Capítulo 44.

Melanie Cross.

Justo cuando estoy de salida, Kristen aparece en mi puerta. La abrazo como si fuera la única persona que podría darme una buena noticia.

— Dime que sabes algo de Jack. — es lo primero que le digo. Mis hermanos, Jacob y Freddy son los únicos que están conmigo desde la llamada que me hizo Jack. Les he contado todo, así que saben todo lo que hasta ahora yo sé.

— ¿Qué sabes de Jack? — parece confundida. — Hay no puede ser...te dijo toda la verdad, ¿no es cierto?

— No tuvo de otra, no lo dejé escapar en el cementerio. Pero ahora está en problemas. Hace minutos me llamó y no se oía nada bien.

— ¿Te llamó? — se sienta y abre su portátil sobre la mesa.

— Sí, dijo que necesitaba ayuda, que estaba muy alejado de la ciudad y que estaba herido. — tengo los nervios de punta. — Aquí está. Aquí está el número. — le doy mi teléfono. Lo conecta con su portátil y teclea varias veces.

— A ver...no estoy entendiendo. ¿Tú dónde estabas todo este tiempo? — le pregunta Jacob.

— Con Jack en un búnker.

— Entonces tú mejor que nadie sabe lo que pasó a nuestras espaldas. — se sienta delante de ella. — Necesito escuchar cada detalle.

— No hay tiempo para eso, tengo que transmitir un video.

— ¿Te refieres a este video? — muestro el que pude guardar en mi móvil de la memoria que Jack me dio. — Me lo dio en el cementerio antes de volver a desaparecer. Dijo que se lo mostrara a Jacob y Melodie porque eran los únicos que sabrían sobrellevar la situación sin emociones de por medio. Creo que presentía lo que pasaría a continuación. — contengo mis emociones. — Se oía muy desesperado. Por primera vez ha pedido a gritos que lo ayudemos y me siento muy impotente al no saber qué hacer.

— Y lo haremos. El ministro está dándonos todo lo necesario para encontrarlo pero tenemos un protocolo que seguir. El teléfono se está rastreando, tardará unos minutos pero por ahora solo podemos salvarlo dándole más tiempo. Cuando todos vean este video, incluyendo los rusos, tendrán algo nuevo de lo qué preocuparse pero también debemos ser rápidos o todo se irá a la mierda.

— ¿Más de lo que va? — comenta Junior.

— Todavía hay esperanza.

— ¿Saben qué deseo en estos momentos? Que caiga un enorme meteoro y aplaste este maldito planeta. — dice Melodie. Está muy enojada con toda esta situación y es su forma de reflejarlo.

— Eso no pasará porque yo estoy en él. — comenta Jacob.

— ¿Listos para ser testigos de cómo me apodero de todas las pantallas de la ciudad? — pregunta Kristen. — Aquí vamos. — presiona una tecla y todas las pantallas, incluyendo las de mi casa, se encienden y se reproducen con el video de Jack. Parece que cuando lo grabó, aún estaba en el búnker.

— Hola. Seguramente ya saben quién soy. — se ríe ligeramente. — Trabajé para el gobierno durante muchos años en el departamento más popular de la ciudad y gracias a mi trabajo me gané el respeto y el amor de mucha gente. Pero también el odio y el resentimiento de otros más. — hace una pausa. — Hay una organización secreta que se encarga de "corregir el mal" que pueda afectar el orden mundial y para eso toman decisiones... letales. Han perseguido a mi familia durante años, todo comenzó por mi padre, Williams Connor. Cuando ya no lo necesitaban, quisieron matarlo. Crean un archivo con los expedientes de personas como él y ordenan su muerte. Williams tuvo suerte de descubrirlos y escapó. Fingió su muerte durante muchos años y cuando regresó, hizo su propia lista para matarlos primero. Como no sabía quiénes eran, quiso desquitarse con todos los políticos importantes del país. — Jack ha tenido que pasar por tanto. Estas pesadillas parecen no terminar.

