Lazos (Final)
La rama del árbol que utilizó para impulsarse crujió sin romperse, aun así, siempre prestaba atención a los detalles a su alrededor, aun cuando corría, ella no sabía si era una habilidad o una maldición, podría desconcentrarse rápidamente en las cosas importantes o servirle lo suficiente para fijarse en los detalles y sobrevivir un día más. Su Byakugan le permitió esquivar el shuriken gigante que paso a pocos centímetros de su rostro llevándose algunas puntas de su pelo largo y castaño, se vio obligada a descender y preparase para pelear.
Hace rato que la perseguían, se encontraba en los límites de la aldea de Konoha, la misión había sido más que sencilla como para realizarla sola, la entrega de la perla lunar a la aldea del Bambú, ya de regreso se había encontrado con ninjas sin aldea que por lo que parecía al verla sola y poseedora de una habilidad ocular codiciada parecía vulnerable, ahí es donde ellos se equivocaban.
Las dos figuras se presentaron frente a ella, sus rostros estaban cubiertos de máscaras de tela y no tenían símbolo de ninguna aldea reconocida. No estaban ahí para otra cosa que no fuera capturarla, haciéndoseles fácil arrinconarla en el bosque contra un árbol.
Ella suspiro suavemente relajando sus músculos mientras se preparaba para defenderse del ataque, inmediatamente uno de sus enemigos saco dos dagas para lanzarlas hacia la chica, ella estaba más que lista para esquivarlas y escapar.
Pero una cuarta figura apareció en medio de ella y sus atacantes, la Hyuga abrió los ojos sorprendida, un chico más bajo que ella se interpuso dándole la espalda, la chica sólo vio de reojo una sonrisa confiada.
-¿Dos contra uno?, oigan eso no es justo-mencionó el chico con un tono animado como si alguno sostuviera desde el principio una conversación con él, no hubo respuesta de ninguno de los presentes, pero como la Hyuga notó no le importaba-¿no les enseñaron a cómo tratar a una dama antes de invitarla a salir?
Los dos ninjas enemigos atacaron al mismo tiempo, la chica observó seriamente la confianza con la que el chico extendió hacia los lados sus brazos percatándose de los hilos enredados en sus manos casi invisibles para el ojo humano pero no para su Byakugan, fue entonces cuando el chico unió sus manos en un rápido movimiento, los hilos de chakra hicieron fisuras en los árboles que se encontraban alrededor de sus dos enemigos, y antes de que completaran su ataque se venían abajo aplastando todo a su camino.
La chica estaba a punto de moverse ya que el árbol tras de ella también resultó afectado y se venía abajo, cuando fue abrazada de la cadera por el chico que había provocado todo eso.
-Es hora de irnos preciosa-justo antes de que les cayera el árbol encima de ellos, el chico extendió su mano derecha y cerro su puño, la chica observo como su cabellera se le revolvía al ver que iban impulsados a gran velocidad a un árbol alejado, dejándose llevar por el desconocido sin poder hacer nada en el acenso y cerró los ojos asustada por el deceso preparándose para el golpe, pero no llegó pudo sentir que sus pies no tocaban el suelo abrió los ojos poco a poco para observar que estaba suspendida a varios metros de suelo.
El chico desconocido la mantenía agarrada de la cintura con fuerza, quedando ella a la altura de su pecho, el vértigo se apoderó de ella mientras miraba por primera vez el rostro de su "salvador".
Las ligeras marcas rojas rodeaban el contorno de sus ojos y sus mejillas, él la miraba con una sonrisa confiada, las facciones de su rostro eran finas y a la chica le resultaba raramente familiar, después de percatarse de que el contacto de sus ojos ya había durado más de medio segundo ella desvió su mirada sintiendo sus mejillas arder, desvió su vergüenza hacia la ira que tenía dentro de ella.
-¡Bájame ahora! - gritó mientras fruncía el ceño aún sonrojada, el chico borró su sonrisa.
-Como quieras- y la chica sintió como soltó el fuerte agarre de su cadera.
