21
Ese día que Jungkook dejó ir a Taehyung totalmente en contra de su voluntad, no lo vio más, pero lo mensajeó toda la noche como si fuera un adolescente enamorado, atreviéndose a textear cosas con doble sentido que daban testimonio de lo tan encantado que estaba Jungkook, ensimismado con la idea de escribir una historia de amor bonita y cliché con Taehyung, y lo mucho que cambiaba su actitud con él era realmente notable.
Y Taehyung, que no se aguantaba ni a sí mismo después de aquella tarde, recordando los "te quiero" de Jungkook con la intención de hacer que su corazón corriera como loco, asimilando lo bueno que todo podría ser en adelante, la posibilidad indudable de que Jungkook se sostuviera tan fuerte de la idea de ellos dos juntos, finalmente recorriendo el camino a una verdadera relación.
Las cosas empezaban a pintar de lo más bien, y la emoción era tan difícil de contener que sentían que estallarían en cualquier momento, tratando de controlar las sonrisas que se dibujaban en sus rostros cuando no se daban cuenta.
Por primera vez Jungkook se vio esperando la hora de llegar a la universidad porque ya tenía una motivación, deseando estar allí todo lo rápido que se pudiera, tan frecuente como pudiera, sin embargo, el pensar que le quedaba alrededor de un mes para volver a su recinto le amargaba el ánimo. Iba a disfrutar estar al lado de Taehyung tanto como pudiera, sin cohibirse ni limitarse, simplemente haciendo lo que le naciera, lo que realmente deseaba, lo que le pedía su corazón. Que si se llevaba demasiado de él, podría terminar presentando comportamiento obsesivo hacia a Taehyung por lo tanto que latía con el mínimo pensamiento de él.
Tenía clases a la una, pero de ninguna manera Jungkook llegaría a esa hora cuando tenía la oportunidad de juntarse con Taehyung antes de, sabiendo ya que el mayor tenía media hora libre antes de empezar también su clase que coincidía con la hora de la suya. Podría parecer un pegajoso, y la verdad le daba lo mismo, pero quería estar con Taehyung en todo momento porque se podía, porque ambos querían y eso era todo lo que importaba.
Cuando estuvo en la universidad, esperó a Taehyung frente a la cafetería, lugar donde quedaron en encontrarse, impaciente cuando los minutos pasaban con tanta lentitud que tentaban la posibilidad de que se enojara. Entonces, cuando pudo verlo, fue corriendo a alcanzarlo con una sonrisa gigantesca en el rostro, poniéndose frente a él cuando estuvo cerca.
Taehyung le sonrió de vuelta, y Jungkook supo que el tiempo que no había empleado en hacerlo sonreír fue un tiempo desperdiciado.
— Hola — Jungkook le saludó sin quitar aquella estrepitosa sonrisa que no indicaba más que lo feliz de verlo que estaba, incapaz de ocultar aquella emoción que parecía volverse más ancha cada segundo. Le encantaba la sensación de sentirse emocionado por alguien, amaba que fuera por Taehyung.
— Hola, Jungkook — pareció canturrear su nombre, como si hubiera extrañado decirlo con muchísimo afán.
Le tendió la mano a Jungkook, lo que lo hizo pensar de inmediato que eso era todo lo que podía conseguir de él en ese momento dado aquel punto en el que estaban, y eso lo decepcionó automáticamente. No se atormentó demasiado con el asunto porque no iba a exigir de más, mucho menos cuando había tenido aquel gran logro y todavía podría haber riesgo de retroceder. Se quedó callado al respecto, tomándolo de la mano, prefiriendo hablar de algo que no involucrara lo mucho que deseaba más que sus manos entrelazadas.
— Te he estado esperando — informó, poniéndose a su lado y empezando a caminar con él. Taehyung también esperó más, porque él no rechazaría cualquier cosa que viniera de Jungkook ni le parecería desubicado que él quisiera más. Supuso que Jungkook necesitaría tiempo, entonces no lo mencionó —. ¿Qué has hecho?
— Tuve clases desde las diez, así que no pude hacer mucho — respondió, tratando de no demostrar ni un poco que aquella forma no era como quería ser saludado, empezando a caminar con Jungkook a su lado —. ¿Comiste algo? Podemos comer con mis amigos, si quieres.
