Capítulo 8.
Día siguiente.
Luego de la intensa nochebuena de ayer, regresamos a nuestros labores. Para más seguridad, Jack me contrató guardaespaldas, justamente para evitar que algo malo me pase o simplemente me vuelva a desmayar. Es un poco incómodo tener a alguien detrás de mí a todos lados pero supongo que poco a poco me acostumbraré y Jack se ha ido muy temprano, ya que tiene un caso muy importante que resolver.
—Hola, señora Connor. Soy el agente Mathew, me encargaré de su seguridad a partir de ahora. — se presenta cuando salgo para irme al trabajo.
—Mucho gusto, Mathew. Bienvenido. ¿Puedes llevarme al trabajo, por favor?
—Por supuesto. — me abre la puerta del auto y conduce hasta mi empresa.
Al llegar, me alegra no ver a los periodistas como antes. Y saber que aparte de tener un guardaespaldas, también hay varias patrullas de policías asegurando los alrededores de la empresa me hace sentir más tranquila. Cuando entro, todos me dan los buenos días, mi asistente me da un café y lo bebo tranquilamente en mi oficina. Mathew está parado frente a la puerta. Sé que aunque le dijera que siente o descanse, no lo hará, así que no pierdo mi tiempo.
Abro la lista de pendientes y tengo casi todo hecho. Le echo un último vistazo al diseño que terminé justo anoche en medio del insomnio y adoro el resultado. Es incluso mejor lo que me imaginé. Le marco a mi asistente para que venga a mi oficina.
—¿En qué puedo ayudarle? —pregunta cuando entra.
—He terminado el nuevo diseño. Así que quiero que te encargues de organizar todo para comenzar con las telas. Compra todos los materiales que sean necesarios para empezar con esta producción. Tardará algunos meses la terminación, pero...valdrá la pena. Estoy segura de que valdrá la pena. —le entrego la carpeta. —Hazle muchas copias a esta hoja solamente y tráeme la carpeta de regreso.
—Por supuesto. — toma la carpeta. —Por cierto, sé que no quiere entrevistas ni nada de eso, pero recibí un correo antes de ayer de una de las periodistas más respetadas de la ciudad. Es una de las favoritas de los más populares porque se le conoce por su empatía y buena educación. He rechazado muchos correos pero quería saber si realmente quiere declinar esta oportunidad. —no sé de qué mujer habla específicamente, pero si me lo dice así, es porque debe de ser alguien a quien valga la pena darle la oportunidad. Sé que llegará el día en que, por mi trabajo, tenga que salir a responder preguntas y no quiero que hasta entonces, sigan montando teorías absurdas con todo lo que me ha pasado. —No quiero presionarla, solo quiero que aproveche las buenas opciones. Si aún no se siente lista, rechazaré la invitación.
—No, de hecho... creo que aceptaré solo por esta vez. — veo la sorpresa en su rostro. —Si es tan educada como dices, entonces una buena oportunidad.
—Por supuesto. Yo solo quiero lo mejor para usted y sé que ella es una de las pocas con las que realmente vale la pena conversar. Muy bien, entonces arreglaré su entrevista para hoy.
—¿Para hoy?
—Creo que me olvidé de ese detalle. Dijo que tenía toda la tarde solamente para usted si era necesario, pero solo por hoy. — con todas las cosas que tengo que hacer, se me hace difícil. Pero...me sacrificaré. Al menos solo por hoy.
—Si no queda otra opción, entonces procede e infórmame.
—Perfecto. Volveré en unos minutos. — contesta y sale de la oficina.
Llamada entrante de Jack...
—¿Bueno? —abro la llamada.
—¿Cómo estás, nena?
—Bien. Esquivando las desgracias de la vida. — me río de mí misma. — ¿Y tú?
—Si tu estás bien, entonces yo también. Acabo de cerrar otro caso.
—Que bien.
—Por cierto, ¿recuerdas a los que estaban internos en el manicomio de Walter?
—Sí, ¿qué pasa con ellos?
—Serán traslados a otro centro de salud mental en la ciudad. El lugar será clausurado definitivamente. Encontraron cosas horribles cuando inspeccionaron. Pude sacar todos los expedientes de tu madre, de Melodie y de ti, por si...no sé. Pensé que no querías que esa información llegara a manos equivocadas.
