22
En medio del caos universitario las vacaciones navideñas se abrieron paso, el frío que traía el próximo invierno haciéndose notar, junto con la clara alegría de aquellos como Taehyung, que arreglaban su equipaje con la intención de volver a casa, y los nervios de Jungkook, quien tendría que hacer claras ciertas cosas una vez esté en el lugar donde creció.
Taehyung, con toda su tranquilidad, arreglaba su maleta con toda la emoción que le prometía un viaje con Jungkook al lado, charlando en el transcurso con sus amigos que estaban simplemente tirados en la cama revisando cada artículo, poniéndoselo o descartándolo como pasado de moda. Pero entonces, cuando uno de ellos se decidió a saciar su curiosidad, el momento pasó de ser banal a uno en dónde Taehyung debía finalmente soltar la sopa y ser claro con ellos.
— ¿Te vas con él? — preguntó Hyungsik, tirando un par de pantalones de vestir a rayas al suelo, un completo terror visual. Taehyung le miró con las cejas alzadas mientras tiraba una de sus camisas sin doblar en la maleta.
— ¿Con quién? — devolvió aquella pregunta a sabiendas de a qué se refería el otro y, a cambio de aquel cuestionamiento que, según el mayor de los tres, no tenía ningún sentido porque la respuesta era obvia, recibió una mirada de lado.
— Con Jungsook.
Taehyung le tiró una prenda a la cara con la fuerza suficiente para que le diera, pero no para que le hiciera daño. Hyungsik ni siquiera se quejó, pero hizo una mueca mientras Taehyung le daba una mirada estricta.
— Es Jungkook — corrigió —. Y sí, claramente me voy con él.
— ¿Por qué?
— Porque sí, vamos al mismo lugar — parecía restarle importancia, pero la verdad era que su felicidad se colaba detrás de cada palabrita, mordiéndose la mejilla interna para ocultar su sonrisa —. ¿Por qué preguntas?
— Es que ya no le sueltas el brazo, Taehyung — Wonwoo habló, mirándole sugestivamente —. No me digas que ya caíste al charco.
Taehyung no respondió, pero una sonrisita chiquita e indiscreta se mostró en sus labios. La verdad era que nunca había salido de aquel charco, sin embargo, aquello no simulaba ningún problema porque estaba bien con sentirse encharcado en una sola persona cuando sabía que la sensación era mutua, que de la misma forma en la que él podría sentirse en las nubes, Jungkook también podría hacerlo.
— Taehyung, estás mal, sinceramente — dijo Hyungsik, negando —. No sé en qué estás pensando últimamente, pero que se sepa que esos pensamientos tuyos no están a tu favor.
— La verdad — concordó el otro —. Ya te puedo ver contándonos como te rompió el corazón con la cara llena de mocos y lágrimas.
Con su ceño fruncido y su rostro carente de gracia, Taehyung demostró lo mucho que aquello no le gustaba. Su decisión no se alteraría de ninguna manera porque estaba seguro de lo que quería, sin embargo, que sus amigos fueran tan negativos al respecto incluso antes de que él le contara cualquier cosa, le hacía sentir un poquito mal.
— ¿Qué dicen? — preguntó sin esperar respuesta ni demostrar confusión, una clara queja que no aprobaba aquella forma en la que se estaban expresando los otros dos —. No empieces a echarme sal, Woo, eso no es de amigos. Tú tampoco seas así, Hyungsik.
— Es de amigos cuidarse — dijo el mencionado, mirándole sin su usual mirada tranquila.
— Sin embargo, me están cuidando de algo que no va a pasar.
— Pero él es de Busan — Wonwoo dijo, como si fuera un hecho terrorífico y ellos estuvieran pasando por alto aquel detalle. Creía firmemente que después de la pasada experiencia de Taehyung, todos sus intereses amorosos provenientes de ese lugar terminarían haciéndole lo mismo.
— Cosa que no advierte de nada.
— ¿Te suena este lugar hace unos meses, una Alexa vieja y dos pares de brazos a tu alrededor? — inquirió con seriedad, como si aquello fuera una prueba irrefutable. De alguna forma, ambos creían que de ninguna manera Jungkook sería el chico indicado para Taehyung, entonces intentarían hacer que el susodicho se diera cuenta de aquella verdad que parpadeaba en rojo —. Porque exactamente de eso te queremos cuidar.
— Creo que tienen algo que decir.
Taehyung soltó el pantalón que tenía en la mano y se sentó en la orilla de la cama, en silencio, esperando que los otros dos dijeran aquello que venían asegurando por partes, sin llegar al punto. Les miró con una insistencia clara en sus ojos, mientras ellos permanecían en silencio, uno más confundido que el otro.
Entonces, después de pensarlo, Wonwoo habló.