Sus ojos se abrieron sorprendida, realmente estaba muy alejada del suelo, sus brazos quedaron suspendidos al soltarse del chico que colgaba todavía del cable sujetado a la rama, iba a gritar cuando volteo hacia tras ligeramente viendo como el suelo se acercaba rápidamente a su rostro.
Quedó suspendida de nuevo centímetro antes de tocar el suelo y después cayó en el suavemente.
Respiraba agitadamente boca arriba, reaccionó levantándose rápidamente buscando una explicación de su terrorífico deceso, su Byakugan se había desactivado debido a tantas emociones que experimento gracias al chico con la cara tatuada y cabello rojizo, se dio cuenta del hilo de chakra tirado en el suelo y que al levantarse sobre salía de un agarre que rodeaba de su cadera.
Fácil deducción, su "salvador" atacaba de nuevo poniéndola fuera de peligro.
-Vaya que eres una mujer testaruda, pudimos haber bajado juntos- la Hyuga observó como el propietario de la voz descendía suavemente hasta tocar suelo frente a ella-Hubiera sido más romántico, ¿no crees?
-¿Cuál es tu maldito problema? -le gritó acercándose a él enojada con el ceño fruncido.
-Oye tranquila, ¡Desactiva esa cosa chica Hyuga!, ¡No te haré daño! - él retrocedió prudentemente, por instinto su Byakugan se activaba viéndose más enojada, ella no se daba cuenta de eso al momento, era una mala costumbre que le había prometido a su padre controlar con el tiempo, abrió los ojos dándose cuenta de esto, se relajó y desactivo su habilidad.
-Lo siento, no fue mi intención, se activa sin quererlo-mencionó avergonzada con la mirada desviada al suelo, después recordó su enojo y esta vez sin activar su habilidad frunció el ceño mirando al chico- ¿Quién demonios eres?, ¿y por que interrumpiste?
El chico frunció el ceño de igual manera y sonrió amenazante.
-¿Así le das gracias a tu salvador?, que pocos modales, al parecer es una mentira lo que todos dicen sobre los Hyuga y su fama de una buena educación-dijo disgustado.
-¿Acaso eres idiota?, lo tenía controlado-dijo aún más enojada al ver la actitud tan confiada del chico, parecía de las personas que creían merecer a cualquier chica.
-¿Controlado?, ¿una Hyuga que activa involuntariamente su Byakugan al dejarse llevar por el enojo? -sonrió sarcásticamente con lo que a la castaña le pareció la sonrisa más perfecta que había visto-me queda totalmente claro que los tenías a tus pies.
-¡Cállate!, tu no me conoces, soy una Jounin de Konoha-le mostró su banda que la llevaba en la cadera.
-¿Jounin? -levantó la ceja.
-Así es, y estaba a punto de derrotarlos con facilidad antes de que tu llegaras y nos dejaras caer el bosque encima- Dijo sacudiéndose la tierra de su uniforme, una camisa ninja gris con cierre, mangas rojas largas y cuello largo, su banda separaba su camisa de su pantalón viéndose su camisa suelta, un pantalón negro sobresaliendo de su pierna derecha un compartimiento para pergaminos azul, sacudió igualmente su cabello castaño suelto que cubría ligeramente con un fleco y ojo derecho.
El chico la observó inspeccionándola de pies a cabeza.
-De Konoha-susurro despacio, ella escucho haciendo contacto con su mirada, el corazón de la chica se aceleró un poco, de nuevo desvió la mirada, era extraño usualmente miraba a la gente a los ojos, pero al chico no podía sostenerle la mirada, parecía extrañamente familiar, como si su expresión confiada y algunos de sus rasgos los hubiera visto en algún lugar.
-Así es obvio que de Konoha-menciono como respuesta a la afirmación del chico-Y tú de Suna al parecer, escucha ya que mencionas la buena educación de los Hyuga me gustaría que no anduvieran rumores de que no es cierta pero no tenías por que dejarme caer al vacío, eso fue grosero.
-Tranquila preciosa todo el tiempo estuviste sujeta a mis hilos de chakra-dijo mientras señalaba uno de sus brazos que tenía igual que el otro una pequeña caja de donde provenían los hilos con los que había hecho todo hace unos minutos- tengo suficiente hilo aquí como para enseñarte a no gritarle a tu salvador, y también el suficiente para enrollarnos juntos de nuevo si lo prefieres.
