12
En la parte de atrás de la moto de Jungkook, con sus brazos alrededor de aquella cintura que se amoldaba a su abrazo, la brisa revolvía los cabellos de Taehyung. El aire de esa noche fría le hacía tiritar, siendo aquella una excusa para pegarse más a Jungkook, con una sonrisa que amagaba con desaparecer por el temblor de sus labios.
Y, sinceramente, aún con aquella brisa que le hacía temblar exageradamente, se estaba mejor que en cualquier otro lugar. Siempre se estaba mejor con Jungkook.
En un movimiento atrevido que disfrutó por completo, coló sus manos frías bajo la camiseta de Jungkook, para calentarlas, dijo, pero en realidad lo hizo porque quería, porque tocar a Jungkook era su cosa favorita en el mundo y cuando lo hacía lo único que sentía era felicidad porque lo tenía, incluso cuando no lo podía dar por sentado.
Se estaba conformando con aquella mitad que se le ofrecía, y si con ello podría llegar al punto de tenerlo por completo, entonces lo aceptaría sin problemas. Estaba tanteando la situación, aprovechando tanto como podía a un Jungkook que le daba sonrisas que podrían pintar un cielo y lo abrazaba con tanta pertenencia que creía haber nacido para eso, para él.
Jungkook, en completo silencio, aprobaba cada cada cosa que Taehyung hiciera con él, gustoso y sin dudar, porque si había algo que le gustaba más que todo, era sentir al mayor cómodo a su alrededor, lo que le daba toda la libertad de relajarse y aceptar que lo tenía, que aquel chico quería estar con él.
El pelinegro redujo la velocidad hasta que se detuvo a unos metros de la arena que se veía gris gracias a la noche, y cuando Taehyung reconoció el lugar no hizo más que soltar una risita que Jungkook no escuchó aún con el casco puesto, pero pudo sentir su pecho vibrar.
Primero se bajó Taehyung, quitándose el casco de inmediato, luego lo hizo Jungkook.
— ¿La playa? ¿en serio? — inquirió mientras le pasaba el casco a Jungkook, quien lo encajó en el timón antes de mirarle con una sonrisita picara que indicaba que tenía intenciones ocultas.
Taehyung le correspondió, alzando sus cejas en su dirección.
— En los dramas los protagonistas siempre vienen aquí, pasan cosas importantes.
El mayor se rio, tomando la mano que Jungkook le estaba ofreciendo. Entrelazaron sus dedos, caminando juntos sobre la arena de una playa solitaria que le permitía a Jungkook ser todo lo meloso que quisiera porque allí nadie los vería. Taehyung se limitaba a encantarse con aquel agarre que le hacía saltar el corazón, pasando por alto el hecho de que Jungkook estaba intentando actuar como si estuvieran en los términos de dos personas en el camino a formar una relación seria, queriendo ignorar el hecho de que solo lo hacía porque nadie los estaba viendo.
Y Taehyung aceptaría conforme hacerlo si Jungkook decidiera ser claro y le diera razones solidas, pero él simplemente lo mantenía en un limbo del que Taehyung quería salir apresuradamente.
— ¿Estamos en un drama? – cuestionó, viéndole conservar aquella sonrisa —. De ser así muchísimas cosas serían diferentes.
Presenció cuando el otro apretó sus labios ante aquella oración, totalmente seguro de que aquella indirecta le había llegado justo donde debía, pero Jungkook no era tan valiente como para hacerle frente.
— ¿No te gusta?
— Me gustas tú.
— ¿La playa no? — Taehyung esperaba una respuesta similar, sin embargo, no demostró su descontento. Lo ignoró, porque él siempre ignoraba los desencantos que se habían vuelto comunes, siguiéndole la corriente a Jungkook y cargando con él la responsabilidad de trasladar aquella conversación única y exclusivamente a un ambiente cómodo, lo que se traducía a hablar de sexo.