—Hiciste muy bien, pero tampoco los quiero. Ya...fue suficiente de todo esto ¿no crees?
—Sí. Es suficiente.
—Por cierto, compraré todo lo que hace falta para armar nuestro propio árbol de navidad en casa. Así que quiero que llegues temprano hoy. — cambio de tema.
—No me queda de otra. Estoy sin escapatoria. — escucho su risa. Me encanta oírlo reír.
—Entonces te espero. Nos vemos más tarde.
—Nos vemos más tarde. Te amo.
—También te amo. — contesto y cuelgo la llamada.
2:30 pm.
Aquí estoy, lista para ser entrevistada con esta agradable mujer. Solo me basta con ver su cara para saber que todo lo que dicen de ella, es cierto.
—No sabe el honor que me hace en concederme esta entrevista. Le prometo que no la incomodaré con preguntas conspirativas. Puedo editar esto después, así que si hay alguna pregunta que no quiera responder, no habrá ningún problema. Solo quiero que se sienta cómoda. — me dice. —Empezaremos en cinco minutos. ¿Está lista?
—Sí, estoy lista. Muchas gracias por ser tan linda.
—Comenzamos en 5...4...3...2...1. — cuenta uno de los camarógrafos. Estoy un poco nerviosa, pero nada que me haga avergonzar.
—El día de hoy tenemos el honor de tener a una de las figuras más importantes de la ciudad por sus ingeniosos diseños y excelentes productos de calidad más conocidos internacionalmente. A pesar de que todos aman su trabajo, también están interesados en lo valiente y fuerte que ha sido a su corta edad para amasar a todo un imperio en el mundo de la moda. Aquí tenemos a la gran y hermosa diseñadora... Melanie Cross. —me presenta con mucha alegría. El público de enfrente aplaude.
—Muchas gracias.
—¿Cómo te sientes de estar aquí, dando una entrevista sin el anonimato por primera vez?
—Se siente algo escalofriante pero...es parte de esto. En algún momento tenía que hacerlo.
—Y públicamente te agradezco por darme la oportunidad de ser una de las pocas periodistas que ha ganado tu aprobación. Es muy importante para mí, conociendo tu historia. —mira la tarjeta que tiene en manos. Donde supongo que tiene sus preguntas. —¿Cómo te hace sentir saber que tienes a mucha gente admirándote y comprando impulsivamente cada uno de tus diseños?
—Es bonito saber que mucha gente ama tu trabajo porque aunque pocos lo vean, lleva muchísimo esfuerzo y dedicación. Empezamos siendo una empresa muy pequeña y gracias a nuestros clientes, los que siempre compran y consumen nuestros productos, estamos aquí, creciendo cada vez más y dando lo mejor de nosotros.
—Sabemos que tienes un hermano que te ha acompañado desde el inicio y también se ha convertido en toda una sensación; ¿Cómo es realmente tu relación con él? — habla de Junior.
—Es hermosa. Es cierto que, quizás no tan común como todos los hermanos, hemos tenidos nuestras diferencias y nuestros problemas, pero no ha sido nada que nos pueda separar por completo. Hoy en día me alegro muchísimo del hombre en el que se ha convertido.
—Eso es muy bonito de escuchar. —sonreímos. —Pero también sabemos que tienes más hermanos. Valerie y Melodie, ¿no es así?
—Sí. Así es. — me inquieta un poco el tema.
—¿Melodie es tu gemela?
—Sí.
—Seguramente sabes de muchas teorías que la gente se ha inventado para tratar de entender tu historia. ¿Crees que podrías darnos la versión original de cómo surgió todo esto? —dudo mucho poder responder esta pregunta sin romperme por dentro y aunque tengo la opción de descartarla, opto por seguir respondiendo.
—Es una historia difícil de contar. Pero para hacer un resumen les diré que...nuestra madre fue una mujer muy cruel. Nos separó desde pequeñas y nos dejó tener una vida muy miserable. Nos reencontramos 25 años después en nuestro cumpleaños y aunque tampoco fue de la mejor forma, pudimos solucionar nuestros problemas y vivir en paz. — espero haber sido clara y concisa.
Asiente con la cabeza.