— Hyung, ¿tenemos algo que decir? — le tocó al brazo, haciendo que este le mirara, pero todavía sin atreverse a hablar —. Por mi parte lo único que tengo que recordar es que Jungkook es de Busan y amigo de Mingyu. Red flag para ti.
Aseguró aquello último con la mirada entrecerrada hacia Taehyung, esperando que su amigo lo entendiera de verdad.
— Woo, no seas paranoico. Estás suponiendo cosas que no se topan.
Hablaba como si fuera un asunto que no tuviera ni siquiera un poquito de importancia, pero lo cierto es que empezaba a estar inseguro del resultado de aquella charla debido a la forma en la que sus amigos parecían asegurar con firmeza lo mal partido que era Jungkook incluso cuando no lo conocían, y aquello le preocupaba muchísimo, porque la idea de que sus personas importantes tuvieran una relación de odio era lo más aterrador que podría suceder.
Quería ocultar que aquel dolor del que ellos hablaban y querían evitar había sido causado por aquel que le tenía con las babas en las comisuras y corazón en maratón, pero no estaba seguro de cuánto podría hacerlo, sabiendo que aquel era un tema que quería compartirles porque eran sus amigos, quienes estaban en las buenas y malas y que merecían saberlo aún cuando él mismo no se sentía listo para decirles.
Agradecía tener a Jimin para contarle de su progreso todas las noches porque Jungkook era un tema del que no quería mantenerse callado, y decirle aquello a sus amigos daba tanto miedo como incomodidad ocultárselo.
— Tae — Hyungsik lo llamó con voz neutral, una simple mención sin emociones de por medio, esperando que le mirara con atención. Cuando Taehyung le miró, en silencio, su expresión dejaba en evidencia cuan obvio era lo que estaba a punto de decir —. Ese chicho es el mismo que te hizo llorar hace unos meses.
Entonces, aquello que Taehyung quería ocultar por un poquito más de tiempo, pasó a un ser un asunto puesto sobre la mesa. La verdad es que no podría negarlo porque aquel castaño se veía demasiado serio, totalmente convencido de lo que decía, lo que dejaba en claro que no había forma de hacer que creyera lo contrario.
— Hace unos meses lloré por muchas cosas — quiso hacerse el desentendido, como si no supiera claramente a lo que se refería.
— Y tales cosas fueron provocadas por una sola — afirmó con seriedad ni pesadez, imperturbable, sin embargo, era obvio que pronto estaría enojado porque estaba simplemente aguantándose —. Estás consciente de que sé que es él, pero todavía no nos dices. No sé si sea un asunto de confianza o de vergüenza, que quieras dejarlo en el pasado o que simplemente no quieres hacerlo, pero ya no tienes que ocultarlo más.
— Iba a decirles.
— Pues a mi no me parece.
— Actúas como si fuera gran cosa, de verdad no es así de grave, dejémoslo — aquella petición salió acompañada de un tono que pretendía hacerlo parecer enojado, y aunque no llegaba a aquel punto, se sentía un poquito molesto.
Se levantó de la cama y volvió a ponerse manos a la obra en su misión de hacer su equipaje mientras los otros simplemente lo miraban. Sentía sus miradas sobre sí, pero no se atrevía a hacer más que pretender hacer una buena maleta.
— ¿Estás chiflado? — inquirió Hyungsik, negando. Soltó una risa nasal que demostraba que no estaba feliz, mirando todavía a Taehyung fijamente, cada movimiento, con aquella expresión que le preguntaba en silencio sobre su estado mental —. No, es que sí debes de estarlo.
Taehyung no respondió porque no sabía qué decir, así que prefirió guardar silencio, lo que hizo que en la habitación se escucharan solamente sus pasos y cualquier otro sonido que no fuera sus voces.
La única respuesta al estado de su salud mental se podría simplificar como "enamorado", y estaba abiertamente feliz de estarlo. Podría ser un poquito loco volver a ponerse en aquella situación después de lo qué pasó, pero quería confiar, no quería atormentarse con dudas ni dejar que opiniones que no eran las suyas tuvieran demasiado que ver en aquello, sin importar cuánto quisiera a quien pretendía opinar sobre aquel asunto.
Después de unos segundo de incómodo silencio, la voz de Wonwoo se escuchó.
— ¿Están diciendo que Jungkook y el muchacho de hace meses son la misma persona? — preguntó con tanta sorpresa que el propio Taehyung quedó sorprendido, consiguiendo ambas miradas sobre él, ambas repletas de confusión. Se suponía que aquello era obvio, sin embargo, aquel chico parecía estar en el aire con respecto al tema.
Taehyung aprovechó aquello y buscó apoyo en él, esperando encontrarlo.