— Era la razón correcta pero no la forma. — continúa el video. — Y como nunca estuvimos de acuerdo, sus propios hijos lo detuvimos. Ha pasado el tiempo y me encuentro en la misma situación de mi padre. He sido traicionado por la gente que una vez salvé y nadie, excepto el ministro de defensa ha sacado la cara por mí. Lo usaron como medio para llegar a mí y extraer un archivo del banco de la ciudad de Chicago. Acepté la misión como cierre de mi trayecto como agente federal y aunque sé que todo parece una trampa, mi renuncia fue genuina. No tiene nada que ver con esto, renuncié porque me sentía cansado y quería dedicarle más tiempo a mi familia. — mira a la pantalla, como si supiera que toda su familia también lo está viendo ahora.

La razón de los problemas entre Rusia y este país, son la muerte de varios soldados rusos en nuestro territorio por mano de nuestros soldados. Nadie desea una guerra, así que buscaron la forma de mediar la situación y fue un acuerdo donde intercambian vidas. Aquí es donde entra aquella organización y decide quiénes serán los que paguen este acuerdo, dentro de ellos: yo. — finalmente estamos escuchando la verdad detrás de todo esto. — Saqué la carpeta que el presidente le daría a Rusia para cobrar venganza de sus soldados en nuestro país pero nunca imaginé que mi nombre estuviera allí. ¿La razón? Todavía la desconozco. Sé que tengo un historial oscuro desde mi familia a mis comienzos en esta ciudad pero lo único que hecho, es proteger a mi gente. Sobre todo a los empresarios importantes que me han dejado en esta posición. — Jacob pasa la mano por su cabeza. Está muy molesto.

Y así es, no morí en ese avión. Recurrí a las mismas tácticas de mi padre para poder sobrevivir. Y probablemente, al momento en que estén viendo este video, es porque algo muy malo me está pasando o me pasará. Por eso lo hago con antelación. No me iré de este mundo sin que sepan la verdad, aunque eso signifique apretar más la soga en mi cuello. Pero ¿qué más da? ¿Qué más podría perder? Hoy soy yo pero mañana podrías ser tú, tu primo, tu hermano, cualquier familiar cercano. Washington es lo que es por su gente y no deben dejar su vida en manos de los narcisistas del estado. Abran los ojos y verán la verdad. — ahí termina el video.

Todo esto es más profundo y extenso de lo que pensé, y es evidente que Jack sigue en problemas por ello.

— Charles tenía razón. — Jacob se acerca a Kristen. — Si Jack lo sabe, tú también. Tengo una lista de coordenadas y necesito que me confirmes. — sabemos que se refiere a los de la supuesta "organización". Saca los papeles que había sacado de la tumba y se los muestra.

— No tendrá sentido.

— Para mí sí. Esa gente ha perseguido a mi familia por años y ahora mi hermano está donde está gracias a ellos. ¡Solo dime si son ellos y me encargaré del resto!

— No lo sé, supongo que tu tío sabe más que todos nosotros. Lo intentamos pero es imposible saber quiénes son todos. Apenas sabemos de uno que dice ser la cabecilla de todo esto.

— Y es más que suficiente. Dame todo lo que tengas de él. — está muy decidido.

— Aunque lo mates, no parará. Ellos nunca se detendrán. Son demasiados y están por todas partes. Tienen un sistema bastante eminente y ni siquiera se reúnen en un mismo lugar.

— Empezaré por el cabecilla. Así que dame todo lo que tengas de él. — todos en este salón sabemos que no podremos convencerlo de lo contrario.

— Te enviaré una ubicación.

— Bien, entonces la espero. — toma las llaves de su auto y sale. Melodie va tras él.

— ¿Ya pudiste rastrear su teléfono? — regreso al tema que importa.

— Sí, ya tengo una dirección. Llamaré a nuestro equipo. — toma su teléfono y se aleja de nosotros.

— Ya dieron con él, irán a rescatarlo. — Junior intenta animarme.

— Solo espero que no sea demasiado tarde.

Eric Anderson.

Después de ver el video de Jack en todas las pantallas del edificio, es razón suficiente para armar un revuelo. Finalmente ya sabemos la verdadera razón de todo este caos. ¡Lo sabía! Sabía que algo andaba mal con esa misión pero no tuve tiempo de investigar lo suficiente, al menos no aquí. La inspectora Romanov nos la ha puesto muy difícil. Ya no tenemos la misma libertad que antes y eso me asfixia.