-Ve a decirle tu palabrería desgastada a las chicas de tu aldea cuando regreses-cerró los ojos y decidió partir, se le hacía tarde, tenía el tiempo medido, le dio la espalda-tengo que irme, me quitaste tiempo, gracias de todos modos.
-Espera-la chica ya había desaparecido cuando el por fin la llamó, suspiró mientras terminó de enrollar de nuevo el hilo de chakra que había utilizado, y se dio cuenta de algo caído en el suelo un pergamino pequeño que tenía una etiqueta que sobresalía, levantándolo leyó lo que decía en ella.
"Propiedad de HANA HYUGA"
Las pisadas apresuradas sonaron haciendo crujir la madera a su paso, apresuro el paso al llegar al dojo de su propia casa.
-Perdona la espera- Hana se inclinó frente pidiendo disculpas a un Neji con facciones maduras quién se encontraba sentado mirando el patio junto a un juego de tazas de té.
-No hay de que disculparte Hana-volteo a verla con una ligera sonrisa y la taza de té humeante en su mano- ¿Cómo fue tu misión?
La chica se levantó dándole una gran sonrisa parecida a la de su madre.
-Misión completada, fui a dar mi informe y ya estoy lista para irnos.
Neji asintió levemente mientras se levantaba.
-La Tía Hinata y...
-Se adelantaron, querían comprar flores.
-Oh que bien debemos irnos entonces-dijo su hija mientras le mostraba otra sonrisa, esa actitud siempre lo relajaba, ese día lo necesitaba más que nada.
Neji volteo al cielo, las nubes se movían despacio en el mientras un trio de aves pasaba volando recordandole la libertad que al fin tenía gracias a un gran sacrificio que jamás olvidaria.
Tanto él como la castaña mantenian la mirada fija hacia el umbral de la puerta de la habitación del hospital del Konoha.
Neji fue el primero en hablar después de un largo silencio.
-Hiashi-sama, ¿que está haciendo aquí?, debería estar en cama reposando- dijo sin soltar la mano de Tenten aún aferrandose con fuerza por miedo a perderla.
-No tengas cuidado con eso sobrino, creo que tienes cosas más importantes que preocuparte por este viejo-se adentró a la habitación- querida Tenten lamento lo que pasó, lamento haberte metido en el peligro que representa estar enjaulado a este antiguo clan.
-Hiashi-sama yo...- Tenten interrumpió con voz llorosa
-Siempre fuiste tan imprudente con tus mayores como para dejarlos terminar de hablar-señaló el Hyuga-pero con el tiempo este anciano entiende que esta actitud tuya es refrescante, y sólo puedes ofrecerla al ser tu misma, nos hace olvidar lo duro que fue crecer bajo una vida llena normas estrictamente seguidas, nos hace saber que tenemos libertad, es por eso que mi sobrino te ama profundamente, en ti esta esa libertad que tanto anela, he de confesarte que si este viejo fuera jóven de nuevo mi sobrino tendría una dura competencia por tu amor.
Después de sentarse frente al lado de su sobrino y en frente de Tenten extendió su brazo hacia Neji para entregarle la caja que llevaba cargando y prosiguió.
-Sin que pudieramos impedirlo te quitamos un poco de lo que era esa libertad que deslumbrabas con tu presencia, pero no dejaré que se extinga una luz tan presidida tan rápido de este mundo.
-Hiashi-sama, ¿que es esto?- Neji cuestionó mientras miraba con atención la pequeña caja de madera entre sus manos.
-Hace 30 años viajé a una de las misiones más peligrosa que tuve, en el proceso liderando a mi equipo salvé a un chica y su pequeño hermano de la aldea de la Hierba, ella conocía sobre platas curativas de casi todo el mundo y las coleccionaba en sus viajes, ese día resulte herido de gravedad después de salvarlos, ella me curó completamente usando el extracto de una flor extinta, ella tenía un cultivo de las últimas en su especie, como regalo de agradecimiento me dio el último extracto de esa planta que curaba cualquier mal con solo ingerirla, quise usarla con mi esposa pero fue muy tarde murió inmediatamente después del parto de Hanabi.
