Capítulo 1.


Capítulo 1. Cortes

...

Apenas estaba pasando por los diez años cuando lo comencé a ver todo oscuro, completamente gris, el mundo se iluminaba entre tonos negros, blancos y gris, sin pensarlo más simplemente me acomode en aquel mundo, no podía parar, no había verdad, ni armas para luchar

Levantarme era un dolor eterno, las mentiras eran diarias, las charlas sin sentido abordaban mi mente, una mente que se tornaba como un desierto, una había de hielo casi como en el polo norte, fue cuando unas palabras llamaron mi atención » ¿Qué podría salir mal de eso?«

Era una excursión, una llamada al más allá, niños de diez años invocando a satanás, que ridiculez y aun así, fui con ellos, detrás de la escuela, entre edificios abandonados ― porque sí, siempre hay edificios abandonados ― los chicos comenzaron con el ritual. Habían dibujado un pentágono, ― uno mal hecho por cierto ― habían hielos a nuestro alrededor, velas y un niño tenía una hoja vieja y algo rota

― Ut omnis qui audierit a me: Interrogabo vos et ego ad te, et bene indurece... - hablo el niño con pésima pronunciación

― No pasa nada – se quejó uno abandonando el lugar

― Es-esperame – dijo otro quien no paraba de temblar

El primer niño y yo nos quedamos, se veía desilusionado y solo sonreí – te falto terminar – fue lo que dije – We welcome quis qui vult intrate – dije

Pero saben quizá no debí decirlo, pues todo después de eso se volvió negro. Para cuando volví en mí, ya todo había terminado, era de noche, no había clases, nadie estaba a mi lado incluso... La escuela había desaparecido ¿ese? ¿Qué lugar era ese? Pues quizá solo un terreno baldío, lo siguiente que vi fue un farmacéutico acercarse a mí, sonreía con sus 32 dientes brillantes y blancos, sus ojos morados se sentían penetrantes y su cabello negro algo desvariante...

― Pequeño ¿Cómo te sientes?

― ¿Por qué me pregunta algo así? Estoy tirado en el suelo sin saber dónde estoy

― Eso es algo común, sabes... Ahora eres indigno de ser humano

― ¿perdón?

― Te explicaré en el camino ¿quisieras una taza de té?

― Quisiera ver a mamá y a papá

― Oh mi querido... Ellos deben estar en un lugar mejor ahora

Aquel día fue el primer día que lo conocí, que conocí la mentira, pues si, jamás hubiera sabido que yo mismo mate a todo mi pueblo al ser poseído por algo más grande que yo, algo más grande que cualquiera... Pero iba a ser más que obvio cuando salió en las noticias, incluso mientras salíamos del lugar en aquel auto pude ver a militares llegar al lugar, ― Ja, niño estúpido ―

Pase un día en consulta y aquella noche decidí entrar al baño, mire alrededor, había escuchado de eso en la consulta del doctor, quien me rescato, un chico llego por heridas en sus muñecas, ¡un suicidio! La simple palabra había llenado mi corazón » suicidio, suicidio, suicidio « retumbaba en mi cabeza, una salida, un escape, un... deseo.

Entonces me encerré en el baño con el bisturí del doctor, era un momento de gran emoción, mucha emoción, estaba emocionado, muy emocionado, tan emocionado que... que... ¡creo que jamás había sonreído tanto! Pero lo hice, sonreí como un demente, en cuanto el bisturí tocaba mi piel, pude sentir el dolor, dolía como un demonio, dolía como jamás iba a imaginar, era la punta entrando y rasgando mi piel, no hubo ningún brote o promisión, así que hice lo mismo con mi otra mano pero... ¡nada! Solo el estúpido dolor que no me dejaba descansar, porque ― ¡con una puta chingada madre del coño por pendejos! ― dolía.

Continúe cortando, cortando mis brazos, cortando piernas, entre en un estado de desesperación » ¿Por qué siento dolor pero no sale nada? ¿Por qué siento dolor pero no puedo morir? « Me preguntaba, fue tanto el dolor que volví a desmayarme, una vez más entre la oscuridad, vi una luz y al abrir mis ojos, si, de nuevo el doctor estaba allí

― Puedes descansar – dijo el doctor

― Quiero hacer lo que hizo ese señor de la tarde

― El hombre murió por un acto de suicidio, su familia fue acusada de robo, y esa fue la salida del hombre – dijo serio – no debes hacerlo tu

― ¡quiero hacerlo! ¡me hace feliz! – grité

― No debes, no importa cuando lo intentes, jamás lograrás suicidarte

― Lo lograré – respondí con rabia

Pues así como la vida era un regalo, podría pedir la muerte como si fuese parte del regalo.    


...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top