19

Habían tantos pensamientos distintos inundando su cabeza que no podía detenerlos ni controlarlos, todos ellos girando al rededor de una clara afirmación que Taehyung no tenía miedo de confesar, pero que de todas formas no haría en voz alta. Lo quería, lo extrañaba, lo deseaba y era demasiado evidente. Jungkook era eso con lo que estaba de acuerdo y aceptaba, porque los sentimientos no se pueden simplemente meter en una caja, y nunca sería ofensivo o molesto decir a boca lleno lo enamorado que estaba.

Quizá era cuestión de confianza, o probablemente tenía que ver fuertemente en un asunto de cuan merecedor era de aquella oportunidad que pedía sinceramente, pero la decisión a tomar al respecto era algo que veía borroso y probablemente lo único que le daba miedo.

Podría ser tan real que una afirmativa le permitiría vivir el mejor momento de su vida, enamorado y feliz; podría ser tan falso que arriesgarse a poner su corazón otra vez en manos equivocadas le dejara incluso sin los trozos de aquel. Él quería arriesgarse porque era lo que le decía su corazón, sin embargo, su mente le pedía lo contrario. Aquellos dos eran siempre rivales hasta el momento en que no lo eran, y Taehyung no sabía si debía apostar a su mente o a su corazón.

Sea cual sea la respuesta, ese no era el momento. Y la verdad era que no quería estar en un lugar que él no acepte por completo, salvo que ya lo hacía.

Eran tantas conjeturas, tantos pensamientos y al final una sola decisión que tomar, que ya se sentía demasiado abrumado. Tomó su teléfono y marcó el número de Jimin, con quien se había acercado bastante en aquel tiempo que tenían sin verse, y sabía que aquel asunto era algo que quería compartir con él porque necesitaba opiniones ajenas para no ahogarse en sus propios cuestionamientos carentes de respuestas sólidas.

— Hola, cielo — escuchó la voz de Jimin en la línea, canturreando aquel saludo con mucho ánimo, aquel tono coqueto característico bien definido —. ¿Cómo estás hoy?

— Hola, bien, adivina qué pasó — respondió de inmediato sin siquiera preguntarle cómo estaba de vuelta, queriendo decirle ya el motivo de aquella llamada porque no había otra cosa que quisiera discutir en ese momento —. Jungkook está aquí.

— Bueno, pero a la próxima me dejas adivinar.

— Que Jungkook está aquí, ¿sabes lo grave que es? — inquirió. Ni siquiera sabía si estaba emocionado o nervioso, pero todavía su corazón palpitaba con fuerza. Era como si tuviera algo que le hacía sentir que debía aferrarse, que estaba allí para él, y aquella emoción que sentía, más que aclararle alguna cosa, lo confundía.

— ¿Grave? — preguntó con real confusión —.
Estás feliz y seguro de ti, no tiene cómo afectarte.

— Ignorando el hecho de que lo hace, pues no — dijo, soltando un resoplido que Jimin escuchó en la linea —. No estoy ni cerca de superarlo.

— Bueno, eso significa que te hizo muy feliz en su momento — Jimin afirmó sin la necesidad de cuestionarlo incluso cuando no tenía aquella certeza, pero Taehyung siempre actuaba como si así fuera —. Abrazar los buenos momentos es una buena forma de cerrar un ciclo con amabilidad o de estancarse en él hasta convencerse de que es el único.

— No voy a ligar con alguien más, si es lo que sugieres — negó de inmediato, porque aquella idea era la peor del mundo en definitiva —. Probablemente porque no te ha pasado no me vas a entender, y yo no creo ser tan explicito al respecto, mis habilidades de explicación no están conmigo la mayor parte del tiempo.

— Dime, inténtalo.

Taehyung suspiró suave, aquello siendo notorio en el otro lado de la línea, pensando en cómo decir aquello.

— Fue tan bueno que al final resultó ser demasiado malo.

Si le preguntaba a cualquiera, probablemente aquella mínima explicación que arrastraba un desglose gigante podría tener sentido, para otros quizá no tanto. Pero por su parte, él conocía perfectamente el significado, cuánto se alargaban aquellas palabras debido al gran peso detrás de ellas, lo tanto que definía una relación que nunca lo fue, lo muchísimo que podría agregarla como sinónimo de "todo".

