07
Mientras Jungkook se arreglaba el cabello antes de ir a la universidad, en lo único que pensaba era en que Taehyung se le estaba yendo de las manos. No era un hecho que lo tenía anteriormente, pero era erróneo decir que no tenían nada, y que pasaran de estar juntos a estar peleados por razones incontrolables, era definitivamente demasiado tonto.
Él no se podía obligar a corresponderle porque era un hombre con preferencia hacia las mujeres, y aquello Taehyung no podía aceptarlo todavía. Si tan solo no lo hubiera provocado cuando estaba en su momento más sensible, aquello no hubiera pasado, por lo que toda la culpa del asunto caía sobre los hombros de Taehyung. Y aún sabiendo que todo empezó gracias a él, tanto lo bueno como lo malo, tenía la indecencia de enojarse y culparlo.
Decidió que no se humillaría más, le iba a dar todo el espacio que el mayor quería porque tampoco podía ahogarlo dadas las circunstancias, le demostraría que podía irse a la mierda y no tenderle la mano por ayuda, porque no era indispensable que se la metieran a diario y si a Taehyung le daba lo mismo alejarlo, entonces a él le daba muchísimo menos acatar su decisión.
No lo buscaría más, pero esperaba que Taehyung no fuera serio en eso de terminar definitivamente.
Jungkook intentó no pensar en eso ese día, pero estuvo a punto de irlo a buscar. No lo hizo porque su orgullo, mismo que había herido en múltiples ocasiones, estaba en juego y no lo iba a arriesgar. Tampoco lo buscó el siguiente día, la razón por la que estaba en su casa era porque era viernes y Namjoon acostumbraba a hacer fiesta siempre que sus papás estuvieran en Seúl, era obvio que Jungkook no se la iba a perder.
Su autocontrol empezó a flaquear cuando vio a Taehyung sentando en la cocina, al lado de un hombre que lo veía como un trozo de carne, que no se veía mal y parecía estar interesado en él. Y Jungkook no podía permitir que se lo quitaran aunque eso significase parecer un rogón.
Taehyung estaba sentado sobre uno de los taburetes de la isla, en medio de una fiesta que no le agradaba demasiado, sentado al lado Jung Hoseok, el señor malhumorado que había conocido hace dos días y que suponía no volver a ver, al menos no tan rápido.
Que estuviera allí ya era raro de por sí, porque en aquella fiesta solo habían universitarios estresados, besando y estrujándose entre sí, sin vergüenza ni limitaciones. Era probablemente el mayor allí y se notaba a leguas, tanto en su porte como en la aceptación nula de aquel tipo de comportamiento en aquella casa, y no lo dijo, pero se sentía incluso irrespetado.
— ¿Te vas a quedar mirándome toda la noche? — Hoseok le preguntó a Taehyung, mientras este pasaba su mirada del mayor a la poca gente en la cocina con ellos. Taehyung lo había llevado allí en un intento de ocultar la perversidad que había en cada rincón de la casa, pero resultaba imposible precisamente porque estaban en todas partes.
— ¿Qué hago? — inquirió, genuinamente confundido porque no lo esperaba aquella noche, por lo que la incomodidad era notoria —. No puedes pretender que te reciba con los brazos abiertos cuando llegaste sin avisar.
— Tú me dijiste que venga.
— Se lo sugerí a Jimin porque se supone que quería quedar conmigo, de saber que el número era tuyo, ni siquiera hubiera texteado — respondió sin cohibirse, sin pensar en si le afectaría aquel tono con el que le hablaba al otro.
— Tienes una actitud que no combina con tu cara, deja de ser tan directo — le dio una mirada reprobatoria, pero todavía se mantenía serio, viéndole jugar con un vaso que estaba sobre la isla. Le halagó mentalmente mientras lo repasaba sin disimulo, con tal descaro que en realidad no le avergonzaría ni un poquito, porque Taehyung se veía guapo con aquella camisa negra y aquello no estaba en discusión —. Si no me quieres aquí, me voy.
— Tampoco te voy a echar, es que viniste sin siquiera aclarar que eras tú.
