10
Hoseok le había invitado, por parte de Jimin, a una salida aquella noche, misma que aceptó sin titubear porque le agradaba aquel rubio. Obviamente había pensado en las probabilidades de que aquella invitación viniera enchufada de intenciones que él rechazaría inmediatamente, porque si desde el principio Jimin le había intentado emparejar con aquel hombre, elegante y de aspecto frío, nada le aseguraba que esa vez no pasaría igual.
Por eso, después de unos veinte minutos en taxi, se encontraba sentado en una mesa en el mismo bar de la última vez, con la misma compañía, el mismo aire un poquito incómodo y sin la mínima idea de qué decir, aún cuando se le intentaba sacar conversación. Jimin le había pinchado el brazo unas veces para hacerle la misma pregunta que Taehyung respondería con una sonrisita y negación, para luego volver a estar callado.
— ¿Te sientes incómodo aquí? — preguntó el rubio, bajito, para que solo lo escuchara él. Era la quinta vez que le preguntaba, pero Taehyung parecía no querer admitirlo —. Es que parece que estás estreñido con la cara que tienes.
Taehyung rio, negando por quinta vez.
— No te preocupes, mis funciones biológicas están bien.
— Entonces estás incómodo — confirmó — ¿Quieres que vayamos a la barra? — le ofreció, pero Taehyung volvió a negar. Parecía ser lo único que se le daba aquella noche —. Con Hoseok ya te conoces, supongo que mi novio es el que no te da vibras amigables, pero solo es una cara seria, te lo juro.
Lo último que le molestaba a Taehyung era el novio de Jimin, habían pasado palabras para saludarse, pero no más de ahí, lo que contribuía en su incomodidad, pero no se consideraba como molestia. Quizá el que cierto hombre sentado frente a él en aquella mesa cuadrada le estuviera mirando, era la más grande y probablemente única razón que le hacía cohibirse.
— Está bien, cuando el alcohol haga su efecto no me voy a callar la boca — le restó importancia.
— Por cierto — Jimin se pegó un poquito más de él, arrastrando su silla, llamando la atención de los otros que habían iniciado su propia conversación. Le dejaron de mirar cuando Jimin les dedicó una mirada interrogante, misma que les decía claramente que atendieran a lo suyo.
Taehyung notó nuevamente la mirada de Hoseok pasearse por encima de él antes de girar la cara y atender lo que decía su hermano.
— Dime.
— Estoy en el aire con eso de ustedes — señaló a Hoseok, luego a él —. Te fuiste súper rápido, ni siquiera te despediste de mi y dejaste al pobre Hoseok solo.
— Bueno, me surgió algo — mintió, porque no le habían surgido más que ganas de irse para su casa. Aunque, si se tomara aquello como válido, se podría decir que sí le había surgido algo.
— Ya — asintió, mirándole de lado, sin saber si creerse aquello —. ¿Qué pasó entre ustedes? — le preguntó con interés, casi aplaudiendo de la emoción.
Taehyung le acompañó por un momento la risa, misma que se esfumó de sus labios una vez la mirada de Jimin le insistía en que hablara. Le miró serio, haciendo una equis con sus dedos mientras negaba con la cabeza, haciendo que toda emoción dejara el cuerpo del rubio.
— No pasó nada — recalcó cuando se vio en la necesidad, bajo la mirada confundida de Jimin y aquellas cejas que se fruncieron para exagerar aquella expresión.
— ¿Cómo no? No me hables mentiras, que Hoseok pareció tener algo guardado cuando le pregunté, entonces sí que pasó algo.
— Que no, de verdad — insistió en afirmar, siendo sincero al respecto —. Mira, no le voy a quitar el mérito de ser guapo, porque tiene lo suyo, pero ese supuesto encanto que mencionaste nunca lo vi llegar.
Aquello hizo a Jimin volver a ilusionarse, aplaudiendo de nuevo, atrayendo la atención de los otros dos.
— Atiendan a la suyo — les dijo, mirándoles mal aunque aquella mirada no iba en serio. Taehyung vio a Yoongi sonreír un poquito sin dejar de estar confundido por la emoción de Jimin, pero volviendo a lo que estaba de inmediato. También se fijó en Hoseok, que había tomados de su vaso, levantando las cejas en una clara pregunta que no pasó de allí cuando encontró a Taehyung mirándole, como si él no le estuviera observando también, aunque por motivos diferentes. Jimin volvió a concentrarse en Taehyung, buscando más información —. ¿Pero te pareció atractivo?
— Pues lo es — afirmó sin vergüenza —. Pero uno no liga con todo el que es guapo.
