Primera cita.
Capítulo 5. Primera cita.
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Aquel día las chicas estaban emocionadas, por fin tendría su cita con el azabache, había mejorado bastante y su cita era ese día, lo que no esperaban es que el idealista escucho por fin. Kunikida se levantó molesto, se cruzó de brazos – no lo acepto, mocoso, no puedes ir hoy
― Kunikida-kun, Atsushi-kun se esforzó muchísimo, debemos apoyarlo
― Atsushi, Atsushi ¿ganaras manzanas acarameladas? – pregunto Kenji
― ¿Qué usarás hoy? – pregunto Haruno
― Sugieran de nuevo el short pero ahora una camisa con mangas largas y que muestre sus hombros
― No podemos dejar que se dé cuenta que eres chico
― Deberíamos ponerle un kimono
― No Kyouka-san, Atsushi debe tener facilidad de moverse
― Hoy te haré un peinado con las extensiones Atsushi, ¿te gusta el cabello ondulado?
Atsushi trago saliva, Fukuzawa miro a las chicas – sé que están apoyándolo, pero estuvimos de acuerdo a que Atsushi se vista de chica para confesarse y no ser rechazado
― Presidente, Atsushi tiene todo el potencial para hacer travestismo – menciono Yosano
― A decir verdad... N-no me molesto ve-vestirme de chica... Él realmente estaba contento de pasar el tiempo con una chica fuerte
― Porque eres una chica fuerte – expreso Kunikida – quiero decir chico, chico, eres un chico. Así que no necesitas cambiar y mucho menos por un mafioso
Kunikida salió de la sala de juntas, estaba realmente molesto por la situación, mientras las chicas planeaban como arreglar a Atsushi para su cita, Atsushi aprovecho para seguir al rubio, uso su olfato para seguirlo y lo encontró en la terraza del edificio – Kunikida-san... - le llamo
― Atsushi, todo esto es... tan innecesario
― Kunikida-san, solamente quiero que acepte mis sentimientos, una vez que lo logré dejaré de ser una chica
― ¿Por qué? ¿le dirás que siempre fuiste tú?
― N-no... Solo me iré y no sabrá de quien soy...
― Hace tiempo tuve un altercado con él, partió a la mitad el taxi donde estaba, estaba dispuesto a matarme, logro electrocutarlo y ganar tiempo, la policía llegaba y con ello él se marchó. ¿sabes por qué te cuento esto?
― ¿recordarme lo sanguinario que es?
― Porque cuando se entere que eres tú disfrazándote de chica te partirá en dos, ¿Por qué no quieres operarte?
― Kunikida-san... Yo soy muy cobarde
― Ya has pasado por la habilidad de Yosano
― No me refiero a Yosano-sensei... - Atsushi se acercó a Kunikida – jamás... me había enamorado y si estoy en esta situación es porque me confesé de una manera turbia para no decir mis verdaderos sentimientos frente a él... - Trago saliva – Kunikida-san... Soy un chico, soy un agente, soy su enemigo y para él soy un inútil...
― Lo eres
― ¿Y sabe que es lo peor? Que realmente me enamoré por pequeños gestos de su parte y cause un gran problema teniendo está enfermedad...
― Mocoso...
― Pe-pero si me sentí tan valiente para esté plan fue porque respeto su ideal
― ¿Qué?
― Su ideal decir que entrenaríamos duro, que sería tan fuerte para finalizar esos seis meses
― Si, así es
― Akutagawa no me amará a mí, lo sé, soy hombre, pero puede amarme si soy una chica. Lo único que me mantiene cuerdo en todo esto es el hecho de que si me opero no podré entrenar, si no entreno Akutagawa me matará, si me mata su ideal no se cumplirá. Kunikida-san, esto es todo lo que tengo, si Akutagawa puede amarme siendo una chica seré curado y al cabo de los seis meses, el verá la importancia de no matar, así que por favor Kunikida-san, debe la oportunidad de hacerlo
― Pequeño mocoso... No eres una chica – dijo firme y serio el rubio - ¿Qué pasará si se enamora de ti siendo una chica? Cuando te acepté ¿Qué harás? ¿comenzaran una relación? ¿Cuánto tiempo lo ocultarás?