— Las relaciones no se terminan porque sean color de rosas, Taehyung. Para mantenerlas hay que soportar muchísimas cosas y cambiar otras, pero lo tuyo no fue solo eso — hablaba con un tono que fácilmente Taehyung podía asociar con la voz de la razón, esa que te aclara las cosas y te pone la verdad en la cara, sin embargo, no sabía si debía interpretarla de esa forma —. Diste muchísimo, o no sé si es lo que quieres que crea, pero lo que sé te pone en el puesto del que más lo intentó.

— Yo me esperé que un lapso la definiera por completo, si te soy sincero, quizá por eso me decepcioné tanto — confesó, mordiéndose los labios antes de volver a hablar —. Al principio no fue muy importante, salvo por el hecho de que para mi lo era. Me gustaba, era lógico que lo viera como lo mejor que tenía. Claramente fui sintiendo más, él evitando que yo lo hiciera ignorándome cada vez que intentaba dejárselo saber. Probablemente fue mi culpa...

— No te permito culparte, cállate — aquella voz que normalmente salía juguetona, se había tornado dura en aquella exigencia.

— No, espérate, es que sí lo fue. Yo en ese momento tenia la idea de él siendo hetero, ¿por qué fui a joder con un asunto que no iba a terminar a mi favor? Lo sabía, pero esperé que me correspondiera.

— Tenías esperanzas, eso no te hace culpable.

— Ese fue mi error — Jimin guardó silencio mientras Taehyung hablaba, esperando que termine de contar aquello —. La primera vez que cedió, fue lo mejor que me pudo pasar, te lo juro. Si hubiera sido solo eso, probablemente me hubiera desilusionado de nuevo, pero siguió siendo lindo conmigo, entonces me ilusioné más, esperé más y obviamente quise más.

— Y eso los trajo hasta aquí.

— Sí. No podía conformarme con la mitad de algo que yo ya tenía por completo, no quiero que me quieran solamente en la noche cuando nadie nos ve — en la comodidad de su cama, se acostó boca abajo, poniéndose en teléfono en la oreja que no quedó chocando la almohada —. Yo sé que él puede hacerlo, probablemente por eso no lo quiero dejar ir. No puedo deshacerme de esa idea, pero tampoco de la duda de si me volverá a lastimar.

— Pues no luches sabiendo que vas a perder, ni modo que te desgastes cuando sabes que no vas a cambiar nada.

— ¿Me estás animando a volver con él? — inquirió con sorpresa.

— Te estoy diciendo que lo dejes pasar.

— ¿Qué quiere decir eso concretamente?

— Que lo ignores — respondió con simpleza —. A menos que de verdad estés seguro de estar con él — agregó después del silencio de Taehyung —. Claramente desconfías de él, una relación no puede basarse en eso. Si estás considerando alguna opción, simplemente ignórame, tú sabes que yo no sé mucho de estás cosas, la verdad yo me dejo llevar muy fácil por lo que siento.

— ¿Y cómo te va?

— Estoy feliz, así que mal no me va  — respondió sin pensarlo, con seguridad —. ¿Qué sientes tú en realidad?

— De todo.

— Tendrías que ser un poco más explícito.

— Es que en realidad siento de todo. Lo quiero tanto como el principio, probablemente más, yo creo que el dolor que pasé no se compara con lo que siento por él, aunque en realidad no es algo que quisiera repetir — respondió sin pensar demasiado —. Pero también pienso que no debería ceder. Aunque, también siento que si no lo hago podría perder más.

— Ay, Tae — dijo, parecía arrastrar las palabras, quizá evidenciando su lástima o probablemente la misma confusión —. No sé que decir, no puedo suponer si sería capaz o no de hacerte más daño.

— Iba a decir que no lo haría, pero probablemente sería cosa de mi yo enamorado — soltó una risita que relajó un poco la situación —. ¿Qué debería hacer?

La línea se quedó en silencio un momento, luego se escuchó la voz de Jimin.

— Bueno, el incidente pasó hace casi tres meses, tiempo suficiente para pensar, supongo. No lo viste por casi dos meses y cuando lo vuelves a ver te vuelves a sentir igual, significa que nada cambió por tu parte, pero podría ser que sí de la de él. ¿No notas nada diferente en él?