— ¿Verdad que no es gran cosa, Woo?
— ¡¿Bromeas?! — inquirió en voz alta, como si aquello fuera una completa y total locura. Taehyung simplemente perdió las esperanzas de que aquel día aquellos chicos lo entendieran —. Es que, sinceramente, alguien en su sano juicio no vuelve ni de mentiras con alguien así.
— Se lo están tomando muy a pecho.
— Tú te lo estás tomando muy suave.
Taehyung suspiró con paciencia, poniendo un par de medias en un huequito de su equipaje, deteniendo sus movimientos antes de hablar.
— Miren, entiendo que estén preocupado por mi, pero están siendo un poco estrictos al respecto — dijo, con tranquilidad, sin parecer todo lo ansioso que se sentía —. Las cosas ya no están como estaban antes, esta vez todo estará bien porque ambos queremos hacerlo bien. Créanme cuando les digo que sé lo que hago y apóyenme en mi decisión si quieren hacerlo de alguna manera, pero por favor, no me mencionen las cosas que ya pasaron ni pretendan que cambie de opinión. Es el pasado, ahí se queda, y si no estuviera tan seguro de esto, no estuviera haciéndolo, ustedes me conocen.
— Porque te conocemos queremos que de verdad estés seguro — dijo Hyungsik, con el mismo tono de Taehyung —. En realidad, me alegraría más que botaras esas ideas. Al principio dijiste algo parecido a esto, al final terminamos llorando los tres cuando estabas sin fuerzas en esta cama.
Taehyung le vio recostarse del espaldar de la cama, sosteniendo aquella postura que de ninguna forma hacía juego con la de él.
— Y los amo, de verdad les agradezco que hayan permitido que yo compartiera mi dolor con ustedes, pero no voy a cambiar de opinión.
En sus ojos, en su habla, en aquella sonrisa calmada se podía notar lo seguro que estaba, aquellos dos sabiendo completamente que Taehyung no cambiaría de parecer, sin embargo, estaban negados a dejar de intentarlo.
— Está mal, Taehyung. Te va a hacer daño.
— No lo conoces, Woo.
— Pensaste que tú sí cuando en realidad lo conocías tanto como yo ahora — aseguró —. Ya me ha pasado, te lo digo porque lo sé, es demasiado difícil que la gente así cambie.
A Taehyung no le perturbó aquello porque lo último que deseaba era que Jungkook dejara de ser él, porque le gustaba por quién era. No quería a alguien que después de una disculpa y al conseguir la oportunidad de hacer las cosas mejores se volviera diferente, que echara su esencia a la basura y actuara como pensaba que un cambio requería que lo hiciera, como si tuviera que ser una versión distinta después de cada error. Seguía deseando a ese Jungkook, al mismo de ojos preciosos y sonrisa que encandilaba, que a veces usaba un lenguaje para nada bonito, que amaba abrazarlo y tenerlo al lado, que actuaba tierno cuando pensaba que la situación lo era.
No quería renunciar a aquello nunca, porque aquella versión era de la que estaba enamorado, porque creía fielmente que todo lo que pasó lo acarrerearon malas decisiones tomadas bajo una presión que lo aplastaba a él solo y con pensamientos incorrectos sobre lo que estaba mal y lo que no. Jungkook solo debía hacer lo que deseaba con su corazón, no lo que suponía que debía de hacer, y estaba seguro de que esa vez lo haría.
— Él no cambió, sigue siendo el mismo que yo conocía, pero eso no significa que cometerá los mismos errores — habló totalmente convencido —. Se trata de lo que haces, no de quién eres. Les prometo que está todo bien.
— Pues sigue tú corazón — dijo Wonwoo, encogiéndose de hombros —. No te voy a decir que no cuando me llames llorando, pero si se me salen unas cuentas bromas al respecto, va a ser tu culpa — arrugó la nariz mientras apartaba lo que le gustaba de una pilita de ropa sobre la cama, volviendo de inmediato a mirar a Taehyung —. Ay, Tae, yo creo que pareció que te estábamos echando en cara que estuvimos contigo cuando te sentías mal, sabes que no es eso, ¿verdad?
— Lo sé — confirmó con una sonrisita, lanzándole un beso al que el castaño reaccionó con una mueca de asco.
— Y bueno, Hyungsik, ¿qué dices? — inquirió Wonwoo, sin mirarle, totalmente ocupado seleccionando lo que le gustaba.
Taehyung esperaba pacientemente su respuesta porque era importante para él lo que pensara su amigo, sin embargo, si seguía manteniendo una postura negativa que quisiera que Taehyung adoptara, lo dejaría ser porque cada quien decide como actuar, que creer y que aceptar.
— Pues no estoy de acuerdo.
— Hyung.