― No seremos pareja, seguiré entrenando, por favor Kunikida-san
― De acuerdo... - puso su mano en el cabello del menor – no quiero que lleves a las 3:00 de la madrugada, tienes tu toque de queda, no lo olvides
― Si Kunikida-san
― Seguirás entrenando duro
― Si Kunikida-san
― Y harás tu trabajo correctamente
― ¡Si Kunikida-san!
― Mocoso...
― ¿Si Kunikida-san?
― Si te llegan a rechazar... - menciono notando el desánimo en los ojos del albino – yo estaré para ti, si es necesario lo volvería a electrocutar
Atsushi se le acumularon las lágrimas, abrazo al mayor – si Kunikida-san – el rubio le abrazo de vuelta, no negaría que era el mocoso más disciplinado de todos.
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La tarde paso y para la noche, todas las chicas se llevaron a Atsushi, tenían el outfit perfecto para el albino. Aprovecharían sus piernas, así que en está ocasión Atsushi llevaba una falda de mezclilla, una camisa manga larga por dentro de la falda, un collar negro ajustado a su cuello y un tacón ligero. Peinaron su cabello con dos buns y el cabello extra lo ondularon, Atsushi trago saliva - ¿se-seguras que esté es el vestuario ideal?
― Debemos aprovechar tus piernas
― Sí, no podemos mostrar algo más, así que ahora tus piernas y tu rostro son tu fuerte
― Pe-pero si está cerca de mi rostro podría reconocerme
― Concéntrate en ser una chica ruda
― Naomi-san, Yosano-sensei, Haruno-san... - trago saliva – l-les informaré como me va
― ¡si!
Las chicas tomaron un bolso negro para Atsushi, metieron su teléfono y dinero, Naomi metió un par de curitas – recuerda que aunque practicaste con tacones, no sabemos qué harás así que... jamás olvides las curitas
― S-si...
― Oh y un lipstick – menciono Haruno metiéndolo a la bolsa – por si necesitas retoque
― De acuerdo – Atsushi respiro profundo y les sonrió – i-iré a encontrarme con él
― ¡Suerte Atsushi!
El albino salió a su destino, debía ir solo claro, el mafioso no podía reconocer a nadie, llego primero a la fuente, en su espera unos cuantos chicos se le acercaron, Atsushi les rechazo cortésmente - ¿realmente me veo tan bien? – se cuestionó por la insistencia. Para cuando Akutagawa llego solo logro ver a aquella chica usar su fuerza para derribar a dos de ellos y al tercero doblarle la mano – me alegra que Kunikida-san me enseñara – pensó alegre. Los chicos huyeron, Akutagawa apareció dando unos cuantos aplausos pausados, Atsushi se sorprendió de verlo e intento arreglar su cabello
― Muy bien para ser una niña normal, me pregunto ¿Qué mentalidad tienes para querer salir con un mafioso?
― Bueno, diferentes motivos diría yo
― Comprendo lo de las chicas usando faldas, tengo una hermana pero ella prefiere usar pantalón ¿estas cómoda?
― Ah, claro – le sonrió – estoy lista para cualquier cosa
― ¿segura?
― Si
― ¿y subir un edificio?
Atsushi apretó sus puños y sonrió – puedo hacer lo que sea, que no te asuste la falda o los tacones
― De acuerdo, ¿vamos?
El albino siguió al mafioso sin protestar llegando hasta un callejón, escondido había un restaurante bastante oscuro – va a matarme – pensó de primera, al entrar pudo maravillarse del lugar, tenía muchas mesas, parecía que no atendían a nadie, pues las mesas eran iluminadas únicamente por lámparas que parecían medusas, las luces eran de colores y habían cientos de flores decorando el lugar, llegaron a una terraza privada, podían contemplar la noche en su hermoso esplendor, tenían velas alrededor, y flores en el barandal del lugar. Flores y más flores, era lo último que quería ver Atsushi pero no negaba lo hermosas que se veían.
― está noche te traje aquí por un motivo especial – mención el mafioso sentándose – siéntate por favor
Atsushi se sentó frente al mafioso, se miraron claramente - ¿Qué es tu motivo especial?
― Quiero... - tocio ligeramente – hablar de... mmm... - suspiro y le miro aún más serio – quiero hablar sobre amor, citas y detalles contigo
Atsushi mordió sus labios, ¡LO TENÍA!, se calmó rápidamente y recargo su brazo en la mesa – te escucho
― ¿Cómo sabes a donde ir en una cita?
