Florecimiento
Capítulo 8. Un amor reciproco.
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Era de mañana, el viento era fresco y podía sentir como el viento soplaba desde la ventana, el único sonido que lo desmotivaba era el constante sonido del aparato cardíaco y el goteo de la intravenosa, Kenji y Kunikida fueron los primeros en entrar aquella mañana – Atsushi ¿Cómo estás? – pregunto el joven rubio
― Me siento muy bien – sonrió el albino
― Yosano-sensei dijo que vendrá a visitarte más tarde, dijo que debías mantenerte quieto, perdiste varias veces el conocimiento y
― Kunikida-san, Yosano-sensei dijo que no altere a Atsushi
Kunikida arreglo sus lentes – lamento haberte dejado solo anoche
― Está bien, ahora todo se arregló ¿verdad?
― Si, odio admitir que si Chuuya no hubiera llegado a tiempo
― Kunikida-san – le llamo Yosano desde la puerta – le pedí que no comentará nada
― El mocoso pregunto
― Y-yo... - Atsushi le sonrió a Yosano – estaba curioso
Yosano se acercó abriendo más el ojo de Atsushi – pareces estar bien, no hay traumatismo – suspiro – tengo que sedarte de nuevo
― ¿Por qué?
― Necesito que descanses y ponerte un tubo respiratorio.
― Eso se escucha doloroso Atsushi – menciono Kenji sonriente
― Kunikida, Kenji, esperen en la sala como todos
― Si Yosano-sensei
Los rubios salieron, Yosano ayudo a Atsushi a recostarse de nuevo – Yosano-sensei ¿de verdad necesito ayuda para respirar?
― Tus pulmones llegaron a su límite, mi habilidad y la tuya también tienen limites
― Comprendo...
La mujer inyecto al albino y acaricio su cabello – estarás bien Atsushi, el sufrimiento ha terminado...
― Si... Lo sé Yosano-sensei... lo sé...
Atsushi cerro sus ojos, Yosano acomodo su cabello – pequeño niño afortunado... La vida siempre da nuevas oportunidades a las buenas personas...
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Atsushi había pasado todo el día durmiendo, la noche anterior había sido muy dura.
En cuanto el mafioso se confesó, Atsushi comenzó a toser, no podía detenerse, los pétalos no se detenían lo cual preocupo a Akutagawa, lo saco de la fuente y corrió hacia el hospital, Kunikida y Chuuya lo ayudaron en cuanto lo vieron desesperado. Chuuya ayudo bastante, llegando sanos y rápidos al hospital, y entrando al quirófano con Yosano, Akutagawa fue retenido por Dazai.
Después de 3 horas Yosano y Chuuya salieron del lugar, Akutagawa escucho atento el diagnostico.
Por la mañana, Atsushi claramente se sentía mejor pero necesaria pasar unos días en el hospital con un respirador, sus pulmones se habían llenado por completo de raíces y pétalos, le tomaría un tiempo al tigre sanar las heridas internas.
Llego por la noche, le tocaba la guardia de noche, así lo había pedido él. Se sentó a su lado, se sacó el abrigo y lo puso sobre las sabanas, saco un libro y comenzó a leer: - Había una vez un joven con corazón de piedra, viviendo en el reino de las flores.
Akutagawa iba por las noches a visitar al albino, leyendo "Piedra" para Atsushi, repartía el relato por cada noche, hasta la noche final. Atsushi abrió sus ojos mientras el mafioso cerraba el libro, lo miro. Aunque estuvo despierto cada noche escuchando la lectura, en ninguna de las noches se atrevió a abrir los ojos, solo esa noche. – Jinko – lo llamo en cuanto lo vio despierto – llamaré a Yosano-sensei
Rápidamente tomo su brazo, con su mano libre se quitó la mascarilla del respirador – Akutagawa, la historia fue hermosa.
