justo en la nuca. El beso pasó a ser más profundo cuando sus lenguas pidieron entrada en las cavidades ajenas, a lo que ambos accedieron sin chistar. Lamieron, chuparon, mordieron y dejaron escapar uno que otro jadeo. Jungkook le acariciaba la piel caliente a Taehyung en un recorrido casi imperceptible, pero que le generaba escalofríos, sintiendo de a poco como aquella deliciosa sensación se iba acumulando en su vientre bajo.

- Es victorioso saber que eres mío, completamente, cada parte de ti, mientras hay gente que lo desea con todas sus fuerzas - Jungkook le susurró, apretandole las nalgas, pegandolo a él hasta que sus miembros se rozaron de la forma menos amigable -. Gracias por dejarme ganar.

Taehyung no dijo nada, simplemente le sonrió antes de hacerlo caer sobre su espalda en la cama. Lo besó por un largo rato, lo toco suave y después con desespero, le mordió los labios y la mandíbula, le dejó marcas en el cuello y en el pecho, y finalmente, terminaron haciendo el amor sobre aquellas sabanas que fueron manchadas sin remordimiento alguno.

El corazón lo tenían a mil mientras descansaban y jadeaban uno sobre el pecho del otro, y esa vez fue Jungkook quien, por su propia cuenta, se recostó del pecho de su novio. Le escuchó el corazón y contó los latidos hasta que se durmió, diciéndole cuanto lo amaba antes de caer inconsciente, y eso, con su pecho caliente de alegría, Taehyung lo apreció tantísimo. Le encantó saber, otra vez, que Jungkook lo amaba con el alma y que era lo último que tenía en la cabeza antes de dormir, y que, inevitablemente, su primer pensamiento al despertar sería él.

Entonces, Taehyung pensó en qué seguía después de amar, y al no encontrar un significado lo suficientemente bueno, concluyó en que luego estaba lo que sentía por Jungkook.

Unos días después, mientras Jungkook finalmente desempacaba la maleta que había llevado, sacando lo que trajo con la intención de meter cosas nuevas y útiles para aquellos pocos días fríos que le quedaban en Seúl, una duda hizo eco en su cabeza, por lo que soltó toda prenda en sus manos y se sentó en la orilla de la cama, mirando a Taehyung que estaba acostado sobre esta mientras tiraba una pelotita verde contra la pared, misma que luego atrapaba.

- Tae, ¿por qué sientes que no he cambiado?

Aquella pregunta no requería respuesta urgente, era una duda indefensa que se había colado de repente en su cabeza, sin embargo, la sentía como un pendiente. Taehyung en incontables veces había resaltado que Jungkook no había cambiado en nada y que no quería que lo hiciera, que era el mismo, justo cuando él opinaba al cien por ciento que había cambiado notablemente.

Taehyung le miró después de atrapar la pelotita, frunció sus cejas en su dirección y lo pensó por escasos segundos. Entonces, respondió sin dudarlo.

- No me gusta pensar que la gente cambia, en su lugar, me gusta creer que toman malas decisiones.

El hecho de que fuera un asunto de su propio pensar seguía haciendo aquello más dudoso, porque o había cambiado o no lo había hecho, o había cambiado y Taehyung lo había notado, pero lo juzgaba en torno a su pensar. Ninguna estaba mal, todavía significaba que Taehyung lo notaba, a menos que en realidad no lo hiciera... Aquello no era muy probable porque, claramente, Taehyung sí le había dicho lo mal que se le daba tomar ciertas deciciones de asuntos pasados, así que la incógnita seguía siendo el por qué.

Recapituló, juzgando las cosas de la forma en que su novio lo hacía, cada una de sus malas elecciones, o al menos de las que podía recordar. Su pasado se basaba en eso, en ser falso y egoísta, orgulloso y poco empatico, también miedoso en mayor categoría. Pero, cuando pensaba en eso, seguía sin ver al Jungkook de la actualidad, el real, quien supuestamente siempre estuvo ahí. Entonces, ¿qué de interesante tenía cambiar cuando en realidad no lo había hecho? Porque, si aquel era el caso, ¿las personas nunca cambiaban? Y si era cierto, ¿qué tan presente estaba aquel Jungkook que no valía demasiado la pena?

Podrían ser preguntas sin respuesta o con más de una, pero todavía no las tenía. Tampoco sentía aquellas dudas innecesarias ni estupidas, quería entenderlo.

- ¿Por qué? - inquirió. Lo pensó unos segundos mientras Taehyung también lo hacía, sin embargo, habló de nuevo antes que él -. Es que no entiendo por qué, todos estamos supuestos a tomar decisiones tanto buenas como malas.

