siete
Días después.
Los días habían pasado lentamente y la ausencia de TaeHyung era notoria.
En la casa todo se sentía solitario, vacío y frío me causaba cierto sentimiento de soledad. Nada podía entretenerme del largo aburrimiento que estaba viviendo.
TaeHyung solía desaparecer durante todo el día, tanto así que comenzaba a extrañar todos sus suspiros, miradas o simples sonidos que emitía mientras estaba concentrado en algo.
Sentía una pesadez en el pecho y no sabía el por qué.
La televisión yacía encendida frente a mí, pero mis pensamientos vagaban por la nada. Cuestionando miles de cosas a las cuales no sabía responder.
Necesitaba su presencia en casa.
El día pasaba lento, tan lento que se sentía eterno.
Mis ojos paseaban por la habitación en busca de algo que llamase mi atención y me distrajera de mi aburrimiento.
Extrañaba a TaeHyung... ¿El me extrañaría a mí?
TaeHyung, mi amor ¿Qué estás haciendo?
¿Por qué desaparecía tan seguido? No entendía, cuando estaba junto a mí sonreía, me besaba y me abrazaba, pero luego huía rápidamente y desaparecía hasta la noche.
¿Dónde estás, mi amor? ¿Estás haciendo algo malo? ¿Por qué estás tan distante?
Caminando por nuestra habitación me detuve frente al espejo y no pude evitar sentirme aterrado, ¿desde hace cuanto mis clavículas sobresalen tanto?, ¿por qué estoy tan pálido?
Los círculos negros en mis ojos me sorprendieron, había estado durmiendo bien, podría decir que hasta demás, no hallaba la razón de mi estado. Volteé la mirada asqueado, no me podía ver a mi mismo a los ojos.
Caminando por la sala donde el televisor aún estaba encendido, el programa de cocina donde estaba enseñando cómo hacer galletas de chispas de chocolate llamó mi atención y mi bombillo se encendió.
Hice las galletas siguiendo a la mujer mayor de cabello rubio que no paraba de decir que unas buenas galletas podían enamorar otra vez a tu pareja.
Una vez estuvieron listas probé una y no pude evitar gemir extraviado por el sabor, agregarle azúcar morena a las galletas fue lo que les dio una rica consistencia y buen sabor.
Esperé en la sala feliz, quería que mi esposo probase las galletas, quería un cumplido de su parte para sentirme mejor, quería pedir un beso como recompensa.
Pero la hora de llegada regular de TaeHyung pasó y mi sonrisa feliz se desvaneció con cada minuto. Tal vez estaba muy ocupado, probablemente estaba aún ayudando a los chicos con su baile.
Cuando TaeHyung llegó estaba apunto de quedarme dormido en el sofá, pero al escuchar la puerta me levanté de inmediato y corrí hasta la entrada.
Le di la bienvenida y él respondió, pero no me miró nunca, le dije de las galletas, pero las rechazó, me dijo que acababa de comer y se sentía muy lleno.
Supongo que simplemente las comeré todas yo.
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