Rain - 10
El cuerpo de Midoriya se encontraba en el suelo apoyado contra una pared. La lluvia caía sobre el y se deslizaban sobre su cabello. Su cabeza estaba inclinada hacia adelante, su rostro ensombrecido, por su boca bajaba un hilo de un liquido oscuro. Sus brazos caídos a sus costados, su cuerpo no se movía, ni siquiera para respirar, por el frío, por el agua, por nada.
Oscuridad, absoluta oscuridad. Izuku se encontraba flotando en un vacío infinito, encogiéndose sobre si mismo y desvaneciéndose lentamente
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Un hombre se encontraba sentado en un sofá de una habitación lujosa. El respaldar llegaba hasta la mitad de su espalda y su brazo izquierdo estaba apoyado en el apoya brazos, su otro brazo estaba sujeto por un cabestrillo, llevaba un vendaje en la mitad del rostro y su único ojo libre estaba fruncido, miraba por la ventana a la playa con una expresión de rencor. La mitad de su cabello estaba mezclado con vendas que se unían a la de su cara. La puerta de la sala se abrió y los pasos de unos zapatos resonaron en el lugar. Un hombre de traje negro, cabello blanco y barba se sentó frente a el. El hombre vendado lo miro y pronunció su nombre con una voz seca y ronca
—Stein— El susodicho se reclino en el sofá y le observó con una expresión relajada. Permaneció en silencio por un buen tiempo, no se movía de su posición, apoyado en el respaldar del sofá, ambos brazos en los apoyabrazos. Stein tomo aire y con una voz profunda y calmada hablo.
—Es bueno que hayas despertado Sasuke, creímos que te tomaría más tiempo— El hombre vendado, ahora identificado como Sasuke, permaneció en silencio. Observo seriamente a Stein sin decir una sola palabra. Stein suspiro —Voy a ser directo contigo Sasuke. Fallaste— Sasuke apretó su puño y rasgo el cuero del sofá con sus uñas.
Stein observo la reacción de Sasuke pero no sé inmutó, tampoco dijo nada al respecto, solo continúo hablando. —Te daré la oportunidad de explicar lo que haya pasado— Stein estiró sus brazos hacia los costados —Convénceme—
Sasuke desvío su mirada al suelo, comenzó a mover su pierna golpeando una y otra vez el talón contra el suelo. Stein entrecerro sus ojos y llamo su atención —Sasuke— Pronunció Stein con una voz profunda. Sasuke detuvo el movimiento de su pierna y alzó su mirada hacia los ojos de Stein. —Ribu—
Stein alzó una ceja. —¿Qué?— Sasuke frunció el ceño —Ribu Takahashi. Él es el culpable— La mirada de Sasuke estaba llena de odio. Stein dejo escapar un suspiro —¿Quieres contarme lo que sucedió?—
Sasuke entrecerro su ojo mientras miraba a Stein. —...Bien— Sasuke se inclino hacia adelante y apoyo su brazo bueno sobre su pierna. —Yo y Ribu-— Stein lo interrumpió —Ribu y yo. Esa sería la manera correcta de decirlo.— Sasuke frunció su rostro y lanzo una mirada afilada a Stein —Escuché un grito de Toru, levanté a Ribu y fuimos hasta la cubierta, ahí encontramos a Toru. Su rostro... Estaba arrancado y... Y ese pequeño bastardo estaba comiéndose sus intestinos. Estuve a nada de acabarlo, pero el hijo de perra de Ribu me traicionó, hizo estallar mi bate luego de pasármelo. Intenté matarlo después de eso, pero el desquiciado hizo explotar la cubierta.—
Stein alzó una ceja —¿Es todo?— Sasuke hizo una mueca y gruño —¿Quieres que te cuente cómo flote hasta aquí?— Stein suspiro.