Se cuestionó en repetidas ocasiones a lo largo de aquellos meses si aquella relación significaba solamente eso para Jungkook, sexo y amagos que pretendían hacerse pasar por un cariño real hacia él que en realidad no existía. Y de ser así, entonces Jungkook era un grandísimo actor.
— La playa también — Jungkook le soltó la mano solo para quitarse su chaqueta y ponerla sobre sus hombros porque Taehyung seguía con frío. Se puso detrás de él, abrazándolo por la cintura, recostando su barbilla en su hombro —. ¿Qué cosas importantes van a pasar hoy?
Jungkook primero hizo un sonidito que produjo en su garganta, fingiendo pensar aquello, luego se le pegó al oído, apretándolo más contra él.
— No sé, podrías follarme en la arena a la luz de la luna — el susurro suavecito, acompañado de aquel besito que Jungkook le dejó en el lóbulo fue la combinación perfecta para que Taehyung sintiera una corriente violenta pasar por su espina dorsal, y ni siquiera se enteró si fue por el frío o solo el efecto de Jungkook, pero tembló entre sus brazos, un temblor fugaz que desapareció tan rápido como llegó.
La carcajada de Jungkook no tardó en aparecer cuando lo notó, dándole la vuelta a Taehyung y obligándolo a mirarle a los ojos que quedaban en el mismo nivel gracias a su altura similar. Le metió la mano por dentro de la camisa, a Jungkook le encantaba tocar la piel de Taehyung siempre que podía, sentir lo tibia que siempre estaba y la suavidad característica. Deslizó sus manos como pudo por su espalda, Taehyung simplemente dejándose tocar mientras le acariciaba la mejilla con una de sus manos.
— No vas a estar creyendo que te voy a follar aquí, ¿o sí? — preguntó antes de besarle la barbilla, soltando su mejilla para también abrazar a Jungkook.
Estaban tan cerca que podían escuchar sus respiraciones, sentir sus latidos e incluso notar el deseo en los ojos ajenos. Siempre estaban deseosos por el otro, y lo íntimo que se sentían aquellos momentos era probablemente lo más caliente, lo que les hacía querer convertir cualquier situación en una escena para adultos.
Debian contenerse, al menos Taehyung lo haría, porque su plan para aquella noche no era precisamente metersela a Jungkook sobre la arena, aunque en realidad le cumpliría el deseo si era lo que él quería.
— Necesitas divertirte más, Hyung.
— ¿Hyung? — inquirió, soltando un resoplido de diversión mientras echaba su cabeza para atrás, alejándola del rostro del Jungkook para verlo mejor —. Que me digas así mientras estás debajo de mi podría ser mi fantasía más urgente.
— Hyung, Hyung, Hyung — le canturreó al oído, haciéndolo reír. Deslizó hacía abajo las manos que seguían dentro de la camisa de Taehyung y le apretó el trasero, buscando convencerlo —. Que privilegio que seas mío, sinceramente.
— Y eso que no has aprovechado todos los beneficios.
Le vió morderse los labios, y lo próximo que esperó sentir eran aquellos sobre los suyos, pero Jungkook simplemente le retiró sus manos de encima y se sentó sobre la arena, palmeando su lado para que Taehyung se sentara allí. Lo hizo, un poco afectado por fallar otra vez, pero tragándose todo su mal sentir.
El menor se recostó sobre sus muslos, mirándole a la cara, fijándose en cada detalle de aquel rostro que sin duda alguna le encantaba. Y aquella mirada en sus ojos le hacía sentir tan culpable que no tenía forma alguna de consolarse o quitarse un poquito de aquel peso.
— Tae — le llamó, esperando obtener toda su atención. Cuando el mayor alzó y bajó las cejas una vez, Jungkook supo que le estaba atendiendo, subiendo una de sus manos y dejándola quedarse en la mejilla ajena, con una sonrisita débil que se volvió una mueca —. Esto no era lo que tenías en mente, ¿verdad? — soltó una risa nasal carente de su característica burla, esta vez un poquito triste —. Lo siento muchísimo, de verdad, pero esto es todo lo que puedo darte.