Taehyung lo pensó, pero no llegó a encontrar respuesta porque seguía viendo al mismo Jungkook. Quizá un poquito más sensible, pero el mismo al fin. Sus ojos brillaban iguales, pero no tenían la misma emoción, su agarre seguía igual de fuerte, su rostro guapo y le seguía afectando de la misma manera. Si debía responder, no podría dar gran detalle de aquello.

— ¿Cómo qué? — inquirió, esperando conocer las ideas de Jimin. Algo le hacía referirse a aquello, y quería saber en qué pensaba.

— No sé, cualquier cosa — escuchó un resoplido, luego hubo silencio, entonces escuchó una queja bajita antes de que volviera a hablar —. Escondió su sexualidad, Taehyung, algo lo empujó a hacerlo. Debe de ser difícil pasar por su situación, mucho más cuando se lo ha negado desde siempre.

— Jungkook siempre ha vivido de la opinión ajena, no lo pienses demasiado.

— ¿Y si no es solo eso? — preguntó, y aquello en realidad parecía un pequeño ataque —. Perdón, no lo estoy defendiendo porque no lo conozco, estoy mencionando posibilidades.

— Di tus ideas, yo te escucho.

— Yo creo que el aceptar que te quiere aún cuando él se oponía lo puso sensible, o algo así — pareció restarle importancia aún mediante aquella llamada, como si fuera un tema demasiado trivial —. Mira, uno pasa por muchos cambios y sabes lo duro que puede ser el proceso, en algún momento hemos pasado por eso.  Repito que no quiero justificarlo porque mi amigo eres tú, estoy de acuerdo en todo lo que decidas, pero si no han tenido una conversación real, sin orgullo ni esperando que uno de los dos gane, podrías tomar una mala decisión.

Mientras escuchaba, se pellizcaba el labio con la mano que anteriormente sostenía el teléfono, dejándolo sobre su oreja sabiendo que no tenía como resbalarse. Sus piernas se abrían y cerraban sobre la cama, justo como quien intentaba hacer la figura de un supuesto angel en la nieve, con la diferencia de que el resultado que obtenía era una cama desarreglada. Sus pensamientos volvieron a ser desastrosos después de escuchar aquello.

— ¿Crees que sea tan serio?

— Son suposiciones, solo no creo que lo de él sea una rechazo infundado.

— Ahora me pusiste a pensar de nuevo — respondió después de unos segundos —. Creo que nunca he tenido una conversación con él sobre eso, aunque el día en que todo empeoró pude darme cuenta de lo asustado que estaba.

— Tienes tiempo de resolver las cosas — animó —. Confío en que tomarás una buena decisión.

— No hagas eso, que yo con expectativas puestas sobre mi soy un desastre con patas — bromeó, compartiendo una carcajada con Jimin.

— Entonces retiro eso — dijo entre risas —. Mira, pero sí es un poco loco que él aparezca justo aquí cuando tú saliste corriendo de él, es como si estuviera negado a que se acabe.

— ¡¿Verdad?! — se sentó en la cama al mismo tiempo en que inquirió aquello, sintiendo que Jimin lo veía tan raro como él.

— Es el destino. Uno no puede huir de lo que le toca — dijo seguido de una risa.

— ¿Ahora crees en el destino?

— Bueno, me estás dando material.

La llamada terminó después de varias bromas por parte de Jimin, Taehyung intentando seguirle la carriente. Cuando finalmente colgó, se quedó recostado en su cama perdido en sus pensamientos. De ninguna manera demostraba tener las cosas claras, tampoco actuaba como si fuera así, él simplemente repasó una y otra vez varías alternativas para al final terminar decidiendo la misma.

No se le acercó a Jungkook el día siguiente, y claramente no lo haría el fin de semana. Se mantuvo ocupado con las tareas que tenía pendiente, una forma de poner toda su concentración en una sola cosa. Cuando estuvo completamente seguro de lo que iba hacer, después de, para sorpresa de nadie, cuestionárselo muchísimo, decidió actuar.

Tomó las llaves del auto que nunca conducía y condujo hasta un pub cercano, donde al llegar notó que no había mucha gente, tampoco demasiado ruido. Después de tomar asiento en una mesa para dos, jugó con su teléfono mientras movía su pierna con nerviosismo. Juraba estar seguro de aquella decisión, sin embargo, no sabía si era de verdad lo correcto.