— ¿Hubiera sido diferente de haberte avisado? — preguntó con un tono sugestivo que Taehyung notó y lo tomó con gracia, arrugando su nariz en su dirección mientras le sonreía chiquito.
Taehyung no supo que decir porque no tenía nada para decir, tampoco respondió aquella pregunta porque no tenía la respuesta. Aquella noche esperaba ver a Jimin allí porque se suponía que estaba molesto porque él había dejado el club sin informarle, pero lo último que pensó fue que Hoseok le daría su propio número en vez del número del rubio, que respondería como si fuera él y le invitaría a verse para compensarlo.
Aquello había arrastrado tenerlo en su cocina en medio de una situación incómoda porque no estaban tan cerca como para tratarse así de relajados, pero de todas formas no le molestaba porque no era como que aquel hombre no le cayera tan en gracia, él había sido amable en la medida de lo posible cuando lo conoció, así que no había razón para tratarlo mal o ya decidir que le caía mal.
— ¿Por qué te hiciste pasar por Jimin? — le preguntó aquello que fue lo único en lo que pensó, evitando la pregunta anterior porque aunque no buscaba corresponderle el coqueteo, tampoco quería darle una respuesta pesada.
— Si te hubiera pedido tú número no me lo hubieras dado — respondió como si fuera obvio, y probablemente tenía un gran porcentaje de razón.
Se tomó el agua que Taehyung le había dado porque el mayor había rechazado todo el alcohol que había allí con la excusa de que él solo tomaba whiskey. Cuando dejó el vaso en la isla, pasó su dedo por la boquilla en un intento de entretenerse a la espera de la respuesta de Taehyung.
— Ni siquiera demostraste estar interesado en estar en contacto conmigo.
— Me cortaste toda posibilidad desde el principio.
— Claro que no.
Le miró con las cejas fruncidas como si aquella fuera una acusación infundada cuando en realidad había aclarado que aquel día no estaba allí para ligar.
— ¿Me dejarías demostrar que estoy interesado? — estaba atento al rostro de Taehyung, esperando siempre su reacción.
— ¿No se supone que lo estás haciendo ahora? — inquirió, mirándole de lado. Recibió una mueca por parte de Hoseok que no desmentía ni confirmaba aquello —. En realidad, no tengo tiempo para eso.
— No tienes tiempo para mi y eso es todo.
Cruzó sus piernas, arreglándose el pelo cuando Taehyung empezó a negar con sus manos.
— No, no es lo que quiero decir — contradijo —. Me mudé hace un tiempo y ya no tengo motivos para venir tan seguido.
— Déjame ser ese motivo. Dijiste por chat que volvías el domingo a Seúl, ¿puedo invitarte a cenar mañana?
— ¿Lo puedo pensar?
— Tómate tu tiempo.
Taehyung asintió, complacido con aquella respuesta. Notó que aquel hombre nunca forzaba las cosas, a excepción de lo que había hecho para conseguir su número, claro, pero siempre aceptaba tanto las buenas como las malas respuestas. Sinceramente, Taehyung no sabía si aquello era bueno o malo, pero por el momento no representaba ningún problema.
— ¿Normalmente son violentos estos chicos cuando están alcoholizados? — preguntó Hoseok a Taehyung, mientras llevaba y quitaba su mirada de la puerta de la cocina, queriendo confirmar si era él quien estaba bajo la mirada de aquel muchacho.
— No.
— ¿Seguro? Porque hay uno que parece querer matarme.
Y cuando Taehyung miró en aquella dirección, vio a Jungkook mirándolos con una mueca que podrías confundir con el mismísimo odio, llevándose un vaso con ron a los labios sin quitar los ojos de su objetivo, pero aquello no le movió ni un cabello porque lo que Jungkook pensara e hiciera eran cosas que no le importaban en lo más mínimo.
— Ah, quizá le gusta este lugar — le restó importancia.
— ¿No lo conoces?
— No.
Claro que Hoseok notó que aquella mirada no era mero producto de una borrachera porque la forma en la que aquel chico los veía era tan aterradora como genuina, y definitivamente no se debía a la codicia de un puesto en aquella cocina. Tenía sospechas, mismas que le decepcionaban, pero aquello se salía de sus manos.