—Por cierto, en nombre de todos nosotros, lamentamos mucho sus pérdidas, sobre todo la de su madre. Sabemos que a pesar de lo que sea, perder a una madre, es doloroso. — asiento con la cabeza como agradecimiento. — Y también supimos que te casaste con el agente Connor. — mi humor mejora.
—Sí. Estamos felizmente casados. — no puedo evitar sonreír.
—Cuéntanos algo sobre tu relación con él. Dicen que estar sentimentalmente con un policía es malo. ¿Puedes decir algo a favor o en contra de ello?
—Creo que no es el hecho de que sean policías, sino de lo que deciden hacer con ese poder. Jack lo único que ha hecho desde que me conoció, ha sido protegerme. Y su amor, es una de las cosas que más me ha dado fuerzas desde que está en mi vida. Solo digo que así como hay una cantidad de personas que abusan de su poder para el mal, otros lo hacen para el bien. Y ese, es el caso de Jack Connor. A quien hoy tengo como esposo. — todos se quedan en silencio, sumergiéndose en la breve historia de amor entre Jack y yo.
—Mucha gente los idolatra. Tanto como tú y como él, tienen una gran cantidad de personas que los defienden a capa y espada, incluso he leído que han hecho fanfics de su relación en diversas plataformas. "El policía que se enamoró en una misión", esa es la trama principal. El resto, son solo inventos porque nadie conoce verdaderamente su historia. Y por ende, tienen una especie de mezcla entre ambos nombres para uno mismo...Janie, sino me equivoco. — todo esto me hace mucha gracia. No pensé que nuestra historia inspiraría a tal magnitud.
—¿Janie?
—Sí, es una mezcla entre Melanie y Jack: Janie. Lo sé, tuve la misma reacción que tú cuando lo supe. ¿Esto...en cierto punto podría molestarte o hacerte sentir incómoda?
—Bueno, no me gusta mucho el hecho de que nos idolatren tanto como pareja sin conocer a fondo nuestra historia y que en dichas páginas coloquen cosas de nosotros que no son. Es algo aterrador que...a pesar de que pensemos que estamos solos nosotros dos...haya gente que escriba cosas con nuestra historia.
—Entonces...deberías considerar la idea de escribir tu propio libro, contando tu propia historia. La original. —en el tono en que lo dice, me intriga a realmente escribir uno algún día. Sería algo liberador y al mismo tiempo, todos sabrían la verdad de las cosas.
—No lo sé. Quizás pueda responder a eso en algunos años.
—No te preocupes, nos queda mucho tiempo para ver eso. — dice con mucha esperanza. Por un momento, siento que solo estamos ella y yo. No cámaras, no camarógrafos, no nadie más.
—Muy bien, para cambiar de tema...hablemos un poco de tus próximos proyectos...
9pm.
—Y creo que este...es el último adorno. —digo, colocando la última estrella en el árbol. Hemos pasado muchas horas decorando este gigante árbol de navidad. Que nos ha quedado...bueno...no tan mal.
—Está horrible. — comenta Jack, sentado en el piso como un niño castigado.
—No está tan mal. — sí está muy mal. Toda la parte de arriba quedó inclinada hacia abajo. Está torcido.
—Sí lo está, pero me gusta.
—¿Que esté horrible te gusta?
—¿Entonces sí confirmas que está horrible? — este hombre y sus juegos.
—Solo no creo que esté tan mal.
—Se ve mal, pero eso lo hace especial.
—Estoy segura de que nadie armaría un árbol así. — me siento en el suelo con él.
—Exactamente. Así de mal, solo podría ser nuestro árbol. — me abraza por la espalda y apoya su mentón en mi hombro.
—El árbol navideño de Melanie y Jack.
—De Jack y Melanie. — me sigue el juego. Me besa el cuello. —¿Qué sigue ahora? —me susurra.
—¿Cenar, tal vez?
—No lo creo.
—¿No tienes hambre?
—Sí...pero no de comida. De ti. — me gira hasta estar frente a él. Enredo mi lengua con la suya mientras nos acariciamos todo el cuerpo. Esa llama sexual que nunca muere en nosotros, asciende, pero antes de que pueda siquiera pueda quitarme la ropa, suena el timbre de la puerta.
Nos detenemos y sonreímos mientras tratamos de recuperar el aliento.