Estaba convencido de que aquella charla no acarrearía nada, o al menos ese era el propósito, pero lo que pensara Jungkook sobre aquello no podía simplemente ignorarlo, porque definitivamente iba a ilusionarse aunque sea un poquito. Y si las cosas mo resultaban bien y a todo se le sumaba un Jungkook ilusionado, entonces la culpa sería de él por no mantener su palabra y no saber cuando dar por terminado un asunto.

Soltó un suspiro exagerado, dándose ánimos internamente.

"¿Quieres un trago?" Había texteado después de buscar el contacto de Jungkook, mismo que había borrado muchísimas veces, pero que de todas formas volvió a guardar y bloquear, como si no pudiera simplemente restablecer aquello con unos cuantos toques en la pantalla. De alguna forma, aquello representaba su resistencia, misma que podía ser en realidad inexistente. Cuando el mensaje apareció como visto, le mandó la ubicación sin esperar respuesta, lo puso boca abajo en la esquina de la mesa, entonces pidió un trago suave para entretenerse mientras esperaba.

No pasó demasiado, quizá unos veinte minutos y dos tragos para que Jungkook apareciera. Le vio buscar por todo el lugar, encontrándolo casi de inmediato porque no había un gran gentío, tampoco alguien con quien confundirlo. Levantó la mano cuando sus miradas se encontraron, entonces Jungkook se acercó casi de inmediato a la mesa, tomando asiento sin pensarlo demasiado.

— Hola — dijo nada más sentarse.

— Hola.

Por la forma en la que se saludaron, podría parecer que no se conocían. Taehyung le sirvió de la botella que estaba en la mesa, en silencio, sintiendo la mirada de Jungkook sobre sí.

— ¿Está todo bien? — preguntó Jungkook en un intento de conocer qué hizo a Taehyung pedirle verse, aunque si no tuviera razón, igual seguiría encantado —. O sea, yo sé que nada está bien, ¿verdad? — dejó salir una risita que demostraba sus nervios —. Me refiero a ti, ¿cómo estás tú?

Taehyung casi se ríe, estuvo a punto de hacerlo. Se mordió el labio inferior para que una sonrisa repentina no arruinara su actitud seria.

— ¿Por qué estás tan nervioso?

— No lo estoy.

— Bueno.

Se tomó un trago de su vaso, Jungkook hizo lo mismo, poniendo la mirada en cualquier lugar que no sea la cara de Taehyung. Le miraba directamente y sin querer ocultarlo, y sinceramente aquella no era una mirada de las que le gustaría recibir. Parecía estar juzgándolo o estudiándolo, o quizá simplemente intimidándolo, porque así era como se sentía.

Fue un gran silencio el que se instaló por unos minutos, tan incómodo para Jungkook que se terminó dos vasos sin darse cuenta, sin saber qué era lo que buscaba Taehyung en realidad.

— Tae, ¿esto es todo lo que querías hacer? — inquirió, aquel apodo saliendo de sus labios de forma automática, como si estuviera acostumbrado a hacerlo. Se esperaba más que una literal invitación a tomar un trago.

— ¿Esperabas algo más? — su pregunta tenía un tono que no pretendía elevar muchísimo más a Jungkook, por lo que lo acató de inmediato.

Se aclaró la garganta, queriendo disimular su decepción, entonces tomó otro trago.

— Me estás haciendo esto a propósito, ¿cierto?

— ¿Qué es lo que estoy haciendo? — él lo sabía claramente, pero se haría el desentendido —. ¿No fue claro mi mensaje?

— Taehyung, sinceramente me encanta que me hayas invitado por una copa, pero sabes que no vine con ese propósito, ¿cierto? — Taehyung se encogió de hombros —. Te voy a dejar jugar conmigo si es la única forma de que estemos juntos, pero que sepas que voy a esperar más.

— Sabes que jugar con la gente no es mi estilo, Jungkook — pasó un dedo por la boquilla del
vaso, una forma de mantenerse ocupado y verse interesante al mismo tiempo —. De eso que estás esperando, ¿cuánto te mereces?

No hubo respuesta, él sabía que contestar a aquello lo pondría en desventaja. Los ojos de Taehyung parecieron ponerse en él de golpe, como si le estuviera confirmando con su mirada aquello que pensaba, concordando sin tener que decirle.