— ¿Cómo que no? — miró a su novio, buscando saber si este le estaba prestando atención —. Antes de Yoongi, yo coqueteaba con todo el que me guiñaba el ojo. Y no es que sea un calentón, porque la cosa no pasaba de ahí, pero a mi me gusta buscar bien antes de elegir.
— Yo ya hice mi elección — le respondió con total seguridad, sin una pizca de duda asomándose en sus palabras.
— ¿Y no quieres el respaldo? — inquirió, obteniendo una mirada confundida de Taehyung —. O sea, no es que quiera que me lo tengas como plato de segunda mesa, porque no es como que lo vaya a mandar directo a una ruptura de corazón, pero te digo que lo conozcas, uno nunca sabe.
— Para mi es infidelidad conocer a alguien con intenciones que no son simplemente amistosas cuando ya estoy en busca de algo con otra persona — dijo, haciéndole a Jimin hacer un puchero, aquella respuesta decepciónale de inmediato —. Y tampoco es como que le guste. Por lo que sé, puede que le parezca atractivo, pero nada más. Es mejor dejar las cosas así para no confundirnos.
— Entonces me tengo que resignar, ¿verdad?
— Claramente.
Concluyó con aquel asunto, según él, porque Jimin no planeaba dejarle información solo para él. Para Taehyung, que le estuviera emparejando con su amigo no simulaba problema mientras él tuviera boca para negarse, pero tampoco era el tema que más le atraía. Tomó un sorbo de su cerveza, pasando su mirada por aquel club, justo antes de que la voz del rubio le volviera a llamar la atención.
— Bueno, pero cuéntame de la elección que hiciste — pidió, viendo a Taehyung sonreir en consecuencia —. ¿Qué tanto te gusta?
— Muchísimo.
— Ya, pero, ¿estás seguro de que es mutuo? — inquirió, mirándole fijamente con la intención de obtener alguna reacción. Taehyung simplemente se masajeo el cuello, sin saber qué responder a aquello porque lo suyo eran meras suposiciones —. No es que te quiera poner a dudar, pero con la experiencia que ya tuviste, deberías de tener cuidado.
— ¿Quieres saber lo más loco de esto?
Al principio Jimin sonrió, totalmente abierto a escuchar aquello tan loco que Taehyung le ofrecía decirle, pero cuando este le acompañó la sonrisa, inmediatamente cayó en cuenta de lo que podría revelar.
— No, no me lo hagas — negó instantáneamente, tapándose la boca con dramatismo, anticipando la respuesta de Taehyung —. No puede ser, ¿verdad?
— Sí puede. Es él.
Jimin soltó un chillido que alarmó a los demás, mirándole con confusion, sin saber a qué se debía aquel grito. Su drama escaló de nivel cuando se llevó una mano al corazón, abriendo la boca en ofensa como si aquel asunto le afectara directamente, sin encontrar qué decir.
— Amor, ¿todo bien? — Yoongi preguntó, comprándole completamente aquel espectáculo, mirándole con las cejas fruncidas.
— No, tenemos un loco entre nosotros — respondió, indignado. Miró a Taehyung, viéndole la expresión de labios apretados, sin saber a dónde mirar —. Y yo que pensé que eras objetivo.
Fingió llorar, tapándose la boca con la decepción estampada en aquellas negaciones.
— Pues uno siempre mete la pata, ¿no? — se encogió de hombros, dándose cuenta de que probablemente él no le tenía demasiada fe al futuro de aquella relación sin confirmar.
— Pero la acabas meter bien hondo.
— Las cosas no parecen querer ir mal, de hecho, estoy convencido de que le gusto igual — soltó, totalmente seguro de lo que decía —. Lo conozco demasiado, es claro que me voy a dar cuenta cuando algo ande mal. Y puede que te parezca un tonto, pero yo sí le creo que le importo, no solo porque me lo diga, sino por como me toca.
Porque a Taehyung todavía no se le salía de la cabeza la noche anterior, que aunque no fue la mejor que han tenido en cuestión de sexo, ha sido la noche en la que más cerca sintió a Jungkook, más receptivo, más relajado y sobre todo dispuesto a endulzarle el oído con aquello que Taehyung juraba que era cierto. Y debía serlo, porque aquellas manos que nunca se intimidaron en recorrerlo y aquellos ojos que le miraban fijo, con brillo y algo que no supo diferenciar, no le dejaban mentir.
Jungkook gustaba de Taehyung, no tenía dudas. O quizá, simplemente, Taehyung se estaba convenciendo de que le gustaba a Jungkook, lo que le hacía ver cosas donde no las había. Se oponía totalmente a lo último.