— No, Woo — negó con firmeza, mirando en dirección a Taehyung —. Yo estuve contigo todo ese tiempo, y sabes que eso no me molesta en lo absoluto, pero no quiero que se repita. Me dolió verte tan mal y esas cosas a uno no se le olvidan, entonces no entiendo como pudiste pasarle por encima tan rápido.
— Porque decidí amar. Y te juro que siente precioso.
Aquella respuesta lo dejó boquiabierto, soltando un suspiro para calmarse antes de contestar, queriendo conservar aquella calma.
— Claro, ya me lo habías dicho, sin embargo... — Taehyung lo interrumpió.
— Y no voy a cambiar de opinión, de verdad.
— Taehyung.
— No.
Aquel monosílabo salió de sus labios con decisión, haciéndole reparar nuevamente en la afirmativa de que Taehyung seguiría manteniendo aquella postura sin importar qué.
Lo entendió, quiso entenderlo, prefiriendo dejar las cosas hasta ahí, esperando de verdad que todo saliera bien y que Taehyung no estuviera loco en confiar en alguien así.
— Está bien — aceptó con una expresión de disconformidad —. Solo no lo quieras con el corazón completo.
— Pero ya lo amo — canturreó con la mano en el corazón, feliz.
Escuchó la risa se Wonwoo y presenció el rostro de sorpresa de Hyungsik, conservando su expresión que daba fe de lo terriblemente cegado que estaba por el amor.
— Maldita sea, Taehyung — se quejó el mayor.
Wonwoo, mientras se probaba tranquilamente una camisa de animal print, habló nuevamente, una pregunta que parecía tonta, pero que para él tenía algo de sentido.
— Hyung, ¿te gusta Tae?
Hyungsik tosió de inmediato, atragantadose con su propia saliva, mirándole como si estuviera loco. Su expresión se transformó en lo que significaba desagrado, como si la sola idea fuera inaceptable.
— ¿Cómo me va a gustar, Wonwoo? Somos como hermanos.
— Es que dices así y te pones tan así que me haces pensar cosas — dijo mirándole de lado, como si hubiera algo raro en aquella actitud —. Él ya está grandecito, que vivas sus propias experiencias y que después nos haga el cuento.
— En fin, voy a decir que lo acepto, pero no estoy de acuerdo — volvió al tema, ignorando notablemente a Wonwoo.
— No seas así.
— Demuéstrame que puede quererte como te mereces y voy a dejar de odiarlo — se encogió de hombros, era un trato justo.
— Y de decir su nombre mal — agregó el otro, lanzándole la camisa horrible a Taehyung.
— No, Jungwoo le queda mejor.
Y entonces, entre risas y banalidades, olvidaron el momento tenso que se había puesto en primera plana aquella tarde. Siguieron en aquello que habían empezado desde un principio, ayudando a Taehyung a escoger prendas y deshacerse de aquellas que definitivamente eran lo más horripilante que podría existir, sin olvidar criticar su antiguo gusto en la moda, cosa de la que probablemente ninguno sabía demasiado.
Cuando ya terminaron, después de un rato, los otros dos decidieron irse porque ya estaba tarde, sin embargo, Taehyung sabía que lo
hacían para no cruzarse con Jungkook, que estaba a punto de llegar.
Cenó y se dio un baño, mandándole textos para preguntarle cuanto tiempo más se iba a tardar, pero Jungkook no respondió a ninguno, lo que lo hacía desesperarse más. Que no se le critique si se notaba lo intenso que podría llegar a ser, pero en su defensa, estaba destinado a ser así cuando Jungkook entraba en la ecuación. Siempre lo extrañaba, siempre lo quería con él, siempre estaría desesperado por verlo sin importar qué tan poquito tiempo pase.
Después de un rato decente, Jungkook finalmente llegó, haciendo que la felicidad de Taehyung se volviera más grande. Recibió tantos besos como pudo y le dio todos los que le pudo dar, le dijo alguna cosa bonita mientras Jungkook le miraba con aquellos ojos de luna, devolviéndole algo con doble sentido que era propio de él. Entonces, después de aquel saludo cariñoso y una serie de preguntas entre un abrazo cálido y fuerte, se dejaron ir, permitiéndole a Jungkook tomar una ducha mientras él leía un libro que pretendía terminar antes de dormir.
Jungkook se acostó a su lado, le besó los labios sin querer soltarlos, entonces le deseó las buenas noches, dispuesto a dormirse. Y se supone que era lo que debían estar haciendo porque saldrían temprano en la mañana, pero por alguna razón, Jungkook ya no tenía tanto sueño y quería que esa noche, en vez de Taehyung leer, hablara con él, aparte de hacer algo más, si se podía.
