20

Si Jungkook debía describir en una sola palabra la forma en la que se sentía en ese momento, entonces la palabra que usaría sería "urgencia", porque sin duda era la mas acertada. Podría considerar pocas situaciones para que llegaran a rozar aquella categoría en su vida, pero de repente, la necesidad desesperante de querer algo en concreto lo
tenía dando vueltas en aquel dormitorio.

Quería tanto a Taehyung con él, abrazarlo, besarlo, lo deseaba. Y podría simplemente calmarse con el hecho de que el mayor estaba abierto a eso, pero no podía porque lo cierto era que hasta que no lo tuviera en sus brazos, siendo de él, no estaría completamente tranquilo.

Tenía clases en ese momento y una gran parte del día, sin embargo, aquel asunto le importaba lo mismo que nada. Eso no era lo principal en el momento, lo que era de verdad necesario era Taehyung, todo él y con Jungkook. Las ganas de abrazarle y acariciarle la espalda sin una camisa que estorbara eran gigantes, de verdad quería tenerlo tan cerca que pudiera incluso escuchar su respiración, y sabía que lo más lejos que aceptaría tenerlo era hasta donde su brazo llegara, pero justo allí donde podía atraerlo sin problemas.

Caminaba de un lado a otro pensando en qué hacer, porque la realidad era que nunca había estado en esa situación, era la primera vez que sentía un deseo tan grande que podría consumirlo. Quizá Taehyung estaba indispuesto en el momento y sería imposible verlo, probablemente eso era lo que más le molestaba, pero tenía que hacer algo al respecto obligatoriamente para poder pasar un día tranquilo. Al menos, como mínimo, esperaba tener la certeza de que podría verlo si no hubieran cosas que se interpusieran, sin embargo, él no iba a apuntar a tan poco, mucho menos cuando ya había hecho algo en lo que evitaría pensar en ese momento y revelar hasta que no sea necesario.

Tomó su teléfono de la mesita de noche que estaba al lado de su cabecera, quitándole el cargador del orificio y buscando rápidamente el número de Taehyung, al que afortunadamente ya podía mandar mensaje. Le escribió un único texto que decía "¿Puedes venir? piso tres, 295." indicándole dónde se encontraba y pidiéndole por favor que fuera a verlo, en una pregunta que claramente no ponía aquello literalmente, pero que se notaba que era lo que quería decir porque los nervios y emoción lo secundaban.

Tuvo que dar unas cuantas vueltecitas como pudo dentro de aquella habitación compartida, mirar su teléfono cada diez segundos y sentarse en la cama antes de poder recibir una respuesta de Taehyung. Era simple, casi nada, pero para Jungkook significó todo en ese momento.

"Puedo."

Entonces, pudo saltar de la emoción, literalmente, encerrado en una habitación en la que nadie lograría notar aquel sentimiento cálido que lo inundó por completo, que le confirmaba que estaba avanzando y que podría avanzar más. Estaba feliz con eso, tanto que el solo hecho de analizarse en aquella situación le hacía negar, rendido, porque nunca se imaginó estar así.

Esperó unos minutos que sinceramente parecieron horas, podría afirmar que así era, pero el reloj de pared desmentiría aquella afirmación mal hecha. Sus pantalones de pijama de repente le parecieron demasiado poco, pensado como quien acababa de enamorarse por primera vez y esperaba siempre lucir bonito para su persona, sin embargo, Jungkook sabía que aquello era cosa de sus nervios o de su expectación, porque Taehyung lo había visto peor y con menos.

Otros pocos minutos después, se escuchó la puerta, la madera sonando después de ser tocada simplemente aumentó sus nervios, y en ese punto ya Jungkook se sentía como un adolescente demasiado involucrado con alguien, de esos que son timidos y les tiembla hasta la voz. Debía actuar normal, incluso cuando aquello parecía imposible.

Corrió a la puerta y la abrió, una sonrisa instalándose de inmediato en su rostro, su pie repiqueteando en el suelo detrás de la puerta, ahí dónde Taehyung no veía. Le dejó pasar, cerrando la puerta con seguro de inmediato, cosa que no pasó desapercibida, siendo cuestionada con una ceja alzada.