— Ya — dijo, inconforme con aquella respuesta que debía ser una total mentira, pero no lo mencionó porque no debía —. ¿Nos vamos?
— ¿A dónde?
— Afuera, él quiere sentarse aquí — Taehyung miró a dónde Hoseok señaló con un gesto, notando que la mirada de Jungkook seguía sobre ellos. Aquello casi le saca una risa porque el mayor en realidad parecía haberle creído, sin saber que lo último que quería Jungkook, era sentarse allí.
— Vamos.
Se levantaron ambos de los taburetes, Hoseok arreglando su traje gris y Taehyung viéndolo mientras lo hacía.
— ¿Te puedo llevar de la mano?
— ¿Por qué?
— Porque sí — su respuesta trajo consigo un encojimiento de hombros que le restaba importancia a aquel tacto.
Taehyung se lo pensó, pero al final terminó aceptando porque aquello no simulaba problema, además era una oportunidad de molestar a Jungkook, por más inmaduro que fuera. Cuando Hoseok le tendió la mano, Taehyung puso la suya sobre la de él, guiándolo hasta afuera, pasándole por el lado a Jungkook sin siquiera mirarlo, como si no existía.
Claramente aquello le molestó lo suficiente como para querer desapartarlos sin importar cuan evidenciado quedara que probablemente sentía cosas por Taehyung más allá de solo querer tener sexo con él. Se sentía reemplazado porque era lo que estaba pasando, y aunque él tuviera un poquito de culpa, no era justo que fuera tratado así.
Cuando estuvieron afuera, Taehyung fue el primero en romper aquel contacto, y Hoseok notó lo rápido que lo hizo.
— Es muy obvio, Taehyung — le dijo después de soltar un resoplido que quería ocultar una risa nasal, probablemente la primera risa alrededor de Taehyung —. Lo conoces y se gustan, incluso parecen haber tenido algo porque él te miraba como si estuviera dolido, y a mi me miraba con odio.
— ¿Cómo? — soltó una risa que buscaba esconder el poquito de razón que tenía, tan estupefacto con aquella declaración que no sabía como ocultar correctamente que el mayor había dado en el clavo.
— Sinceramente estoy un poquito dolido porque pensé que estabas disponible, pero si no soy tu estilo, entonces no hay nada que hacer.
Metió sus manos en sus bolsillos, girándose a mirar la calle mientras Taehyung seguía todavía dentro del procesamiento de aquellas palabras. Cuando finalmente reaccionó, hizo lo mismo que Hoseok, carraspeó y respondió.
— No tengo un estilo.
— Sigues sin estar disponible — concluyó —. Si no llegan a nada, quizá podría tener esa cena contigo algún día.
— No le gusto.
— ¿Seguro? — inquirió, mirándole con las cejas alzadas, como si aquello fuera una estupidez incluso para el propio Taehyung, quien asintió a aquella pregunta —. Este sería un buen momento para tomar ventaja y decirte que no le gustas, pero es demasiado obvio como para convencerte de lo contrario.
— ¿De verdad? — preguntó con ilusión, porque así era Taehyung, él siempre se aferraría a la esperanza incluso aunque tuviera todas las de perder —. Le quiero gustar desesperadamente, en realidad. Sé que no es la mejor persona para estar enamorado, pero ni siquiera es algo que pueda controlar.
— No digas eso delante de alguien que te estaba ligando — arrugó su nariz en dirección a Taehyung para que pudiera notar su desagrado.
— Lo siento.
— También discúlpate por usarme hace rato — se refirió a cuando Taehyung aceptó tomarle la mano, porque si bien fue él quien lo propuso, era obvio que el menor la había aceptado con motivos que le ponían en ventaja en su propia situación.
— Tú quisiste.
— Aún así.
— Lo siento, Ajussi.
— Nos vemos, Taehyung — se despidió, caminando hacia su auto que estaba aparcado en la acera del otro lado de la calle —. Si no llegan a tener nada, llámame. Y deja de decirme señor.
Taehyung lo vio irse en aquel auto lujoso que desapareció de su vista en segundos, todavía con una sonrisa en su rostro y una declaración que daba vuelta por completo a su postura. Se dio la vuelta para volver adentro porque no tenía razones para quedarse allí afuera. Fue directo a su habitación porque no era de los que disfrutaban aquel tipo de fiesta, era demasiado para cualquiera pero aquellos invitados no parecían pensar lo mismo.