— Tu mamá ya sabe que me la metes, tu papá no tanto — dijo repentinamente, poniéndose sobre su hombro mientras pasaba los ojos por aquellas páginas que Taehyung leía, nada interesante, si le permiten opinar.
Taehyung dejó salir una risita que Jungkook escuchó, pero no compartió.
— Pues es obvio.
— ¿Sí? — inquirió, con un poquito de sorpresa, porque sinceramente no se lo esperaba — . Probablemente estoy caminando raro, confírmame.
Entonces, se levanto de la cama, pasándole por encima a Taehyung y se dispuso a hacer una caminata como si estuviera simplemente paseándose relajado por ahí. Caminó unas veces de un lado a otro mientras Taehyung simplemente le miraba atento con una expresión burlesca en su rostro, mirándole por completo aquel cuerpo semidesnudo, concentrado en cualquier otra cosa que no fuera la forma en la que caminaba.
Jungkook tenía una cintura chiquita y un culo que simplemente le encantaba. Era precioso, simplemente perfecto.
— Parece que me estás modelando esos bóxers — le dijo, mordiéndose los labios bajo la mirada de Jungkook, quien esperaba una respuesta con seriedad —. Tienes un cuerpo que me deja en el suelo.
Jungkook pensó que su expresión era la más egocéntrica que tenía, sin embargo, la timidez se había colado en ella. Se mordió el labio inferior para detener aquella sonrisa que ya había sido demasiado evidente, entonces, carraspeó y le devolvió la seriedad a su rostro, retomando aquel asunto.
— Bebé, concéntrate.
— Bebé, caminas normal.
— ¿Cómo lo saben, entonces? — preguntó, perturbado, pensando en si estaba siendo demasiado obvio, si exudaba energía gay o si simplemente aquello era evidente una vez que lo haces. La verdad es que no le dada miedo aquel hecho, pero la idea de que se le descubriera tan fácilmente le tenía buscando razones.
— Kook, has estado durmiendo conmigo las ultimas dos semanas, mi mamá lee muchísimo, capta las pistas — le dijo, entonces finalmente lo comprendió. Porque claro, uno no duerme con alguien como Taehyung y simplemente va a pasar por alto tocarlo o dejarse tocar porque era definitivamente imposible.
Caminó hasta la cama, dispuesto a tomar su lugar nuevamente.
— Con esa mujer hay que andar fino — acepto, hablando con un tono de advertencia —. Pero por lo menos me quiere, así que no me preocupa — en su camino hasta su lado de la cama, al estar cerca de esta, se dejó caer encima de Taehyung, queriendo que aquel libro desapareciera de sus manos—. Me caí.
— Pues te levantas.
Jungkook se acomodó sobre él, quitándole el artefacto que definitivamente no quería ver en las manos de su chico, poniéndolo en la mesita de noche mientras se acercaba a su rostro. Repartió besitos cortos por toda su cara, en sus labios , frente, mejilla, nariz, por todos lados. Jugó con su cabello mientras besaba sus labios suavemente, chupándolos con lentitud e intensidad, sintiendo como Taehyung le correspondía sin chistar.
— Ya, hazme caso — le pidió en una vocecita chiquita y que arrastraba un tono triste que exageró muchísimo, volviendo a atacar aquellos labios antes de volver a hablar —. Actúas como si estuvieras cansado de mi.
El mayor sintió el aliento contrario chocar en su cara, cálido y suave, como una caricia, entonces llevó su mano a la nuca de Jungkook y lo volvió a besar mientras cambiaban de posición, poniéndolo sobre su espalda mientras él ahora estaba encima de él. Introdujo su lengua en la cavidad contraria, y todo lo que hizo Jungkook fue deshacerse en aquella cama, soltando un gemido que parecía haberle salido de lo más profundo, todavía jugando con el pelo de Taehyung, apretándolo sin querer, devolviéndole aquel beso con la misma intensidad.
Cuando se despegaron, Taehyung le miró los labios humedos antes de besarle la frente, poniendo ambas manos a los lados de su cabeza.
— ¿Todavía te parece que estoy cansado de ti? — inquirió, mirándole el rostro, aquella expresión que exigía más.
— No, ya no — respondió con satisfacción.
— Entonces vamos a dormir — se quitó de encima de Jungkook y se acomodó en su hombro, abrazándolo con fuerza.
— Pero, Tae.
— ¿Sí, mi cielo? — canturreó.
De pronto, Jungkook ya no quería nada más. Su sonrisa se ensanchó tanto que al final terminó permitiéndole a Taehyung escucharlo reirse, sus pies se movieron de felicidad, con rapidez, sin poder detenerlos o controlarse. Aquel apodo repleto de cariño le había encantado, y lo tenía con aquella sensación de calidez en su pecho y con saltos a su corazón.