—¿Quién demonios será? —revisa las cámaras de seguridad a través de su celular.
—¿Quién es? —le pregunto.
—Es mi madre. —frunce el ceño. Es raro que ande a estas horas por aquí, así que vamos de inmediato a la puerta. Me coloco rápidamente un abrigo de lana y lo sigo. —¿Mamá? ¿Estás bien? —se asegura de que no haya nadie detrás de ella.
—Sí, estoy bien. No te preocupes. Solo vine a ver si podían quedarse con Lía un par de horas. —apenas me doy cuenta de que ha estado a su lado desde que llegó. —Perdón si los interrumpí en algo. —de hecho sí lo hizo pero no pasa nada siempre y cuando se trate de usted.
—Claro que no. Se puede quedar con nosotros sin problema. — tomo a Lía de la mano y la entro en casa. Está haciendo un montón de frío.
—¿Y Jacob dónde está? ¿No se estaba quedando con ella? —indaga Jack. Entran un poco más para evitar el frío.
—Lía quería quedarse en mi casa algunos días, pero tuve un imprevisto para esta noche y como Frederick estará ocupado con algunas cosas estos días, me pidió que la trajera con ustedes.
—¿Y cuáles son esos imprevistos? —cruza los brazos. Karol tartamudea y cuando noto la manera en la que se ha arreglado creo que logro entender a qué tipo de imprevistos se refiere. Una media sonrisa esboza mis labios tras imaginármelo.
—Sean cuales sean, no debería llegar tarde. Así que puede irse tranquila. Nosotros nos encargaremos de Lía las horas que sean necesarias. —intervengo para salvarla del interrogatorio de Jack.
—¿Llegar tarde a dónde? —pregunta pero lo ignoramos.
—Muchas gracias, Melanie. Volveré mañana por ella entonces. —me dice con una sonrisa y se marcha después de darle un beso en la frente a Lía.
—¿Volver mañana? ¿En dónde pasarás la noche? — sigue indagando a pesar de que Karol ya no puede escucharnos. Cierro la puerta.
—Lía, pon tus cosas en la mesa. Las acomodaré en tu cuarto después. —le digo para que nos deje a solas un momento. Asiente energéticamente con su cabeza y corre hasta la sala principal.
—¿Tú sabes algo de esto?
—No, pero no necesito contarme los dedos para darme cuenta de qué se trata. —camino hasta la cocina y me sigue.
—¿Y de qué se trata?
—Creo que tu mamá tiene una cita. La forma en la que va vestida, su labial, su peinado, su perfume, son evidentes señales de que de eso se trata. — su cara de disgusto es descaradamente notoria.
—¿Una cita?
—Tranquilo. No te pongas celoso con tu mamá. Estará bien. Ella merece ser feliz también y lo sabes. — reviso el refrigerador para ver qué prepararé de cenar.
—No es por eso. Me preocupa no saber quién es, a qué se dedica, en dónde está...solo si lo que dices es cierto.
—Estoy muy segura de que sí lo es. Aunque de todas formas no me ha dicho nada. — enciendo la estufa para preparar una deliciosa pasta. —Solo déjala vivir. Es muy lista. Si pasa algo ya sabe a quién llamar. —lo miro, con la esperanza de que se quede más tranquilo.
—Está bien. Tienes razón. — resopla. —Es que...
—Tienes miedo de que atraiga el mismo tipo de hombre que tu papá, ¿verdad? —completo su oración. Su silencio me da la razón. —En todos estos años, has cuidado muy bien de ella y eso es muy admirable. Sigue con vida gracias a ti. La salvaste de tu padre, de Charles, de Jacob y de las garras de Richard, mi padre. —me acerco a él y tomo sus mejillas entre mis manos. —Ella sabe que cuenta contigo, pero es hora de dejar todo ese miedo atrás y que finalmente pueda vivir su vida. — sé perfectamente el infierno que vivió fingiendo un matrimonio que era todo, menos feliz. Y a eso, agregarle todo lo que tuvieron que pasar después. Jack tuvo que hacerse un hombre, apenas siendo solo un niño.
—¿Estarás tranquilo? —quiero asegurarme.
—Lo estaré. —afirma y le doy un tierno beso para después seguir preparando la cena. Tenemos a una niña que cuidar esta noche.
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