— ¿De qué hablas, Jungkook? — frunció sus cejas, confundido, totalmente alejado de una idea que le conduciera a darse cuenta de lo que el menor hablaba, incluso cuando era un asunto que él también quería solucionar —. Esto está bien, estoy contigo, lo haces perfecto.
— Está bien, ¿cierto? — arrugó su nariz, quitándole la mano de la mejilla a Taehyung, acomodándose en sus piernas —. Estoy hablando mucha mierda, no me hagas caso.
— Tienes un vocabulario horrible, Jungkook — le pellizcó la nariz, haciendo que Jungkook hiciera un piquito con sus labios por la ofensa anterior, ganándose la mirada de adoración de Taehyung. A veces, en los momentos más aleatorios, Taehyung pensaba que Jungkook era muchísimo para él, otras veces que debía renunciar a su tarea de hacer que lo quisiera como se debe, pero al final siempre terminaba eligiendo seguir allí, estancado con los pies dentro del bache hasta que Jungkook decidiera que era suficiente. Así y solo así lo dejaría sin sentir que dejó ir el mejor sentimiento de su vida —. ¿Qué pasa a las 1:43?
Aquella pregunta hizo a Jungkook ser quien se confundiera esa vez, sin saber de qué hablaba o lo que se supone que tendría que pasar.
— ¿A qué te refieres?
— Eso me dijiste por mensaje.
Jungkook lo pensó, volviendo a repasar en su mente la cantidad de mensajes que le había enviado, pero en ninguno le decía que estaba a punto de pasar algo. Entonces, de repente, le llegó a la cabeza aquel mensajito en el que solo figuraban numeros, sorprendido de que Taehyung no conocía el significado. Y pensar que lo había enviado con dedos temblorosos y el corazón queriendo dejar su pecho.
— ¿No sabes a qué me refiero? — inquirió, mirándole de lado como pudo, sin querer dejar la comodidad de aquellas piernas.
— Pues yo suelo hablar con las letras del abecedario, no con la tabla de multiplicar.
Le hizo reir, también suspirar en alivio porque seguía siendo su secreto aquella declaración. Cerró sus ojos, cruzando sus brazos sobre su pecho.
— Significa buenas noches — respondió, simple.
— Era de día — dijo con obviedad.
— Pero estabas dormido.
— Ah, ya — su tono de voz fue bajito, creyéndose aquello completamente, notandose un poquito de decepción —. Pensé que me ibas a dar una sorpresa.
— ¿Te sorprendo con una mamada? — abrió los ojos, quitándose de las piernas de Taehyung y sentandose casi frente a él con una mirada expectante —. Mira que estamos solos.
— Todo lo tuyo tiene que ver con sexo.
— Es mi segunda cosa favorita — se acomodó al lado de Taehyung, tomándole la mano y jugando con sus dedos entrelazados.
— ¿Y la primera? — aquella pregunta demandaba una respuesta de esas que le ponían feliz, y aún si Taehyung no le hubiera preguntado con aquel tono, su respuesta sería la misma.
Jungkook le miró a los ojos antes de responder, con una sonrisa que derretía hasta el alma de Taehyung.
— Mi chico.
— ¿Tu chico?
— Tú.
Y le besó el dorso de la mano, después se acercó y le besó la mejilla, dejando a un Taehyung a punto de explotar de felicidad por cómo Jungkook aseguraba ser su dueño. Porque a Jungkook le encantaba llamarlo suyo, y a Taehyung le encantaba pertenecerle.
Taehyung se giró, dejando de ver las olas que arrastraba el mar para centrarse en Jungkook. Debian hablar, y aquella era una conversación que estaba posponiendo, pero sabía que ya era hora. No podía seguir manteniendo encerradas las miles de cosas que quería decir, el como se sentía, lo que quería o le molestaba.