Cuando reparó en que estaba haciendo una escena y que Taehyung ya se estaba riendo de él, tosió un poquito e intentó controlarse, pero todavía sintiéndose feliz.
— Eso no fue muy masculino de mi parte, ¿qué me haces Taehyung? — inquirió, sin esperar respuesta, moviendo un solo pie sin darse cuenta —. Hablemos, ven, ya no soporto esto.
Jungkook lo hizo sentarse y se sentó frente a él, mirándole con atención, fijamente, nervioso y contento. Quería sacar a relucir aquello en lo que venía pensando porque necesitaba escucharlo directamente, incluso aunque Taehyung le demostraba que estaban ambos en la misma sintonía.
El mayor le miró con atención, viendo como tragaba mientras se acomodaba frente a él, juntando sus manos en su regazo y empezando a jugar con sus dedos mientras ponía su atención en estos después de exhalar con fuerza.
— Te escucho — le dijo, poniendo una mano en su mijilla y levantándole el rostro, dándole un beso chiquito en sus labios —. ¿De qué tiene dudas mi precioso?
— ¡Tae! — se tapó el rostro con una mano, ocultando una sonrisa gigante que surgió gracias a la forma en la que lo llamó —. Si me dices así ya no voy a sentir que debo hablarte de eso.
— ¿Por qué?
— Es que te gusto tantísimo — afirmó, devolviéndole el beso que se le había dado antes —. Ya ni siquiera lo quiero decir.
— Dilo, quiero saber.
— Bueno — carraspeó probablemente por trecera vez, dispuesto a hablar —. Siempre que estoy solo me pongo a pensar en el estado de lo que tenemos, en si es suficiente para decir que ya no hay vuelta atrás o si hay algo que me haga pensar en esperar hasta que tengas tus pensamientos claros, porque la verdad ya estoy dando por hecho que quieres estar conmigo sin que me lo digas expresamente solo porque estuvimos juntos y por como nos tratamos, que sinceramente yo creo que eso ya quiere decir todo, pero no sé lo que piensas ahora.
— ¿Estamos juntos? — inquirió, mirándole con las cejas alzadas, sonriéndole.
— Sé que no estamos juntos formalmente, entonces te voy a dar tiempo de pensarlo, no voy a estar encima de ti todo el tiempo porque no quiero que te sientas presionado — le dijo, haciendo una mueca mientras pensaba en la idea de tener que cohibirse tanto —. Bueno, voy a estar encima de ti siempre que pueda, de hecho, voy a dormir abrazado a ti hoy, así que elimina esa parte.
Taehyung soltó una carcajada que Jungkook presenció cautivado, amando cualquier pequeña cosita proveniente del mayor.
— Está bien, no oí eso. Y no pienses que me presionas, por favor, porque tú ya sabes que me gustas tantísimo — le habló mientras le colocaba el pelo detrás de la oreja, con voz suave, apretándole un cachete.
— Tengo muchísimas cosas que mejorar, pero quiero que estés feliz y seguro con quién estás, así que voy a trabajar en eso. Te mereces todo, y aunque yo no sea ni la mitad, voy a encontrar la forma de darte solo lo bueno — le tomó la mano, mirándole a los ojos mientras decía las cosas que se habían pasado por su mente y aquellas que confirmaban lo enamorado que estaba de aquel chico con sonrisa encantadora —. Debo empezar por hablar con mis padres, entonces, después de hacerlo, lo único que me va a importar será lo que quieras tú. Porque pretendes quererme por muchísimo tiempo, ¿verdad? Porque en ese aspecto soy un poquito pesimista.
Taehyung lo atrajo a él y lo beso con cariño, lento y dulce. Un beso en el que sus labios se amoldaron con los contrarios como si fueran piezas que encajaban perfectamente, un beso en el que le transmitía toda la seguridad de lo profundo que estaba en su corazón, de que era el único dueño.
— Jungkook, incluso cuando no estábamos bien te seguía esperando porque sinceramente me acostumbré a esperarte hasta cuando no tenías que aparecer, te seguí queriendo cuando sentía que debía odiarte, incluso cuando me partiste el corazón, la idea de que te escaparas por las rejas me parecía horrible, ¿qué quieres decir con eso de ser pesimista? Para mi solo estás tú — y aquella declaración le alegró el alma, lo elevó hasta lo más alto y lo hizo sentir amado de una manera que no podría explicar.
— ¿Y tus amigos? — inquirió, recibiendo una expresión confusa de Taehyung —. Ellos no me van aceptar cuando sepan todo lo qué pasó, y la idea de que te presionen con eso me pone inseguro.
— Somos amigos, Jungkook, los amigos se cuidan entre ellos, pero no están supuestos a tomar decisiones por los otros — lo tranquilizó —. Yo soy quién decide porque yo soy quien siente, quien te conoce y quien sabe cuánto significas para mi.
