06
Ignorando el horrible malestar que tenía, Taehyung decidió salir aquella tarde que no le prometía mucho, pero que tampoco le amenazaba. Claramente lo pensó millones de veces porque no estaba en condiciones de disfrutar una salida con él mismo con la intención de despejarse, pero aquello era justo lo que necesitaba porque su mente era tan caótica como sus sentimientos actuales.
Se arregló hasta estar conforme con lo que veía, aunque en el proceso interrumpieron pensamientos sobre cómo lo veía la gente y si tenían la misma opinión con respecto a él. Esperaba que si aquellas opiniones debían ser iguales, fueran idénticas a la de él. Y aunque no lo fueran, no era un asunto con mucha relevancia porque le bastaba con lo que sabía él.
Ese día fue a visitar un museo al que ya había ido un sinnúmero de veces, también comió helado sentado en un parque, se coló en un taller de arreglos florales e incluso jugó ajedrez en una plaza con gente que no conocía, y Jungkook no pasó por su mente en todo aquel rato. Sonrió naturalmente y habló tanto como quiso, sobre lo que quiso y aquella gente le seguía la conversación y lo escuchaba con atención. Se sintió tranquilo, y fue todo lo que necesitó para calmar aquel auto desprecio repentino e infundado, porque la gente lo veía y no lo acusaba de ser raro, ni siquiera era lo que les interesaba, lo trataban con agrado y se reían de sus chistes sin gracia.
Al final, probablemente la única persona que pensaba cosas horribles de él era aquella que tenía su corazón. Y definitivamente, no había golpe más bajo que ese.
Aquella tarde, en aquella plaza, le hizo mejorar su estado de ánimo en cantidad, coqueteó un poquito e incluso hizo un amigo nuevo. Se llamaba Jimin, se veía risueño y era tan coqueto que lo hizo sentir un poquito rígido, pero parecía buena persona y Taehyung no pudo negarse cuando le invitó a tomar un trago para conocerse mejor. Claro que le había aclarado que era gay, pero que aquella invitación, aunque Taehyung era guapísimo, no venía con intenciones de ligar porque ya tenía novio.
— No tienes pareja, ¿verdad? — Jimin preguntó, queriendo asegurarse de presentarle gente sin la preocupación de arruinar algo.
Sinceramente, Taehyung lo pensó aunque tenía la respuesta clara, pero le parecía raro dar el permiso que conllevaba aquella negación porque anteriormente se mantenía alejado de gente con la que probablemente ligaría, también negaba las invitaciones que recibía con la excusa de que estaba conociendo a alguien que en realidad no le daba el permiso de conocerle como se debía.
— No.
— ¿Orientación sexual? — inquirió, mirándole con una ceja alzada que Taehyung no supo si tomar como que lo iba a juzgar o que simplemente estaba curioso —. No te preocupes, si eres hetero está bien, no tienes que ser perfecto.
Taehyung sonrió ante aquello, una sonrisa tímida en la que sus dientes presionaban su labio inferior para no soltar una carcajada.
— Soy gay.
— ¡Aleluya! — Jimin aplaudió con orgullo, Taehyung no hizo más que acompañarle en las risas —. Eso es perfecto porque te voy a presentar a un amigo, es un encanto.
— La verdad es que no estoy en condiciones de conocer gente — habló sin una emoción que hiciera a Jimin anticipar el motivo de aquello, por lo que le miró curioso, deteniendo sus pasos.
— ¿Por qué no?
— Hasta ayer estaba con alguien — aquella era afirmación falsa porque ellos nunca estuvieron juntos de la forma correcta, pero aún así, su corazón todavía estaba dolido por todo aquel lío, así que no iba a empezar algo que no sabía cómo podría resultar. Se decidió a corregirse porque definitivamente estaba equivocado —. Bueno, no estábamos juntos, pero me gusta.
— ¿Le gustas?
— No es gay.
— Ah, pero te la metía, que desgraciado.
Taehyung soltó una risita porque siempre aquellos que se le acercaban, lo confundían con ser el que recibía. Incluso había algunos que le ofrecían abiertamente introducirse en él, cosa que le daba más gracias que molestia, pero los hacía desistir con la noticia de que él era quien introducía cualquier cosa a la hora de intimar.