Jungkook no dijo nada, simplemente lo tomó del brazo y lo acercó a él, llevó una mano a su mejilla, mirándole a la cara directamente, observándolo con real brillo en sus ojos, queriendo besar cada partecita, lo quería todo para él.

— Estoy lúcido ahora. Completamente lúcido — su voz parecía un susurro indefenso, sin embargo, aquello hizo que a Taehyung le pasara un escalofrío por toda su espina dorsal. El simple aliento de Jungkook chocando contra su rostro fue mucho, y su cuerpo pudo notarlo de inmediato.

— ¿Sí?

Sus manos estaban colgando a sus costados, sus ojos justo en los de Jungkook.

— Sí.

La respuesta de Taehyung fue una sonrisita que de ningún modo intimidó a Jungkook, aún cuando su mirada estaba conectada con la de él con una fuerza increible. Jungkook no quiso esperar más, así que no lo hizo.

Su rostro se acercó con lentitud al de Taehyung, llegando tan rapido a rozar su nariz gracias al nulo espacio entre ellos. Le vio entrecerrar los ojos, subir su rostro un poquito, listo para recibir aquel toque, entonces Jungkook finalmente rozó sus labios. Primero los acarició con los suyos, queriendo sentirlos suaves contra los de él, un toque mínimo, pero que despertó en Jungkook latidos desenfrenados que dejaban en evidencia su emoción, deseo y aceptación.

Pasó su lengua por el labio inferior de Taehyung, atrapando de inmediato el inferior entres los suyos, aquella mano en la mejilla ajena acercándolo más. Los saboreó con lentitud, como si lo hubiera esperado por años, como si quisiera recordar para siempre como se sentían, chupandolos con gentileza en un ritmo que simplemente llamaba desesperación.

Taehyung se dejó ser en sus brazos cuando Jungkook le apretó la cintura y lo pegó más a él, empujándolo un poquito hasta que tocó la puerta con su espalda y le sostenía el rostro con firmeza. Cuando introdujo su lengua, no pudo evitar dejar salir un jadeo sobre los labios de Jungkook, haciéndolo sonreír mientras seguía en lo suyo, delineando sus labios con su lengua y chupandolos con delicadeza.

Era un beso lento, que definitivamente no concordaría con el latido de sus corazones, tampoco con la intensidad de todos aquellos sentimientos agrupados en ambos pechos. Se sentía precioso tener a Taehyung allí, cerca de él, besándolo con toda la delicadeza que tenía, deseándolo más incluso cuando lo
tenía ahí, con él.

Jungkook nunca esperó que algo tan sencillo como un beso le hiciera sentir de aquella forma que no podría explicar, sino sentir. Podría decir que se sentía como florecer por dentro, como una primavera infinita que no transmitía más que tranquilidad, el deseo de quedarse estancado en ese momento, de que fuera realmente eterno. Y si se lo preguntabas a Taehyung, él concordaría sin duda alguna.

Rompieron el beso, pero no por falta de aire, sino porque Jungkook quería ver a Taehyung. Queria ver su reacción, cuánto le
había gustado o si lo había odiado, pero aquel fue el beso más tierno que Taehyung había recibido, y le gustó exageradamente. Y ni siquiera lo consideraba de aquella manera por la suavidad con la que Jungkook lo trataba, sino por la forma en la que percibía aquellos sentimientos que se colaban a través de un beso.

— Taehyung.

— ¿Sí?

— ¿Por qué no hice esto antes? — le llevó un mechón de cabello a su lugar después de preguntar, pero la verdad es que no lo dejó responder porque mirar aquellos labios era querer besarlos otra vez, y Jungkook no era tan fuerte.

Esa vez fue un poco más rudo, estrujándose en Taehyung mientras lo besaba con menos delicadeza, apretándole más la cintura mientras su lengua hacía lo suyo con la de Taehyung. No pretendía ser tan cuidadoso, de todas formas no era algo que lograría, lo supo cuando mordió sin cuidado el labio inferior de Taehyung, chupándolo seguido como forma de desaparecer el ardor, y aquello le hizo querer mucho más.