Todos en el departamento opinamos lo mismo: debemos ayudar a Jack de alguna forma. Es evidente que está en peligro y no podemos quedarnos tranquilos.

— ¿Qué hacen todos aquí parados? ¿Por qué no están trabajando? — Romanov llega.

— El agente Connor acaba de dar declaraciones muy fuertes acerca de todo lo que está pasando, señora. Creo que debemos hacer algo al respecto. — dice Paul.

— Ex agente, les recuerdo. — lo corrige. — Todo el mundo lo ha visto. Hackearon todas las pantallas para mostrarlo.

— Entonces... ¿qué debemos hacer? — pregunta uno del equipo.

— Seguir trabajando, eso deben hacer. No es nuestro problema lo que pase con Jack Connor.

— ¿No es nuestro problema? Jack fue nuestro mentor durante muchos años y estuvo aquí mucho primero que usted. Ahora su vida corre peligro y no podemos simplemente quedarnos sin hacer nada para ayudarlo. — intervengo.

— ¡Disculpe, agente Anderson! Está claro que usted ha desarrollado cierto apego descomunal con el señor Connor y debe aprender a separarlo del trabajo. Tenemos otros casos más importantes que atender.

— ¡Es nuestro amigo! — mantengo firmeza. — Y este no es un caso cualquiera, es el maldito centro de toda la guerra. Jack está pagando el precio de la ignorancia de personas como usted. Solo saben tomar decisiones sin empatía cuando les conviene.

— Cuide sus palabras, agente Anderson.

— ¡Y cuide usted las suyas! — me mira con impresión. — La única razón por la que usted está aquí es porque Jack renunció y el ministro de defensa le dio un voto de confianza. De lo contrario, todavía estaría en Chicago buscando más títeres a los cuales controlar y aquí no fuimos entrenados para serlo. — me atrevo a alzarle la voz. — Este edificio sigue de pie gracias a Jack y a cada uno de nosotros y no le voy a permitir que le falte al respeto a una persona que es muchísimo mejor que usted no sólo en lo profesional, sino también como persona. — traga hondo. — ¿Y sabe por qué? Porque él daría su vida por cada uno de los que están aquí. Ha salvado la vida de miles personas y hoy necesita que salvemos la suya. ¿Y qué quiere que hagamos? ¿Que le demos la espalda como todos los demás?

— ¡Ya basta! No permitiré que me falte al respeto. Mientras sea su jefa, tendrán que obedecer todas mis órdenes.

— En ese caso... — saco la placa de mi correa y la coloco sobre un escritorio. — Renuncio. No seguiré trabajando para una persona que me impida salvar la vida de mi mejor amigo. — dejo mi arma y mi placa en su frente.

— Yo también renuncio. — se une otro agente.

— Yo también.

— Yo también. — se unen alrededor de 15 agentes y trabajadores más. Principalmente el escuadrón de siempre.

Miro a Paul, esperando a que también se una a nosotros pero no lo hace. Ya me lo esperaba. Tampoco lo culparé por ello, este trabajo es su único sustento.

Melodie Cross.

Me he montado en el auto con este hombre cabreado y manejando como loco durante todo el camino. Kristen le ha enviado una dirección y va muy concentrado en la carretera. Ni siquiera sé por qué vengo con él. Supongo que me gusta meterme en problemas.

— ¿Qué harás cuando lo encontremos? — rompo el silencio mientras le coloco el silenciador a nuestras armas.

— ¿Tú qué crees?

— Nada bueno, seguramente. Pero debemos tener cuidado. No podemos matar gente con la cara destapada. Nos traería consecuencias que queremos evitar.

— Que reconozcan mi cara es lo que menos me importa. Pero acepto sugerencias.

— Usemos máscaras. Será más interesante, seguro y muy al estilo Jacob Connor. Debe de haber una tienda de disfraces por estas calles. — observo las calles por la ventana.

— No hace falta. Tengo demasiadas máscaras en el baúl. — responde.

— Oh. Mucho mejor entonces.

— ¿Por qué vienes conmigo? — su pregunta me confunde.