Se sintió pesada, y lo único que pudo hacer Jungkook para evitarla era tomar y deambular con la vista por todo el lugar, aunque aquello no hacía que dejara de sentir la mirada ajena sobre él.

— La verdad es que no sé si te he dado el chance de explicarte, pero estoy dispuesto a darte una oportunidad. La última.

La emoción era casi palpable en Jungkook después de escuchar aquello, su accionar se volvió rápido y caótico, sin saber qué hacer en realidad. Le tomó la mano y la apretó con la suya, entonces, sin pensarlo demasiado, la besó. Espiraba felicidad, y se podía sentir más de lo que imaginaba.

— No estás jugando, ¿verdad? — preguntó, totalmente incapaz de creerlo.

Sintió la mano de Taehyung salirse de la suya, su expresión de felicidad se fue desvaneciendo con la misma velocidad.

— Una oportunidad para que seas claro conmigo, Jungkook.

Se dejó caer en el respaldo de la silla, desilusionado, pero aún con esperanzas. Aquello no era un gran problema porque si Taehyung lo entendía podría contar con la suerte de ser aceptado nuevamente, pero si le parecían motivos insuficientes, lo único que le quedaría era quedarse con las ganas.

Era evidente lo negado que estaba a revivir aquello, prefería que las cosas se quedaran en el pasado porque no quería entrar en una charla en la que se le coja lastima o simplemente se le minimicen sus motivos y sentimientos. Nadie más que él sabía cómo se sentía y lo difícil que era porque lo había vivido solo, todavía lo seguía haciendo, y aunque en ese momento se le estaba dando la oportunidad de compartir un poquito, temía que Taehyung no lo viera igual que él.

Nunca tuvo con quien compartir sus dolores, en parte porque eran dolores que le daban vergüenza, y hasta ese momento no pensó que estos podrían parecer insignificantes para cualquiera que no sea él. Deseaba que Taehyung no pensara de esa forma, sabía que no era así.

— ¿Qué quieres saber? — preguntó, repiqueteando sus dedos simultáneamente en la mesa a una velocidad que combinaba con la de el ritmo de su corazón.

— Lo que creas que debo saber — respondió, mirándole con atención —. Lo que te hizo traernos hasta este punto y cómo te sientes al respecto, lo que te asusta, cómo lo has llevado. Creo que debo saberlo si quiero entenderte.

A Jungkook le pareció un trato justo, pero eso no hizo que pudiera controlarse de inmediato. Quizá sus emociones eran imperceptibles a la vista, pero todo su interior temblaba.

La declaración más grande ya la había hecho hace tiempo, pero podría parecer una banalidad sin la parte que justifique su negación. Se tomó todo su vaso de un solo trago, como ya había hecho, la simple expectación de cómo terminaría aquello
lo tenía ansioso, y aquellos tragos eran
bien necesitados para poder calmar el desorden interno con el que estaba lidiando en silencio.

— Está bien, puedo hacer eso — Taehyung dio un asentimiento en su dirección, animándolo a seguir cuando se quedó mirándolo, sin saber por dónde comenzar —. Yo creo que todo se resume al sentimiento de despertar un día siendo justo eso que nunca quisiste ser, que claramente podría sonarte como un disparate, pero para mi no lo fue.

— No tengo la intención de desvalorizar tus sentimientos, Jungkook — lo tranquilizó, animándole a continuar —. ¿Qué es eso que no quisiste ser?

— Gay — respondió con simpleza —. Era fácil convencerme de que no era lo que no quería ser porque no había nada que me hiciera aceptarlo. Pensé que podría cambiarlo hasta que me involucré contigo y me di cuenta de lo mucho que me gustabas — se mordió el labio inferior, mirando a Taehyung, expectante por una respuesta, sin embargo, se vio obligado a seguir cuando este no dijo nada —. Al principio no le di importancia porque mis padres nunca me dijeron que estaba mal, pero después de saberlo y ser advertido, ocultarlo fue lo mejor que pude hacer. Entonces esas mañas viejas volvieron y yo no pude hacer más que querer ocultarlas con más dedicación.

— No son mañas, y no tiene nada de malo.