Jungkook le miró, haciendo lo mismo, ambos quedando de frente.
— Hablemos, pero seriamente.
Cuando Taehyung hizo aquella petición, todo el cuerpo de Jungkook se tensó. Aquella demanda implicaba muchísimas cosas, y Jungkook no estaba seguro de querer perturbar el ambiente con todo lo que una charla sincera entre ellos podría arrastrar, porque si de algo no estaba seguro, era de cómo podría terminar aquello. Personalmente, prefería dejar las cosas como estaban y no traer asuntos que lo único que harían sería complicar todo.
— Habla — le dijo, inseguro, pero negado a dejar en evidencia que estaba huyendo de aquello y lo que podría ocurrir después.
Taehyung suspiró, mirándole directamente.
— Tienes que ser claro conmigo, ¿está bien? — esperó la respuesta de Jungkook, misma que se basó única y exclusivamente en un asentimiento nervioso, su cabeza llena de suposiciones horribles —. Puede que te parezca que te estoy atropellando, pero de verdad necesito saber dónde estoy parado. Estos meses he estado esperando a que decidas si te gusto o no, te estoy dando tiempo, y debes de saber que mientras más te espero, más tiempo permanezco estacando en algo que no sé si tiene futuro — la mueca de Jungkook le dejó dicho que no era un tema divertido ni uno que quisiera desglosar, pero era necesario y no se detendría cuando ya lo había empezado —. No te pido que guste de mi, solo quiero que seas sincero porque ya estoy hundido hasta el cuello y tú lo único que haces es hundirme más.
Se supone que eso último pretendía ser una aclaración de que no estaba obligado a tener sentimientos por él, y estuvo totalmente enterado de que salió más ruda de lo que querría, pero las cosas ya estaban fuera de control, encaminándose a un punto sin reversa para el dolor que podría ocasionarle a ambos.
Aquel tema les molestaba con la misma intensidad, y el mayor de los dos se sentía un poquito culpable por sacarlo a relucir de esa manera, pero su necesidad de respuestas era igual de grande que la de ser correspondido.
— Siempre soy sincero contigo, Taehyung — fue su única respuesta, y no fue suficiente de ninguna manera. No respondía la duda más pequeña y Jungkook lo sabía.
— No lo eres.
— Puede — respondió, deseando que las cosas no fueran a más —. Pero si ese es el problema, puedo ser un libro abierto contigo desde hoy, pregúntame lo que quieras.
— Ese no es el único problema, Jungkook — se aclaró la garganta, jugando con sus manos sin querer darle toda la atención solo al menor —. No quiero tener que preguntarte las cosas para saberlas, ni tener que suponer o descubrirlas por mi cuenta. Quiero que me comuniques como te sientes, que soy para ti, la forma en la que me quieres y si es real, porque no quiero dar todo de mi en algo que al final solo me va consumir.
— ¿Tengo que siempre decirte lo que estoy pensando? — preguntó, sintiendo que aquello era demasiado —. Te demuestro las cosas, hago todo lo que puedo incluso cuando ese no es mi estilo, y lo sabes, pero lo hago por ti.
— Me escondes, Jungkook. ¿Qué se supone que me estás demostrando? — se pasó la mano por el pelo, suspirando profundo con los ojos cerrados mientras se calmaba internamente —. Si no soy tan bueno para ti, dímelo, lo voy a entender y te voy a dejar el camino libre, lo prometo.
— Taehyung, eres maravilloso, y lo sabes de sobra — le acarició la mejilla, quitando su mano casi de inmediato cuando notó la mirada indescriptible de Taehyung.
Las manos del pelinegro fueron a apretar las del otro, consiguiendo conectar sus miradas, y se podía notar lo desesperado que estaba.