- Porque no me gustan los cambios, supongo - respondió, mirándole mientras arrugaba la nariz -. Me dan miedo los cambios drásticos, no me gusta desconocer lo que en algún momento sentí que conocía. Pero, claramente, es lo que pienso yo - agregó al final, cuando Jungkook le miró confundido, como si su respuesta fuera la única alternativa -. Y, sobre eso ultimo, tienes toda la razón. Uno no adivina el resultado de cada decisión, pero para mi cuenta muchísimo con el fin que decidas hacer tu elección. Independientemente del resultado, la intención es un factor grandísimo.

Su respuesta salía tranquila de sus labios, sus ojos fijos en las expresiones inconstantes de Jungkook y la forma en que ladeaba la cabeza, dándole vueltas al asunto.

- Es que no tienen por qué ser absolutos - murmuró más para sí mismo, como si estuviera pensado en todas las posibilidades, sin embargo, lo dijo lo suficientemente alto como para que Taehyung lo escuchara, quien le vio acomodarse en la cama y tomar la palabra nuevamente -. He estado pensando en esto porque haz remarcado varias veces que sigo siendo el mismo, sin embargo, me siento diferente, pero diferente mejor. Te debo muchísimo eso y, aunque me pediste que mejorara para mi mismo, claramente pensé en hacerlo para ti. Entonces, esperaba que vieras ese cambio en mi, que pudieras diferenciar a este que soy ahora con aquel que fui hace no demasiado. No tiene nada de malo que no lo hagas, de hecho yo pienso que sí lo haces, pero que lo ves de forma diferente. ¿Cierto?

No quería proyectar inseguridad, pero lo hacía, y aquella última palabrita que cuestionó aquella larga afirmación fue el gran detonante.

Taehyung apretó la pelotita en su mano, fijó sus ojos en ella, luego se sentó en la cama, de la misma forma que Jungkook.

Sinceramente, no sabía qué decir al respecto. No tenía idea de que Jungkook quisiera que le notaran los cambios y se lo dijeran, aunque claramente había una gran diferencia en su actitud actual de la pasada. Evidentemente, tenía razón en eso de que veía esas cosas a su forma, basando sus diferencias en cambios de pensamiento más que la propia actitud.

A Jungkook lo sentía igual, siempre lo ha sentido de la misma forma, incluso cuando habían momentos que alteraban las percepciones que tenía, la que ya conocía de Jungkook en general, nunca cambió.

- No imaginé que te gustaría que te comparara con los ambos tú que dices tener.

- No que me compares, que lo veas.

Entonces, entendió que el problema no era verle el cambio, sino que él realmente esperaba haber cambiado.

Juzgar aquella cosa en torno a su pensar le hizo creer a Jungkook que seguía, quizá, en la misma situación antigua, o que no se daba cuenta de las cositas que parecían ser diferentes en él.

Aparentemente no todos deseaban que, como él, las cosas siguieran iguales, sino que esperaban cambios notables. Y no era malo, todos pensaban de forma diferente, cada quien veía las cosas a su modo. ¿Eran reales los cambios de actitud o los cambios de pensar? No lo sabía, no quería saberlo, había espacio para los dos. Lo único que deseaba es que cualquiera que tomara lugar en su vida, no se robe la esencia de los que están dentro de ella. Ni la suya tampoco.

- Te veo, Jungkook - declaró, bajito, pellizcandole un poquito la nariz -. Siempre te veo. Te miro, te noto, me doy cuenta de ti.

- Pero siempre tienes la misma imagen de mi, Hyung - le dijo, mordiéndose el labio inferior mientras miraba el rostro de Taehyung, que adquirió una sonrisita pequeñísima.

- ¿No has pensado que es porque siempre has sido así conmigo?

Jungkook frunció sus cejas, pensando nuevamente en otro asunto que le creaba incongnitas.

Sabía que con Taehyung siempre había sido diferente, todo se separaba de cualquier cosa ajena a él. Sin embargo, seguía viendo una gran línea divisora.

- ¿Cómo?

- Así, tú.

- ¿Cómo yo?

- Como el verdadero tú - Jungkook entrecerro los ojos en su dirección, así que tuvo que explicarse después de una sonrisita -. Al principio te ocultabas muchísimo, era tan estresante sobrepensar el mismo asunto noche tras noche. No sabía si estaba haciendome bien querer esperarte, pero no me quería arriesgar a que lo único que necesitaras para soltarte sea un poquito más de mi, así que me quedé contigo. Te sentía acariciándome como si fuera algo preciado, te notaba mirándome como si me quisieras y me abrazabas como si nunca me quisieras soltar. Siempre fuiste tú, pero con miedo. Y ese miedo te hacia hacer cosas que innegablemente lamentabas. Y ahora te sigo sintiendo igual, me miras igual, me tocas igual, me acaricias igual, y para mi, lo único diferente es que ya no hay miedo. Eso, Jungkook, marcó la diferencia.