El menor le miró, con cejas alzadas, ilusionado con aquella simple invitación porque se sentía parte de la vida de Taehyung de nuevo, lo cual era un motivo para estallar de alegría.
— ¿Podemos sentarnos juntos?
— ¿No quieres? — inquirió, con las cejas fruncidas.
— ¿Cómo que no? — cuestionó con una expresión que indicaba que eso era, definitivamente, todo lo que quería —. Pensé que solo nos veríamos un rato y cada quien iría a lo suyo.
— ¿Por qué?
El pelinegro lo pensó antes de responder, teniendo la respuesta clara y a la vez borrosa. Era como si todavía no estuvieran en condiciones de ser los más cercanos de nuevo, pero tampoco debían ignorarse o saludarse con sonrisas desde lejos. Estaban en medio de las dos, suponía, pero claramente no quería quedarse estancado allí por mucho tiempo.
— Porque estamos en ese punto.
— ¿Qué punto, Jungkook? — inquirió con real confusión. Sabía que las cosas no estaban totalmente estables y que apenas se habían reconciliado, pero suponía que no estaban tan lejos de donde la dejaron. En realidad, podrían incluso estar mejor.
— Ya sabes, indeterminado, ni sí ni no.
— O sea, el punto en el que tienes que saludarme con un simple "hola" cuando tienes un rato largo sin verme y te la pasas diciendo por mensaje que me quieres tener cerca, entonces cuando estoy contigo, actúas como si no nos conociéramos — dijo, arrugando la nariz —. Saltémoslo.
— ¿Eso quiere decir que tengo los mismos privilegios que antes?
— Me tienes a mi de nuevo, ¿no es suficiente confirmación?
Entonces, como si quisiera responder a aquello con actos que expresaran lo mucho que lo había captado y lo tanto que aquello le afectaba de la mejor manera, lo besó. Taehyung respondió de inmediato a aquel beso en el que Jungkook saboreó su labio superior, luego el inferior y lo chupó al terminar, sin querer alargar algo que lo más seguro era que lo encendería.
Y probablemente fue porque todavía no se acostumbraba a aquello, pero su mirada recorrió aquella cafetería de inmediato, esperando encontrar expresiones de odio y asco que pretendía tomar como si nada, o tal vez ocultar lo que provocarían, pero entonces se encontró con que nadie le prestaba real atención, que lo que más atendían en el momento era lo que tenían en frente y con quien hablaban, no lo que estaba haciendo él.
Fue un gran alivio que no vió llegar, no lo esperaba de ninguna manera porque todavía seguía creyendo en lo podrida que estaba la sociedad, lo mal que puedes ser tratado si te atreves a ser diferente, pero en ese momento sintió que debía relajarse y que quizás, solo quizás y muy poquito, debía separar por mitades no tan iguales aquella opinión que venía esparciendo por todo lo que se consideraba una persona. También había gente así, que no le daba importancia a asuntos ajenos, aquellos que no juzgaban y esos que simplemente toleraban respetuosamente las diferencias de los demás.
Le pareció perfecto, y se atrevió a confiar más, a querer ser más suelto en cualquier otra situación, a no querer esconderse cuándo tuviera que estar parado frente a quienes lo conocían y les había vendido una imagen errónea. Pero, sobre todo, esperaba que sus padres pasaran a ser parte de aquel grupo que Jungkook no quería encasillar como la peste de la sociedad. Tenía confianza en que no pasaría, sus padres de ninguna manera serían así.
Cuando estuvo totalmente fuera de su ensoñación después de darle aquel beso frente a tanta gente a Taehyung, recibió uno más pequeño, sintiendo como el agarre de sus manos se volvió más fuerte mientras seguían parados en cualquier lugar de aquella cafetería.
— Tienes esa sonrisa que no sé si me hace querer que me folles o solo querer que me abraces — susurró, alejándose del rostro contrario que había expresado su respuesta con sus cejas alzadas y sus ojos bien abiertos, carraspeando antes de seguir la caminata que Jungkook volvió a iniciar.
— No te calmes nunca, Jungkook.
Pudo escuchar el sonido de una carcajada no tan grande que el menor dejó salir, justo antes de que lo jalara a una mesa en la que se encontraban los amigos de Taehyung, haciendo que se ponga serio de inmediato.