— Hay un larguísimo camino entre gustar e importar, también entre querer y desear — le dijo, serio, atento al cambio de expresión de Taehyung —. No te asustes, que si lo de ustedes tiene que pasar, pues va a pasar, pero cuando las cosas marchan de esa forma, lo mejor es hablarlo.
— ¿De qué forma dices? — preguntó con interés.
— No mencionaste que te quiere, sino que le importas. Aparte tienes que estar seguro de que te gusta si quieres limpiarle el camino, no vaya a ser que te centres en una relación que no es segura.
— Yo creo que sí me quiere.
— Sigues sin asegurarlo. Y te puede parecer que quiero quitártelo de la vida porque me encapriché con que estes con Hoseok, pero te juro que no es así, es solo que veo la posibilidad de que termines mal — Taehyung pudo ver la sinceridad de Jimin, y quizá aquello le hizo sentir un poquito inseguro.
— No sé por qué siento que remover las cosas me traerá un mal resultado.
— Porque probablemente es lo que recibes cada vez que intentas aclararlas. Uno espera lo que ya es costumbre.
Taehyung se mordió la mejilla interior, un gesto que dejaba en evidencia que aquel asunto probablemente no lo tendría nunca controlado, pensado en aquellas palabras que parecían cargar un poquito de razón. Tomó un trago del vaso que estaba frente a él, uno largo, sintiendo de inmediato el ardor en la garganta, lo que le provocó tos e hizo que la mirada de los demás se posara en él.
Hoseok estuvo a punto de acercarse a darle golpecitos en la espalda, pero declinó cuando Jimin lo hizo antes que él, sin embargo, no dejó de mirarle incluso cuando los presentes se dieron cuenta de su atenta mirada sobre aquel chico.
— Me bebí el que no era — se quejó, con un gesto de desagrado.
— Aparentemente — Jimin confirmó, pasándole una de las botellas de agua que estaban sobre la mesa.
— El alcohol no es un gran amigo mío — dijo mientras destapaba el agua, tomando un poco de esta de inmediato. La vibración de su teléfono le hizo retirar la botella de sus labios para checar quien le llamaba, sonriendo de inmediato cuando vio que la llamada era de parte de Jungkook —. Vuelvo en seguida.
Los demás le vieron irse, Hoseok con la mirada clavada en su espalda y Jimin mirándole a este, haciendo señas de que vaya tras él cuando obtuvo su atención, cosa que acató de inmediato, inseguro de por qué le hacía caso a su amigo.
Taehyung tomó la llamada una vez estuvo afuera, donde la musica no se escuchaba tan alta y estaba en total privacidad. De inmediato, como por arte de magia, había olvidado de lo que estuvo hablando y que, casualmente, le hacía estar un poco inseguro sobre Jungkook.
— Hola — contestó, carraspeando un poquito porque todavía conservaba el ardor del whiskey en la garganta.
— ¿Qué haces? — la voz de Jungkook se escuchó en la linea, tranquila.
— Estoy en un bar, salí con unos amigos.
— ¿Bar, tú? — inquirió, claramente confundido porque Taehyung no es un gran fiestero —. ¿Qué amigos son esos?
— No los conoces.
— Entonces preséntamelos — pidió, y aquello fue suficiente para que Taehyung se elevara hasta lo más alto, ilusionado hasta donde ni siquiera podría alcanzar —. Si quieres, claro. No es como que quiera revisar si hay uno que te mire más de lo normal.
— ¿Por qué querrías tú checar eso? — inquirió, esperando recibir una respuesta agradable.
— Ah, no, no dije que quiero hacerlo — se negó, todavía se podía notar su tono en la línea, mismo que indicaba que estaba probablemente bromeando —. Pero si quisiera, la única opción lógica es porque estoy en desacuerdo en que alguien más quiera lo que es mío.
— ¿Tuyo?
— Mío, tú.
Taehyung no podría ocultar lo tanto que le encantó que Jungkook lo llamara suyo porque sinceramente deseaba serlo. Aquello simplemente le dejó en el suelo, con una sonrisa tonta como única reacción exterior, porque por dentro estaba su corazón haciendo de las suyas, en camino a conducirlo a un infarto post Jungkook.
— Me gusta.
— ¿Te falta mucho? Es que sé de cosas que te gustan más.
— No tengo más de una hora aquí — respondió, pasando por alto lo que le siguió a aquella pregunta.
— ¿Quieres estar ahí? Porque conmigo se está mas a gusto, sinceramente.
— Amanecimos juntos, Jungkook — le recordó, escuchándolo bufar —. ¿Ya me extrañas?
— Siempre te extraño.