Probablemente empacaría las pocas cosas que llevaría consigo a Seúl, o quizá solo se recostaría a leer algún libro si es que el ruido de afuera le permitía concentrarse.
Cuando entró, se detuvo bajo el umbral de la puerta que seguía abierta, viendo a Jungkook sentado sobre aquel escritorio que evocaba recuerdos desagradables, si le preguntas, pero también venían aquellos que sinceramente le encantaría repetir.
Taehyung le señaló la puerta con la cabeza, y no era una petición, le estaba ordenando en silencio que saliera de allí.
— ¿Quién era? — le preguntó en un tono que exigía una respuesta inmediata, sin embargo, Taehyung se mantuvo imperturbable ante aquella demandada y prefirió guardar silencio, esperando a que Jungkook decidiera salir —. Te estoy preguntando quién coño era ese tipo, respóndeme.
Ni siquiera se podría decir que Jungkook estaba molesto porque en realidad estaba furioso, y no había forma de que se contuviera cuando los actos de Taehyung lo obligaban a cruzar las líneas que él mismo se había impuesto. Se iba a prohibir reaccionar solo en el caso de que Taehyung se estuviera tranquilo y no viera a nadie más que a él, pero si decía pasarle por encima y tratar de conocer a otro hombre, entonces que no se le juzgue por querer conservar lo que le pertenece.
– ¿Por qué quieres saberlo? — le cuestionó como respuesta a aquella pregunta que definitivamente esperaba ser contestada de forma explícita.
— Porque tengo derecho.
Porque Jungkook todavía seguía muy dentro de ese vínculo sexual entre ellos y se consideraba con el derecho de conocer con detalle las razones por las que se le pretendía cambiar. Él no era un juguete y Taehyung debía entender que en los asuntos de dos, las cosas se deciden entre dos y no era agradable traer un tercero para que se obligara a encajar donde no pertenecía.
— ¿Qué te lo da?
— Lo que tenemos.
— Eso ya se acabó, Jungkook. Deberías de empezar a aceptar que lo que sea que había entre nosotros llegó a su final.
Jungkook se negaba rotundamente a aquella decisión porque nunca podría aceptar aquel final que Taehyung quería darles, era simplemente imposible. Probablemente el mayor era muchísimo más de lo que él podía aceptar, y aún inseguro de poder con aquello, estaba decidido a tenerlo porque lo quería para él.
— Yo no he aceptado terminar.
— Eso no quita que ya no quiera estar contigo.
— ¿Vamos a seguir así? — soltó un suspiro cansado, alborotándose el pelo en señal de frustración. Taehyung todavía sostenía la manija de la puerta cuando Jungkook se levantó, mirándole con aquellos ojos a los que era débil y el menor estaba probablemente enterado de aquello, porque sabía cuando darle aquella mirada a la que Taehyung no se podía resistir, misma que evitaba con disimulo porque no podía ceder a las peticiones de Jungkook.
— Es lo mejor, de lo contrario podría pegarte las homosexualidad, tú no quieres eso, ¿cierto?
— Ya me disculpé, te dije que solo estaba enojado.
— Yo también la he pasado mal y no te he dicho cosas hirientes — pasó su peso para el otro pie, esperando a que Jungkook saliera —. Ya sal, por favor.
— Primero dime quién era.
— Alguien a quien sí le gusto — Jungkook se sintió amenazado inmediatamente, porque así mismo como era seguro que él no cambiaría su estilo de vida por Taehyung, también era seguro que él sería feliz con alguien que sí le tomara la mano en público sin importar quienes lo vean, porque Jungkook nunca haría tal cosa. Aún seguro de que no podría darle un poquito de felicidad, ni hacerlo sentir libre, tampoco especial, lo seguía queriendo solo para él.
— ¿Te gusta a ti? — Taehyung no respondió. No quería decir la verdad, tampoco mentir, o simplemente quería que Jungkook siguiera seguro de que él era el único que le gustaba aunque eso significara seguir estancando en sus limitaciones. De alguna forma, el pensar que Jungkook podría gustar de él, le hacía querer dejarle el paso libre, pero sin que el menor notara que lo hacía a propósito.