— Hola — Taehyung saludó alegre, demostrando su buen humor, atrayendo la atención de los dos castaños en la mesa —. Miren, no vengo solo — acercó al menor a la mesa para que fuera más notorio de lo que era a quién se refería —. Jungkook, saluda.
Jungkook saludó con una mano y una sonrisa tímida que no sabía de dónde había salido. Estaba perdiendo su carisma y su actitud relajada para convertise en aquella cosa que estaba siendo y que, sin ningún miedo a afirmar, estaba completamente bajo el mando de Taehyung. Eso último era probablemente lo que había desencadenado la pérdida de aquel muchacho grosero y que pretendía parecer rudo.
— Yo lo conozco — dijo uno de ellos, Wonwoo, a quien Jungkook claramente conocía gracias a que se juntaba con su compañero de habitación más de lo que pretendía.
— ¿De dónde? — preguntó otro, demostrando interés.
— Es amigo de Mingyu, cortados con la misma tijera, ya te puedes imaginar — aquello no fue una grata aportación, sin embargo, Jungkook no lo dijo. Wonwoo se giró a Taehyung con una mirada de ojos entrecerrados —. Dijiste que no lo conocías ese día que te vimos con él.
Taehyung abrió los ojos tanto como pudo, reprendiéndole en silencio por decir cosas que, en su momento de querer borrar por completo la existencia de Jungkook de su vida, afirmaba con muchísima determinación. Pero Wonwoo era un bocotas, claramente no se quedaría callado.
— ¿Yo? — soltó una carcajada exagerada, haciendo a Jungkook tomar asiento mientras conservaba aquella mueca que claramente le pedía a Wonwoo que se callara —. Este es Hyungsik — señaló al otro castaño en la mesa, presentándoselo a Jungkook. Cuando el mencionado levantó un poquito su mano, saludándole con un movimiento de cabeza, Taehyung señaló a Wonwoo —. Y él ya sabes que habla demasiado.
— ¿Dijiste que no me conocías? — Jungkook inquirió sin siquiera atreverse a presentarse por él mismo, sorprendido porque Taehyung había pretendido no conocerlo de verdad. Quizá no debería actuar de esa forma porque cualquiera en la situación del mayor podría hacer lo mismo, pero de alguna forma le dolía.
Antes de responderle, Taehyung volvió a mirar mal a Wonwoo, sintiendo la mirada de Jungkook sobre él. Hyungsik simplemente miraba lo que pasaba con interés, mirándolos uno por uno, queriendo captar cada detalle.
— No así, no te preocupes — le respondió, dejando su mochila a su lado para luego darle una sonrisa que pretendía quitarle importancia a aquello, pero sería algo que Jungkook pensaría durante los próximos días.
— Ya.
Después de eso, el silencio se instaló en la mesa, todos callados sin saber a dónde mirar. Entonces, Taehyung habló para indicar que iría por comida, preguntando a los demás si querían algo, recibiendo una negativa por ellos. Le insistió unas veces a Jungkook que aseguró que comería de la suya, entonces finalmente se fue, dejándolo con un desconocido y un casi conocido en la mesa.
— Bueno, Jungkook, ¿verdad? — Hyungsik, que parecia el mayor allí, habló para romper el silencio que Taehyung había dejado —. ¿Eres nuevo?
Jungkook asintió, después de darle una mirada al camino por el que se había ido Taehyung.
— Solo vine por un trimestres.
— ¿De qué recinto?
— Busan — respondió sin prestar real atención.
Los otros dos se miraron de inmediato después de aquella respuesta, haciendo una mueca conjunta cuando parecieron recordar algo. Sus miradas parecían decirle todo al otro, borrando aquella expresión cuando Jungkook los miró de lado, con rareza.
— Uy, no — habló Wonwoo. Miró a Jungkook negando, luego actuando como si estuviera teniendo un escalofrío —. Espero que con Taehyung no quedes enganchado porque los de ahí le traen mala suerte, y con lo buena gente que es, es difícil que no te confundas por ratitos.
Hyungsik le empujó sin fuerzas el hombro por empezar a hablar de aquello que, definitivamente, no pondría a Taehyung contentísimo. Pero era Wonwoo, y claramente a veces no podía callar lo que debía ser callado.
— No le digas eso, es el amargue de Tae — le dijo, pero la forma en la que lo hizo no fue lo suficientemente efectiva para el otro castaño.