Por algún motivo aquella declaración le hizo sonreir chiquito. De alguna forma se sentía especialmente bien por aquello, confirmando el hecho de que Taehyung sí lo notaba, satisfecho gracias a aquella observación de que el miedo era una mera carencia en él. Nunca le gustó tenerlo, y estaba completamente feliz porque ya lo había erradicado por completo, al menos de aquel asunto que, indudablemente, era su mayor prioridad.

Reparó en que aquello linea divisora se llamaba miedo. Y que al cruzarla se estaba mejor.

Aquel mismo día, la noche los atrapó en la habitación de Taehyung, cuando decidieron dormir allí para, antes de irse nuevamente, tratar de que las cosas con Namjoon mejoraran. Sincerandose entre ellos, llegaban a la conclusión de que no había demasiada esperanza, pues el mayor solía mantener su palabra en la mayoria de las cosas, sin embargo, todavía podían intentarlo.

Quien iría a hablar sería Jungkook, porque Taehyung prefería que las cosas entre ellos estuvieran mejores primero porque él ya tenía, probablemente, las cosas más fáciles. El mayor le dio animos y un besito que resonó más de lo que esperaban, y con eso Jungkook creyó estar listo para gastar una de las escasas oportunidades de hablar con Namjoon. Así que estaba frente a su puerta, a punto de tocar con todas las dudas.

- ¿Deseas algo? - su voz se escuchó a sus espaldas, así que se dio la vuelta de inmediato. Le vio parado allí con su pijama puesta, un vaso de agua en una mano y una lata de cerveza en la otra -. ¿Que si deseas algo, Jungkook?

La segunda vez que le preguntó fue cuando Jungkook cayó en cuenta de que estaba frente a él, inmovil, con los labios sellados y los pies descalzos, lo que le hacía sentirse avergonzado, por algún motivo. Su mente estaba vacía y su cerebro apenas ejecutando acciones tardías, así que, después de unos segundos, estaba él moviéndose de la puerta, dejándole espacio a Namjoon para entrar mientras seguía pensando qué decir.

- Es que pensé que estabas dentro.

El mayor dio varios pasos que arrastraron consigo las esperanzas de Jungkook, misma que se mantenía en un alza inconstantes debido a las acciones de Namjoon. Primero le miraba, lo juzgaba y alzaba las cejas. Luego le quitaba la mirada, daba pasos lentos y se detenía.

- Algo querías. Dímelo.

- Tú sabes que quiero hablar contigo, Namjoon - mientras se mantenía de pie, expectante a la respuesta del otro, se sentía un mendigo. Y ya nada podía hacerle borrar el sentimiento. Estaba entre verguenza, lástima y necesidad, pero aunque el sentimiento fuera insoportablemente penoso, iba a esperar una respuesta -. Bueno, probablemente lo que quiero es que tú hables conmigo, como solíamos y sobre cómo te sientes, porque sinceramente estoy muy cansado de andar por las esquinas.

- Tú andas por las esquinas porque quieres, yo desde hace días dejé de prestarles atención. Entendí que no es mi problema, así que si por mí es, pues ya te puedes hasta mudar en la sala.

Jungkook se llenó de una felicidad que no demostró en el momento, pero su interior estaba a punto de convertirse en una discoteca. Aunque aquello había sido dicho de una forma que realmente no le aseguraba nada, había sido dicho, y por el momento se conformaría.

Namjoon giró el llavín de su puerta y se dispuso a entrar, en silencio.

- Gracias. Por entenderlo y por aceptar que no es tu problema, es que sí te pasaste un poco. Le arruinaste el cumpleaños a mi Tae, eso no es de hermanos - Namjoon se encogió de hombros como si no se sintiera culpable en lo absoluto, entonces volvió a intentar entrar, pero esa vez, Jungkook lo detuvo cuando lo jaló por el brazo -. ¿Estamos bien?

Namjoon se lo pensó, entonces volvió a encogerse de hombros.

- ¿Alguna vez hemos estado peor? - inquirió en respuesta.

- Namjoon, se supone que tú...

- Déjame estar dolido, Jungkook. Todavía me molesta y cala el hecho de que no te importó nuestra amistad lo suficiente.

- Pero no puedes enojarte por toda la vida. De verdad, Nam, ¿qué sentido tiene alargar esto?