— No lo sé. Quizás no quiero que experimentes esto tú solo. Soy un poco...egoísta. — sonrío maléficamente.

Poco después, llegamos.

Es una casa colorida rodeada de muchas más. Un vecindario normal. Observamos nuestro alrededor y cuando confirmamos que no hay nadie, nos colocamos las máscaras, las pistolas en manos y entramos a la fuerza. Es una casa bastante pequeña y sencilla. ¿Cómo una persona que se supone que tiene tanto poder vive en estas condiciones?

— Hijo, ¿ya llegaste? — suena la voz de un anciano. Miro a Jacob con el ceño fruncido mientras avanzamos.

— Su hijo no está pero nosotros sí. — le dice cuando entramos a una especie de habitación donde solo hay monitores y todo lo que necesitaría para crear un caos.

— ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen aquí? — se asusta.

— El de las preguntas aquí seré yo. — Jacob se sienta frente a él mientras ambos le seguimos apuntando. — ¿Recuerdas a Williams Connor? — su cara responde por sí sola.

— No sé de qué me habla.

— ¡Respuesta incorrecta! Quieres darle el mismo destino a padre e hijo, ¿no es así? Y te escondes a simple vista para no levantar sospechas.

— No deberían estar aquí.

— ¿Tanto subestimas a la tecnología? Tenemos buenos hackers. Fue fácil dar contigo. — intercedo.

— Solo cumplo órdenes. No soy la cabeza de nada aquí.

— ¿De quién? ¿De alguien más viejo que tú? Es imposible. — Jacob se burla.

— Solo hago lo que se tiene que hacer. Si queremos la paz mundial muchas vidas deben ser sacrificadas, mucho más con los arrastres que tiene la familia Connor. — hasta que finalmente empieza a confesar. Jacob se enoja (aún más) y le dispara en una pierna, haciendo que grite de dolor.

— Nadie merece pasar por todo lo que esa familia pasó. Mucho menos por culpa de un maldito anciano amargado con tú. — hace muy bien el papel de no auto implicarse y hablar en tercera persona.

— Ya se lo dije, no son mis decisiones.

— ¿Cuántos hay de ustedes?

— Cientos.

— Entonces les enviaré un mensaje con tu cadáver. — le dispara en la otra pierna.

— Con mi muerte no solucionarás nada. Esto no es personal contra la familia Connor. Lo que harán los rusos con el agente Connor sí.

— Quizás no solucione nada... — se levanta y se aparta. — ...pero es un buen comienzo. — se da la vuelta y le dispara en la cabeza. No esperaba este movimiento, pensé que lo haría sufrir más. — ¿Qué? ¿Saldrás corriendo? — me mira. Notando mis nervios.

— Por supuesto que no. Pero esperaba que...lo torturaras un poquito más.

— Mi hermano sigue desaparecido. No podemos malgastar tiempo. — me toma de la mano y salimos de aquí.

Melanie Cross.

Estoy en el hospital, esperando a Jack. Kristen dijo que si está herido, lo traerían directamente hasta aquí así que seré paciente. Junior está conmigo y no sabe cuánto le agradezco.

Llamada entrante de Eric.

— ¿Eric? — contesto.

— Sí, soy yo. ¿Dónde estás? ¿Alguna novedad?

— Sí. El...el equipo...los hombres de Kristen o lo que sea rastrearon el último número de teléfono con el que me llamó. Fueron a buscarlo hace unas horas, en cualquier momento lo traerán.

— ¿A Jack? — suena emocionado.

— ¡Sí, a Jack! — contesto con esperanza.

— Que alivio.

— Estamos en el hospital. Pero Kristen sigue en mi casa. Sigue...investigando cosas.

— Está bien. Hablaré con ella primero y después voy para allá.

— Ok. — cuelgo.

Un grupo de policías llegan con muchas personas y deduzco que Jack viene con ellos.

Me levanto y los alcanzo.

— ¿Jack? ¿Dónde está Jack?

— No lo encontramos.

— ¿Qué? — comienzo a angustiarme.

— Parece que prefirió salvar la vida de estas personas. Su teléfono estaba dentro de la mochila de este niño. — lo señala. Me mira como si me reconociera de algún lado.