— Pues eso no es lo que piensas cuando estás asustado, negado y no quieres ser aislado — respondió de inmediato, hasta parecía que controlaba su tono de voz para no hacer evidente aquel mal sentir —. Ya me pasó, simplemente no quería que me vieran con desagrado ni hablaran de mi mientras los escucho — jugó con una servilleta que estaba sobre la mesa mientras hablaba, ya ni siquiera buscaba la mirada de Taehyung —. Eso me enseñaron, y podrían soportar el
desagrado de cualquiera, pero no el de mi familia. Si ellos me rechazan, entonces no me queda nada.

Taehyung sabía que Jungkook esperaba una respuesta de él, pero no tenía nada que decirle porque nunca se vio en esa situación. Sus padres siempre lo apoyaron, su hermano nunca lo miró diferente, había pasado por aquel momento acompañado de la gente que más quería, y temía que decirle algo parecido a Jungkook le hiciera sentir como si estuviera alardeando.

— ¿Qué vas a hacer?

— ¿Soy egoísta si te quiero seguir queriendo y deseando que mi familia lo haga conmigo aunque no sea alguien que ellos soportarían? — sus ojos se aguaron, parecía estar a punto de llorar. Se los estrujó con fuerza, queriendo que las lágrimas se devolvieran justo por donde habían aparecido —. Yo sé que no puedo tenerlo todo, mucho menos cuando esas cosas interfieren entre sí, pero no quiero renunciar a ninguno.

Esas eran exactamente las cosas que hacían a Taehyung ilusionarse, Jungkook era capaz de elevarlo hasta lo más alto incluso en los momentos menos indicados. Aún cuando se sentía mal por su situación, no podía dejar de lado el que el menor quisiera estar con él sin importar que fuera una abominación para su familia, pero todavía sabía que él era a quién iba a renunciar cuando tuviera que hacerlo.

Ignoraría aquel sentimiento, se centraría en el tema principal.

— ¿Ellos te han dicho expresamente que te detestarían si no amas a una mujer?

— Ellos no, pero sé que eso es lo que piensan — su voz empezaba a escucharse débil, realmente afectado —. Mi mamá desea que me case más que nada en el mundo y mi papá espera un nieto varón, ¿no es suficiente eso para darme cuenta?

Jugkook se sentía tan abordado por todos los lados, bajo presión, como si estuviera supuesto a cumplir los deseos de los demás sobre los de él. Quería que dejaran de esperar cosas que él no había prometido en ningún momento, que lo dejaran ser, que le preguntaran lo que quería y lo que le gustaba. El sentimiento se limitaba al hecho de que no podía amar a quien quería y ser feliz con aquello, porque en lo demás estaba completamente bien, sus padres no eran tan controladores ni le exigían caminar por una línea que ellos habían trazado.

— Díselo, entonces no tendrás que suponer.

— Estoy pensando cómo hacerlo, pero prefiero seguir haciéndolo que pedirle en otras palabras que me detesten.

— ¿Y si eso no es lo que pasa? — inquirió, una pregunta que no esperaba respuesta —. Podrían simplemente abrazarte mientras te dicen que te apoyan, que están orgullosos de ti por ser valiente, apreciar tu honestidad. Las cosas no siempre tienen que terminar mal.

— Lo de nosotros terminó pésimo — dijo de repente, con rapidez. Prefería hablar sobre ellos que sobre el impacto que tendría aquella noticia sobre otros, porque pensar en eso lo lastimaba —. Fuiste mi punto de quiebre, lo eres — confesó, tomando la mano de Taehyung entre la suya. El mayor miró aquella unión y no le parecío demasiado, así que lo dejó así —. Llevaba una vida en la que claramente no era yo mismo, pero ya estaba tan convenciendo de que así es como yo era que no había forma de que me desviara. Me hiciste recordar y aceptar que esto es lo que soy en realidad, y solo lo quiero vivir contigo.

Taehyung carraspeó, titubeante ante la idea de ignorar aquello que le hiciera saltar el corazón justo como lo estaba haciendo en ese momento.

— No estás listo para eso, Jungkook.

— ¿Qué más necesito? — inquirió con una notoria exigencia. Buscó la respuesta en aquellos ojos que le miraban directamente, probablemente queriendo presenciar la sinceridad en los suyos —. Me gustas, Taehyung, de verdad — dijo, de repente queriendo tocarlo más, estar más cerca —. Me gustas para ir por la calle tomados de la mano, para besarte frente a tus papás y los míos aunque lo consideren despectivo, para decirte que te quiero todos los días hasta que tengas la constancia de que no miento.

— Jungkook...