— No parece que lo consideres, sinceramente. Contigo nunca puedo andar libre, tengo que escabullirme por la casa o esperar la madrugada si quiero abrazarte en la calle — sintió como Jungkook le apretó la mano, devolviéndole el apretoncito porque no quería hacerlo sentir mal, pero debía tener las cosas claras y no había otra forma de decirlo —. Me mantienes bajo una incógnita de la que me da miedo salir porque siempre intentas convencerme de que contigo es que debo estar, pero me siento mal por quedarme porque siento que no es justo para mi.
Jungkook le dio esa mirada. Taehyung nunca fue tan fuerte como para resistirse a ella, y el menor lo sabía. Seguía sin ser justo que pudiera hacerlo dudar con solo mirarlo, porque Jungkook tenía el poder de decidir por él incluso sin hablar, y definitivamente Taehyung debía aprender lo que era la inmunidad, o al menos a saber cuando no ceder.
— No hay necesidad de andar por ahí demostrando que estamos juntos, a nadie le importa nuestras vidas, lo único que conseguiremos es que nos juzguen o nos miren horrible.
Un dedo de Jungkook toqueteaba nerviosamente la palma de Taehyung mientras sus manos seguían juntas, sabiendo que aquellas ideas eran malísimas para él porque no podía simplemente salir a la calle de la mano de un hombre, como si no fuera nada. Aborrecía la idea, y quería que Taehyung la olvidara lo más pronto posible.
— Y me paso por el culo lo que piensen, porque yo salí del closet para ser libre, no para seguir limitandome y actuar como lo que los demás consideran correcto — esta vez fue él quien dirigió su mano hacia Jungkook, le peinó el cabello con sus dedos y le rozó los labios mientras le sonreía chiquito, con pocos ánimos —. Te quiero muchísimo, demasiado, pero no puedo quedarme contigo si el precio es volver a creer que no soy normal hasta el punto de despreciarme.
— ¿No puedes hacerlo por mi? — inquirio, sin poder filtar el desespero que se iba dejando ver cada vez más —. Me quieres, Taehyung. Si es cierto, quédate conmigo a mi manera.
— Porque hago todo por ti es que hemos llegado a este punto, porque yo desde hace tiempo sé que no está bien — su voz seguía calmada, manejando aquello tan bien como podía, queriendo conformarse con el resultado doloroso que ya se podía estimar —. Has podido ahorrarme muchísimo dolor siendo claro desde el principio, yo también pude evitarlo, pero me dejé llevar por ti, porque me gustas y te quiero.
— Me estás dejando, eso no es querer.
— Me quiero querer más. Es el mejor acto de amor que me puedo regalar después de someterme a un sufrimiento evidente.
— Así estabamos bien, ¿cómo es que sufrías? Siempre estamos felices juntos — porque Jungkook no podía entender como pasaron de liberar alegría estando juntos a estar inconformes con lo que tenían. Claro que podía darse cuenta de que aquello no estaba muy bien para Taehyung, pero lo disfrutaba de todas formas, y aquello debía ser suficiente.
— Tú estás bien así, por eso no te das cuenta de cómo me siento yo — le dijo, notando como Jungkook ponía sus ojos en cualquier lugar, menos en su rostro —. No quiero que te acostumbres a mi tanto que al final te sea casi imposible reemplazarme, yo tampoco quiero que me pase. Quiero gustarte, que me quieras, que seamos nuestros y libres, pero nos tienes en una jaula, y yo no puedo vivir encerrado.
— Taehyung, no creas que no me gustas — se apresuró en negar, de repente sintiendo que debía expresar como se sentía para no conducir aquello a un final terrible para los dos, justo a lo que ya iba —. Te quiero tanto que me odio a mi mismo porque este no es el tipo de amor que mereces, y puede que pienses que no lo sé, pero estoy consciente de eso.
— Es peor que lo sepas y no hagas nada al respecto.