― ¿si? Es una nueva colección de Miushi
El albino sonrió. - ¿Cómo te sientes? – pregunto sentándose en la cama
― Muy anestesiado y eso – dijo divertido – gracias
Ambos jóvenes pasaron la madrugada conversando, algunas veces riendo y otras en silencio. Por la mañana Yosano abrió la puerta para revisar a Atsushi, dormía tranquilamente, tenía el respirador mal puesto aunque imagino que era por el hecho que solo se quedó dormido, el mafioso dormía a su lado. – estos jóvenes de ahora. – se quejó Yosano cerrando la puerta.
― Yosano-sensei, ¿ya puedo llevarme a Atsushi? – pregunto Kunikida
― ¿Por qué no le das unas horas? Aun no despierta
― ¿aún no? Creí que hoy terminaban de crecer las raíces
― Mira, ese día Chuuya me ayudó mucho con su habilidad encerrando las raíces más grandes, las hizo más pequeñas y evitando que presionaran a Atsushi pero te aclaré muy bien que debían de reducirse solas
― Dijiste que en una semana Atsushi estaría perfectamente bien, el mafioso le correspondió
― Lo dije – le sonrió – pero sigue durmiendo. Déjalo
La doctora se apartó, Kunikida se acercó a la puerta viendo por la ventana, sonrió ligeramente – mocoso...
Recordemos la semana, aquella noche Atsushi llego a su límite, la confesión de Akutagawa hizo estragos en las raíces florecidas, Yosano tenía dos opciones, dejar a Atsushi en un estado de coma o quitarle las raíces, cuando Chuuya le sugirió que podía hacer las flores más pequeñas. Aunque tuvieron mucho trabajo, Chuuya y Yosano lograron estabilizar las flores, el diagnóstico fue favorable para Atsushi pero Akutagawa debía participar en su recuperación, se le ordeno quedarse en las noches con él contándole un cuento de amor, uno donde pudiera transmitir sus sentimientos, que el albino escuchara cada día sus sentimientos. Fukuzawa estuvo de acuerdo en dejarlos tener su espacio y al saber el grado de sus sentimientos, llego un trato con Mori. Nakajima Atsushi estaba bien, viviría muchos años, amaría sin límites, y sería feliz.
Unas semanas después, estaban en el bosque, Ozaki estaba en una silla acompañada por Mori, tenían una pequeña mesa con bebidas, Fukuzawa y Dazai bebían té en un picnic al lado de la mafia.
Kunikida llego al bosque con Atsushi a su lado, Chuuya y Akutagawa también habían llegado. – Buen bien Kunikida. ¿Qué le enseñaste a Atsushi está semana? – cuestiono Chuuya
― Solo practico Yoga, fue sugerencia de Yosano-sensei
― ¿te encuentras bien? – pregunto Akutagawa al albino
― Si – Atsushi se estiro – estoy como si nada – menciono sonriente
― Oye Atsushi, más tranquilo, solo tienes dos semanas que saliste del hospital
― Quien diría que la debilidad afectaría tus piernas – menciono Mori con la taza de té entre sus dedos – es un alivio que te encuentres mejor chico tigre
― Bueno, ya, ya – dijo Dazai sonriente – como Atsushi-kun fue dado de alta total hace tres días, vamos a hacer un entrenamiento más tranquilo
― Creí que solo nos reuniremos hoy – menciono Kouyo
― Mi queridísima y poderosa Kouyo, ese es el plan pero encontré algo – menciono sacando una radio del cesto de picnic – hoy los jóvenes aprenderán a sincronizarse con el baile
― OOooooh – expreso Mori emocionado, recordaba cuando lo hizo con Dazai y Chuuya
― ¡DAZAI! – gritaron Chuuya y Kunikida regañando al castaño
Así fue como a pesar de los regaños, empujones y golpes, Kunikida y Chuuya les enseñaron a Atsushi y Akutagawa a bailar. El más nervioso era Atsushi, ambos grupos los miraban fijamente mientras tenían que estar prácticamente abrazados, el menor quería morir en ese instante, sabía que sus mejillas estaban rojas, y aunque el mafioso estaba serio estaba seguro que no tardaría en gritarle por sus nervios. Lo que realmente paso sorprendió a todos. Akutagawa el mafioso no pudo soportarlo más, se apartó ligeramente de Atsushi, pues incluso se dobló de la gran risa que soltó, no podía dejar de reír, el mismo Dazai se revisó por si su suicidio mañanero funciono y estaba en una especie de limbo pero no, estaba vivo y en realidad Akutagawa estaba riendo con fuerza.