Taehyung le acarició el pelo cuando Jungkook bajó una de sus manos a su nalga, apretándola a conciencia, haciendo que jadeara nuevamente, porque Jungkook estaría deseoso de recibir aquellos jadeos bajitos en su propia boca.

Los guió hasta su cama, dejándolo aterrizar de espaldas sobre ella. Su rodilla tomó lugar entre las piernas de Taehyung, una forma de evitar dejarle caer todo su peso encima. Una mano debajo de su cabeza mientras le devoraba aquello labios suaves, que buscaban lo de él con el mismo deseo a la vez que, con la otra, le acariciaba la cintura todo lo que podía.

Taehyung se abrazó a él, subiendo una mano hasta su hombro y la otra fija en su espalda baja, pegándolo a él, deseando sentirlo por completo sobre él. Aquel beso era todo lo que ambos venían deseando, y las expectativas fueron llenadas completamente porque se sentía incluso mejor de lo que imaginaban.

El beso se rompió por segunda vez, pero ninguno dijo nada, sin embargo, sus miradas lo hicieron. Dijeron tanto como no sabían que se podía y se entendieron a la perfección, concordando en aquella afirmación muda de cuanto se querían, sentimiento que brillaba al punto de ser enceguedor. Jungkook le dio un besito corto, un toque pobre que Taehyung aceptó, y lo hizo porque sí, porque los labios de Taehyung se veían bonitos, rojos e hinchados, porque quería hacerlo y porque ya podía.

El mayor le respondió con una sonrisa chiquita tan preciosa que el otro no pudo hacer más que estallar en felicidad, y eso era todo lo que podría desear. Jungkook necesitaba tanto como eso para ser feliz, tanto como ser de Taehyung, tanto como que Taehyung fuera de él. Ya no le daba miedo la idea de no ser solo suyo, ahora estaba encantado, y quería alargar ese sentimiento tanto como pudiera.

— ¿Siempre has besado así de bien? — inquirió el menor, sentandose sobre el regazo de Taehyung, con sus manos a los lados de su cabeza, levemente inclinado hacia él.

— Puede — respondió, acariciando su muslo por encima de aquel pantalón de pijama fino.

Sinceramente, Jungkook no podía estar más encantado de tenerlo así, luciendo tan precioso y tan cerca de su rostro. Era una vista que amaría tener por muchísimo tiempo, sabiendo lo tan significativamente que aquello aumentaba su deseo.

— Estoy celoso, mucha gente te besó antes que yo — unió sus labios de nuevo en un beso corto, empezaba a suponer que no iba a saciarse pronto —. Quiero borrarlos todos, que no quede ni el recuerdo de quienes fueron tan afortunados en el pasado.

Y eso hizo completamente feliz a Taehyung.

— Vas a tener que hacer mucho si eso es lo que quieres — sonrió inocentemente, limpiándole la saliva que ya no tenía en la comisura de sus labios.

Jungkook tomó aquella mano mientras todavía estuvo en su rostro y la besó, tomando aquel beso como punto de partida de un caminito que trazó con sus labios por todo su brazo, deteniéndose en el inicio de aquella camisa verde y volviendo a retomarlo en su cuello, lamiéndolo y mordiéndolo mientras él se dejaba ser, dándole más acceso.

— Creo que debería empezar ahora si eso es lo que quiero.

Taehyung gimió cuando Jungkook le chupó el cuello. Enterró sus manos en su cabello negro mientras él continuaba con lo suyo, haciéndolo fruncir sus cejas cuando su cara no pudo ignorar todas aquellas sensaciones que provocaba aquel ataque en su cuello. Cuando estuvo conforme con lo que hizo, le besó la clavícula con más gentileza, dejando besos humedos que ambos disfrutaban por completo, dirigiéndose a sus labios de inmediato.

