Tres días después.

La noche de mi exhibición ha llegado. Después de un día super estresante, ensayando y probando que todo funcione a la perfección, estoy lista para llegar al lugar donde hemos organizado toda la magia. Cuando recibo un mensaje de mi asistente donde me dice que casi todos los invitados han llegado, bajo los escalones de mi casa para irme con Jack.

Llevo un hermoso vestido rojo con un escote pronunciado y una línea abierta en una de mis piernas. Es más cómodo de lo que podría verse en fotos y teniendo en cuenta que tendré que cambiarme de ropa después, es la opción perfecta.

Jack cuelga la llamada en la que estaba en cuanto me ve. Solo puedo percibir cómo sus pupilas se dilatan al verme de arriba abajo. También lleva un hermoso smoking negro que le sienta de maravilla.

— Me veo hermosa, lo sé. — me le adelanto y sonrío.

— Definitivamente. — me ayuda a terminar de bajar las escaleras. — ¿Estás lista?

— Completamente lista. — respondo con buena actitud.

Minutos más tarde.

Finalmente llegamos. Hay muchos periodistas tomando fotografías y observando cualquier movimiento cerca del lugar. Al menos no están tan cerca gracias a los policías que aseguran la zona con mucha responsabilidad para que no agobien a nadie. Verlos solo me recuerda el momento en el que me desmayé al frente de mi empresa. Me abrumaron tanto que perdí el equilibrio y tengo miedo de que eso vuelva a suceder, mucho más en una noche como esta.

— Tranquila. No pasará nada malo. Estoy aquí...contigo. — Jack coloca su mano sobre la mía antes de bajar del vehículo. Sus ojos me dan la seguridad que necesito, así que asiento con la cabeza, sale del coche, me abre la puerta y me toma de la mano mientras uno de los guardias se lleva el vehículo al estacionamiento privado del local. Los paparazis se vuelven locos cuando nos ven y comienzan a tomarnos fotos con las angustiosas luces de sus cámaras. Mientras caminamos, me mira con una sonrisa y me levanta los ánimos. Así que sonrío y miro a las cámaras por cortos segundos para que esa sea la esencia que dispersen de nosotros en los periódicos. La esencia del señor y la señora Connor.

Entramos y las puertas se cierran en nuestra espalda. Siento un enorme alivio. Por lo que veo ya todos están aquí, mis familiares, amigos, mi equipo, mis socios y personas importantes en el mundo de la moda que aún no había tenido el placer de conocer.

— ¡Te ves preciosa! — Lisa se acerca. Se ve exactamente igual de hermosa. Eric está a su lado.

— Felicidades por todo esto. Has llegado muy lejos.

— Muchas gracias, Eric. Eres un sol. — sonreímos.

— ¿Y Jacob y los demás? — pregunta Jack.

— Están en sus respectivos asientos de la pasarela. — Lisa contesta.

— Buenas noches, señores. Soy la asistente de la señorita Cross. ¿Pueden venir conmigo, por favor? Les mostraré sus asientos. — se presenta mi mano derecha. La fabulosa y eficiente mujer que me ha salvado la agenda incontables veces.

Jack me da un beso antes de irse con todos los demás.

— Las modelos están listas. Te están esperando. — Junior se me acerca. Nos hemos quedado completamente solos en esta zona. — Por cierto, te ves radiante. El rojo te queda muy bien.

— Gracias, a ti también te quedan muy bien los trajes. — lo alago mientras lo sigo hasta los camerinos. Todas las modelos gritan al verme y me dan las felicitaciones. Les agradezco mucho que estén aquí y formen parte de todo esto. Verlas con ropa que yo diseñé, es como un sueño hecho realidad. Todas se ven tan hermosas. La gente amará cada prenda.

— Sales en cinco minutos, ¿estás lista? — me dice mi asistente.

— Más que lista. — escuchamos las palabras de bienvenida del maestro de ceremonia y cuando me presenta, con todos mis nervios, salgo. La gente aplaude y sonríe en cuanto me ven.

— Mire toda la gente importante que ha traído esta noche para mostrarles la colección más esperada del año. ¿Qué significó para usted crear todo esto? ¿Tendría algunas palabras para todo ese público que la consume y ama su trayecto profesional? — me dice el presentador y acerca el micrófono a mi boca, marcando una distancia respetable.

— Ha sido una locura. — todos se ríen. — Dicen que la mejor inspiración suele venir de los detalles más pequeños y creo que este fue mi caso. Cuando me fui de luna de miel a Italia... su gente, las flores, los colores, la textura y sus costureras, me inspiraron rotundamente para esta nueva colección. Fueron muchas semanas de dedicación, de arduo trabajo, de muchos desvelos y estrés para lograr que esta noche sea una realidad. Y aquí estamos. — veo cómo todos me miran con mucha admiración. — Por todo lo que estas cosas significan, decidí ponerle un nombre y una imagen a todo esto...Javi. Fue un gran amigo que trabajó conmigo desde el inicio y desgraciadamente murió. Y puedo reconocer ante todos ustedes que de no ser por él, hoy no estuviera aquí. — veo su fotografía en las pantallas grandes alrededor de nosotros. — Así que espero que la amen tanto como yo. ¡Que empiece la función! — animo y todos aplauden.