— En realidad, se la dejaba meter.
— ¡¿Qué?! — su cara fue un poema, la forma en la que se llevó sus manos a la boca fue totalmente graciosa porque parecía que estaba en uno de esos shocks en los que piensas a mil como forma de caer en cuenta en la situación.
— No es tan sorprendente, él es de mente abierta, supongo — Taehyung le restó importancia.
— Amigo, ¿qué dices? Los heteros no se la dejan meter por más curiosos que sean, definitivamente tiene que ser gay de closet — soltó un resoplido que desmostraba empatía por la situación de Taehyung, dandole golpecitos en la espalda sin siquiera mirarle, claramente dándole mente a aquel asunto —. De todas formas, sea gay o no, si ya no tienen nada, no es algo que tenga que ver contigo. Diviértete, encuentra a alguien que tenga claro lo que le gusta y enamórate de quien te mire como si fueras el cielo. De hecho, mi amigo mira bien bonito.
Jimin le picó en el brazo con su dedo índice, dándole una sonrisa traviesa que anticipaba de una forma bastante obvia el motivo de aquella invitación. Claramente aquel rubio buscaba una pareja para su amigo, y aunque Taehyung estuviera soltero, definitivamente no estaba disponible.
Cuando llegaron al bar, Jimin saludó al guardia como si fuera un amigo de toda la vida, luego tomó a Taehyung de la mano y lo llevó hasta la barra, preguntó por alguien y cuando le confirmaron su paradero, se dirigió a la zona VIP que quedaba en la parte de arriba. Allí había menos gente, cosa que Taehyung agradeció mentalmente, sin embargo, el ruido era el mismo.
— ¡Llegamos! — anunció el rubio por sobre el ruido, como si los estuvieran esperando o ya estuvieran enterados de la presencia de Taehyung. Se sentó sobre las piernas de un pelinegro que parecía ser su novio porque lo besó y sostuvo inmediatamente por la cintura, mientras Taehyung miraba la escena sintiendose fuera de lugar —. Él es Taehyung, es mi amigo y es gay — lo presentó sin querer ocultar aquel detalle —. Este es mi novio, Yoongi — señaló a quien lo cargaba, luego al chico sentado a su lado en aquel mueble largo, sosteniendo un vaso que luego puso en la mesa frente a él mientras lo miraba —, y él es Hoseok, mi amigo. También es mi cuñado, pero primero fue amigo, y antes de eso, obviamente gay. Y está soltero.
— Gusto en conocerte, Taehyung — saludó Hoseok, mientras que su hermano decidió que un una reverencia en la que solo agachó su cabeza un poquito fue más que suficiente. Aquel saludo estuvo más tieso que él en ese momento, pero no le dio importancia.
— Igualmente — le sonrió en un intento de no verse pesado porque seguramente aquella respuesta lo había sido, y aunque aquel individuo no daba indicios de querer tratarlo con una dulzura que no esperaba, haría lo posible por verse tan amigable como sí esperaba que fuera.
Jimin dejó su lugar en las piernas de Yoongi y le tomó la mano, sentándolo al lado de Hoseok, mismo que no hizo más que seguir cada movimiento con su mirada porque era obvio que sabía por donde iba la cosa. No replicó, tampoco actuó con incomodidad, en realidad parecía estar acostumbrado y aquello le hizo a Taehyung no querer ni siquiera un poquito más de cercanía porque ya se imaginaba como eran las cosas allí.
— Hoseok, sírvele un trago — pidió cuando estaba conforme con la distancia casi nula entre ellos, porque así de bien disimulaba Jimin —. Taehyung, pide lo que quieras, ellos invitan, así que no seas tímido. Hablen mientras resuelvo algo, nada de pena, eh.
Tomó de la mano a su novio y se fue a lo que parecía ser un salón privado, y era terriblemente obvio lo que estaba haciendo y lo poco disimulado que estaba siendo. A Taehyung no le molestó, de todas formas no
tenía a quien serle fiel, así que conocer a aquel hombre no era una idea tan mala, lo malo sería hacer más que conocerlo.
Él no era de los que sentían vergüenza a la hora de relacionarse, pero por algún motivo sentía que no encajaba allí, tampoco sentía la confianza suficiente para actuar naturalmente porque los fines de aquella reunión improvisada no se dirigían a la linea de una amistad.