— No hay un solo momento en el que no me arrepienta de todo el mal que te hice, estoy seguro de que lo sabes — dijo después de interrumpirlo —. Perdóname, por favor. O al menos inténtalo, piénsalo, de verdad ya no puedo soportar pensar en la idea de tenerte conmigo sabiendo que no tengo la posibilidad.

Era seguro afirmar que Taehyung era débil, pero era incluso más seguro decir que Jungkook lo era el doble, pero solo si de Taehyung se trataba. No lo había descubierto hasta que no puedo hacer más que rogar para recuperarlo, cuando se hizo demasiado tarde, cuando pareció arruinar por completo y sin retorno aquello que tenían y que atesoraba sin estar realmente consciente de ello.

Taehyung sintió las caricias de Jungkook en el dorso de su mano, notando que hacía lo mismo que en algún momento hizo en su cintura. El mismo hormigueo, la misma forma, aquel recorrido que no cambiaba y que su dedo parecía hacer sin control alguno.

— ¿Crees que es seguro que te crea?

— Lo es  — afirmó con decisión —. Intenta creerme, ni siquiera intentes arreglar las cosas conmigo ahora, solo intenta creerme, por favor. Si debo aguantar lo que vendrá después de esto, quiero estar contigo para no sentir que lo hice por nada — aquella petición se escuchaba como un ruego, como si fuera su último recurso —. Si no fuera por ti, no querría hacer esto nunca, pero no puedo simplemente pasarle por encima a lo que siento, voy a arreglar las cosas, lo prometo — el agarre se sintió más fuerte, como una verdadera promesa. Lo miró enternecido, detallando cada partecita que extrañaba observar sin disimulo, y lo disfrutó tanto incluso cuando sabía que estaba siendo más que evidente —. No sé si es cosa del alcohol, pero considero que decir que te quiero me queda cortísimo.

Taehyung se tomó de un trago todo el contenido de su vaso con la mano que tenía libre, mirando a Jungkook con la sorpresa estampada en sus facciones, su corazón saltando tan fuerte en su interior que temía le subiera por la garganta. Eso lo puso feliz, y aquel Jungkook que estaba cerca de estar ebrio notó lo mucho que le había afectado aquello.

Una sonrisita adornó su rostro en consecuencia, totalmente conforme con aquella reacción, seguro de que no era el único que sentía tanto. Se sentía tan expuesto que la verdad no le importaba quedar en vergüenza por seguir haciéndolo, se sentía lo suficientemente relajado como para decir lo que pensaba sin tener que disfrazarlo.

Su pie se movió debajo de la mesa suavemente, conduciéndose lentamente hasta el de Taehyung. Le acarició la rodilla con la suya, buscando tanto contacto como le fuera posible.

Taehyung no dijo nada, ni sobre eso ni sobre lo anterior, se mantenía en silencio, con la mitad de su labio inferior preso por sus dientes, mirándole fijamente a Jungkook. De alguna manera se veía más atractivo, cosa que siempre había sido, pero había algo que exageraba su buen parecido, probablemente su mirada de ojos enamorados que admiraban cada parte de su amado, o quizá era aquel simple pensamiento anterior que pretendía acaparar todo lo que Taehyung podría observar en Jungkook esa noche.

Veía claramente en él aquel brillo que se produce cuando se ve algo con fascinación, algo que se quiere, que se desea, y lo único que podría provocarle aquello a Jungkook era Taehyung, lo único que estaba seguro de querer con todas sus fuerzas. Deseaba que le sonriera como antes, que lo tocara como solía hacerlo y que experimentara besarlo sin obstáculos, porque él ya no lo sería.

Se lamió sus propios labios, y eso le sacó una sonrisita chiquita a Taehyung, que solamente soltó su mano del agarre del contrario cuando este lo hizo. Primero le miró los labios, era una clara petición que Jungkook no pondría en palabras, pero Taehyung ya sabía que estaba pidiendo su permiso. Después tragó saliva, dándose ánimos internamente, queriendo hacer lo que deseaba sin cohibirse, cosa que en ese momento le resultaba un poco difícil.

Se levantó de la mesa de golpe, viendo a Taehyung que le devolvía la mirada desde su posición, alzando las cejas, esperando a ver qué haría Jungkook. Entonces, llevó una mano hasta su mejilla, acariciandola mientras se inclinaba lentamente, dándole tiempo a Taehyung para que se negara o cediera, y cuando no hizo nada al respecto, tuvo la confianza de acercarse.