— Te tomo la palabra, pero me voy a quedar un rato más — se vio casi obligado por él mismo a no dejar a Jimin así porque sí, porque ya Jungkook le estaba dando ideas. Y probablemente él lo extrañe muchísimo más, porque en eso el menor no lo vencería, pero ya había aceptado una salida y no podía simplemente irse.
— Pero yo quiero que vengas.
— Mañana te veo, de todas formas debemos hablar.
A Jungkook no le entusiasmó la idea, pero no lo mencionó, y Taehyung tampoco podría explicar lo mucho que le desencantaba aquello.
— ¿Me tienes una propuesta indecente? — bromeó.
— Te tengo unas ganas más que indecentes, pero ya ese es otro tema — escuchó a Jungkook reir, haciéndolo a él sonreír porque aquel sonido era más que encantador —. Nos vemos.
— Espérate, no me dijiste si alguien ha intentado ligarte.
— Despreocúpate, que a mi solo me gustas tú.
— ¿Entonces no te veré esta noche?
— No a menos que sueñes conmigo.
— Que cruel eres — hizo una mueca que Taehyung, obviamente, no vería —. Que no te vaya tocar nadie porque ahí sí cometo un crimen, eh.
— Adios, Jungkook — se despidió con una risita que le fue devuelta, dándose la vuelta inmediatamente colgó.
Si Jungkook se comportaba de aquella forma, Taehyung definitivamente no podría ponerse inseguro sobre lo que él sentía, porque parecía estar al pendiente e interesado, sin embargo, la charla anterior no era algo a lo que le quería quitar importancia, porque nunca se está seguro hasta que se demuestra con hechos la constancia de lo que se dice sentir.
Suspiró, guardando el teléfono en su bolsillo, de repente aturdido por las infinitas posibilidades de estar equivocado, cosa de la que huía sin ningún disimulo.
— Taehyung, hola — aquella voz, que le pertenecía a Hoseok sin lugar a dudas, le hizo darse la vuelta.
Cuando se giró, le vió parado justo detrás de él, con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón azul, parte del traje que llevaba ese día. Le dio una sonrisa que, claramente, Taehyung le correspondió con extrañeza, porque ese ser sonreía poquísimo, para no decir nunca.
— Hola, ¿necesitas algo? — inquirió sin quitarle los ojos de encima, dando a entender que le estaba prestando atención.
— ¿Tengo que necesitar algo para hablarte?
Taehyung soltó una risa nasal, con sus labios estirados un poquito.
— Bueno, no, pero a tomar en cuenta que saliste a hablarme.
— ¿Quién dijo? — sus cejas se fruncieron en confusion.
— Pues yo me voy, entonces. Haz lo tuyo — caminó en dirección a la puerta del bar, misma que tenía dos guardias a cada lado, abriendo la puerta por él cuando se dispuso a entrar. No pudo dar un paso adentro porque se le impidió, Hoseok tomándolo de muñeca para hacerlo parar.
— Es la primera vez que te hablo esta noche, sé amigable conmigo — le pidió, jalándolo hasta que lo tuvo a su lado. No le soltó la muñeca incluso cuando ya lo tenía lo suficientemente cerca —. Apuesto a que Jimin te estuvo metiendo por los oídos que me gustas, ¿no es así?
Taehyung le miró la mano, luego a él, una clara petición de que lo soltara. Él lo hizo de inmediato, carraspeando en consecuencia porque se sintió un poquito incómodo.
— Es así — confirmó.
— Pues se equivoca.
— Ya lo sabía, le dije que no te gusto — respondió, encogiéndose de hombros como si fuera obvio, acción que Hoseok tomó como que le daba lo mismo. Y le molestó tanto que tuvo que conformarse con apretar la mandíbula para no quedar en evidencia.
— Pero me interesas — no se cohibió al decirlo, totalmente seguro de sus palabras —. No sé cuanto, pero sí sé que al punto de imaginarme cosas que definitivamente no te podría decir.
— ¿No lo estás haciendo ya?
— Ni siquiera con que te de pistas podrías imaginarte algo que se le acerque.
— Entonces me voy a quedar con la duda.
— Esa es una buena elección — le pellizcó el cachete, haciendo que Taehyung le mirara. Se rio, como si se estuviera burlando del asunto, aquel sonido producto de su risa no pasando desapercibido por el menor, que se mordió la mejilla interna esperando por una respuesta —. Vamos, que nos esperan.
Y lo arrastró hasta el interior del bar, ocultando sus ganas de ser atrevido y ceder ante sus impulsos.
Holee!
No sé si quiero que llegue el drama, quiero que Taehyung sea feliz con un Jungkook que le hable bien bonito y le mire como si fuera una pedazo de brownie. 😭
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