— Entonces, ¿no me preocupo por ellos? — preguntó, jugando con los dedos de Taehyung.
— Claro que no — negó de inmediato —. Ni te sientas inseguro de ninguna manera por mi, te dije que mis ojos solo te ven a ti, serás mi único hasta que ya no quieras, ¿es muy poco?
— Eres tantísimo para mi, Taehyung, por eso me da miedo.
— Solo soy un hombre.
— Esa es la fachada — respondió, deseando que Taehyung reparara en lo increíble que era su existencia por completo —. Eres todas las cosas bonitas que uno se podría imaginar, y Taehyung, eres el primer sueño que se vuelve realidad para mi.
El mayor lo miró con ojos brillantes, repletos de amor y que gritaban con fuerza todas las sensaciones que aquello le provocó. Atrajo a Jungkook y lo envolvió en un abrazo apretado que le permitió sentir los latidos de su corazón, tocándole la espalda desnuda con sus dedos fríos mientras se deshacían uno con el otro, sintiendo lo que era estar enamorado y lo precioso que era decirlo.
— ¿Has sido así de cursi antes? — Taehyung le dijo contra el cuello, besándolo en el lugar antes de tomarle la cara con sus manos, con suavidad, presenciando aquel rostro bonito que le hacía querer derretirse.
— No soy cursi, solo estoy enamorado — corrigió y aceptó gustoso —. Cada vez que me doy cuenta de que realmente estoy enamorado, siento que se me infla el pecho, podría estallar por tu culpa.
— ¿De verdad estás tan enamorado? — inquirió en medio de una risa que trepó por su garganta, soltando la cara de Jungkook solamente para acostarse en su lado de la cama, palmeando el lado de Jungkook para que hiciera lo mismo.
— Exageradamente enamorado de ti — respondió antes de acostarse, acercando a Taehyung más a él para que se recostara en el
hueco entre su cuello y hombro.
— Entonces estamos empate.
Se relajó envuelto en los brazos de Jungkook, sintiendo las caricias en su cintura mientras olía su cuello, buscando quedarse dormido. Los dedos de su mano dibujaban sin un patrón establecido sobre el pecho de Jungkook, haciéndole cosquillas, subiendo hasta su cuello y acariciando los cabellos de su nuca.
Podían escuchar sus respiraciones y los latidos de sus corazones, sintiéndose perfecta la cercanía, íntima y cómoda.
— Así que, dime — habló Jungkook, continuando con sus caricias —, ¿qué es lo que más te gusta de mi?
La pregunta no venía con más que la intención de saber la respuesta debido a lo que se le había dicho anteriormente aquel día en la cafetería de la universidad, aquellas cosas que no sabía que Taehyung hacía por el turnandose cada una en sus pensamientos, negadas completamente a querer salir de allí.
— No hay nada que me desagrade de ti.
— Sin embargo, esa no fue la pregunta. Yo mismo lo sé y he escuchado lo mucho que te gusto por ahí, sinceramente eso me tiene por las nubes, aunque todavía quiero que seas más explícito.
Porque Jungkook, aún sabiéndolo, vivía con la necesidad de que Taehyung le dijera repetidas veces cuanto le gustaba, cuanto lo quería, cuan enamorado estaba de él.
— Si no tuviera sueño te pediría que recreáramos una escena explicita en su lugar — habló bajito, con voz somnolienta.
— Y yo te diría que eso podría esperar, así que respóndeme — insistió, besándole la frente —. ¿Qué es eso que has visto en mi? Por algo debo gustarte.
— Tienes una insistencia sospechosa, aunque no simula ningún problema decir que tus ojos son lo que más me encanta de ti.
Jungkook ya lo suponía, así que simplemente sonrió de inmediato.
— ¿Por qué?
— Porque son sinceros — contestó después de unos segundos, era claro que en poco tiempo estaría dormido, sin embargo, eso no le impedía ser franco —. Me gusta que tú mirada siempre tiene la última palabra, como te brillan los ojos cuando ves algo que te gusta o cuando estás feliz, que se ven saltones la mayoría del tiempo y te hacen ver la persona más tierna del mundo incluso cuando intentas parecer todo lo contrario. Me gustan porque son expresivos, porque parecen ser dueños del brillo de la luna, porque me miran a mi con un cariño que no sé si te imaginas, porque te pertenecen, porque son los más hermosos.
A Jungkook encantaba que se le halagara, que se le dijera cosas bonitas, y siempre que pasaba luchaba con el impulso de patalear y enterrar la cara en la almohada antes de gritar con todas sus fuerzas. Sonrió libremente por aquello, buscando como pudo los labios de un Taehyung a punto de dormirse, porque a Jungkook le encantaba besarlo.