Taehyung soltó un suspiro pesado, tratando de aceptar que allí iba a terminar todo.
— Lo siento muchísimo.
— Bésame — y ese fue su último intento, todo lo que insistiría antes de rendirse por completo.
Jungkook negó inmediatamente, con la tristeza apoderándose de su rostro.
— No puedo.
Porque Jungkook pensaba que besarlo era aceptar por completo que le gustaba un hombre, que quería a un hombre románticamente y que estaba hecho para vivir bajo el ojo de la gente que te juzga hasta la sombra. Él no quería ser odiado ni despreciado, tampoco quería parecer diferente, él solo quería ser normal, como el resto.
No había forma de que en aquel punto lo que venía haciendo no se clasificara como un comportamiento homosexual, pero si nadie lo sabía, entonces no había de que temer.
Quizá para quienes llevaban aquel estilo de vida era la cosa más bonita, pero él no lo veía así, porque no era un comportamiento normal. Estaba de acuerdo en que muchísimas veces había violado la autoridad que aquel pensamiento tenía sobre él, pero se decía que todavía no estaba perdido por completo, que no iba a ser ese tipo de persona incluso cuando quería con su alma a alguien que cuya presencia en su vida le haría cometer dichos actos que le volvían esa persona que se negaba a ser.
— Entonces no te gusto — concluyó, recordando la vez que el mismo Jungkook se lo había dicho a la cara, después de una ronda de sexo.
— No es que no me gustes, es que no quiero que lo hagas.
— ¿Por qué?
— Porque me da vergüenza salir de la mano contigo, y me avergüenzo de mi mismo por eso.
Y nunca, ni siquiera cuando salió del closet, Taehyung había escuchado palabras que le dolieran tanto. Y por alguna casualidad, las únicas veces que se vio afectado habían sido directamente por Jungkook.
Los ojos empezaron a picarle, una alerta silenciosa de lo que se avecinaba, pero Taehyung se contendría todo lo que pudiera incluso cuando aquellas palabras le habían roto desde las esperanzas hasta su propio corazón. Y no se arrepentía de nada, de las veces que cedió ni de todas aquellas que se lanzó a ojos cerrados hacia Jungkook, intentando descubrir si tenía un lugarcito en su corazón porque en el proceso también tuvo momentos que siempre tendrían un lugar especial en su mente.
Descubrir que le gustaba era doloroso porque de todas formas no podía hacerle pensar distinto, y aquel gustar se quedaría allí, dentro de él, hasta desaparecer por completo. Y de quedarse en su memoria, entonces sería etiquetado como la etapa más vergonzosa de su vida, porque tener sentimientos por él era equivalente a vivir con vergüenza. Taehyung lo suponía incluso aunque Jungkook no fuera capaz de decirlo.
— Está bien, Jungkook, esa es tu opinión, y te agradezco que hayas sido sincero — le sonrió, levantandose de su lado con la intención de alejarse y poder dejar salir aquel peso que tenía en el pecho con total libertad. No se iba a desmoronar delante de Jungkook, no mientras pudiera evitarlo.
El menor le tomó la muñeca, deteniendo su andar y levantandose para quedar a su altura. Sabía que aquellas palabras tenían efectos negativos en Taehyung, y no podría dejarlo irse así porque sí, mucho menos cuando quería estar bien con él. Quizá, en aquella situación, la verdad no fue la mejor solución, y se estaba arrepintiendo justo en ese momento.
— Perdón, de verdad — la mano que intentó llevar a su rostro quedó suspendida en el aire cuando Taehyung alejó su rostro de aquel toque —. Me he odiado por ser de esta forma, pero es que no puedo cambiarlo — sus ojos fueron los primeros en aguarse, y Taehyung nunca pensó que lo vería llorar alguna vez —. Soy de lo peor, y no es lo que mereces, pero por favor, no renuncies a mi.
