01

Habían tenido sexo casual por alrededor de tres meses, Jungkook no había visto a nadie más que a Taehyung, mismo que tampoco había tocado a nadie en ese tiempo. Y si le prestaban atención, incluso había fidelidad en aquella relación inexistente que buscaba existir por medio del vínculo sexual entre ambos, pero solo con el esfuerzo de uno de ellos porque la realidad era que el otro prefería dejar las cosas como estaban.

Se veían casi a diario, cosa que ninguno pudo advertir hasta que pasó y se vieron envueltos en una rutina que ninguno creó intencionalmente, pero que de cierto modo, les hacia sentirse comprometidos con algo y le daban toda la prioridad del mundo. Era como si habían establecido un trato de solo sexo cuatro o cinco veces por semana, confidencial, sin quejas ni negaciones, aunque ninguno se negaría de todas formas y no habían establecido absolutamente nada.

Se estaban usando, y Taehyung creía estar bien con eso porque no quería exigirle más a una relación que no existía, pero tampoco quería dejarlo porque no quería perder al menos la mitad de Jungkook que tenía.

Justo en ese momento, Taehyung disfrutaba a Jungkook tanto como podía, sintiendo que lo tenía completo para él mientras el peligro lo montaba, saltando sobre él a una velocidad que lo enloquecía, sintiendo la urgencia de tocarlo, lamerlo, besarlo y no dejarlo ir más, pero no podía, porque Jungkook se negaba a besarlo más allá de los besos en el cuello y los chupones en todo su cuerpo, porque después de tres meses de sexo, abrazarse y extrañarse, Jungkook seguía siendo heterosexual y se aferraba a aquella idea como si fuese a salvarle la vida.

Taehyung le apretó la cintura con todas sus fuerzas, mirándole a la cara y escudriñando cada partecita que no pudo ver en más de dos semanas, porque aunque evitaba conversaciones en las que Taehyung le expresaba sus sentimientos, le seguía gustando y aquello iba más allá de lo sexual.

— Extrañé tanto esto — dijo Jungkook en medio de jadeos entrecortados e interrumpidos por su saltos sobre el pene de Taehyung. Sus movimientos continuaban enloqueciendo al mayor, pero no evitó que le doliera saber que Jungkook había extrañado el sexo, no a él. Y por más dolor que sintiera al respecto, tenía prohibido quejarse sobre eso porque al final de cuentas, Jungkook no tenía algo más que extrañar de él.

Decidió sacar de su mente todo lamento y centrarse en el cuerpo desnudo de Jungkook que era tan perfecto como una obra de arte, que le encantaba tanto que incluso soñaba con él. Bajó sus manos hasta las nalgas de Jungkook y se las apretó, para luego de un movimiento certero cambiar de posición y poner a Jungkook sobre su espalda, quedando él encima, justo como quería.

Empezó a embestirlo con todas sus fuerzas, porque necesitaba descargarse, porque aquella era la unica forma de limpiar su mente y evitar sentirse rechazado. Se movió diligentemente sobre jungkook, haciéndolo gemir sin vergüenza ni limitaciones, porque amaba escuchar los gemidos de jungkook. Sus ojos nunca dejaron los ajenos mientras entraba y salía del cuerpo contrario, haciéndole separar sus labios y poner los ojos en blanco por la cantidad de placer que le estaba dando.

Taehyung disfrutaba sus expresiones a la misma medida que disfrutaba cada orgasmo que le provocaba Jungkook, su cuerpo se calentaba tanto que sentía que iba a explotar por culpa de aquel chico que en las noches le permitía deleitarse con su cuerpo, follandolo sin cohibirse, haciéndole doler el cuerpo y poniéndole a gritar su nombre en el camino a la satisfacción que Taehyung trazaba para él.  Y que divina desnudez aquella, que pasaba por poesía ante los ojos de quien la disfrutaba, que lo calentaba y lo ponía tan duro para él.

Jungkook arqueó su espalda cuando se sintió a punto de llegar al orgasmo, oportunidad que Taehyung aprovechó para deslizar su lengua por uno de los pezones de Jungkook, mientras jugaba con el otro y bajaba la intensidad de sus movimientos para evitar que Jungkook se viniera, porque así de tanto conocía su cuerpo, sabía que Jungkook arqueaba la espalda y empuñaba las sábanas cuando sentía que podía venirse.

La lentitud no impidió que su pene llegara hasta lo más profundo, porque en las siguientes estocadas se enterraba por completo dentro de Jungkook, sintiendo como su trasero lo recibía con gloria y apretaba su pene con la única intención de hacerlo sentir bienvenido, y aquella sensación de saber que Jungkook se había amoldado a él le enloquecía, porque sabía que era el único en hacer eso, aunque no el dueño.