— ¿Pero él dónde está? — los nervios y la desesperación me están matando.

— Algunos de nuestros hombres se quedaron en el bosque y siguen buscando. Uno de ellos nos dijo que no pudo haber llegado lejos a menos que se lo llevaran. — me responde otro de ellos.

— ¡No puede ser! ¡No puede ser! — paso mi mano por el cabello.

— ¿Quiénes son estas personas? — pregunta Junior.

— Son migrantes. Se refugiaban en el bosque y parece que conocieron a Jack. Lo interrogaremos después de que reciban atenciones médicas.

— Bien, esperaremos un poco.

— Acompáñennos. Empezaremos con los hermanos. — nos avisa uno de los agentes.

— ¿No debemos esperar a Kristen o a alguien más? — Junior vuelve a preguntar mientras lo seguimos.

— Kristen nos está escuchando por los auriculares. El ministro también. Recuerden que estamos en guerra todavía, hay que evitar conglomeraciones. — eso me deja más tranquila.

Nos sentamos detrás de los agentes mientras me observan de manera extraña.

— ¿Cómo dio el señor Connor con ustedes? — empiezan las preguntas.

— Lo encontramos tirado cerca del bosque. Estaba mal herido y desmayado. Lo cargamos y lo llevamos hasta nuestras moradas para curarle las heridas. — responde uno de ellos. Se nota que es muy joven aún.

— ¿Qué tipo de herida tenía?

— Un fuerte golpe en la cabeza. Mi madre lo curó con algunas hojas y mejoró un poco. — la mujer sonríe para que sepamos quien es y en el fondo le agradezco que lo haya sanado. — Encontramos un teléfono en sus bolsillos y lo vendimos. Nos regañó después por ello pero se portó muy bien con nosotros. Me enseñó a disparar. — suelta una sonrisa.

— ¿Qué fue lo último que pasó? Encontramos muchos cuerpos. La mayoría de ellos rusos, sheriff y un señor mayor.

— Los sheriff mataron al abuelo pero Jack los mató. Luego llegaron los rusos y también nos pudimos salvar de ellos. El señor Jack es muy bueno con las armas pero en vez de escapar él, nos dejó la camioneta y ahora...el teléfono con el que lo rastrearían. Salvó nuestra vida...tal y como se lo prometió al abuelo. — noto que esta familia ha sufrido mucho y esto solo demuestra el gran corazón que tiene Jack. Pero cada segundo que pasa y no lo tengo cerca, se vuelve insoportable para mí.

— Eres tú. — el niño se sienta a mi lado. — Tú eres la chica bonita de Jack. — me sonríe.

— Sí. Soy su esposa. ¿Cómo lo sabes?

— Él me lo contó. Tenía una fotografía suya en sus bolsillos y la miraba a todas horas. Le dije que sería un gran padre por la forma en que cuidó de mí y de mis hermanos mientras estuvo con nosotros. — los ojos se me llenan de lágrimas.

— Mejor vámonos a casa y encontremos otra manera de localizarlo. — Junior ayuda a levantarme y caminamos hasta su auto.

Narrador Omnisciente.

Entre tanta guerra, incertidumbre y desesperación, los problemas no parecen cesar. Todos están reunidos en la casa de Melanie buscando miles alternativas para encontrar a Jack. Hasta el momento, la única opción sería acceder a las cámaras de seguridad que quedan cerca del bosque y lograr obtener algo pero incluso para la propia Kristen, es difícil. Las cámaras están fuera de su radar y no puede acceder a ellas tan fácilmente. Mientras le notifica a todos la situación, la desesperanza aumenta y los nervios irrumpen.

Eric hace llamadas, todos los agentes que renunciaron están dispuestos a hacer lo que sea necesario pero para eso, necesitan una dirección a la que ir. Jacob y Melodie llegan y se unen al plan de rescate mientras que el ministro, a pesar de que lidia con mantener la seguridad en las calles de la guerra rusa, también está al tanto de todo lo que va pasando con Jack.

— ¿Qué pasa Kristen? — Jacob está impaciente.

— No puedo acceder a esas cámaras. Están fuera de los límites de la ciudad. Es más complicado.