Empezó a desabotonar su camisa con una mano, moviéndose un poquito sobre Taehyung, queriendo sentir su entrepierna bajo su trasero, sin embargo, no pudo disfrutar de un beso tanto como quería porque Taehyung lo detuvo. Lo tomó por el rostro con una mano, alejándolo a su pesar, entonces, una clara expresión interrogatoria fue lo próximo que vio en la cara de Jungkook, confundido por aquello.

— ¿Qué hay de tú compañero?

— Tiene clase — entonces intentó volver a lo suyo, siendo detenido nuevamente.

— ¿Cómo lo sabes?

— Porque yo también tengo.

Taehyung lo pensó un poquito, viendo como Jungkook esperaba su confirmación para volver a besarlo y quitar su camisa. Le miraba con desesperación, con un deseo incapaz de ser oculto, mordiéndose los labios a la espera, entonces después de estar de acuerdo en que quería aquello en la misma medida, supo que definitivamente no se iba a negar.

— ¿Estás seguro de que quieres hacerlo aquí?

— Muy seguro.

Y aquella confirmación repleta de seguridad le dio paso a Taehyung para hacer lo que quisiera, sin medirse ni detenerse.

Atrajo a Jungkook hacia sí antes de ayudarlo a sacarle la camisa, con él moviendose sobre su entrepierna de la forma más lenta y tortuosa que podría hacerlo. Sabían a lo que iban, y la sola idea era suficiente para sentirse calientes y emocionados, impacientes por aquello que venían deseando desde hace un tiempo, queriendo que pasara rápido, pero que durara todo el día.

Taehyung fue sentandose como pudo, sin poder despegar a Jungkook de sus labios porque parecía estar encantado con ellos, saboreandolos con hambre, lamiéndolos como si fuera lo más delicioso que había probado nunca. Los mordía, chupaba e introducía la lengua de una forma que le nublaba la mente al mayor, él estando a punto de perder la cabeza cuando Taehyung chupó su lengua, rompiendo el beso, terminando con aquello para empezar a quitarse más ropa, mirarse a sus cuerpos desnudos con deseo, tocarse sin vergüenza y coincidir con el pensamiento conjunto de lo tantísimo que se extrañaban.

Con la inexistencia de sus ropas, únicamente con los bóxers, Taehyung puso a Jungkook con la espalda sobre la cama, tocándolo por completo mientras se acomodaba a su lado. Jungkook volvió a exigir su boca, lo que hizo que Taehyung sonriera en medio del beso que aceptó gustoso, colando sus manos en los bóxers negros de Jungkook, bombeando su pene con lentitud, atrapando el gemido bajito de Jugkook en su boca.

Su mano subía y bajaba en el mismo ritmo, tortuoso, suave, tan delicioso que Jungkook lo aprobó con respetidos jadeos y gemidos que le impedían mantener la boca cerrada, esa la única forma de por fin dejar los labios hinchados de Taehyung. Su mano se apretaba a una almohada en su cabecera, la otra enroscada en la nuca de Taehyung, apretando sus hombros cuando las sensaciones que pretendían hacerlo estallar se volvían deliciosamente insoportables.

A Taehyung le encantaba verlo de esa manera, podría ser aquella su expresión favorita de Jungkook. Le besó la mandibula, continuando con lo suyo, su pene duro rozando el muslo de Jungkook. Quería estrujarse allí, pero no iba a hacerlo, en vez de eso, masturbó a Jungkook con más velocidad, poniéndolo aún peor, besándolo para hacerlo callar sus gemidos, feliz de que finalmente podía besarlo.

Cuando Jungkook se vino en su mano, empapando sus bóxers y ensuciando los dedos de Taehyung, ya estaba agitado. Su pecho subía y bajaba, sin embargo, en sus labios no faltó una sonrisa bonita y complacida.

— Me encantan esos dedos tuyos — dijo, respirando pesado, dejándose quitar el
boxer de Taehyung. El mayor le miró desde su lugar, correspondiéndole la sonrisa.

— Soy el mejor, ¿verdad? — terminó de sacar los bóxers ajenos, abriéndole las piernas después, ubicándose en medio de ellas.

— Eres el único.