Una mano en su pecho lo detuvo, teniendo que abrir los ojos para enfrentarse a aquel evidente rechazo.

— Si vas a besarme, hazlo cuando estés completamente lúcido.

Jungkook tragó saliva por segunda vez, avergonzado y un poquito enojado, tomando asiento nuevamente antes de tomar un trago de su vaso.

Taehyung no quería, ni de amago, creer demasiado en un Jungkook inseguro que actuaba de acuerdo al nivel de alcohol en su sistema. Podría fácilmente tener intenciones puras, pero también podría  arrepentirse al día siguiente, y Taehyung no quería ser el motivo.

— Entonces, después de eso, si no tienes alguna queja al respecto, ¿crees que podremos estar bien? — preguntó mientras parecía todo lo avergonzado que nunca fue, evitando mirarle demasiado —. Bueno, si no tienes ningún resentimiento, ya sabes, te dije cosas que no sé si has podido olvidar, aunque siendo sinceros, nadie más que tú sabe lo falso que fue, ¿verdad?

Lo miraba, lo dejaba de mirar, y así por todo el tiempo en el que Taehyung no habló, deseoso de tener una respuesta.

— La verdad es que no le di tanta mente a ese palabrerío que, aparentemente, te sacaste del culo — confeso, encogiéndose de hombros —. Me dolió la intención con la que lo dijiste, pero voy a dejarlo pasar, te voy a entender y te voy a perdonar. Puedes olvidarte del asunto.

Jungkook estaba feliz por eso, pero inconforme también.

— Gracias, de verdad, estoy súper agradecido por esto, pero no me respondiste todo, Taehyung — sus piernas se rozaban de vez en cuando, y Taehyung podía notar el movimiento nervioso de la de Jungkook.

— Estamos bien, Jungkook.

— Así no — respondió de inmediato —. Bien del tipo en el que dos personas se aman, se sonríen, se extrañan, ya sabes, así de bien.

— Vas a tener que explicarte mejor — buscaba molestarlo, porque claramente sabía a lo que jungkook se refería, pero no quería dejarle saber que lo había entendido desde el principio.

— Sabes lo que te digo.

— Supongo que va a ser incómodo tener una amistad tan intima contigo después de que hicimos lo que no hacen lo amigos, pero podría intentarlo.

— ¿Amistad? — inquirió después de soltar una risa nasal —. No estamos hechos para eso, Taehyung. Te he dicho que te amo en la cara y te atreves a ignorarlo así.

Escucharlo nuevamente hizo que se removiera cada parte de él, llenándose de felicidad, pero se recompuso de inmediato.

— Es que no puedo hacerle caso a todo lo que dice alguien alcoholizado.

— Ni siquiera estoy borracho — dijo como si fuera súper obvio.

— Eso es lo que diría un borracho.

— ¿Quieres que me tome una botella de agua? Se me va a quitar después de hacerlo, espérame — entonces Jungkook se levantó, dispuesto a ir detrás de la dichosa botella —. No te vayas, espérame.

— Jungkook, ya me iba, déjalo — lo detuvo cuando él ya había empezado a caminar.

— Déjame decírtelo.

— Me lo dices después, está bien.

— ¿Vas a venir cuando te llame? — preguntó, esperando una promesa que le haría la persona más feliz.

— Solo si me parece — respondió, viendo una mueca de disconformidad aparecer en el rostro del menor —. Llega bien a casa, Jungkook, adiós.

Salió de aquel lugar con una sonrisa que no podría ocultar ni aunque se mordiera los labios, pretendiendo verse normal después de todo aquello que Jungkook le dijo, y que, claramente, lo tenía rozando el cielo.





holi belles. 😽

bien largo el capítulo, dispénsenme. aunque, después de tardarme unos diez días para actualizar, no creo que sea un gran problema.

se fijaron que aquí manejamos unos saltos en el tiempo que ufff? no sé si se había notado en los caps anteriores, pero ya saben cuánto tiempo pasó después de cada cosa.

iba a decir que ahora sí, pero de verdad, se está acabando, pero siempre que lo digo la alargo más así que me voy a quedar mute.

hasta el próximo cap, me dicen que les pareció este. 💗

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top