Le lamió los pezones con hambre, como si quisiera devorarlo, entonces Jungkook se encontró apretando por el cabello a Taehyung con todas sus fuerzas, arañando su espalda con su mano libre y enrollando sus piernas en aquella cadera que se ajustaba como pieza propia entre las piernas de Jungkook. La sensación gloriosa en su vientre bajo le dejaba sin fuerzas, lo dejaba tan débil que en ocasiones hasta lagrimeaba por lo saturado de placer que estaba, como solamente Taehyung podía ponerlo.

Cuando la lengua de Taehyung dejó de explorar sus pezones, sus labios húmedos hicieron un camino de besos en todo el pecho de jungkook, sus clavículas, sus hombros, su cuello, mismo que Taehyung descubrió que era su lugar favorito para enterrar su cara y dormir todo el tiempo que Jungkook se quedara con él. Lo beso con tanta entrega, que los movimientos que hace un rato tenían a Jungkook sin fuerzas se debilitaron, y cuando el pelinegro lo notó, estaba seguro de jurar que Taehyung incluso lo estaba penetrando y besando con amor.

Lo jaló por el pelo hasta tenerlo cerca de su rostro, tanto que Taehyung pensó que lo besaría, entonces Jungkook apretó más sus piernas alrededor de Taehyung y le susurró la frase que lo descontrolaría.

— Hazme venir, Taehyung.

Con sus manos a los lados del cuerpo de Jungkook, empezó a embestirlo otra vez, con fuerza y velocidad, enterrándose completo en el interior de Jungkook, hasta llegar a chocar con su próstata. Era una posición en la que se cansaría rápidamente, pero no iba a desenrrollar las piernas de Jungkook de su cintura porque así de cerca lo quería, así que que se concentró en dar estocadas precisas, gemirle en la cara y contener las ganas de tragarse los gemidos de Jungkook con su propia boca sobre la de él.

Jugkook se sentía como si finalmente había podido ser complacido después de días en los que tenía que masturbarse bajo la ducha debido a la ausencia de Taehyung, y se sintió estar en el cielo cuando el mayor se enterraba con violencia hasta tocar su próstata, cosa que lo hacía arquearse y girar sus ojos por culpa de aquellas sensaciones que simplemente le estaban llevando a un orgasmos de esos que te dejan sin fuerza, y Jungkook lo estaba anhelando, porque tener a Taehyung dentro era la cosa más maravillosa del mundo y estaba seguro de que nunca, nadie más que Taehyung, lo haría sentir de tal forma.

— Jungkook, me voy a venir — advirtió con voz ronca. Sus jadeos y el sonido de sus pieles chocando combinado con los gemidos de ambos era una maldita canción que los excitaba al punto de querer aguantar más de lo que pudieran solo para seguir escuchando aquellos sonidos.

— Espérame.

Taehyung no respondió, pero como pudo llevo una de sus manos al pene de Jungkook, apoyandose en la cama con la otra, dejando caer todo su peso en esa dirección. Empuñó sus manos alrededor del pene duro de Jungkook y empezó a moverla al mismo ritmo al que lo penetraba, duro, sobrecargando de placer al menor.

Ambos estaban a punto de llegar al orgasmo, aunque lo estaban posponiendo porque querían sentirse más. Cuando Taehyung sintió el pene mojado de Jungkook endurecerse más, supo que había llegado el momento, no lo soltó incluso cuando su semen se deslizó por su mano, le manchó el pecho y un poco de la barbilla, y qué no daría Taehyung porque Jungkook se lo quitara con la boca.

Se vino en el interior de Jungkook, llenándolo con su líquido caliente. Cayó encima del menor, sobre su pecho, permaneciendo en aquella posición hasta que sus jadeos disminuyeron, entonces se retiró del interior de Jungkook y se acostó a su lado, tapándose a ambos con una sábana.

Como si fuera una acción que había estado haciendo por años, enterró su cara en el cuello de Jungkook, oliéndolo, besándolo, sintiendo la calidez de esa zona. Y tenerlo así de cerca y a la vez tan lejos era un tortura con la que Taehyung estaba luchando para poder resistir, pero que, sin embargo, no estaba totalmente seguro de cuanto podría soportar.

— Te extrañé, Jungkook — susurró contra su pecho, sin sentir que era demasiado o que estaba actuando demasiado dulce para la relación que tenían, porque Taehyung estaba ensimismado con Jungkook en general, y lo quería para él no solo sexualmente hablando, sino como alguien a quien querer y extrañar, cosa que ya hacía.

— Imagínate si te la metiera — respondió en un susurro que evadía cualquier pisca de seriedad, porque Jungkook no era así intenso, mucho menos alguien que dijera cosas que sonaran de esa forma. Taehyung le dio un manazo en el pecho, una forma de reprenderlo por aquello.

— No seas así.

— Así me conociste.

— ¿Verdad? — inquirió sin la intención de recibir alguna respuesta, como si estuviera repasando las acciones anteriores de Jungkook que dejaran en evidencia aquella actitud que realmente era propia de él —. Así me gustas.