― Bueno... un lugar que ambos disfrutaríamos
― ¿la ropa la elegiste tú?
― ¿te molesta como me visto? Siento decirte que no me podrás controlar en nada.
― No, es diferente a cuando te conocí, solo eso
― La ropa no debería importarte, solo es algo que cubre ¿no? Creo que... La ropa no debería tener genero
― La ropa es importante para mí, es mi herramienta de trabajo, por eso quería saber
― Ah
Fueron interrumpidos por un camarero, levantaron el pedido de ambos, a pocos minutos el mesero regreso con las bebidas, para Akutagawa agua simple, y para Atsushi agua de limón con una pajilla reciclable. – Este lugar es increíble – menciono Atsushi
― Continuemos la platica
― De acuerdo
― ¿Dónde es un buen lugar para una cita?
― Un restaurante, una cena o comida
― Leí que era mejor ir al cine
― ¿te interesan tanto las citas?
― Responde – pidió molesto
― Ir al cine está bien, digo si no puedes comunicarte bien o te faltan temas de conversación, ir al cine sería bueno pero debe haber una cena después, tienes un punto de tema, ese tema atrae otros temas y con eso obtienes una conversación
― Buena idea
― ¿Haz investigado?
― Anoche después de un día en el bosque llegue directo a hacerlo
― ¿estás tan interesado?
― Bastante
Atsushi tomo de su agua, evitaba sonreír, sabía que estaba sonrojándose, no podía creerlo por completo, su plan estaba funcionando, pensar que minutos atrás se imaginó así mismo rodeado de flores, quizá un racimo saliendo por su estómago, trágico claro, pero las flores seguían siendo hermosas.
La conversación continúo de la misma manera, analizando citas, hablando sobre cómo llevar una conversación, la conversación sobre las citas y las comidas era tan larga que el albino comenzó a preocuparse, ¿Akutagawa realmente estaba pensando tanto? Y ¿Por qué no simplemente planeaban una cita en lugar de hablar de citas?, su dedo comenzó a golpear la mesa, comenzaba a ponerse nervioso. En el campamento le pregunto sobre amor pero ahora también. Lo peor es que la conversación giraba en torno a él, no había un nosotros o mención de su identidad como Atsushi.
Para la buena suerte del albino, la cena llego, fue el momento en el que Akutagawa se quedó completamente callado, ni siquiera un ligero sonido salió de él, eso le dio tiempo a Atsushi para relajarse de nuevo, observo al mafioso, parecía estar pensando, odiaba que no le quitaba los ojos de encima, parecía analizar su traje de mujer ¿le gustaba o no? Pero más odiaba que no podía evitarle la mirada y parecía ser lo que el mafioso más buscaba, sus ojos.
Cada mordisco llenaba al albino de curiosidad ¿Qué tanto pensaba? ¿Sus futuras citas? Estaba dudando si quería dejarlo ir, peor aún... ¿Qué ropa debería usar en la siguiente cita? Yosano, Haruno y Naomi le advirtieron que no podía repetir ropa si quería impresionarlo, entonces... ¿Qué debía usar? O ¿Qué debía sugerirle al mafioso? aun no sabía en qué momento confesarse o en qué momento pedirle más, pero si estaba tan interesado ¿esa podía ser su oportunidad?
Terminaron la cena, como postre tuvieron una bola de helado, Atsushi disfruto de ella y miro al mafioso - ¿no te gusta el helado? – pregunto mirándolo, tenía forma de tigre
― ¿te gustan los tigres? – pregunto el mafioso por fin
― Creo... Que los tigres blancos son lindos – decidió aprovechar el momento
― Si, pienso lo mismo pero pueden ser molestos ¿no crees?
― No lo sé, no he estado con tigres – menciono bromista
― Niña, hemos hablado toda noche
― ¿toda? – pregunto mirando su reloj, eran casi las tres y Kunikida iba a matarlo. – ci-cierto
― Es divertido y relajante poder cambiar ideas contigo
― ¿eso crees?
― Sí, no sabes quién soy, no tienes ni idea de mis contactos, me siento libre hablando contigo, es un alivio porque llevaba días estresado, sentía que iba a explotar si no hablaba con alguien
― Bueno, me alegra que puedas expresarte libremente – Atsushi reacciono en ese momento, Akutagawa tenía razón, él sabía quién era pero el mafioso no lo sabía, ni siquiera un nombre ¿y si se lo preguntaba? ¿Qué nombre debía usar?