— Pero yo quiero saber — Jungkook dijo.
— Y yo que lo quiero decir — dio unos aplausos, contento porque iba a cuchichar sobre aquel tema —. Pero te lo digo porque eres amigo de Taehyung, algo de eso debes de saber. Y si te presentó con su compinche — se señaló a él y a Hyungsik — es porque te considera cercano.
— Claro, dime — exigió con desesperación, repiqueteando sus dedos en la mesa gracias a la necesidad de saber que le ponía nervioso.
— Lo que pasa es que Taehyung se enamoró de un hetero, su peor error, debo aclarar. Podría ser esa historia la definición de alguien que da asco cuando se enamora.
Wonwoo hizo una mueca de desagrado que Jungkook respondió con una expresión de cejas fruncidas.
— No fue tan así — intervino el otro.
— Ay, Hyungsik, no seas mentiroso — le miró de lado, girándose un poquito y levantando una mano para empezar a enumerar —. Cambió las clases para un solo día porque quería estar con él todo el tiempo, la mayoría de las veces volvía a Busan después de terminar 10 horas de clases porque no verlo por un día lo ponía mal, vivía hablando del susodicho y llorando por él, todo le recordaba a él, ni siquiera tenían más de cuatro meses juntos y ya estaba planeando qué hacer para su cumpleaños, incluso cuando ni siquiera era una relación, sino sexo casual, entre otras cosas.
Alzó sus cejas a la espera de que el otro respondiera, viéndolo mientras parecía pensarlo.
— Bueno, sí fue tan así — aceptó.
Jungkook no aportó nada a aquella conversación, sabiendo totalmente que él era ese susodicho y que solo conocía la historia por su parte, no aquellos detalles que Taehyung nunca le dijo. Nunca pensó que el mayor lo tomaba así de serio, lo que lo hacía reclamarlo como suyo la mayoría de las veces por la inseguridad de ser cambiado en cualquier momento.
Sinceramente, la sola idea lo ponía enfermo, y era grandioso que aquel temor nunca pasó a ser real, sin embargo, empezaba a sentirse culpable de nuevo por las cosas que pasaron hace un tiempo y que podrían avergonzarle de sacarlas a colación.
Prefirió atender a lo que hablaban los demás, aún cuando lo que quería era jalarse los pelos por lo estúpido que había sido.
— ¿Te acuerdas cuando nos llevó a ver nuevos modelos de motos solo porque a él le gustaban? — Wonwoo inquirió para Hyungsik.
— Y cuando se pasó como una semana dibujando sobre él — agregó el otro —. Estuve a punto de destrozarle la tablet, sinceramente.
— Incluso, cuando nos dieron un tema en clases de arte que debíamos demostrar a través de un retrato, ¿sabes qué dibujó él? — se dirigió a Jungkook, esperando que dijera la respuesta obvia de aquella pregunta.
— ¿A mi? — preguntó con sorpresa, pero sintiendo que definitivamente esa era la respuesta correcta.
— No, a ti no — negó con sus manos, haciendo una mueca al mismo tiempo —. Dibujó sus ojos.
Jungkook lo miró de lado, preguntándose cuál había sido aquel tema que llevó a Taehyung a dibujar aquello. Si no estaba equivocado, nunca lo miró con emociones desbordantes que podrían ser notadas a kilómetros, siempre estuvo a raya, controlándose, excepto en esos momentos en los que simplemente no podía hacerlo. Y aún así, estaba seguro de que sus ojos no transmitían demasiado.
— ¿Por qué mis ojos? — volvió a preguntar con interés.
— Que no, hombre, que a ti no — Wonwoo lo miró con una clara expresión que quería cuestionarle en silencio que qué le pasaba, y Jungkook lo notó de inmediato. Hyungsik le miraba con las cejas fruncidas, estudiándolo, poniéndolo nervioso —. Pero de verdad, esa ilustración se vio tan real que hasta yo me ilusioné. Si no se imaginó que lo miraba así y el muchacho de verdad lo hacía, no puedo culparlo por ilusionarse tanto.
— Y eso, que solo fue una ilustración, imagínate en la realidad — agregó Hyungsik, esperando que Jungkook dijera algo, sin embargo, no lo hizo.
— ¡Por eso!
— Aunque claramente pudo haber sido cosa de su imaginación.