—No, estoy satisfecho con lo que me has contado.— Expreso Stein en su habitual tono elegante y serio. —¿Entonces lo que me dices es que uno de los niños que llevabas resultó ser una bestia?— Sasuke alzó una ceja —No dije que fuese uno de mi mercancía.—
Stein sonrió —Pero tampoco lo mencionaste como un nuevo miembro de tu tripulación, sin mencionar que estoy al tanto de ellos y de sus quirks. Tampoco habían más pasajeros en tu bote por lo que es lógico deducir que era uno de los niños transportados.— Sasuke lo observo con su único ojo bien abierto, chasqueo la lengua y volvió a fruncir el ceño —Si, lo que sea—
Stein se levantó de su sofá y camino hasta un bar, abrió las puertas de vidrio y saco una botella, con su mano libre abrió un cajón y saco dos copas. Camino hacia su sofá y apoyo ambas copas sobre la mesa de madera. Quitó la tapa de vidrio de la botella y alzó ambas copas para servir el alcohol. Dejo la botella en la mesa y con la misma mano la tapo. Tomo una de las copas con su ahora mano libre y se la extendió a Sasuke.
Sasuke lo observo confundido, no estaba seguro de que significaba eso. Stein pareció percatarse de esto y sonrió —Sasuke, has ofrecido tus servicios a mi por 3 años, has tenido siempre a los mismos compañeros, has tomado copas conmigo e incluso has venido a mi paraíso a divertirte. No te preocupes, te creo.—
Stein le sonrió, dejo la copa que le ofrecía sobre la mesa y alzó la que él tenía. Sasuke lo observo sorprendido, no esperaba eso. Sonrió y tomo la copa de la mesa, la alzó en el aire y asintió a Stein. Ambos bebieron su trago.
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Stein salió de la habitación con un rostro serio y una postura firme. Sus zapatos hacían eco en el pasillo y los ocasionales ventanales provocaban una gran sombra de su cuerpo al pasar. Saco de su bolsillo un teléfono plegable y marco un solo botón. El tono comenzó a sonar y Stein espero pacientemente mientras aún caminaba. La llamada fué atendida y una voz áspera sonó del otro lado de la línea.
—Stein, que alegría que llames. Dime ¿Ya tienes lo que se te solicitó?— Stein guardo silencio por unos segundos antes de responder con una voz segura y profunda. —Lo siento Doctor, pero mi contacto tuvo un incidente y perdió todos sus productos.— La voz al otro lado pareció meditar tras escuchar aquello. Stein suspiro y continuó. —Aún así, él no es el único traficante en el mercado. Puedo contactar con cualquier otro si desean los niños lo más antes posibles. Sin embargo debo decir que con ellos no tengo la confianza ni la seguridad de que realicen un buen trabajo y entreguen un buen producto.—
El Doctor rio torpemente y negó. —¡No, no! No es necesario tal cosa. Te confiamos esto debido a tus contactos de confianza y la eficiencia que podías respaldar. No nos arriesgaremos. No te preocupes, Sensei encontrará otro método para obtener lo que quiere.— Stein bajo la cabeza y suspiró. —¿Podría enviarle a Sensei mis más sinceras disculpas? Ésto no estaba dentro de lo planeado.—
—¡Hohoho! No te atormentes Stein, solo fue un pequeño contratiempo. Sensei sigue valorando tus servicios y vuestra relación.— Stein alzó su cabeza y tomo aire. —Me alegra mucho oír eso. Si hay cualquier otra cosa que pueda hacer para ayudar, hágamelo saber.— Un silencio se formó al otro lado de la línea. El regordete hombre acariciaba su bigote mientras giraba levemente en su silla. —Dime una cosa Stein ¿Qué tan confiable es tu contacto y cuántas conexiones tiene en el bajo mundo?—
Stein alzó una ceja curioso respecto a dónde se dirigía esta conversación. —Confio lo suficiente en él como para ser mi intermediario en el bajo mundo. Tiene numerosos contactos y a un pequeño pueblo que lo sigue en sus decisiones.— El Doctor mostró interés y pregunto. —¿Ho? ¿Cómo es que tiene a un pueblo bajo sus caprichos?— Stein dirigió su mirada al teléfono en su oreja y pensó —¿Caprichos?— Stein tosió un poco y respondió. —Él se ha estado haciendo cargo del pueblo proporcionando recursos durante unos años.— El doctor rió. —No me digas que es un alma caritativa.—