— ¿Qué quieres tomar? — preguntó Hoseok. No se escuchaba como si estuviera interesado porque su actitud en vez de estar cerca de querer ser complaciente, parecía desinteresada. Se notaba a leguas que era muchísimo mayor que él, quizá por eso su tono frío que podría tomarse incluso como formal, y Taehyung odió sentir que lo trataban con indiferencia, pero no lo iba a decir —. Tenemos whiskey aquí, pero si quieres otra cosa puedes pedirlo.
— Voy a tomar una cerveza, pero yo la pago — aclaró al instante, porque sentir que alguien le invitaba lo que estaba a punto de consumir, le hacía cohibirse y prohibirse tomar tanto como quería.
— No es necesario, la casa invita.
— Aún así — insistió, sintiéndose inseguro sobre girarse a mirarlo dada la cercanía. Se corrió lo suficientemente como para poder tener espacio para moverse con confianza, entonces sí le miró con la intención de sonreírle ante su amabilidad.
Hoseok ni siquiera le estaba poniendo atención, lo que resultó ser una decepción que no se tomaría a pecho porque en realidad ninguna de las partes estaban interesadas, y era válido, porque él no pretendía engancharse de alguien aquel día ni mucho menos coquetearle para que se interese en él cuando una relación era lo último que buscaba. Cuando el mayor terminó de hacer lo que estaba haciendo en una tablet que había sobre la mesa, cruzó sus piernas elegantemente y mantuvo su vista en la misma dirección por todo el tiempo que un mesero tardó en llegar.
— ¿Cuál quieres? — preguntó cuando el chico llegó con cuatro latas diferentes, cada una era una marca de cerveza distinta. Taehyung ni siquiera era quisquilloso con el alcohol, pero aquel gesto le hizo sentir extrañamente atendido. Obviamente aquello no alivió el sentimiento de sentirse trivial, porque era demasiado claro que aquel comportamiento era a base de la experiencia que le daba el conocer chicos a diario.
— Cualquiera está bien.
— Elige la que te guste — Taehyung claramente eligió al azar porque todas las cervezas saben igual, luego le agradeció al chico con una sonrisa —. Tráele más de esas.
— No lo pongas en su cuenta — se apresuró en pedir.
— Ponlo — su voz salió demandante, y el aura que espiraba era tan intensa que Taehyung no supo si le causaba miedo o simplemente le parecía atractivo. Y probablemente ninguna de las dos opciones eran correctas, pero era sorprendente lo fuerte que podía ser una palabra dicha con el tono correcto.
— Puedo pagarlas.
— Nunca lo cuestioné. Y es de mala educación rechazar la amabilidad de los mayores — se tomó otro trago de su Kavalan que sinceramente se veía tan caro como el reloj en su muñeca, le dio un último vistazo a Taehyung y a su lata, haciéndole un pregunta silenciosa de si debía abrirla por él, pero dirigió su mirada al frente después de que Taehyung la destapó bajo su atención.
— Gracias, entonces — aceptó porque el mayor estaba decidido a pagar por sus cervezas y no había necesidad de alargar aquel asunto —. ¿Puedo preguntar cuántos años tienes?
Hoseok le miró de lado, no le sonrió, tampoco frunció el ceño o mostró algún roce de confusión, quizá porque no lo estaba o porque simplemente se le daba espectacular actuar neutro.
— Lo suficiente como para que me trates de usted — dedujo que su respuesta ya era suficiente, sin embargo, Taehyung no sentía que lo fuera. Esperó que dejara pasar el tema porque no quería que creyera que era demasiado mayor, porque para él, definitivamente, Taehyung no llegaba a los veinticuatro.
— Esa respuesta no me sirve — le dio un sorbo a su cerveza, examinando disimuladamente el porte del mayor cuando se inclinó a dejar la lata sobre la mesa.
— Lamentablemente, es todo lo que puedo decirte.
— ¿Tu edad es un secreto del estado? — le dijo con sarcasmo, no pensando que aquel era un tema serio porque definitivamente no lo era. Ni que le fuera a investigar la vida con aquella simple información.