— Bueno, pero ustedes no saben — habló Jungkook, carraspeando cuando sintió que lo miraban a él —. ¿Y el tema cuál era?
— Alma.
— Estuvo tan romántico — Wonwoo puso una expresión que él suponía que lo hacía ver bonito, entonces continuó —, dijo "Dicen que los ojos son la ventana del alma, el amor la hace florecer, y no hay mejor forma de apreciarlo que a traves de una mirada que brilla con el sentimiento".
Woo se tocó el corazón, exagerando la supuesta ternura que le transmitía aquello mientras Jungkook simplemente lo miraba en silencio.
— Taehyung es un partidazo — afirmó Hyungsik.
— La verdad — concordó el otro —. Pero es demasiado bueno, todavía me pregunto cómo pudo ver amor en los ojos de alguien que claramente no lo quería, porque uno no trata así a quién quiere.
— Ustedes no lo saben.
— Tú sabes menos, deja de querer defenderlo.
De repente, el aire empezó a cambiar, empezando a tornarse un poquito más pesado justo cuando las expresiones de los demás empezaban a demostrar su inconformidad. Y de repente, Jungkook se preguntó por qué Taehyung estaba tardando tanto.
Esperaba no quedar en evidencia, porque sinceramente la situación no pintaba de arcoíris para él.
— Woo, ¿ya vas a empezar? — le reprendió el mayor de los tres —. Es hora de cerrar el tema, Taehyung está bien ahora y nos tiene a nosotros para darle golpecitos en la espalda y secarle las lagrimas si le vuelve a pasar — entonces, miró a Jungkook —. A menos que tú sí sepas algo, Jungbook.
— Jungkook — corrigió, dándole una mirada reprobatoria —. No sé nada más.
— Entonces eso es todo. ¿Verdad, Woo?
— Sí, pero es que me molesta que no sepamos ni su nombre — confesó, de repente enojado —. Es bueno para él, he estado tomando clases de Taekwondo, ya te puedes imaginar.
— Claro, aunque estás casi en la misma situación — bromeó el mayor, soltando una risa nasal.
— Bueno, pero el que me gusta a mi no es hetero — se defendió —. Y no estamos hablando de mi. Como te decía, Jungkook, no te fijes en Taehyung, los de Busan me dan mala espina.
Lo señaló, y Jungkook pudo sentir la advertencia detrás de aquello. Sin embargo, ya era demasiado por dos razones: Jungkook era ese chico y ya estaba demasiado enganchado con Taehyung.
Asintió, sonriendo falsamente.
— Tae nos va a matar por hablar de eso — afirmó Hyungsik —. Y ni siquiera está aquí, callémonos.
— Jungkook es su amigo, está bien.
— No soy su amigo.
Aclaró aquello de inmediato, con un tono de voz decisivo y sin una gota de chiste, totalmente sabiendo que lo último que serían él y Taehyung sería amigos.
— Te mandó Mingyu, ¿verdad? — Wonwoo le tocó el brazo al otro castaño sin dejar de mirar mal a Jungkook —. ¿Viste? Los de Busan son malísimos, y encima le acerté con eso de que es igualito a Mingyu.
— No me mandó nadie — aclaró.
— ¿Entonces?
— No lo sé, pero Taehyung y yo nunca podremos ser amigos. Es todo.
Después de eso, los otros dos le miraron de lado, en silencio, juzgándolo abiertamente.
Un ratito corto después de que se terminara aquella conversación, Taehyung llegó. Se sentó a su lado en la mesa, tomándole la mano por debajo a Jungkook y compartiendo su comida con él. Claramente su actitud no pasó desapercibida, y aquello ya tenía muchos cabos fáciles de atar, lo que llevó a Hyungsik a darse cuenta de todo sin siquiera tener que preguntar.
No lo mencionó, pero su mirada fue lo más terrorífico del momento, y Taehyung captó todo lo que debía.
Fueron a clases cuando tuvieron que hacerlo, prometiendo pasar otro rato juntos lo antes posible, cosa que los tenía emocionados a los dos.
Unos días más tarde, cuando las cosas entre ellos seguían marchando por la línea del bien, Taehyung lo había invitado a conocer un poquito de la capital, evitando usar la palabra cita porque ninguno estaba seguro de poder sostener aquella reunión con aquella etiqueta de por medio. No les desagradaría, pero de alguna forma aquello cambiaría la atmósfera.