Neji y Tenten entendieron de inmediato las intenciones de Hiashi.
-Hiashi-sama, no puede darme algo tan preciado, deberia usarlo usted se encuentra grave- dijo Tenten sin creer lo que estaba apunto de hacer el mayor de los Hyuga.
Hiashi río débilmente.
-Mi querida Tenten ya es algo tarde para mi, seria un desperdicio tratar de curar una enfermedad a mi edad, cuando simplemente contraeré con el tiempo otra, mis días en este mundo estan contados así debe de ser, si embargo tu tienes una hija y un futuro por delante junto con mi sobrino si ambos lo desean, el amor verdadero nunca deja de existir el tiempo no hará la diferencia, toma este extracto curativo en nombre del padre de Neji y mío.
-Hiashi-sama...gracias-Neji apretó la pequeña caja de madera en sus manos, había esperanza, Tenten se recuperaria pero a que costo.
-Tengo una condición para ustedes, mi nieta debe quedarse a vivir conmigo lo días que me quedan, no tienes de que preocuparte Tenten sólo quiero que el primero de mis nietos conozca acerca de su familia y quiero que sea yo quién se lo diga, un entrenamiento con un viejo Hyuga y estará lista para enfrentarse al mundo exterior.
El silencio reino en la habitación blanca, Tenten observaba a Hiashi mientras este a ella, al fin cuando dio un vistazo a la pequeña caja de madera volvió su vista de nuevo y contestó.
-Está bien, Hana se quedará en su mansión el tiempo que haga falta Hiashi-sama-bajando la mirada hacia lad sábanas- no se como agradecerle por todo esto.
-No tienes que-dijo mientras se levantaba dandoles la espalda y se encaminaba a la puerta-mereces ser feliz Tenten, los dos lo merecen.
Hiashi salió por la puerta dejandolos solos de nuevo, Tenten sollozo y Neji la abrazó fuertemente.
-Neji-la dulce voz de Tenten lo sacó de sus pensamientos en aquel cementerio, la chica con rasgos más maduros y cabello suelto se acercó a él para tomarlo de la mano mientras su prima Hinata prendía el incienso de la tumba de Hiashi Hyuga para rendirle respetos al tercer año de aniversario de su muerte.
Como habían prometido Hana se quedó a vivir en la mansión Hyuga para ser entrenada personalmente por Hiashi, ambos tomaron aprecio el uno por el otro, Hiashi siempre les agradeció por haberla dejado quedarse con él hasta el final y ellos siempre estarían agradecidos por el sacrificio grande que el hizo por la castaña.
Neji y Tenten hicieron que el tiempo al fin juntos valiera la pena, habían criado a Hana y estaban orgullosos de ella.
Después de unas horas los tres regresaron a la mansión que era su hogar, Hana caminaba atrás de sus padres mirando la unión de sus manos, era firme y no parecía romperse con nada, ellos se amaban.
Apenada por ver a sus padres hizo un puchero avergonzada con ella misma, deseo con todas sus fuerzas tener algún día a alguien a quien amar tanto como sus padres se amaban a pesar de todo lo que pasaron.
-Esto es una sorpresa encontrarte aquí, vaya que difícil localizarte chica Hyuga-una voz conocida para ella habló, dio un respingo buscando al propietario, reconocía la voz de esta mañana.
Al darse la vuelta estaba ahí frente a ella, su "salvador".
-Hana, ¿Quién es este chico? -preguntó Neji mientras veía al chico con el ceño fruncido, el Hyuga resultaba un padre muy protector.
-Me presentaré adecuadamente Hyuga-sama, mi nombre es Katsuke Hirome soy un Joinin proveniente de la aldea de Suna, busco a Tenten-sama, tengo un mensaje para ella de mi padre justo aquí si me permite- pasando de largo a Hana se acercó a Tenten y le entregó un pergamino blanco.
-Esas marcas en tu cara...no me digas que...-Tenten sorprendida abrió rápidamente el pergamino confirmando la causa de su sorpresa, pequeñas lágrimas se derramaron del rostro de Tenten- Kankuro es... tu padre...