― Ni lo digas, hay una persona que suele relajarme cuando habla pero últimamente no me he querido acercar – menciono sorprendiendo a Atsushi – no puedo evitar gritarle y regañarlo, pero creo que su compañía es buena
― Debe ser algo complicado, ¿será otro lindo mafioso? ¿sabré su nombre?
― Analizando bien está situación, ni siquiera se tu nombre
― ¿m-mí no-nombre? – trago saliva
― Tú me llamas perro ¿no?
― Ku... ¡Kuchinashi!
― ¿en verdad? – cuestiono – aunque, no tenías que decirlo, estoy bien con esta relación sin saber nada el uno del otro
― Es que... ¿Cómo me llamarías si no?
― ¿Qué importa? – expreso falto de ánimos – tu nombre... es el nombre de una flor ¿no es así?
― Me gustan las flores
― Flores y tigres – menciono – no eres muy diferente
― ¿diferente?
El mafioso suspiro, esta vez fue el quien dejo el dinero - ¿nos vemos otro día?
― ¿Cómo nos contactaremos?
― Tienes razón... ¿deberíamos esperar a que el destino nos vuelva a juntar?
― Es que
― Sonará mal de mi parte, pero estoy ocupado en un asunto de vida y muerte, tengo un destino que cumplir y eso viene primero, después las citas, te contactaré después para saber más ¿de acuerdo?
― ¡es-espera un momento!
Aquello llamo la atención del mafioso, Atsushi sintió que lo perdería todo, ¿debería poder lograrlo? El mismo mafioso le había dicho que las citas vendrían después entonces... Solo entonces podría trabajar tranquilo, las raíces se detendrían, la enfermedad se iría, solo necesitaba que le aceptará, una respuesta y listo, era por ello que se visto de mujer, solo necesitaba un "me gustas", y las raíces se detendrían. En el campamento el mafioso le pregunto sobre amor, y según Gin era la primera vez que él salía con una chica, significaba que lo tenía. No podía perder, no había nada que perder.
Sonrió ligeramente, sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas, miro a los ojos del mayor, como si estuviese atrapado en sus ojos, sin salida, peor que jaulas, quizá la misma sentencia que ambos llevaban.
Se acercó solo unos pasos, no tenían ni un metro de distancia, necesitaba decirlo, era hoy o nunca, y sabía que esta vez todo iría bien. Sus ojos estaban viéndose claramente, y el mafioso ciertamente se quedó viéndolos presente. Sus ojos le recordaban al tigre, aun así pudo escuchar perfectamente – Me gustas – dijo directo y sin rodeos, aunque después de decirlo sintió como su rostro se había puesto completamente rojo.
El mafioso la miro fijamente un momento, no pudo evitar imaginar al tigre, necesitaba un momento pues su corazón se había acelerado pero no era ella, eso jamás, fue porque creía haber visto al tigre.
Atsushi se preguntaba si podía escuchar su corazón, porque para él era como un tambor en sus oídos, Akutagawa suspiro, metió sus manos a sus bolsillos y saco una mano, no saco nada solo se acercó acariciando el cabello de Atsushi – lo siento, me gusta alguien más. – Atsushi se quedó petrificado, ese era el fin – me iré primero. – sintió como la mano se apartó, miro como el saco salía por la puerta, sus piernas fallaron y cayó al suelo. Sus lágrimas comenzaron a salir
― Se acabó...
¿Cómo retenerlo? ¿Qué podía decir? No podíacorrer tras él, mucho menos decirle que era él, sintió un golpe en su pecho,todo se había acabado.
...
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En lo personal, amo este capítulo por el momento Kunikida y Atsushi. En esté fanfic intente hacer a Kunikida lo más mentor/padre que pudiera, en verdad amo a Kunikida en esté fanfic y sé que casi no lo utilizo pero quiero hacerlo más. He pensado mucho en dar más participaciones y emociones contrastantes en personajes, pero eso será cuando recuperé mi computadora.
Una vez más los datos curiosos de flores los actualizaré después con tiempo, gracias de nuevo por su tiempo, comprensión y apoyo. Son los mejores de todos. Muchas gracias
Datos curiosos:
...
¡Gracias por leer!
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