Pensaba que si le decía que alguien más le gustaba, Jungkook lo tomaría en serio y se tragaría aquello que podría sentir por él, y prefería estar totalmente seguro antes de tomar una decisión definitiva. Parecía masoquista y era obvio, pero no tenía forma de pensar con claridad cuando Jungkook se le estaba acercando de aquella forma que simplemente le dejaba débil.
— Mírame solo a mi, como lo has estado haciendo — le pidió mientras le acariciaba el brazo que se mantenía pegado a la puerta, sosteniéndo la manija que no pensaba soltar hasta que Jungkook no saliera. Lo empujó hasta cerrar la puerta con la propia espalda de Taehyung y dejarlo pegado a esta —. No te puede gustar nadie más que yo.
Quizá fue sentir el olor de Jungkook tan cerca de nuevo lo que impedía sus movimientos, notar la piel de su pecho que se podía ver cuando se inclinaba hacia él, lo mucho que lo atraía o simplemente sus propios deseos, pero era seguro que para alejarse debía hacer un gran esfuerzo. No era una buena idea volver a caer de dónde pretendía haber salido, pero Jungkook era tan insistente que él simplemente no podía rechistar, aún consciente de que luego volverían los problemas.
— ¿Por qué? — le preguntó cuando Jungkook se mantuvo firme aún después de aquel empujoncito en el que Taehyung pretendía quitárselo de encima. Los labios de Jungkook que ya habían aterrizado en su cuello le hacían cerrar los ojos en deleite, porque lo bien que se sentía ser tocado por él era algo que nunca superaría. Jungkook no respondió, pero lo tocó más, lo besó más y lo acercó tanto como pudo a su cuerpo encendido —. ¿Te gusto yo a ti? ¿o solamente te gusta que te la meta para salir de la rutina de un heterosexual? — Jungkook le miró y le dio una sonrisa que pretendía responder a aquello, pero no fue una respuesta sólida que Taehyung quisiera tomar —. No estás conmigo ni sin mi, y yo ya no pretendo seguir en medio de algo que no existe.
Taehyung lo empujó con más fuerza, lo suficiente como para que Jungkook se alejara y perdiera un poquito el equilibrio gracias al alcohol en su sistema. Intentó abrirle la puerta de nuevo, pero el menor se apresuró a cerrarla incluso antes de ser entreabierta.
— ¿No existe? — su aliento rozó el rostro de Taehyung, era puro ron y un poco de nicotina, pero no le resultó desagradable al mayor que se centró única y exclusivamente en los labios del menor, que le miraba con deseo, dejándole claro que tenía ganas de pertenecerle aquella noche.
Jungkook deslizó su mano por aquella camisa negra holgada que le quedaba de maravilla, trazando lineas con sus dedos en aquella espalda que alguna vez se había arqueado con sus toques, y él quería repetirlo tanto que le dolía. Ni siquiera había pasado tanto tiempo desde la ultima vez que estuvieron juntos, pero se sentía como una eternidad, y el deseo siempre iba a ser mayor que la coherencia, por lo que era muy probable que aún en aquellos términos ambos terminaran bajo las sábanas.
— No.
En aquel monosílabo se podían sentir los nervios de Taehyung, y Jungkook supo que estaba logrando su cometido cuando el mayor se dejó tocar a conciencia, viéndole empezar a desabrochar los botones de aquella camisa que pronto estaría en el suelo.
Probablemente estaba cometiendo un error al ceder ante Jungkook incluso cuando lo había mandado a la mierda porque se suponía que no lo quería ver más, pero su cabeza estaba llena de pensamientos en los que se debatía la probabilidad de gustarle a Jungkook en realidad, y aunque ni siquiera llegara a la mitad, debía descubrir cuan cierto era aquello.
Y podría ser su imaginación jugando para el bando de Jungkook, pero juró sentir que aquellos toques no eran simplemente eso, porque de alguna forma, aparte de sentirse suyo, se sentía anhelado.
Hola, dispénsenme por las faltas ortográficas.
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