Era un poquito extraño que estuvieran actuando como dos pubertos en términos de conocerse cuando la realidad era que conocían mucho y un poquito más de los dos, pero les encantaba aquella vibra de timidez a su alrededor, como si cada acción fuera analizada previamente y finalmente efectuada de la forma más bonita posible. Aquello definía más a Jungkook que a Taehyung, porque por su parte, el mayor no estaba siendo muy diferente.
Incluso Jungkook estaba sorprendido por la forma en la que actuaba últimamente, dejando su actitud característica para todo aquel que no fuera Taehyung, porque con él quería ser bonito y lo que le seguía.
Jungkook nunca había estado en Seúl, así que Taehyung le mostró los sitios populares después de que el menor le dijera cuáles quería conocer. Tomados de la mano, subieron la montaña Namsan hasta la torre y bajaron después de disfrutar de las vistas, probaron un famoso postre que estaba siendo la sensación en las redes sociales, visitaron el museo nacional y al final, ya casi anocheciendo, fueron por la experiencia de comer ramen frente al rio Han. Y siempre, cada vez que Taehyung entraba a aquel auto, le tomaba de nuevo la mano a Jungkook, sin querer soltarlo, haciendo que el corazón de este saltara alto en su interior.
Nunca había sido del tipo romántico, pero Taehyung simplemente le hacía querer derretirse con cada acto, con cada palabra, con su sola existencia cerca de él. Y no sabía cuan listo estaba, pero sin duda alguna deseaba la experiencia de querer mientras lo quieren, de sentir el pecho cálido por la sensación de tenerlo todo y que aquello se resuma a una persona, de quedar encandilado por una sonrisa y emocionarse por el toque de una mano que incluso lo rozaría con cariño.
Viviría el privilegio de estar en la vida de Taehyung, y se aseguraría de no dañarla esa vez.
— Y bien — habló Taehyung después de terminar de comer, poniendo la lata de cerveza vacía sobre la mesa mientras Jungkook se terminaba la suya —, ¿se sintió diferente comer ramen frente al gran río Han?
Jungkook soltó una risita, pensando en su respuesta. Por su parte, no había algo que quisiera destacar, no más que la emoción que le daba el que Taehyung le había cumplido aquel deseo. Podría haberlo hecho solo desde hace tiempo, sin embargo, no sería lo mismo, porque probablemente lo que hacía bueno el tener una cita en aquel lugar era la compañía. Pero claro, no estaban en una cita.
— Se siente bien, pero igual no es nada del otro mundo — resumió, poniendo al mismo tiempo su lata vacía sobre la mesa —. Podría comer sopa en un basurero mientras sea contigo.
— Uy, esas líneas clichés, Jungkook — bromeó, entonces dejaron salir una carcajada corta que trepó por sus gargantas con suavidad —. Aunque probablemente se sentiría mejor, ¿verdad?
— Nunca como besarte.
— ¿Quieres hacerlo ahora? — el menor le miró con ojos explayados luego de mirar alrededor, sin embargo, relajó su expresión de inmediato y le sonrió, pero ya Taehyung había recibido su primera reacción —. Es broma, no te pongas tan nervioso.
No era una broma, claramente. Jungkook tampoco se puso nervioso.
Le tomó la mano por sobre la mesa, mirándole con ojos suaves y brillantes, sonrisa chiquita, con sensibilidad.
— No es eso, no voy a comportarme de nuevo como lo hacía antes — negó con tranquilidad, conservando aquella expresión suave que hacía a Taehyung liberarse del peso del miedo de que nada hubiera cambiado —. O sea, no te puedo negar que me siento, no lo sé, diferente, porque esto es demasiado nuevo para mi, pero no tiene que importarme lo que no seas tú, así que no lo hace — dijo aquello con muchísima seguridad, atento al rostro de Taehyung que brillaba con una expresión bonita de complacencia —. Lo que pasa es que estás demasiado lejos.
Entonces, le soltó la mano a Taehyung y se levantó de su silla, ubicándola a su lado, justo donde podía tener un buen alcance de él, de su mano, de sus labios. Y sin siquiera detenerse a pensarlo, de forma automática, besó los labios de Taehyung de la forma más bonita, con sentimientos agrupados y que manifestaban su existencia a través de aquel roce que les calentaba al corazón.