— Es información personal, Taehyung — a Hoseok no le gustó como salió aquel nombre de sus labios, se mantuvo saboreando el rastro que había dejado en su boca decirlo con tanta indiferencia fingida.
— Se supone que debes de ser un encanto.
Taehyung se quejó, arrugó sus labios mirándole con un desagrado que no sentía y era evidente, le molestaba tener que rogar por un dato que no le serviría de nada, pero que quería saber.
— El hecho de que te esté hablando ya resulta encantador — se pasó la mano por el pelo, manteniendo sus piernas cruzadas, claramente sin mirarle.
Le parecía grosero que mirara cualquier cosa mientras le hablaba, pero no se iba a quejar. Parecía ser de esos hombre con más egocentrismo que amabilidad, de esos que presumen y asumen ser mejores que cualquiera, y Taehyung no tenía problema con eso porque no le hablaría nunca más, pero era muy insultante que le tratara con tanta superioridad que ni siquiera creía importante mirarle.
— No lo puedo creer, que pesado — se tomó su cerveza, empujando un poquito el vaso de Hoseok cuando se inclinó para tomarla. Infantil, claramente, pero era una forma de decirle que su personalidad era súper fea sin tener que expresarlo.
— No estoy siendo pesado, estás siendo un metiche — acusó con apatía.
— Ajussi, ¿qué le pasa? — soltó un suspiro que quedó opacado por la musica, pero que demostraba lo ofendido que estaba —. Que tenga el doble de mi edad no le da derecho a criticarme.
— Y ahora eres grosero.
— Tú lo fuiste primero.
— ¿Estás actuando así solo porque no te dije mi edad? — se giró hacia él, mirándole fijamente en su porte elegante e intimidante, cosa que Taehyung debía reconocer porque aquello era totalmente innegable. Ignoró aquello y le miró con la misma actitud que concluyó que Hoseok había tomado —. ¿Qué vas a hacer con esa información?
— Dos dígitos no son algo con lo que pueda hacer mucho — respondió con sorna.
— Esa es una respuesta totalmente confusa, Taehyung — y esa vez, aquel nombre se deslizó por su lengua con picardía.
— ¿La edad influye en la compresión? quizá por eso se te dificulta entender — tomó otro sorbo de cerveza, dejándola nuevamente en la mesa —. Y ya no quiero tu cerveza.
— No la tomes.
Y a Taehyung le pareció increíblemente grosero que no le insistiera en seguir tomándola.
Se quedaron callados porque él no iba a responder a eso, en cambio le miró mal sutilmente porque aquel señor tenía una actitud intolerable, cosa que Jimin no había aclarado. Y siendo francos, lo que sea que había dicho de él, había resultado ser falso, por lo que aquello era una brutal estafa.
— Tengo 31.
— ¿Quién le preguntó? — respondió con hostilidad, haciendo como que le daba lo mismo saberlo y no, cuando en realidad estaba demasiado curioso —. Aunque, ya que lo dijo, ¿sabía que hay gente que se vuelve malhumorada con la edad?
— ¿Tienes pareja? — ignoró lo anterior, haciendo su propia pregunta que, obviamente, esperaba no fuera ignorada. Taehyung le agradaba, quizá porque se empeñaba en llamarlo anciano con una actitud totalmente lejos de ser ofensiva, aunque estaba seguro de que aquel era el propósito. También podría ser porque sí, sin razón alguna, solo porque le caía bien y ya.
— Información personal — aprovechó la oportunidad de no responder.
— No tienes — dedujo con seguridad.
— ¿Qué te hace pensar eso?
— No estarías aquí sentado de lo contrario.
— Ajussi, ¿cree usted que he venido a ligar?
Taehyung le dedicó una sonrisa traviesa, como si se hubiera dado cuenta de las verdaderas intenciones de Hoseok. No lo veía venir porque el hombre no daba indicios de interés, así que su burla estuvo envuelta en sorpresa.
— ¿No?
— No.
— Ya.
El silencio se volvió a instalar entre ellos porque no había nada de lo que pudieran conversar, Taehyung ya había puesto un alto a las típicas preguntas que haces a la hora de coquetear con alguien, así que Hoseok no estaba seguro de insistir. La música, los murmullos y las voces de quienes cantaban era todo lo que se podía escuchar, pero aquello no le quitaba incomodidad al momento.