Tomo aire recuperándose, miro al albino y esté solo seguía sorprendido – No pude contra tu cara – menciono riendo más, Atsushi se puso aún más rojo y golpeo la cabeza del mafioso
― ¡deja de reírte, es vergonzoso! – pidió
La primera que no pudo evitar reír fue Kouyou, le siguió Fukuzawa, Mori tapo su boca pero seguía riendo, Dazai y Chuuya se soltaron a las risas, Kunikida sonrió.
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Atsushi y Akutagawa llevaban un par de meses en una relación, en ese tiempo trabajaban cada uno en sus organizaciones pero el fin de semana se iban a acampar, iban al bosque, montañas o ríos. Cada fin de semana sin falta.
Akutagawa estaba sinceramente preocupado, Atsushi había estado en el hospital por dos semanas, dos meses atrás, se encontraba mejor, conocían sus sentimientos ¡PERO NADA MÁS! Atsushi jamás se le acercaba, no se abrazaban (lo cual si agradecía), a duras penas y tocaban sus manos mientras subían alguna colina o para no perderse, ni hablar de besos, no se habían ni siquiera besado. Era un mafioso, no acostumbraba ser amoroso, mucho menos demostrar cariño pero incluso él se preocupó.
Atsushi aseguraba la tienda de acampar mientras el azabache lo miro, el menor llevaba ropa de acampar, no era gran cosa, estaba acostumbrado a verlo pero teniendo en mente que no se tomaban de la mano y mucho menos besado, eso le afectaba.
El menor termino de arreglar su tienda de acampar y le sonrió el mayor – Akutagawa, ¿no pondrás tu tienda?
― Si, la tienda... - tosió ligeramente – veras... Olvide la tienda
Atsushi lo miro extrañado y señalo la maleta del mayor – está aquí Akutagawa
― No, digo sí, es que está rota y, no la baje – metió sus manos a sus bolsillos – Rashomon.
Su tela paso rápido moviendo el cabello del albino, tomo la tienda de acampar y la lanzo – listo, la bote
― Eso es contaminación
― ¿crees que me importa?
― Se supone que sí, cuidamos la ciudad
― Luego la levanto
― Lo haré por ti – dijo alegre – Rashomon parece estar desequilibrado
― Si, ok. Ve
Atsushi fue a buscar la tienda de campar y Akutagawa se agacho quedándose en cuclillas - ¿Qué fue eso? ¿Por qué me puse así de estúpido? – se regañó así mismo. Claro, había sido estúpido y ridículo, pero por lo menos había roto la tienda de campar. Miro a Atsushi regresar – haré la fogata
― ¿deberíamos quedarnos? Con tu tienda rota no dormirás bien, me hubieras dicho
― Ah, no es nada, están los arboles
― ¿Por qué no duermes conmigo? Podrías sentirte incomodo pero no me moveré, y
― Espera ¿Qué?
― Sí, no quiero que te sientas incomodo, acomodaré todo bien para ambos
― ¿piensas que me siento incomodo?
― Bueno, siempre haces ese gesto cuando estoy cerca.
― ¿gesto? ¿Qué? ¿Qué gesto?
― Mmm... haces una cara de asco y resignación
― ¿en serio?
― Si – le sonrió – Dazai-san dice que es por qué no estás acostumbrado
― Tu... ¿siempre mantienes tu distancia... por mí?
― Sí, quiero que te sientas cómodo – dejo la tienda a un lado – tampoco es como si supiera muchas cosas, la agencia me da muchos consejos pero dijiste que no querías más trampas, así que a veces se me complica y
El pequeño albino no pudo terminar pues Rashomon lo sorprendiendo tomándolo de la cintura y acercándolo al mafioso, iba a dar una pequeña queja pues no quería causar problemas pero se quedó completamente callado cuando el mayor simplemente lo tomo entre sus brazos y lo sostuvo en un fuerte abrazo. El pequeño tigre no supo cómo reaccionar pero se puso completamente rojo cuando el mayor apoyo su cabeza en su pecho, podía sentir su corazón ir como loco y se avergonzaba más al pensar que podía escucharlo sin problemas. No se movieron, fácilmente fueron dos minutos los que pasaron en completo silencio y abrazándolo. – Atsushi
― ¿s-si?
