Selene; un poema romántico a la luna
Ojalá la ventana fuera un retrato
o su corteza un marco grisáceo,
para poder verte en los días amargos.
Pero no, la ventana es solo un agujero,
es solo un agujero en la habitación.
Con ojos cansados, contemplo el cielo,
el cielo negro es mi único amigo,
es mi aliado cuando lucho contra enemigos
que solo existen en mi imaginación.
Me siento como un pez ahogado
y te muestras ante mí como el único marinero
que ve más allá de un simple chapoteo
cuando debato con la muerte
y termina todo en discusión.
Las sonrisas fingidas son el pan de cada día.
Me duelen las mejillas, están agotadas.
No soporto la monotonía pero la libertad
es a veces una pesadilla constante.
Oigo los ruidos, sigo siendo
un ovillo entre paredes de cristal.
Siento que me puedo fragmentar
en cualquier momento, pero
la ventana es la única constante, es
la salvación. Cuando todo se oscurece
en formas que no quiero y mi pecho
hiperventilado se vuelve pesado.
Voy navegando entre los puntos a tu alrededor
aunque me sienta cansado, quiero seguir jugando
y contar los lunares en tus mejillas pálidas
porque eso es lo único capaz
de calmar mis lágrimas.
Los lamentos nocturnos son melodía
que no calla cuando mi mente estalla
y solo puedo ver el final, mi final,
justo en la punta de mi nariz,
como un remolino, un frenesí,
estoy fuera de mí,
fuera de este cuerpo
y viajo entre la fría oscuridad
que acompaña mis lamentos
mas imperecederos.
1
Hubo una vez que
las nubes taparon el sol
y eso duró
setenta y dos horas.
Odio la lluvia, no me deja verte.
Odio las tormentas, me asusta no verte
y me niego a cerrar la ventana
porque no pienso rendirme
ante las consecuencias pasajeras
de una pasajera decisión.
2
Mi rostro ha sido consumido por las ojeras, no tolero dormir porque no puedo verte cuando duermo. Ojalá pudiera tener sueños, sueños donde podamos vernos y ser yo la luz que ilumina en tu oscuridad. Pero soy solo un simple mortal, he caído a tus pies. Dime, ¿qué se puede esperar
de un mundo tan imperfecto?
Toda la melancolía me consume
y mis ojos no dejan de sangrar.
Ya no son lágrimas de sal
las que me impiden verte.
He insertado palillos en mis párpados
para no perderte, ni perderme un segundo
sin verte. La noche es oscura y fría, lo sé,
pero amo eso y por eso me quedo viendo.
Viéndote.
3
El pez se ahoga fuera del agua.
No estudié de astrología y solo he logrado perderme.
¿Qué estoy haciendo con mi vida?
A veces me pregunto
si pudieras hablar, ¿serías capaz de tocar mi cuerpo?
No paro de observarte, eres lo único especial en medio de mis pesadillas.
No paro de amarte, eres lo único real en esta taciturna vida.
Todo lo que me queda es suturar mis heridas y esperar que los moretones no dejen cicatriz.
Todo lo que me queda es esperar acostado el final de un nuevo atardecer.
Rasco mi piel, hay un poco de sangre en mi saliva.
¿Dejé prendida la estufa?
No recuerdo qué día es hoy, quizás sea viernes.
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