Volvió a tomar un sorbo de la cerveza que pretendía no volver a tocar, entonces miró al hombre que tenía al lado, mismo que lo estaba estudiando en silencio mientras tomaba un trago de lo que tenía en el vaso. No dejó de verlo incluso cuando Taehyung lo sorprendió en ello, así que por vergüenza y porque no podía soportar el peso de aquella mirada, él mismo fue quien giró su rostro.
Al parecer saber que Taehyung no estaba interesado en él le había hecho interesarse, y si así era, entonces que mal por él, porque Taehyung no pensaba darle paso libre después de tener aquella hipótesis.
— Ya me voy, gracias por la cerveza — anunció, levantándose inmediatamente.
— ¿Te puedo llevar? — preguntó sin hacer un solo movimiento, esperando la confirmación de Taehyung.
— No le voy a mostrar dónde vivo a un señor malhumorado que acabo de conocer, pero gracias.
— Está bien — respondió, aceptando aquella decisión de mal gusto, si le preguntaban.
— ¿Me da el número de Jimin? Creo que no está bien irme así — Hoseok asintió, buscó en su teléfono y le dictó el número, pensando en lo mucho que prefería que Taehyung le hablara de tú, porque cuando le hablaba con respeto, le hacía pensar en cosas que no debía —. Adiós.
No miró hacia atrás cuando empezó a hacer su camino a la salida, sintiéndose liberado de repente porque aquel momento fue un poco incómodo. Conocer gente no siempre le resultaba fácil, a veces era un éxito, otras eran lo que fue aquella noche.
Cuando salió del bar, esperó en la acera por un taxi, mismo que llegó casi de inmediato porque aquella calle era muy concurrida. Antes de subirse, sintió una mano tomar su muñeca, y al girarse estaba el mesero que había llevado sus cervezas.
— El jefe dijo que puede ir en su coche, su chofer lo llevará — soltó su muñeca y con la misma mano pretendió guiarlo al lugar en el que se encontraba aquel coche, pero claramente Taehyung no se dirigió allí.
— Dile a tu jefe que sigo negado a mostrarle donde vivo.
— Dijo que si no acepta, entonces que le permita pagar su taxi.
— Tengo dinero.
— No me lo diga a mi — el muchacho se encogió de hombros, caminando hacia el taxi.
Le abrió la puerta del taxi, esperando a que Taehyung entrara. Era obvio que lo había dudado por unos segundos, pero al final decidió dejarlo pasar porque allí no habían intenciones amenazantes, entonces una vez dentro, el chico pagó el taxi como se le había pedido, incluso dejándole propina.
En el camino se cuestionó la razón de aquel individuo para ser así de atento porque no se había mostrado interesado, sin embargo, estaba siendo más servicial de lo que debía, cosa que tenía a Taehyung confundido. Lo más probable es que no vuelva a verlo otra vez, al menos por voluntad propia, pero si surge una buena amistad con el rubio que recién conoció ese día, entonces la probabilidad de verlo seguido aumentaría.
No era un asunto que le molestaba ni preocupaba, estaba neutral con aquella situación porque claramente entre ellos no pasaría nada y tampoco era como que estuviera interesado en que sí.
Cuando el taxi llegó a su casa, se bajó después de agradecerle. Obviamente le había advertido no divulgar su dirección si le fuese pedido porque aquello era un delito y podría denunciarlo por filtrar información personal, aunque aquello no era así de grave. Cerró la puerta después de recalcarle que no se dejara sobornar, y le vió irse antes de girarse y seguir su camino, entonces se topó con la persona que parecía estarlo esperando allí y a la que obviamente ignoraría.
Le pasó por el lado manteniendo una distancia en la que no podía ni rozarle la sombra, dejándole claro que así de lejos lo quería, pero fue detenido con un agarre en su brazo.
— Me viste aquí, ¿por qué no me hablas?
Ni siquiera acertó en recibir una mirada del mayor porque ni siquiera algo tan simple como eso se merecía. Él mismo se jugaba para dos bandos aunque aquello le perjudicaría o le haría bien, pero cuando se trataba de Jungkook, a Taehyung nunca le importaban las consecuencias así que era muy probable que de no ponerse fuerte, acabaría tomando la decisión equivocada influenciado por la cercanía de aquel pelinegro que tanto le gustaba.