Stein no pudo evitar la sonrisa que se formó en sus labios al escuchar eso y pensar en Sasuke. —Haha, no doctor, al contrario. Es lo suficientemente egoísta para ganarse el favor de un pueblo y usarlo como le plazca. Sasuke le gusta tener siempre un respaldo.— El doctor pareció pensar durante unos segundos. —Dijiste que si había algo que pudieras hacer te informara. Bien, aquí hay algo que puedes hacer.—
Stein alzó una ceja y pregunto. —¿Dé qué se trata Doctor?— El doctor al otro lado sonreía plácidamente mientras seguía girando en su silla. —Verás, Sensei está formando un grupo pará su discípulo y necesita hombres en los cuales apoyarse. Sasuke sería una muy buena opción. Mayoritariamente por sus contactos y facilidad para mover gente.—
Stein abrió ligeramente sus ojos por la sorpresa. No tenía ni idea de que Sensei tenía un discípulo ni mucho menos que estuviera impulsando la creación de un grupo. Stein se aclaró la garganta y pregunto. —Doctor, toda esta información es completamente nueva para mí ¿Está seguro de que no hay problema que me cuente ésto?—
El doctor rió al otro lado de la línea. —Hohoho, no te preocupes Stein, eres alguien de confianza para Sensei. Es por eso mismo que te comparto esta información.— Stein entrecerro los ojos unos momentos y respondió. —Estoy sumamente agradecido por su confianza. Pero tengo una duda ¿Cómo es que los contactos de Sasuke ayudarían a alguien como Sensei?— El doctor ahogo una risa y respondió. —Sensei debe pasar lo más desapercibido posible Stein. Es por eso que alguien como Sasuke podría serle de utilidad.— Stein asintió. —Ya veo. Entonces dígame doctor ¿Quiere qué informe a Sasuke de ésto?—
—No es necesario. Nosostros mismos le explicaremos la situación. Solo ponlo al tanto de que has conseguido un nuevo negocio para él.— Stein asintió. —Entendido. ¿Debo llevarlo a algún punto de encuentro?— La frecuencia se distorsionó momentáneamente antes de volver a la normalidad y que el doctor respondiera. —No es necesario, nosotros lo buscaremos. Solo deberás proporcionar una ubicación para el encuentro.—
Stein desvío su vista hacia uno de los ventanales, un rayo de luz dio en sus ojos y entrecerro la vista. Desvío su mirada con una expresión pensativa. Volvió a prestar atención a la llamada y hablo. —Me gustaría que esperarán unos días. Actualmente su estado no es el mejor y no volverá a ser tan bueno como lo era antes. Me encargaré de dejarlo en buenas condiciones para que les sea más eficiente ¿Le parece eso bien?— La risa del doctor resonó y afirmó. —¡Me parece fantástico! ¡Muy bien, le dejo todo en sus manos Señor Stein.— El doctor colgó la llamada y Stein detuvo su andar. Bajo el teléfono y lo observó. Tomo aire y cerró el teléfono para volver a guardarlo en uno de sus bolsillos y seguir caminando.
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Tsukauchi se encontraba manejando un auto negro de la policía. Conducía por las calles de los suburbios rumbo a la estación de la policía. Las calles estaba agrietadas y no había demasiada gente afuera en comparación con el centro. Habían algunos puestos de comida y tiendas pequeñas. Habían varios carteles iluminados y papeles publicitarios pegados en las paredes. Está lugar no era para nada como el centro de la ciudad o las zonas mas cuidadas. Y de todas formas, está era la parte mejor cuidada de los suburbios. Tsukauchi vió a una persona con una sudadera y capucha acompañada de una mujer alta y con cabezas extras en los hombros. Las ropas de ambos estaban dañadas y la mujer tenía cicatrices visibles. Ambos giraron en un callejón y desaparecieron de la vista de Tsukauchi.