Aquello, más que una simple aclaración de que había sido el único hombre en hacerle aquello, pareció más una declaración que se tomaron demasiado personal aún cuando aquello no pretendía serlo.

Jungkook le acarició el cabello cuando Taehyung, en medio de sus piernas, se estiró hasta su pecho para besarlo. Un besito húmedo en medio de su pecho, luego otro en su pezon, lo que lo llevó a lamerlo y chuparlo, haciendo que Jungkook jadeara. Cuando tuvo suficiente, continuó besando su abdomen, su ombligo, la parte baja de su vientre, y se sintió perfecto, aquellas sensaciones que le provocaba con cada beso lo hacían arquearse, apretar más el agarre en su cabello y gemir sin poder evitarlo.

Una mano de Taehyung le levantó el trasero, queriendo tener un buen acceso para prepararlo, sin embargo, una mano de Jungkook le prohibió hacerlo.

— Hazlo así.

Aquello tomó por sorpresa a Taehyung, pero la idea no le agradó demasiado.

— No, no te quiero lastimar — respondió, y por su tono se podía percibir que era un no rotundo.

— Lo que pasa es que... — empezó a decir, mordiéndose el labio inferior cuando detuvo sus palabras, sin saber cómo continuar.

— ¿Quieres que te duela?

— No me va a doler.

— ¿Cómo no? — Jungkook le miró, luego pasó sus ojos al techo, volvió a mirarlo. Prefirió mirar hacia la puerta cerrada, esperando a que Taehyung se diera cuando de lo que no iba a decirle, pero que suponía que daba pistas —. No me digas que lo hiciste tú.

Taehyung le miró con los labios entreabiertos, con genuina sorpresa.

— Puede — respondió en un susurro chiquito, pareciendo avergonzado, y Jungkook nunca se avergonzaba.

— No te creo.

Soltó una risa que no significaba más que lo imposible que podría ser aquello, incapaz de creérselo por completo.

— Me dolió un poquito — se quejó.

— Al parecer estabas seguro de que vendría — se tiró sobre él para besarlo, un beso corto que pretendía ser un agradecimiento porque ahora todo sería menos tortuoso para Taehyung y su pene.

— Debías hacerlo, no fue fácil.

Sus labios se volvieron un bulto que eliminó de inmediato, arrugando su nariz mientras aguantaba una sonrisa que salió de todos modos.

— ¡Jungkook, por Dios! — exclamó, encantado con el chico —. Me encantas.

Jungkook se sintió halagado, como si hubiera hecho algo realmente bien, contentísimo y avergonzado por aquello. Taehyung, sin dejar de besarlo, se bajó su bóxer como pudo y se masturbó para esparcir mejor su líquido preseminal en toda su extensión, entonces alineó su pene con la entrada de Jungkook, entrando en él sin avisar y consiguiendo que gimiera alto.

Fue recibido tan cálidamente, la estrecha entrada de Jungkook apretándose a su pene de inmediato, sacándole un gemido ronco que provocó que a Jungkook se le ponga la piel de gallina.

— Creo que no lo hice muy bien — dijo Jungkook, sintiendo un dolor soportable en su trasero que en realidad no le hacía estar menos excitado, pero todavía era molesto —. O probablemente no hacerlo después de tanto tiempo me está pasando factura, pero me duele.

— Está bien — Taehyung lo tranquilizó besando toda su cara mientras Jungkook se abrazaba a su cintura, con sus ojos cerrados y su pecho subiendo y bajando, esperando pacientemente a que la molestia disminuyera al acostumbrarse al tamaño de Taehyung. Sintió besitos en su nariz, barbilla, ojos, frente, todos húmedos, y le encantaron. —. Voy a hacerlo lento, dime si te sientes bien.

Entonces se quitó de encima de Jungkook, tomándolo por la cintura, empezando a moverse lentamente. Entraba y salía con suavidad, atento a las expresiones de Jungkook, quien mantenía sus ojos cerrados, apretando las sábanas mientras gemía sin vergüenza alguna.