Los cantantes invitados comienzan a cantar y son nada más y nada menos que: Jlo y Maluma. Aun no comprendo cómo pudieron contactarlos y convencerlos de venir aquí pero supongo que somos muy conocidos internacionalmente y que tengo (como lo he dicho un millón de veces) un excelente equipo de trabajo.

Voy de regreso a los camerinos y las modelos van saliendo de una en una por la pasarela luciendo mis diseños. Me cambio de ropa mientras los estilistas me dan algunos retoques. Veo todo lo que pasa en la pantalla. Todo está saliendo a la perfección. Todas las modelos son hermosísimas y Jennifer López y Maluma cantando a sus alrededores, le dan el toque al escenario.

Cuando las modelos terminan de modelar, regresan juntas al escenario nuevamente y se sitúan en diversas posiciones, marcando una distancia exacta entre cada una de ellas. Todo esto ha sido muy bien ensayado.

Ahora es mi turno de salir.

Mi asistente y todo el equipo de trabajo que me acompaña en esta habitación, me sonríen y saltan conmigo de felicidad y emoción. Llevo el vestido, la prenda más costosa y fenomenal de toda mi colección. Así que cerraré esta noche con broche de oro.

Camino hacia las puertas que conducen a la pasarela y cuando éstas se abren en mi frente, recorro el escenario como toda una profesional. La gente y los invitados especiales gritan de emoción al verme con sus móviles encendidos en manos. Me acerco un poco tanto a Jennifer López como a Maluma, canto unos pequeños segundos con ellos y continúo hasta llegar al frente, la última parte de la pasarela.

Todos se levantan y aplauden. Y esto sólo me confirma que he logrado mi propósito de esta noche: hacer historia. Ahora sólo espero que todos mis productos sean consumidos rápidamente en el mercado, que reciba buenas críticas y que la gente ame y se sienta cómoda con cada una de mis prendas. Me quedo quieta y saludo con mis manos al público mientras sonrío y poso para la cámara. Miro directamente a la mesa en donde está Jack y lo veo tiernamente. También está de pie mientras me aplaude y sonríe. Como todo un esposo orgulloso.

Esta noche ha sido perfecta, ¿qué más podría pedir?

Horas más tarde.

Después de conversar con personas importantes en el mundo de la moda y hacer nuevas alianzas, hemos venido a un lugar más privado y acogedor para celebrar. Luego de un par de horas, Lisa y Eric se van a casa al igual que Karol, Cooper y Jacob. Quedándonos solamente Jack y yo. Después de la pasarela me he puesto el vestido con el que salí de casa nuevamente. Así me siento más cómoda. Ya hemos comido y bebido lo suficiente, ahora sólo nos queda apreciar la belleza de la ciudad bajo el efecto de la luna y las estrellas. Este lugar es hermoso. Es uno de los bares más elegantes de la ciudad.

— ¿Cómo se siente ser tan exitosa? — me pregunta Jack, rompiendo el silencio.

— Muy gratificante. Sigo creyendo que es una locura. A veces recuerdo mis inicios y créeme que jamás me hubiera pasado por la cabeza que podría llegar a ser lo que soy hoy. — lo miro y me río. — Es que... recuerda cómo me conociste. Era una pequeña jovencita que necesitaba ayuda y no tenía dónde quedarse. Tuve que aceptar ayuda de personas que no conocía para poder siquiera tener un techo y comida. Y mírame ahora, mi vida dio un cambio de 180°.

— Tu destino siempre fue ser una mujer exitosa, sin importar por las cosas que hayas pasado o cómo era tu vida antes. Todo lo que tienes es gracias a que nunca te has rendido sin importar todas las fatalidades que la vida ha puesto en tu camino. Si te das cuenta, la mayoría de las personas que hoy son célebres, cuando les preguntas a qué se debe su éxito te dicen que nada fue sencillo. Todos tienen una historia difícil de contar y tú no eres la excepción. — coloca su mano sobre la mía. — Siempre has sido una mujer muy admirable, Melanie. — lo miro a los ojos por largos segundos.

— ¿Nunca dejarás de enamorarme más, verdad? — nos reímos.

— No está en mis planes. — vuelve a sonreír. — Será mejor que lleguemos a casa. Va a caer una tormenta. — miramos el cielo nublado cubrir las estrellas. Tiene razón, debemos irnos. Se levanta y me ayuda con mis cosas antes de salir.

Suena la notificación de un mensaje entrante en su celular.

Saca su teléfono y al parecer, lo lee. Extrañamente pasa de estar sonriendo a ponerse muy serio. ¿Qué le habrá llegado? ¿Qué dirá ese mensaje?

— ¿Todo bien? — curioseo mientras me coloco la correa de la cartera en mi hombro.

— Sí, nada importante. Ahora vamos a casa, tenemos que seguir celebrando. — me suelta una pícara sonrisa, me toma de la mano y me acompaña hasta la puerta. Nos despedimos de los meseros, les dejamos una enorme propina y prometemos volver pronto. Me agrada demasiado este lugar.

Nos subimos al coche y conduce.

Tengo mucha intriga de saber qué decía ese mensaje para provocar que borrara su sonrisa automáticamente. Pero sólo me queda mantener la calma, no alarmarme sin razón alguna y confiar en él. Estoy segura de que si hubiera sido algo de lo que debería preocuparme, me lo hubiera dicho al instante. U otra de las posibilidades es que no me lo diga porque no quiere arruinar mi noche. De ser así, entonces seré paciente y dejaré que me lo cuente él mismo cuando crea que sea la oportunidad.