Namjoon soltó una risa nasal.

- No lo sé, podría enojarme contigo por toda la vida.

Entonces, volvió a darse la vuelta para entrar a su habitación.

- Por lo menos habla con Tae - le pidió. No le soltó el brazo aún cuando lo tenía fuera de la habitación, queriendo estar seguro de que no lo dejaría hablando solo -. Dile que no estás enojado, por favor. No quiero que esté triste.

- Después, Jungkook.

- No, ahora.

- Él ya sabe que me dan lo mismo juntos, así que suéltame el brazo, Jungkook, que se me calienta la cerveza.

Por el tono de voz de Namjoon, era evidente que no estaba Jugando, pero tampoco estaba tan exasperado. Era como que si lo soltaba, se iba, y si no, pues lo seguiría pidiendo mientras le daba respuestas a Jungkook.

El menor soltó un suspiro que pareció una petición por paciencia, sin embargo, estaba completamente lleno de ella. El sentimiento de mendigar perdón ya era suficiente, así que al menos debía actuar como si él también se hartaria del otro en cualquier momento.

- No lo sabe porque me animó a intentar hablar contigo.

- Te animó porque quiere que nos arreglemos, no porque las cosas estén tensas entre nosotros - dijo, jalando un poquito su brazo y turnando una mirada entre el agarre y Jungkook -. ¡Que me dejes, hombre!

- ¿Está todo bien entre ustedes? - inquirió. Sus labios se abrieron un poquito demostrando su sorpresa mientras ignoraba la reiterada petición de Nam.

- Sí, Jungkook.

- ¿Y conmigo?

Claro que estaba evitando sonar rogón, pero se olvidó de contenerse cuando hizo aquella pregunta. Sin quererlo, se escuchó más lamentable de lo que pretendía, y eso no le sumaba demasiado al proposito de adoptar una actitud totalmente opuesta. El hecho de estar parado allí, tomándolo del brazo cuando el otro quería irse, era ya suficiente evidencia de su desespero.

Namjoon solo se encogió de hombros. Se zafó de su agarre y entró a su habitación, susurrandole un "Buenas noches, Jungkook" antes de cerrarle la puerta en la cara.

Eso no fue lo que Jungkook quiso conseguir, pero por lo menos había tenido la mitad. Namjoon no estaba opuesto a que esté con su hermano, probablemente una mentira bien formulada porque sabía que todavía le molestaba, pero con el tiempo sería algo que le dejaría de perturbar.

Al día siguiente, temprano en la mañana, no se esperó que Namjoon se levantara a despedirlos a ambos, y contrario a sus palabras, lo abrazó como la primera vez que se fue, volviendo adentro cuando le deseo que le vaya bien. Entonces, estaba bien de nuevo, todo se acomodaria como y donde debería.

Jungkook no necesitaba demasiado, él solo debía de tener a los Kim, sus padres y la seguridad de que era querido, entonces estaría en su máximo momento de felicidad. Que no necesitara tanto, si lo pensaba, se volvió un poquito lamentable, porque aunque no deseara demasiadas cosas, todavía habían momentos en los que no las tenía por completo.

Taehyung, por su parte, en todo lo que pensaba era en que le quedaban pocos días con Jungkook en Seúl. Todavía el menor tenía que tener el último trimestre del ciclo básico, mismo que fue interrumpido por las fechas navideñas, y que ahora le exigía estudiar para un examen en el que debía conseguir una buena calificación. Y lamentablemente, así fue como se fueron los días restantes de Jungkook, en los que no compartieron tanto como querían ni tuvieron todas las citas que deseaban, pero debido a esto, un día después de que el menor había concluido su ciclo básico, se encontraron sin el tiempo medido, con más ganas de verse, tocarse, besarse y el deseo de estar juntos por muchísimo tiempo.

Le había ido excelente, cosa que en realidad Jungkook no veía venir y que solo pudo creer cuando revisó la página de la universidad y encontró allí sus calificaciones dentro de las mejores. Y eso, definitivamente, merecía ser recompensado. Así que allí estaba, frente a la laptop, sentado en el escritorio de Taehyung mientras este lo besaba en medio de sus felicitaciones.

- Como soy un buen novio - balbuceo en medio de un beso que Jungkook no quiso terminar, así que con su propia boca tiró de Taehyung hacia él, apretando sus labios entre los suyos. El mayor estaba sentado a su lado, en otra silla, intentando que su boca fuera liberada. Al conseguirlo, volvió a hablar -. Decía que, como soy un buen novio, te voy a recompensar.