— ¡Lo complicado es que todavía no encontremos a Jack!

— ¿Y el ministro? ¿Por qué no le pedimos ayuda con esto? — pregunta Lisa, quien también se ha unido con los demás después de una larga jornada de trabajo en el bar.

— Todos los equipos, toda esta tecnología y los agentes que están ahí afuera buscándolo es gracias a él. Estoy haciendo todo lo que puedo, sólo necesito un poco de paciencia. — Kristen siente toda la presión de esta situación sobre sus hombros.

— Sé de alguien que podría ayudarnos con esto pero lastimosamente no quiero meterlo en problemas. — comenta Eric.

— Paul...

— Exacto, él.

— Paul está aquí. — dice Melanie, viéndolo entrar con Frederick delante suyo.

— Hola. Espero no haber llegado tarde. — los saluda con amabilidad.

— ¿Paul, qué haces aquí? — Eric le pregunta.

— Vine a ayudar. — se sienta al lado de Kristen mientras todos lo ven con confusión. — Si renunciaba junto con ustedes me restringirían el acceso que tengo y eso restaría a mi productividad como hacker. El señor Connor es una persona muy ejemplar para mí, nunca pretendía dejarlo solo en esto. — explica.

— Así que tú eres Paul. Jack habló mucho de ti mientras estábamos en el búnker. — le dice Kristen.

— Sí, así es. ¿Tú eres Kristen, cierto? Una de las hackers más peligrosas del mundo. Conozco todo tu historial.

— ¿Qué tan bueno eres en lo que haces?

— Robé información de la NASA y los chantajee para que me dieran una buena cantidad de dinero a cambio de devolvérselos. Me despidieron pero gracias al ministro pudieron darme un empleo en el departamento federal y desde entonces he mantenido mi ética bajo control. — por sus conversaciones, todos creen que se llevarán bastante bien. — ¿Podrían decirme cuál es la situación? — mira a los demás.

— Al parecer Jack se encontró con un grupo de refugiados dentro del bosque y desarrolló una especie de afecto hacia ellos, ya que en la última llamada que pudo hacerle a Melanie dijo que rastrearan el teléfono con el que le llamó y en vez de quedarse con él, prefirió entrarlo en una de las mochilas de uno de los niños que pertenecen a dicha familia. Y en vez de encontrarlo a él, lo encontramos a ellos. — Eric explica.

— Dijeron que no pudo haber ido lejos, a menos que los rusos se lo hubieran llevado. Por las pruebas encontradas en la escena del crimen queda más que claro que se lo llevaron y sólo si accedemos a las cámaras de seguridad que se encuentran cerca de esta región, podremos saber, al menos en qué camioneta se lo llevaron para rastrearla y dar con un lugar en específico. — dice Peter.

— He intentado acceder pero es imposible. Las cámaras están fuera de radal y no puedo acceder a ellas. — dice Kristen, mostrándole sus intentos fallidos en su monitor.

— Es porque estás atacando el sistema equivocado. Las cámaras que se encuentran en las afueras de la ciudad no pertenecen a la red del ministro. Podré entrar a ellas sin problemas. — abre su laptop y empieza a teclear.

— Ya lo intenté de todas formas y no hay... — se queda en silencio cuando ve que Paul acaba de acceder a ellas en cuestión de segundos. — ¿Cómo...?

— Mi software es un mes más actualizado que el tuyo. — se burla de ella.

— ¿Qué tenemos? — pregunta Eric mientras se acercan para ver el video de la cámara.

— Este es el único ángulo que tenemos. Podré la reproducción de anoche a máxima velocidad hasta que vea algo. — lo hace y 10 minutos después, logran captar una furgoneta. Paul pausa el video y Kristen toma los números de la matrícula para rastrearla.

Mucho tecleo después, logran tener una dirección.

— ¡Lo tenemos! ¡Ya sabemos dónde está Jack! — señala Kristen. — Si no está ahí...

— Lo estará. Lo estará. — afirma Jacob, con la esperanza de encontrarlo finalmente. Saben que este será su última oportunidad y si fallan, todo habrá sido en vano y Jack tendrá un trágico final.  

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