Se sintió tan corto como un parpadeo e igual de intenso que un sol ardiente a medio día, pero era fácil de disfrutar, de atesorar, de recordar. Un beso podría no ser la gran cosa, pero en ese momento, aún cuando había sido un toque efímero, se sintió como algo maravilloso. Entonces Jungkook pudo rectificar que lo mejor de todo, de aquel momento, de aquel lugar, era Taehyung.
El mayo puso su mano en la mejilla contraria, acariciandolo con su pulgar mientras lo mirabas con ojos repletos de amor.
— Gracias por ser así de valiente, Jungkook. Y porque puedo tomarte de la mano en la calle a plena luz del día, eso me hace muy feliz — dijo antes de pasarle el dedo por sus labios, limpiándole la poquita saliva que le había quedado alrededor, o simplemente tocándolos porque quería hacerlo, cualquiera de las dos era cierta.
— Entonces puedo decir que ya gané — puso su mano sobre la de Taehyung que seguía en su mejilla —, pero eres algo que no quiero dar por sentado, así que me voy a esforzar para que seas feliz todos los días.
Entrelazó sus manos y le permitió su hombro a Taehyung para que se acomodara allí, entonces fue justo lo que hizo. Debajo de aquel cielo estrellado, en silencio, queriéndose y siendo simplemente ellos dos, era sencillo darse cuenta lo mucho que sus corazones latían por el otro, y dedicarse cada latido fue lo más certero en el momento.
Aquel sentimiento de extrañarse que no había tenido respuesta sin importar cuántas veces se había pronunciado, finalmente se había vuelto más ligero hasta el punto de sentirse únicamente por la certeza de lo cerca que podrían estar, más no por lo lejos que siempre estarían.
— ¿Te sientes bien? — preguntó Taehyung. Su voz se escuchó suave, rompiendo con delicadeza aquel silencio en que se dedicaban a disfrutarse juntos.
Jungkook no respondió de inmediato, pero el mayor esperó en silencio hasta que lo hiciera.
— ¿Con respecto a qué?
— En general. Tú, contigo, conmigo — explicó con aquel tono inalterable —. Si te sientes muy expuesto o consideras que es demasiado, quiero saberlo.
El menor hizo un sonidito que pretendía hacerle creer a Taehyung que lo estaba pensando, que no estaba seguro de su respuesta, pero lo hacía con la intención de darle largas o parecer interesante.
— Estoy bien conmigo, te adoro a ti, no he sentido que estoy haciendo algo mal, porque no hacemos nada malo, ¿verdad? — no esperaba una gran respuesta para aquello porque pretendía seguir hablando, así que el sonido de negación que Taehyung hizo fue suficiente para él —. Me lo parecía siempre que tenía que decirlo en voz alta, pero mis actos siempre fueron tan diferentes de mis pensamientos que vivía entre mis propias contradicciones — su mano acarició la espalda de Taehyung inconscientemente mientras hablaba, el mayor prestándole completa atención —. Estoy totalmente seguro de que si no se me hubiera dicho lo terrible que podría ser la homosexualidad, siempre hubiera hecho lo que sentía, pero era joven y crédulo, solo quería ser lo que esperaban que fuera.
— Yo no te obligué a hacer esto, ¿cierto? — Taehyung le preguntó, mirando hacía arriba para verle la cara a Jungkook, todavía recostado en su hombro y sintiendo sus caricias en su espalda —. Porque si de alguna forma te obligué a hacerlo, entonces yo...
Jungkook lo calló con un beso que resonó en sus propios oidos, corto y suave, un toque de labios que le prometía borrar aquella preocupación infundada.
— Aunque eres por quién tengo el valor de llamarme a mi mismo por lo que soy, no me hiciste sentir obligado en ningún momento. En algún momento debía pasar, ¿no?
— Supongo, si eso querrías.
— Que existas tú y que me gustes tanto me hizo querer, contigo siempre voy a querer — confesó, besándole la nariz cuando Taehyung le sonrió —. No te preocupes por esas cosas, ya te he hecho demasiado daño como para que vivas atormentado por banalidades.
— Quiero estar seguro, eso es todo.
— De mi no tienes que preocuparte más.
— ¿No?