Entonces Jungkook asintió frenéticamente antes de atrapar sus labios nuevamente y empezar a levantar su camisa. Aunque su mano llegó a tocar la piel tibia de Taehyung, no le dio tiempo de manosearlo como quería porque esta fue retirada de un manotazo.

- Hyung...

Su rostro demostraba más de la tristeza que quería demostrar, cosa que era casi difícil de ignorar para Taehyung. Le daba esa mirada, la que sabía que con ayuda de mucho esfuerzo el mayoría dejaría pasar.

- Es que así no, Jungkook.

- ¿Entonces cómo? - inquirió, frunciendo sus cejas y alejándose un poquito.

- ¿Tienes hambre?

Entonces, Jungkook asintió por segunda vez con más fuerza. Volvió a levantar la camisa de Taehyung, pero claramente, aquel intento tuvo el mismo resultado que el anterior.

- Sí, sí. Ya entendí que lo que me voy a comer no eres tú.

- Soy el postre.

Se levantó de aquella silla con toda la velocidad que pudo, mirándo a su novio con ojos que brillaban de emoción. Se había contenido demasiado los últimos días, lo menos que quería era posponer aquel gran momento en que, después de un buen tiempo, Taehyung esté dentro de él.

- ¿Me lo juras? - preguntó, esperándo una respuesta convincente. Taehyung, en medio de una risa, le asintió, pero eso no fue suficiente para Jungkook porque le estiró su dedo meñique para que se lo prometiera de esa forma.

Cuando lo hizo, Jungkook fue corriendo a ponerse sus zapatos y chaqueta, y fue cuestión de que Taehyung agarrara las llaves para que estuvieran en un lugar nuevo de Omakase, donde el menú, después de conocer las preferencias del cliente, quedaba en manos del chef.

Jungkook, aunque prefería comerse otra cosa, quedó encantado con la comida, la dinámica, el ambiente, y el claro orgullo de Taehyung al referirse a él como su novio siempre que debía mencionarlo. No podía estár más feliz, sinceramente.

Estaba conforme con las tantas cosas que cambiaron cuando él decidió dar el primer paso en aquel camino que no estaba libre de baches, pero que definitivamente le prometía mejores cosas.

Descubrió, en medio de una charla trivial, mientras veía a Taehyung caer rendido a su lado, que enamorarse era así de fácil. Enamorarse era verlo sonreír con autenticidad, sentir su corazón saltar cuando la felicidad se reflejaba en aquel rostro, que enamorarse era y siempre sería fácil con Taehyung.

Otro día, cuando lo abrazó por detrás, mientras sentía su corazón chocar con su espalda, cayó en cuenta de Taehyung en general. No era la primera vez, pero se sentía como si lo fuera. Parecía haber entrado en un trance en el que solo podía pensar en él, en que lo amaba, en que lo había elegido, en que no había cosa más hermosa que aquel acto tan casual.

Jungkook, en sus pensamientos más propensos a salir de sus labios, aseguraba que amaba a Taehyung. Pero también Jungkook, con su alma, en su lado más consciente, aseguraba sin una gota de duda que no era simplemente amor. Lo adoraba, y seguía sin ser suficiente. No sabía qué estaba por encima o que era más intenso que adorarlo, pero ese, probablemente, era el término que Jungkook quería emplear.

No podía explicarlo, pero sí sentirlo. Y lo mejor de todo era que podía demostrarlo. Entonces, después de darle vueltas varias veces al mismo asunto, Jungkook simplemente concluyó en que Taehyung se sentía como el primer beso de la primavera, y no había mejor forma de compararlo.

Cuando la ciudad se envolvía en un frío insoportable, con vientos agresivos que congelaban y lluvias que le negaban paso a un sol que no brillaría intensamente, la primavera llegaba a romper ese círculo. Inicia con brisas suaves que rozan el pasto y rayos de sol indefenso que te abrazan la piel. Las plantas florecen, las flores desprenden olor, la ciudad vuelve a sentirse cálida.

A Jungkook lo besó la primavera. Lo abrazó, lo acarició, lo calentó.

La sensación vivía en su cuerpo y en su mente, tiraba una sonrisa de sus labios, envolvía sus brazos en su cuello, le rozaba la mejilla, le robaba nuevamente el corazón.


Y zas, reviví.

Sinceramente, no tenía planeada gran cosa para este capítulo, tampoco contiene más que saltitos en el tiempo y así, por lo que yo no le llamo penúltimo capítulo, yo le llamo "el de cerrar ciclos" JAJAJA

Que lindo que, unque la historia se mantuvo en el aire un tiempito, cada día hay gente que sigue leyendo o empieza a leer.

Gracias por esperarme, les doy un beso de primavera. 💗

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top