Con sus ojos cerrados, Taehyung aceptó aquel besito que lo hizo sonreír.
— Dios, es que sí te gusto muchísimo.
— Sí, me gustas muchísimo, Jungkook.
— Ese es un problema.
— ¿Por qué tiene que serlo? — lo sintió removerse sobre su hombro, también como levantó un poquito la cabeza para mirarle a la cara.
— No estoy a la altura de tanto, incluso aunque quieras decir lo contrario — dijo sin pensarlo demasiado, suponiendo que aquella afirmación cargaba con el peso de ser cierta —. Pero de todas formas lo quiero, lo quiero muchísimo, no puedo permitir nunca que alguien más te tenga. Eres mío, Taehyung, por completo.
— ¿Y tú? — después de volver a acomodarse como estaba, inquirió con voz bajita, esperando aquella respuesta que sabía que conseguiría. Sus dedos seguían acariciando a Jungkook con lentitud, su pecho, su cuello, su cabello.
— ¿No lo sabes? — preguntó como si la respuesta fuera súper obvia —. Mi mamá me trajo al mudo para que fuera tuyo, de hecho, preferiría que nos fusionáramos. ¿Podemos estar un poquito más cerca?
— ¿Quieres intentar?
Taehyung escuchó el sonidito afirmativo que hizo Jungkook, entonces se pegó más a él, rodeándolo incluso con una de sus piernas mientras Jungkook lo sostenía con fuerza a su lado. Se rieron juntos mientras la idea de dejarse ir estaba lejos de presentarse aquella noche.
— Te quiero con el alma, Taehyung — confesó, girándose para que quedaran tan de frente como se podía, pero sin tener que quitárselo de encima de su brazo, con una mano acariciando su cintura como siempre, y la otra jugando con su pelo —. De hecho, no solo te quiero, pero es la forma más grande de decírtelo sin tener que hacerlo directamente porque no quiero hacerte sentir abordado.
— Te amo, Jungkook.
Entonces, el menor quedó de piedra, deteniendo sus movimientos, asimilando aquella confesión.
— Eso significa muchísimo, ¿lo sabes? Porque acabas de hacer que me latiera el corazón con muchísima fuerza y me temblara el estómago, no sé cómo, pero lo siento vibrar. De hecho, todo mi cuerpo está temblando — habló rápido, corriendo el riesgo de trabarse, sin embargo, eso no pasó —. Tienes que estar dormido, definitivamente.
— Esté dormido o despierto, te amo.
— Ay, Dios — Taehyung sonrió un poquito cuando sintió el corazón de Jungkook martillarle el pecho, escuchándolo hablar atropelladamente —. Estoy pensando a toda velocidad, es que solo me lo había dicho mi mamá y papá, entonces me siento especial porque me lo dijiste tú cuando no tienes que hacerlo ni tienes otro motivo que solo yo para hacerlo. Disculpa que hable tanto, es que estoy realmente nervioso, solo quiero que sepas que te amo y que me encantas muchísimo.
— Ya lo sé.
— Okay, durmamos, porque la verdad es que estoy mal. ¿Cómo voy a dormir ahora?
Lloriqueó eso ultimo, sin poder evitar removerse entre los brazos de Taehyung, toda la emoción de esa noche siendo incontenible en su pecho. Podría vomitar flores y corazones en aquel momento, envuelto entre los brazos del amor, de su amor.
— Jungkook — le llamó Taehyung cuando reparó en las caricias de siempre en su cintura.
— ¿Sí?
— Siempre me acaricias de la misma forma, como si tu dedo ya conociera la rutina.
— ¿Esto? — inquirió, haciéndolo más rápido —. Ya lo hacen por sí solo.
— Se siente igual aún cuando no nos tocamos por meses.
— Es que mi nombre no cambia — dijo, con calma, como si aquello fuera algo que no afectaría de ninguna forma a Taehyung —. Ya te dije que eres mío, desde el principio te he estado reclamando.
— Por Dios, Jungkook — se le escapó una risa débil mientras la sensación de finalmente sentirse de él de verdad le acaparaba todo el pecho, siendo aquello todo lo que Taehyung había querido desde el principio, entonces finalmente podría decirle a boca llena que era solo de él y para él, que su corazón le pertenecía, que cada parte de él le pertenecía.
— ¿Qué? Tenías que pensarlo antes de enamorarme, que tengas que lidiar con esto es solo consecuencia de tus decisiones — lo atrajo más de lo que no se podía hacía él, por la cintura, besándole la frente antes de hablar y como última cosa antes de quedarse dormido –. Seré bueno, así que no me pidas nunca que me vaya.
relleno + lis = amor.
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