El menor no respondió, lo único que pudo sentir Taehyung fue su respiración tranquila y como su pecho subía y bajaba debajo de su mano, ni siquiera le sintió tensarse ante aquel comentario, porque Jungkook simplemente lo ignoró como siempre había hecho, como si aquel fuera un tema del que estaba indispuesto a soltar palabra, y ese tipo de cosas disgustaban a Taehyung, porque aunque no estaba siendo todo lo claro que debía ser, aquel silencio le dejaba bajo una incógnita en la que se dividía el respeto por aquellos momentos sexuales y la necesidad de sentirse querido. Taehyung sabía lo que quería, y le disgustaría que Jungkook buscara una salida permanente de aquellos planes.

Se acomodó mejor en el cuello de Jungkook, llevó la mano que estaba sobre su pecho a sus cabellos, y empezó a jugar con ellos como forma de conciliar el sueño que no tenía y mucho menos pensaba llegar. Su corazón saltó cuando Jungkook llevó su mano a su cintura y lo pegó a él, haciendo dibujitos que podían pasar como constelaciones en el cuerpo de Taehyung, acariciandolo lentamente y confundiéndolo con velocidad. Porque Jungkook debajo de la oscuridad y encerrado en la privacidad de ser solo ellos dos, era aquello, lo que Taehyung quería también en el día y la tarde, no solamente después del rastro de sensaciones sexuales y antes de caer dormidos.

— Jungkook — Taehyung lo llamó, esperando su respuesta porque sabía que no estaba dormido, su respiración lo dejaba en evidencia. Esperó la respuesta que llegó después de unos segundos en forma de un sonidito que creó en su garganta y allí se quedó, pero Taehyung se conformó con aquella confirmación de que lo estaba escuchando —. Sabes que yo no estoy con nadie más, ¿verdad?

— Lo sé — respondió bajito, suave. Taehyung sabía que tenía los ojos cerrados, pero que estaba lejos de dormirse.

— Yo sé que tú tampoco tienes a alguien, pero nunca me lo has dicho.

— ¿Necesitas que te lo confirme? — preguntó en el tono que no cambiaría por el momento, porque aquella era una de esas conversaciones que se quiere tener con el fin de conseguir una única respuesta que de ser buscada sin preparar el terreno, parecería un atropello para el otro. Por eso Taehyung empezaba a tientas, deseando que Jungkook no lo evite —. Sabes que no estoy en condiciones de entregarle el culo a alguien más, no soy gay.

— Mhum — siguió recorriendo el cuero cabelludo de Jungkook con sus dedos, bajando al cuello de vez en cuando, rozando después su mejilla de a poquito —. No eres gay, eso es correcto, pero ¿te he hecho sentir algo más que ganas de follar?

— He extrañado estar contigo — respondió sin pensarlo, pero aquella no era una respuesta que dejaba completamente satisfecho a Taehyung, porque ni siquiera dijo que lo extrañó a él, sino estar con él. Y no sabía como sentirse al respecto, no quería saberlo, porque si llegaba a una conclusión le dolería y no quería dañarse el ánimo que ya estaba golpeado.

— ¿En la cama?

— Más que nada.

Pensó en darse en la vuelta muchísimas veces en los próximos minutos, pero se estaba demasiado bien al lado de Jungkook, con su mano apretando sus cintura como si le perteneciera. Y quería ser completamente de él, no algo de él, porque aquello lo limitaba y Taehyung no quería barreras entre ellos, solo pertenecerle.

Jungkook estaba consciente de a dónde Taehyung llevaba la conversión siempre que buscaba charlas nocturnas de esas en las que susurras y creas un ambiente íntimo, y no le desagradaba, pero le molestaba que se sacaran a relucir aquellos temas de los que le pesaba hablar. Taehyung no tenía nada de malo, y le encantaba abrazarlo tan fuerte que parecía querer fusionarse con él, pero seguía siendo gay y Jungkook heterosexual, hecho que ponía en desventaja el gusto que Taehyung decía sentir por él, que él notaba y que le asustaba, porque aunque lo quería siempre para él, aunque sea en las noches y las madrugadas, él no le podría corresponder.

— ¿Has sentido ganas de besarme?

— No.

— ¿Ni una vez?

— No.

— ¿Por qué?

— Porque no me gustas.

Entonces obtuvo la respuesta que buscaba.

Taehyung detuvo sus movimientos, le dejó el cabello quieto y dejó de inhalar su olor corporal en su cuello.

Que fuera así de directo no le molestaba a Taehyung, porque así era a Jungkook, así lo quería, pero aquellos momentos en los que se pasaba de franco eran advertencias que resplandecían incluso bajo la luz, porque a Jungkook no le dolía romperle el corazón, ni le molestaba confundirlo, porque aunque nunca lo dijo, se sabía que esperaba tener a Taehyung siempre disponible para él.


Taehyung es un romántico enamorado, Jungkook parece querer ser un red flag.

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