Estiró su mano, Taehyung la tomó y besó, sosteniéndola como creía que Jungkook quería que hiciera. Entendió lo que pedía cuando fue atraído hasta él nuevamente, notando que lo que el menor pedía era que lo abrazara, entonces lo hizo.

Puso sus manos bajo la cabeza de Jungkook, su cara en su cuello y sintió como el menor se abrazaba a él con fuerza, dejándose penetrar a una velocidad tan lenta que era imposible hacerle algún daño.

— Puedes hacerlo ya — avisó, susurrando aquello en el oído de Taehyung, preparándose para recibirlo como se debe.

Taehyung le miró, preguntándole con la mirada, recibiendo un asentimiento por su parte.

Cuando se introdujo por completo y con fuerza, Jungkook jadeo igual de fuerte, quebrado y agudo, clavando sus uñas en la espalda de Taehyung. La segunda embestida fue igual de fuerte, pero el dolor ya se iba difuminando con el placer, entonces, en la tercera, cuando Taehyung empezó a hacerlo con velocidad, Jungkook no hizo más que gemir sin prohibición, totalmente conforme con la forma en la que se estaba sintiendo.

Estaba seguro de que después de eso le iba a doler el trasero, pero en en ese momento era lo que menos le importaba. Taehyung lo embestía con tanta dedicación que sus ojos se pusieron blancos, sus labios se entreabieron nuevamente y sus uñas habían hecho linea en su espalda, pero eso solo aumentaba el placer, el aire caliente en la habitación y la necesidad de estar aún más cerca.

El sonido de sus pieles chocando se escuchaba tan obsceno que hasta se volvía adecuado. Taehyung le gemía en el oído, gemidos roncos que lo encendían tanto que quería atreverse más, entonces lo hizo.

Lo empujó hacía arriba, pero no le dio demasiado tiempo para pensar en la interrupción cuando rápidamente cambió su posición y lo dejó sentado en la cama, él sentándose sobre él. Le sonrió mientras tomaba su pene y lo introducía en su interior a la vez que le miraba con un brillo intenso de deseo en sus ojos, bajando lentamente, entrándolo por completo, llegando a tocar su punto bajo la mirada sorpendida y excitada de Taehyung.

Su expresión fue un poema, y Jungkook la disfrutó al máximo.

Se abrazó a su cuello y lo beso mientras lo montaba, interrumpiendo sus labios juntos con los gemidos de ambos, a punto de llevar a Taehyung al climax. Estaba sobrecargado, no soportaría muchísimo más, mucho menos cuando Jungkook lo hacía tan bien, de esa forma que lo hacía sentir débil, calentándole la cabeza y poniéndolo a temblar.

Se sentía tan bien estar dentro de Jungkook, le encantaba la forma en la que lo montaba mientras devoraba sus labios, su posición favorita, podría atreverse a asegurar.

Se vino en el interior de Jungkook, soltando un suspiro complacido y haciendo al menor jadear por cómo se sintió liberarse en su interior. Y él, mientras lo seguía montando con rapidez, sentía todo el líquido deslizarse por sus piernas a la vez que las estocadas en su punto lo ponían a temblar, llegando al orgamos solo unos segundos después.

El aliento caliente chocó con la barbilla de Taehyung mientras su semen goteaba de su pene y se derramaba en el estómago contrario, ensuciando sus propios muslos también. Dejó caer su cabeza en el hombro de Taehyung, sus respiraciones igual de caóticas, el mismo sentir.

Jugkook se levantó para sacar el pene de Taehyung de su interior, limpiando a ambos con la camiseta que tenía puesta hace un rato y que consiguió al estirar la mano hasta la cabecera de la cama, bajo la mirada entrecerrada del mayor.

— Vamos a bañarnos — le pidió, sin embargo, seguía sobre él, rescostado en su hombro, oliéndole el cuello.

— Sí, deberíamos — respondió con cansancio, acariciando la espalda de Jungkook.

— Pues vamos.

— Vamos.

Pero ninguno de los dos se movía, lo que les causó risa, dejándose caer sobre el colchón, demasiado cansados como para levantarse.