Taehyung tuvo que soltarse de aquel agarre y darse la vuelta para evitar el rostro de Jungkook que pretendía partirle el corazón de la misma forma que aquella declaración desagradable, logrando que la primera lágrima se deslizara por su mejilla, luego otra, y otra hasta que no pudo contenerlas.
— ¿Por qué? — inquirió, sin querer encarar a Jungkook para evitar que vea su rostro húmedo, y probablemente aquello era más por el sentimiento de verlo llorar que por lo afectado que estaba por lo doloroso que era darse cuenta de su forma de pensar —. ¿Por qué me trataste como si fuera alguien valioso para ti cuando esto es lo que pienas. Y aún me pides que no renuncie a ti, eso no es un acto de amor, es de destruction.
Jungkook no podía verle de frente, pero su voz lo dejaba en evidencia. Un punzón le lastimó el pecho, sabiendo totalmente que aquello era por su culpa.
— No estás pensando en mi, Taehyung — señaló descaradamente, haciendo al mayor tragar saliva con pesar dándose la vuelta sin importar cuan mal se veía, Jungkook notando el dolor y decepción en sus facciones —. También es difícil para mi aceptar que me gusta un hombre, ¿sabes todas las veces que me he cuestionado por tu culpa? — se limpió con violencia aquellas lágrimas que entorpecían su vista y le hacían sentir débil —. Tengo miedo de ser rechazado solo por quererte, y no creo poder ponerte por encima de una vida fuera de los prejuicios de la sociedad.
Taehyung se sintió tan poca cosa que le llegó a sorprender, creyéndose un humano defectuoso reutilizable de acuerdo a las necesidades de quien lo aprovechaba. No pudo evitar desmoronarse, su pecho doliéndole inmensamente y aquellas lagrimas que no pretendían dejar de salir dejando en evidencia aquel horrible sentimiento.
Se le partió el corazón otra vez. Jungkook siempre le rompía el corazón.
— Vete.
Porque quería estar solo, y no podía encontrar las fuerzas para moverse de allí. Estaba tan lastimando que se dejó caer de cuclillas en la arena, en una noche fría, que se volvió todo lo contrario a lo que esperaba.
— Yo no me voy sin ti — esnifó, limpiando sus propias mejillas, con el horrible sentimiento de hacer a Taehyung llorar con su verdad egoísta, pero suya de todas formas —. ¿No puedo solo quererte y ya? Por favor — a aquel ruego lo siguió el miedo de obtener una respuesta negativa, misma que parecía más que evidente.
— Yo no quiero que me quieras sabiendo como te sientes al respecto — negó, llenando sus pulmones de aire, queriendo dejar de sentir como se apretaba su pecho y dolía su garganta, su corazón acelerado y su mente intranquila, convenciéndose de cuando poquito era —. De verdad, ya vete.
Jungkook se puso de cuclillas frente a él, tomando aquel rostro con sus manos, queriendo arreglar aquel asunto, sin embargo, las cosas ya estaban demasiado mal, demasiado claras e irreversibles.
— Las etiquetas que le quieres poner a todo nos están arruinando, ¿no lo ves? — intentó hacerle ver quién era el culpable allí, y en aquel estado, Taehyung podría creérselo completamente.
— Yo solo veo un cobarde escondido detrás de una personalidad falsa que depende de lo que la gente piense de él.
Jungkook soltó una risa nasal después de aquello, aún con lágrimas en su rostro.
— Te estás pasando, Taehyung — lo soltó, levantándose y pasando su mano por sus cabellos, sin ser suave, pareciendo estar afectado y estresado —. ¿Es necesario ponerle etiquetas a todo o que todo el mundo te vea colgado de mi? ¡¿por qué tienes que darle un maldito nombre a todo si sabes que eso solo me hace sentir fácil de aborrecer?!