Taehyung se soltó de un tirón brusco y continuó con el camino que volvió a ser interrumpido.
— Te he estado esperando por casi dos horas, ¿no puedes escucharme? — no le quería mirar porque no iba a contenerse, incluso con lo ofendido y atacado que se sintió, seguía en la palma de la mano del menor y la verdad es que no veía acercarse el momento en que finalmente le deje de importar.
— Jungkook, vete.
El menor lo acercó a él con la misma fuerza con la que Taehyung se había alejado anteriormente, pasando su nariz por el cuello de Taehyung, luego su pecho y por último sus labios. No se movió mientras estaba siendo revisado porque había sido tomado por sorpresa, pero cuando Jungkook terminó de olfatearlo, le miró como si estuviera loco.
— ¿Tomaste mucho? ¿lo besaste? — inquirió con una desesperación que ni él mismo llegó a anticipar, necesitado de respuestas que Taehyung estaba tardando en darle.
— Puede — se encogió de hombros.
Aquello fue un golpe en el orgullo de Jungkook, en sus sentimientos e incluso en su propio corazón. Le molestaba que Taehyung fuera capaz de dejarlo, más que solo molestarle, le dolía, y no estaba en condiciones de convencerse de lo contrario cuando todo apuntaba a que estaba dolido de forma evidente.
— ¿Te gusta?
— ¿Te importa?
— Si me quieres dejar que al menos sea por alguien que te guste.
Le miró a los ojos como forma de dejarle ver a Taehyung cuanto le afectaba la situación, deseando que cambiara de opinión y volvieran a ser lo que eran.
— Cualquiera sería mejor que tú.
— ¿No estás siendo cruel?
— Tú siempre lo fuiste conmigo — se soltó del agarre de Jungkook, con violencia, haciéndole sentir desagradable.
— ¿Qué mierda hago para que vuelvas a ser como antes? Esto no me gusta, Taehyung, ¿no me puedes perdonar una vez? — se encontró rogando por una oportunidad cuando anteriormente se sentía con el control de aquella relación inexistente, le sorprendió la forma en que todo había cambiado porque nunca se imaginó que se volvería aquello ni que terminaría alguna vez, al menos no tan rápido.
— ¿Para volver a lo mismo? — cuestionó, dejando salir un resoplido lleno de burla, dejándole claro a Jungkook que aquella petición era estúpida —. Claro que no.
— Pero te gusto.
Le miró a los ojos, soltando una risa nasal.
— Ya no me importa gustarte, Jungkook.
Su expresión demostraba toda la indiferencia que Jungkook nunca esperó de él, porque Taehyung no era así y estaba totalmente seguro de que pronto cambiaría de opinión, pero tener que esperar por aquello le iba a hacer llorar en angustia. Esperaba que realmente volviera con él, porque no soportaba la idea de dejarlo ir.
Taehyung volvió a hacer su camino a su casa, dejando atrás a un Jungkook a punto de arrancarse el cabello por la frustración.
La situación ya necesitaba un alto porque no era buena para él, siempre le pareció que Jungkook actuaba como si tuvieran sentimientos mutuos para hacerle creer que estaban en el mismo punto, y aunque Taehyung sabía que aquello era falso, le gustaba sentirse elegido.
Antes de entrar a la casa, se dio la vuelta y volvió a donde estaba Jungkook, entonces cuando estuvo frente a él, levantó su mano con la intención de darle una bofetada, pero simplemente no pudo, porque cuando el menor le miró con aquellos ojos llenos de esperanza, no pudo hacer más que quererlo.
— Ayer me dijiste que te abofeteara, no es como que no te lo merezcas, pero no voy a hacer esto.
— Entonces, ¿aceptaste mis disculpas?
— Sinceramente, vete mucho a la mierda.
se supone que iba a ser más corto, pero equis.
cuando quieran que Jungkook sufra, acuérdense de sus ojos y se les va a quitar, me pasó. 😔
el Jungkook de la vida real está influenciando mi trato (el de Taehyung?) hacia él en este fic.
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