— Si llega el metiche que duerme en este mismo cuarto antes de que limpiemos, vamos a estar en problemas.

— ¿Por qué? — inquirió, sin esperar una respuesta en realidad —. Que deje a la gente quererse en paz.

— El problema es que compartimos cuarto, Taehyung — recordó con obviedad —. Se supone que debíamos respetar eso.

— No va a saber.

— Por eso debemos levantarnos ahora.

Jungkook se sentó primero, quejándose en el transcurso, entonces hizo a Taehyung sentarse jalándole el brazo, obligándole a ponerse de pie frente a él. Le tendió ambos brazos, el mayor lo ayudó a levantarse, dándole un besito en la mejilla cuando Jungkook enroscó sus brazos alrededor de su cuello, mirándole con una expresión bonita y serena.

Caminaron abrazados en dirección al baño, dando pasos lentos uno detrás del otro, intentando no caerse porque Jungkook iba prácticamente pisando los pies del mayor. Taehyung era lo mejor que había tenido, lo sabía con certeza, y esperaba con tanto empeño tenerlo con él por tanto tiempo como fuera posible, porque sabía que nunca, ni de amago, iba a ser capaz de dejar ir algo así, algo como él.

Le miraba con adoración, dejando que se notara que habían sentimientos imparables y fuertes detrás de aquella mirada, que aquel brillo cuando lo veía solo significaba amor, que justamente eso era lo que significaba para él.

— ¿Qué pasa? — Taehyung preguntó, notando el silencio en el que se había sumido Jungkook, la forma en la que lo veía y como sus ojos parecían a punto de lagrimear —. ¿Debimos no hacerlo? ¿por eso quieres llorar?

El tono de Taehyung le hizo entristecerse porque parecía que él todavía seguía esperando que Jungkook se arrepintiera de cada cosa que hicieran, pero sabía que Taehyung tenía bases para hacerlo, y que en vez de sentirse triste por aquello, debía empezar a cambiarlo.

Jungkook dejó caer su cabeza hacia atrás, apretando los ojos con fuerza porque se había sentido tan sensible con la idea de que aquello podría no ser tan largo y con el presentimiento de que lo arruinaría de nuevo. Su cabeza volvió a su lugar, a mirar a Taehyung, con la misma altura siendo de gran ventaja.

— Perdón — dijo, una expresión de tristeza tomando el control de su rostro.

— ¿Por qué?

— Te quiero mucho, Taehyung.

— Y yo te quiero mucho a ti, Jungkook — le besó la frente, volviendo a poner en marcha su camino hacia la ducha con Jungkook abrazado a él —. ¿Estás triste porque me quieres?

— No estoy triste, solo te quiero y ya — respondió, dándole un besito corto —. Tal vez me duela la cintura un poquito, o el trasero, o los dos.

— Eres un ñoño.

Coincidieron en una sonrisa que les alegró el alma, tan sincera que la calidez embargó sus pechos, haciéndolos sentir completos.

Tomaron una ducha que se alargó gracias a una sesión de besos porque Jungkook no sabía como despegarse de aquellos labios, donde probablemente pidió perdón unas tres veces y tuvo que salir de allí con la ayuda de Taehyung, que lo sostuvo por la cintura.

Se vistieron al mismo tiempo, mirándose más que hablando de cualquier cosa. Entonces, cuando terminaron, decidieron cambiar las sábanas para que no quedara evidencia alguna de lo que habían hecho allí, y como si fuera necesario algún testigo de aquello, la puerta fue abierta mientras acomodaban las almohadas, sin poder actuar normales porque fueron descubiertos de inmediato.

— ¿Interrumpo? — inquirió Mingyu, mirándoles con una expresión pícara —. Que no me voy a ir de todos modos, pero preguntar eso hace que parezca una escena de película, ya saben.

— No pasa nada, ya me iba — Taehyung dijo, de inmediato siendo tomado por la muñeca.

— Caramba, Jeon, le vas a romper el brazo.

— Que se vaya él, ¿por qué tú? — escuchó la queja ofendida de Mingyu, también vio la expresión divertida de Taehyung mientras él preguntaba aquello con total seriedad —. Mingyu, vete.