El detective entrecerro sus ojos y detuvo el auto. Por un momento estuvo a punto de bajarse, pero no lo hizo. Ahora mismo se encontraba en un lugar en el que los civiles agredían abiertamente a los oficiales y no estaba dispuesto a abrir fuego contra civiles. Dejo escapar un suspiro y arrancó el auto.
Continuo su camino hacia la estación. El cielo seguía nublado y las gotas no dejaban de caer. Incluso cuando la lluvia comenzó por la mañana y ya era de noche, el cielo estaba más oscuro y la lluvia azotaba la ciudad. A la gente de los suburbios no parecía importarles mucho ésto.
Finalmente Tsukauchi llegó a la estación de policía y estacionó el vehículo. Al bajarse tomó el cuello de su gabardina y lo estiró hacia arriba para poder cubrirse del agua. Con un paso acelerado ingreso a la estación y fue recibido por un oficial que lo estaba esperando. —¡Bienvenido! ¡Usted debe de ser el detective Tsukauchi!— Tsukauchi se quitó el sombrero y lo sacudió para quitarle el agua. Observo al oficial y asintió. —Así es. Me trasladaron temporalmente a esta estación para brindar apoyo con los casos.—
El oficial sonrió y le hizo una seña para que lo siguiera. —¡Venga! ¡Lo guíare a su oficina!— Tsukauchi siguió al policía a la que sería su oficina durante su estancia en esta estación. El oficial comenzó a hablar mientras lo guiaba. —No tiene idea de lo contentos que estamos de recibir algo de apoyo.— Tsukauchi alzó una ceja y pregunto. —¿A qué se refiere?— El policía rió. —Es bastante agobiante trabajar en ésta estación. Los crimenes que nos llegan son más de los que podemos manejar. Los sitios en los que podemos operar son limitados debido a las bandas criminales y líderes de crimen organizado que manejan las zonas. E incluso los civiles nos desprecian. Por lo que recibir algo de ayuda aunque sea para aligerar la carga de algunos casos es bastante reconfortante. Llevamos mucho tiempo solicitando algún tipo de apoyo, aunque sea financiero, pero jamás han sido escuchadas nuestras peticiones.—
Tsukauchi se detuvo en seco y frunció el ceño. —Los oficiales de esta estación han estado constantemente tratando de apoyar a esta parte de la ciudad. Pero, culpa de los más poderosos son tratados con desprecio. Si tratan así a la policía del lugar y tienen todos estos problemas, no me imaginó como reaccionarán cuando vean a un héroe. ...Tal vez no haya sido la mejor idea pedirle a Shota que realizará patrullas aquí.—
—¡Vamos, es por aquí!— Tsukauchi volvió en si y observo a lo lejos al oficial alzando su mano. Aceleró su paso y lo alcanzó. El oficial lo guío por unas escaleras hasta un segundo piso en el que encontró la que sería su oficina. Tsukauchi entro y la observo. No estaba nada mal. El oficial permaneció parado en la puerta. —Si necesita algo solo diganoslo.— Tsukauchi se dió la vuelta y asintió. —¡Si, claro! ¡Muchas gracias por la oficina!— El oficial de policía rió. —¡Haha! ¡No sé preocupe detective, no es nada!— Tsukauchi sonrió levemente y asintió con la cabeza. El policía hablo una vez más.
—Enviaré a unos hombres a buscar sus cosas para que no tenga que salir con esta lluvia.— Tsukauchi dió un paso al frente y alzó las manos. —¡Oh no no no! ¡No es necesario, puedo hacerlo yo mismo!—
—¡No se preocupe detective, no es ninguna molestia! ¡Usted póngase cómodo!— El oficial se retiró cerrando la puerta tras de si y dejando sólo a Tsukauchi en la oficina.