― ¿ya no hay rastros de las raíces?
― Yosano-sensei me revisa una vez a la semana, dice que no hay rastro
― ¿aun así te revisa?
― Bueno...
― ¿pasa algo más contigo?
― No, no, solo quieren estar seguros, la agencia quiere que esté bien.
El mafioso lo apretó más haciendo que el agente siguiera sonrojándose más, se sentía incómodo al estar encima del mafioso pero el mayor solo se quedaba abrazándolo, el menor lo sintió como si se estuviese consolando - ¿estabas preocupado? – se dignó a preguntarle
― Claro, hace un par de meses casi mueres todo por no hablar entre nosotros
― Sería extraño ¿no crees? – pregunto nervioso – Akutagawa, ¿puedes bajarme?
― ¿Por qué? ¿no te gusta?
― Esto es... No lo sé, se siente extraño. Nunca imagine estar encima de nadie, menos de ti
― ¿te incomoda?
― Un poco, sí.
― Bien, quedémonos así un rato
― ¿Qué? ¿Por qué?
― Así te acostumbraras
Se quedaron así sentados juntos, el mayor podía sentirlo el cuerpo del menor temblaba. Acariciaba ligeramente su espalda donde lo sostenía para retenerlo. El menor no lo tocaba, solo estaba allí atrapado. – Sabes hay algo que no he vuelto a decir
― ¿Qué es?
― Me gustas mucho
Había logrado sonrojar aún más al menor, se sentía cohibido de ello y se acomodó un poco más – ta-también me gustas mucho...
― ¿te sientes más cómodo?
― Es extraño, no solo dijiste que me querías, incluso lo aceptaste aun cuando soy un agente, y me odiabas entonces yo...
― Si, si, somos enemigos, ¿podrías dejar de pensar en eso?
― ¿Qué debería pensar?
― Acordamos venir de campamento como Dazai-san sugirió, pero no acordamos nada más – miro la cara más confundida en el albino, suspiro agotado, explicar todo siempre se le hacía molesto. – quiero decir que olvides que somos agente y mafioso, relájate
― Oh, claro, olvidarlo y relajarme – respondió - ¿pu-puedo bajar de tus piernas?
― No
Atsushi miro a los lados, temeroso pero decidido acerco sus brazos para abrazarlo, el mayor sintió como temblaba al acerco hasta que logro sostenerse en el mayor - ¿te sientes mejor? – Atsushi sonrió acomodándose en su hombro
― Si... Me siento mejor
Pasaron así un gran rato relajándose hasta que en algún momento el albino se durmió, solo así el mayor lo soltó – bueno, es un avance – se orgulleció.
El mayor se dedicó a arreglar el campamento, cuando Atsushi despertó estaba atardeciendo, tallo sus ojos sonrojándose una vez más, miro al azabache – lo la-lamento, me do-dormí
― Sí, pero eso fue bueno, te relajaste
― ¿qu-que se supone que debía hacer?
― Relajarte, relajarte a mi lado
El albino se sonrojo y miro al azabache - ¿querías que me relajará?
― Bueno, ya que salimos juntos creo que lo mejor es que estés relajado conmigo ¿no crees? Cuando eras chica eras muy relajada
― Naomi y Kyouka siguen queriendo vestirme de mujer de vez en cuando
― Bueno, no te veías mal
― ¿Qué no habías dicho que Kuchinashi no te gustaba?
― No me gustaba hasta que supe que eras tu
Volviendo a sonrojarse, saco su lengua y miro al azabache - ¿quieres que haga pescado con higos?
― Quiero pescado con higos... Si aceptas que te abrace mientras lo haces
― ¿d-de nu-nuevo?
El azabache llego hasta el albino abrazándolo, nervioso suspiro aunque estaba feliz. Devolvió el abrazo y le miro - ¿Cómo voy a cocinar el pescado si no me sueltas?