— Es como si me botaras de mi casa, no puedes — se tiró sobre su cama, primero dejando la mochila sobre esta —. ¿Me quieren contar por qué estaban cambiando las sabanas? — subía y bajaba las cejas en dirección a los otros dos, lo que avergonzaba a Jungkook y de cierta forma molestaba a Taehyung.

— Me voy — habló Taehyung, caminando hacia la puerta con Jungkook aferrado a su muñeca, negado a soltarlo.

— Nos vemos, Taehyung.

— No me hables.

Abrió la puerta con la mano que tenía libre, cerrándola después de que Jungkook salió, todavía con su muñeca presa.

— No quiero que te vayas — dijo Jungkook con una expresión de tristeza en su rostro, podría estar claramente sintiéndose de esa forma, pero también podría estar exagerando un poquito para que Taehyung le viera con pena, y aquel método sería eficaz en cualquier otro momento —. Mingyu es medio pesado porque cree que todo es relajo, pero a veces molesta poco, yo me encargo.

Taehyung lo atrajo hacia él con la mano que Jungkook no soltó hasta que tuvo que hacerlo cuando él lo atrajo hacía sí, abrazándolo por la cintura y besándole la frente.

— Eso sería muy incómodo, ya nos veremos después — le sonrió bonito, haciendo que Jungkook exagerara aquella expresión.

— ¿Cuándo después? Porque hay muchos tipos, ¿sabes? — inquirió, abrazando con ambos brazos a Taehyung por la cintura —. ¿Después después, después ahorita, después nunca o después por casualidad?

Él parecía un poquito serio con el asunto, como si estuviera realmente preocupado por la respuesta, lo que hizo a Taehyung reír.

— Después después.

— Falta mucho — entonces se abrazó más fuerte a él, recostando su cabeza en su hombro y siendo sostenido con fuerza por Taehyung.

— Se nota que me extrañaste muchísimo.

— Me iba a volver loco.

— Que grave — dijo con tono de preocupación fingido —. Eres ñoñísimo, debo repetir.

— El amor se me está saliendo de las manos, no me controlo — confesó, parándose derecho de inmediato, mirando a Taehyung a la cara —. Porque sabes que te quiero muchísimo, ¿verdad? Y que nunca en la vida debes de dudar de eso, ¿cierto?

— Sí, Jungkook. Lo sé muy bien.

— Eso es suficiente.

Le dio un beso allí, en medio del pasillo de los dormitorios, sin importar quienes lo vean, totalmente aferrado a no dejarlo ir, pero sabiendo que debía ceder por más que lo quisiera con él. Cuando se despegó después de unos segundos, Taehyung lo miró con felicidad, totalmente complacido con la actitud de Jungkook y con él en general.

— Nos vemos, Jungkook.

— Te quiero, Taehyung.

Antes de soltarlo, le dio otro beso, más corto, más suave, y finalmente lo vio irse hasta que desapareció por las escaleras.

— Son tan bonitos — la voz de Mingyu desde atrás lo hizo girarse de inmediato, con una vergüenza que no demostraría, viéndole poner una expresión de ternura que no era más que una mueca falsa. Estaba parado bajo el umbral, mirándolo por una reja que dejaba la puerta medio abierta, sonriéndole al final —. ¿Ya son novios? — le preguntó con interés, bloqueándole la entrada —. Ya sé, se lo pedirás después ahorita o después después.

— ¡Mingyu, maldito pesado! — le gritó con vergüenza, sacándole el dedo de en medio.

— Ya, no te enojes, hombre — se quitó de la puerta, permitiendo que pudiera pasar —. Estar enamorado te queda bien, al menos ya no tienes esa cara de culo.

Eso lo último lo dijo sin burla, entonces Jungkook sonrío, incapaz de no hacerlo, abriendo la puerta más y pasándole por el lado, queriendo ocultar lo feliz que estaba, pero negado a ignorarlo.




He a pro rider, ho ho ho ho rider. 🫦

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