Jungkook no estaba aceptando aquello de buena forma, y aquel grito le sorprendió tanto a él como a Taehyung, que le miró con la sorpresa plasmada en su rostro. Jungkook parecía haber olvidado que había llorado porque le dolía aquello, tomando una actitud que Taehyung temía fuera tan violenta como aquella expresión que tenía su rostro.
Sabía que Jungkook odiaba la idea de terminar, pero era lo mejor, incluso cuando él también lloraría aquella ruptura de una relación fuera de lugar. Se limpió las lágrimas que tenía en su rostro, actuando como que no estaba afectado, recogiendo el poquito de sensatez que le quedaba y levantándose para alejarse de Jungkook.
Claramente le siguió, llamándole y queriendo hacerle parar su camino con disculpas y ofertas sobre conversar, pero aquel asunto ya estaba terminado oficialmente. Cuando Jungkook lo alcanzó y le tomó la muñeca con fuerza, Taehyung se soltó con un movimiento violento.
— ¡Ya, Jungkook! Renuncia tú a mi porque yo ya acabo de rendirme contigo. Ya te divertiste lo suficientemente fingiendo que te importaba, no me quieras lastimar más — siguió su camino, dejando a Jungkook de pie detrás de él.
— Nunca fingí contigo, Taehyung. Ningún sentimiento que tengo por ti es falso — Jungkook lo dijo con tanta seriedad y firmeza que lo hizo detener, dándose la vuelta para estudiar su expresión.
Él podía estar fingiendo, no podía creerle, y aunque lo hiciera, no debía retroceder.
— Pues ya puedes deshacerte de ellos, no cargues con sentimiento asquerosos que lo único que hacen es volverte repugnante.
Jungkook volvió a seguirlo cuando Taehyung empezó a caminar nuevamente, excusándose aún cuando no sabía si obtendría respuesta.
— Mira, no pretendo que me excuses porque sé el imbécil que soy, pero entiende que ha sido difici para mi también. ¿Sabes lo que es tener que aceptar un sentimiento con el que no me creo capaz de vivir? — no obtuvo respuesta, pero tampoco la esperaba —. A mi también me duele, porque yo también puedo sentir. Pero eras tú, mi corazón te eligió a ti.
Escuchó la risa burlona de Taehyung, negado a creerle aquellas babosadas que seguramente Jungkook decía para hacerle cambiar de opinión. Volvió a detenerse, dándole una mirada que pretendía confirmarle lo estupido que estaba siendo al creer que Taehyung le creería.
— Soy un hombre, Jungkook.
— Pero te sigo queriendo.
— Es algo con lo que no puedes lidiar.
Jungkook negó rápidamente, con una expresión que delataba su sentir y hacía a Taehyung querer abrazarlo, sin embargo, sabía que tenía que abrazarse primero a él mismo.
— Déjame quedarme contigo, por favor, aunque esto sea todo lo que podamos ser.
— Pudimos ser muchísimo más, pero aquí es hasta donde puedes llegar — se encogió de hombros, dando por terminado aquello con la conclusión de que lo único que detuvo lo que pudieron ser, era la cobardía del contrario —. Y no me sigas.
Caminó hasta alejarse de Jungkook tanto como pudo, queriendo llegar rápido a su casa para llorar tranquilo y en secreto, porque aquel era un tema que no podría simplemente superar.
Y Jungkook, con un gran dolor en el pecho, se arrepintió de ser él.
Holee!
Capítulo largo porque me tardé. Últimamente me estoy tardando casi una semana en un capítulo cuando antes subía dos por semana, pero es que he llegado oficialmente al punto en el que no me gusta nada de lo que escribo. 😭
En fin, espero que a ustedes sí les guste. Y por cierto, subí dos historias creo que ayer, para que las metan en sus listas de lectura si se les hacen interesantes, aprovechando también que esta está llegando a su fin.
actu: se me olvidó poner una cositaaa
143: Te quiero mucho, te amo.
Originalmente en inglés, de esta forma:
1-I, 4-Love, 3-You.
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