― Pensaremos en algo.
Se había quedado juntos el fin de semana, y aunque se sentía raro para ambos dieron su mayor esfuerzo.
Abrazos no faltaron pero la verdad es que no paso de más, ¿Cómo hacerlo? Atsushi se ponía nervioso por todo. Para el miércoles Atsushi no había detenido de pensar en su último fin de semana, incluso mientras Yosano lo revisaba. - ¿Cómo te sientes? – Cuestiono Yosano – tus nervios me lo dicen todo, están tensos
― Estoy... Algo confundido ¿puede aconsejarme?
Yosano se acomodó su bata y sonrió – llámame doctora corazón, cuéntame tu problema
― Akutagawa quiere que me relaje estando con él, que no piense que es un mafioso y todo eso
― Tiene sentido ¿Qué tiene de malo? ¿te incomoda?
― No, se sintió muy bien – menciono sonriente
― ¿entonces?
― Es que... No sé ni que hacer o que sigue después...
― Usualmente las parejas salen en citas, conversan, se toman de las manos, se besan, pasan tiempo juntos
― Hacer todas esas cosas... Me pone nervioso... Pensé el plan de Kuchinashi porque así no me rechazaría y podría dejarlo hasta los seis meses, pero ahora... Él sabe que me gusta y me abrazo... Me siento tan fuera de lugar, no sé si merezco ser reciproco... Desde un principio iba a abandonarlo...
― Así es, era tu plan creyendo que tu enemigo no te querría, pero rechazo tu mentira y quiso al verdadero tú, ¿Por qué no lo intentas? Pídele ir a ver una película juntos, o invítalo a tu casa, beban té y hablen juntos, pasar tiempo mejora una relación
― Yosano-sensei – le llamo sonriente – es la mejor doctora corazón que he conocido
― Soy la única – menciono divertida – pero dile a Kunikida, no querrás que se enoje contigo ¿cierto?
― Yosano-sensei ¿Qué pasa con usted y Kunikida-san?
― ¿qu-que pasa de qué?
― Han estado muy unidos
― Niño, deja de ser curioso y ve a hacer lo que te digo
― S-si
Esa tarde Atsushi uso su teléfono para ser el primero en comunicarse, el mensaje sorprendió al mafioso quien seguía en la base de la mafia aun así sonrió del avance. Mientras la semana avanzaba se pusieron de acuerdo y en ese tiempo, también comenzó a vigilar a Yosano y Kunikida. Sabía que algo tramaban.
El trato de fin de semana en está ocasión fue ir a un hotel a las afueras de la ciudad, el menor llego con una pequeña maleta y en la recepción le dieron una tarjeta. Aunque era un lugar pequeño era bastante moderno, llego a la habitación para ver que era un estilo de departamento, miro al mayor quien estaba terminando de arreglar un poco la sala – Bienvenido
― Esto es como un departamento
― Creí que sería lindo estar cómodos por esta ocasión ¿te gusta?
― Sí, me gusta – le sonrió – traje algunas películas
― Perfecto, veremos todo pero ¿recuerdas nuestro acuerdo?
― Si, estar abrazados y relajado
― Perfecto
― Mmm... Akutagawa – le llamo un poco apenado y el mayor le miro – sa-sabes... pe-pedí algunos consejos... nosotros ¿nos be-besaremos hoy?
― No – menciono tomando la maleta del albino – solo si te sientes cómodo, relajado y listo
― Cierto, cómodo y relajado – menciono el albino – oye Akutagawa, tengo otra cosa que decir
― ¿es día de confesiones?
― No, es solo que... - lo miro volviendo a tomar valor – Akutagawa lamento el engaño de Kuchinashi, planeaba confesarme, ser correspondido y seguir como si nada, ignoré por completo tus sentimientos, solo pensaba en... liberarme de las raíces sin perder mi amor oculto... Creo que fui bastante egoísta
El mayor se acercó tomando su mano, el albino le miro, no estaba serio, parecía relajado – hiciste lo que hiciste por que estabas desesperado, por suerte todo se pudo arreglar, tu esfuerzo logro que las organizaciones nos permitieran estar juntos. Me gusto conocer a Kuchinashi porque es una parte de ti, espero pronto te vuelvas a sentir fuerte y seguro delante de mí, sin peluca y falda.