— No — aseguró, carraspeando en consecuencia cuando planeaba mencionar el tema que le preocupaba a él —. No es que quiera amargarnos, pero tu hermano es mi único amigo.
Taehyung se despegó del hombro de Jungkook, mirándole con confusión.
— ¿Qué quieres decir? — inquirió, entonces el menor se lamió las labios antes de responder.
— Que me va a odiar, entonces me voy a quedar solo.
Jungkook esperó la respuesta de Taehyung mientras el conservaba aquella expresión, tratando de llegar al motivo que hacía al contrario pensar aquello. Entonces, recordó que Namjoon odiaría la idea de ellos dos juntos, sin embargo, aquel asunto estaba totalmente fuera de sus incumbencias.
Apreciaba su preocupación, lo amaba porque siempre quería cuidarlo, pero no permitiría que se metiera en sus decisiones.
— Me tienes a mi — le aseguró, tomándole la mano —. Además, Namjoon no puede tomar esa actitud por mis decisiones.
Y Jungkook entendía y concordaba con aquello, pero aún cuando su amigo no debía, lo haría, y le aterrorizaba la idea de que no tuvieran más que ver.
— Es precioso escucharte decir eso, pero todavía estoy preocupado.
Soltaron una risita conjunta que pretendía alivianar el momento.
— Ya, no nos atormentemos por algo que todavía no pasa.
— Es que no puedo evitarlo, no sé qué voy a hacer si Namjoon me llega a odiar — la preocupación era evidente en su rostro, cosa que intentaba no hacer tan notoria, pero sus propias palabras ya eran suficiente para delatarlo —. Es mi primer y único amigo de verdad. Claramente tenemos nuestros choques, pero nada que no solucionemos con una cerveza mientras lo hablamos, yo sé que esto no va a ser igual.
Taehyung exhaló con exageración, mirando a Jungkook con aquella expresión que repetía que no pasaría nada, pero aquello no surtía suficiente efecto. Lo entendía, y esperaba que Namjoon los entendiera también.
— Es mi decisión, Jungkook. No la suya.
— Lo sé.
— ¿Entonces?
— Le preocupas — declaró con obviedad —. Bueno, le preocupa que yo pueda tratarte mal, y la verdad tiene razón en no confiar en mi — su voz se escuchaba un poquito triste, con real miedo, y Taehyung solo quería que olvidara el asunto por el momento —. ¿Qué voy a hacer cuando vuelva? Los quiero a los dos.
— Yo confío en ti, Jungkook — lo tranquilizó, besándole la mano antes de continuar, queriendo dejar pasar aquel salto que dio su corazón después de aquello —. De todas formas habláremos con él.
— No sé que tanto funcione eso, pero es la única opción.
— Ahora que lo sabes, olvidemos el tema.
Después de un rato en el que solo estuvieron en silencio, cuando decidieron irse y también que dormirían juntos esa noche, Jungkook saludó a los padres de Taehyung que no preguntaron acerca de ellos dos, pero todavía los miraban con curiosidad. Tuvieron una conversación corta que no rozó ni de amago lo personal, hablando únicamente de cosas triviales y de lo felices que estaban de verlo.
Cuando finalmente lo dejaron ir y luego de tomar una ducha y acostarse en la cama de Taehyung, recibiéndolo en sus brazos cuando él se acostó también, preguntó sin demasiado rodeo lo que venía pensando hace días.
— Tae, ¿por qué fingiste no conocerme?
Sin embargo, la única respuesta a aquello era la que ya ambos conocían: simplemente porque sí, porque la situación lo hizo decirlo. Y aquella respuesta solo fue suficiente cuando Taehyung, después de tranquilizarlo al respecto, encontró la manera de desnudarlo en aquella oscuridad, con dedos hábiles, follandolo de aquella forma que a Jungkook le encantaba.
hola, precioses.
de 24 caps, pasé a 26 (😠).
los capítulos restantes están planeados y en ellos no hay uno solo con escenas de smut, pero si ustedes quieren, agrego un cap solamente del asunto, porque la verdad el último fue como que meh.
ya quiero acabaaaaar, pero soy vagísima. tengo que terminarlo sí o sí antes de entrar a la universidad, y antes de mi cumpleaños también porque probablemente empiece a trabajar de una. ya se me va a juntar la vejez con las responsabilidades. 😭
stream muse, bai.
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