-Así es, y como comprenderá en la carta he venido a presentarme apropiadamente con su vieja amiga y su familia-el chico miro de reojo a Hana quién se encontraba con una cara de sorpresa.
-Hace tiempo que no sabía nada de otousan, él me escribía constantemente y después de que se fue a una misión de clase S se despidió de mí ya que no podía revelar su identidad ni ubicación- mencionó Hana recordando con tristeza la despedida.
-No te preocupes él se encuentra bien, mi mamá cuida de él suele ser aterradora defendiéndolo de cualquier peligro- metió la mano a su bolsillo y le entregó el pergamino que ella había tirado- parece que perdiste algo en el bosque.
-¿Bosque? -cuestionó Neji mientras levantaba la ceja, ser hijo de Kankuro no le daba los puntos suficientes para que aquel muchacho le cayera bien.
-Padre no es lo que crees, de regreso de la misión nos encontramos y se me cayó mi pergamino con mi marioneta- Hana levantó las manos para calmar a Neji.
-Así que es cierto, controlas una marioneta-mencionó el chico con curiosidad.
-En realidad lo hago pésimo, pero gracias por traerla de regreso, me la regalo otou... digo tu padre-dijo algo apenada.
-Yo mismo lo juzgaré, ¿Por qué no me muestras?, estoy en una misión en Konoha por unas semanas, tendré tiempo libre mientras preparan los papeles que tengo que llevar de vuelta a Suna con mi tío Gaara, si no es molestia para usted Hyuga-sama, Tenten-sama me gustaría permitieran a Hana hacerme compañía en la próxima semana.
-Asegúrate de llevarla temprano a casa-Neji cerró los ojos aprobando la petición del chico.
Dicho esto, Neji y Tenten ingresaron a su hogar, dejando a los dos jóvenes solos.
-¿En serio estas permitiendo que el hijo de Kankuro se lleve a nuestra hija? -cuestionó Tenten alzando las cejas.
-Mmmh seguramente él mismo lo envió aquí para molestarme, estará bien, sé que no haría nada para lastimar a Hana-cerro los ojos mientras se puso en frente a Tenten aun sosteniéndola de la mano con la mano sobrante retiro un cabello de la cara de la chica y después tomo ligeramente su mejilla, Tenten se ruborizó al sentir el contacto y le sonrió a Neji.
-Y todo eso aparte de la fama sobreprotectora con ella, seguramente la oirá en su estancia en Konoha.
-No permitiría que les pasara nada y lo sabes - la miro mientras se acercaba a darle un tierno y corto beso en los labios -te amo
-Y yo a ti Neji -lo abrazó y el respondió a su abrazo, se amaban y así seria fuera lo que enfrentara.
Mientras tanto Hana vio a sus padres y el amor que se tenían, deseaba tener algo igual, el amor de alguien incondicional que no muriera por ella y ella por él sino que también viviera.
-Oye Hana, ¿cierto?-la chica volteo sorprendida, se había olvidado de la presencia de su "salvador"
- Katsuke, es un gusto conocer al hijo de Kankuro, el me cuidó muy pequeña-le sonrió al recordar al ninja de Suna.
-Si me contó de ti, tienes una tendencia a que te secuestren, quizás deba permanecer contigo para defenderte de nuevo alguien debe de hacerlo-le sonrió él con confianza.
-Si claro, sueñas, se cuidarme sola-frunció el ceño irritada.
-Demuéstralo en un entrenamiento pequeña Hyuga-y así Hana sabía que la retaba a patearle el trasero en un entrenamiento, ella correspondió con una sonrisa desafiante.
Quería algo como el amor incondicional de sus padres demostrado a lo largo de los años, y algo dentro de ella le dijo que tal vez lo acababa de encontrar.
¿Y bien que les pareció?, su opinión es muy importante para mi y más ahora que he finalizado esta historia. llegamos al final y es gracias a ustedes y sus comentarios que me ayudaron a seguir esta historia hasta acabarla. siempre escribiré sobre esta pareja y me gustaría saber que opinan de como lo hago, siempre se puede mejorar.
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