― Era cómoda la falda
Ambos chicos se miraron un momento, aquello los motivo a reír juntos.
Fue su fin de semana perfecto, vieron películas abrazados aunque el menor se sintió tan cómodo que lo llego a soltar para poder acurrucarse en su pecho, el mafioso sentía que había ganado bastante terreno pero para la quinta película el albino se había acomodado en sus piernas haciéndolo sentir a él nervioso.
Pidieron pizza en la recepción y así supieron que podían cocinar en el hotel, antes que nada fueron a dormir, habían puesto dos futones separados en una misma habitación, no se sintieron extraños pero si muy tranquilos.
A la mañana, se divirtieron mientras iban de compras, solo lo necesario para su fin de semana, pero no evitaron arrebatarse los productos mientras jugaban en la tienda, llamaban tanto la atención que fueron retenidos un momento por la tienda. Una vez más en el hotel, Atsushi quería demostrarle al azabache lo delicioso que le quedaba el chazuke, está vez no se sintió nervioso porque lo abrazará mientras cocinaba, incluso lo sorprendió, pues en algún momento Atsushi giraba la cabeza para besarle la frente. El primer beso lo hizo saltar pero los siguientes solo lo hacían sonreír.
Cenaron divirtiéndose, el menor le daba de comer al mayor en la boca haciéndolo reír por recordar la primera vez que hicieron eso con ambos líderes y "sus jefes directos". En algún punto entre risas e intentado hacer al otro comer, se quedaron bastante cerca, podían notarlo en la mirada del otro, podían llamarse sin intención, tampoco tenían la intención de hacerlo pero lo hicieron, se comenzaron a acercar más, se miraban a los ojos cuando tocaron sus labios, ambos se sonrojaron apartándose un poco nuevamente pero sus miradas tímidas volvieron a cruzarse, está vez el azabache se sentía tímido no quería retroceder pero tampoco quería forzarlo, para su suerte el albino supo lo que sentía. Busco y tomo la mano del mayor, el azabache sorprendido del acto sonrió, tomo la mejilla del albino. Se sonrieron mutuamente y esta vez cerraron sus ojos para terminar de acercarse y unir sus labios en un cálido beso, los juntaron un poco más hasta que comenzaron a reír, una vez sin vergüenza, no pararon de besarse, no había paredes ni muros, solo sus momentos donde lograban ver el uno por el otro, un amor tan profundo del que yacían hermosas flores.
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Quería darles un buen final, no estoy completamente segura que esté sea el mejor pues como saben no tengo mi computadora y ahora publico por medio de la de mi trabajo (con permiso, claro)
Hanahaki es un tema que durante mucho tiempo me han pedido, de los 3 años que llevo escribiendo sobre el shin soukoku... Creo que fácilmente me lo han pedido unas 10 veces.
Es un tema que evite mucho y por mucho tiempo, conozco el sentimiento de soledad como muchos de ustedes, el rechazo, el aislamiento, sentir que tu pecho se hincha sin poder respirar, y se que muchos de ustedes también. Evitarlo era lo mejor para mi, y aun así lo amaba tanto, mi favorito es el Hanahaki que escribió -Arizu.
Ella es mi escritora favorita de Soukoku, siempre ha sido una persona que me hace reír pero con ese fanfic me hizo llorar en cada párrafo. En toda su extensión es una obra de arte.
Esté Hanahaki que yo escribí fue por sus pedidos pero también por que ella creía en mi y el hecho de que podía escribirlo, sinceramente no se si esta historia pueda llegarle a los talones de lo maravillosa que fue lo suya, tampoco busco compararlas. Solamente quiero ser sincera, este escrito existe gracias a la confianza que me dio para escribirlo.
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Como siempre les agradezco a todos por leer, les aviso que estaré editado está historia en cuanto pueda dándoles sus datos curiosos sobre flores.
Y no se desanimen, tengo un extra planeado para los tortolitos.
¡Gracias por leer!
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