El detective comenzó a deambular por la oficina. Pasó una mano sobre el escritorio. Pateó uno de los almacenes. Su atención se dirigió a la ventana. El sonido de las gotas chocando contra el vidrio tenía algo hipnótico. Se acercó al cristal y observo el cielo. Las nubes eran intimidantes y las gotas agobiantes. Era como un dios imponiendo su presencia, o una advertencia de una tragedia. Ocasionalmente el cielo brillaba y de entre las nubes escapaban rayos de luz y posteriormente se oía como el cielo se partía.
Tsukauchi bajo la vista y vió a unos oficiales en el maletero de su coche. Tenían unas lonas para envolver las cajas y evitar que se mojaran. Tsukauchi volvió a observar al cielo una vez más y habló internamente. —Ahora me encuentro en los suburbios atendiendo un caso de desapariciones. Tengo a varias organizaciones e individuos en la mira para acabar con esto de raíz. Voy a encontrar a los desaparecidos y los regresaré con sus familias. Aún así no te he olvidado Midoriya Izuku. Juro que te voy a encontrar.—
En un hospital, un hombre lleno de vendas observaba la ventana y la lluvia torrencial.
—Juro que te voy a salvar—
El hombre vendado comenzaría a forcejear hasta dislocar su pulgar y quitarse las esposas que lo aprisionaban. Se levantó de la camilla y se asomo a la puerta, asegurándose de que nadie lo viera.
—Se que todo esto no ha sido por tu voluntad. No puedo decir que entienda tu situación. Pero si puedo comprenderla. Soy consiente de por lo que has pasado.—
Una silueta en la acera dió unos pasos y se detuvo bajo las sombras y lluvia. Observando desde abajo una gran casa.
—Solo eres un niño, un niño muy asustado. Un niño herido y abandonado.—
El hombre vendado se encontraba corriendo por un callejón. Su andar era errático y su respiración distorsionada.
—No eres alguien malo. Se que no. Mírame chico. Yo quiero ayudarte.—
La figura vendada emitía gruñidos de dolor. Las venas en sus ojos estaban marcadas y un hilo de sangre bajaba de ellos.
—Voy a salvarte... Midoriya Izuku. Aún tienes esperanza. Así que por favor, toma mi mano.—
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Una joven se encontraba recostada en su cama chateando en el celular. Se escuchaba la lluvia en la calle y las gotas chocar en la ventana.
—¿Entonces estás sola?—
—Si, Mamá y Papá aún no han regresado. No tengo idea de a dónde irían con esta lluvia.—
—Eso es una mierda. ¿No has podido hablar con ellos?—
—No responden los mensajes y las llamadas. Pero mi madre me había mandado un mensaje diciendo que papá no encontraba su teléfono y el de ella se estaba quedando sin batería.—
—Entonces estás sola por tiempo indefinido.—
—Así es—
—Aburrido—
—Si.—
—Oye, espérame un momento. Iré a cerrar las cortinas y puertas porque el sonido de la lluvia me está enloqueciendo.—
—Okey, aquí te espero ;) —
La joven dejo el teléfono sobre su cama y salió de su habitación. Camino hasta la pared al final del pasillo y se asomó a la ventana. Estaba por cerrar las cortinas cuando vió algo correr rápidamente hacia la entrada de su casa. —¿Eh? ¿Un perro?— No pudo divisar correctamente la silueta debido a la lluvia, la velocidad y por estar desde el segundo piso. Cerro las cortinas y se dió la vuelta para regresar a su habitación. Sin embargo se detuvo al escuchar algo romperse.
No tenía un por qué, pero de igual manera se sentía asustada. Chasqueo la lengua y bajo las escaleras. Lentamente comenzó a descender. Sus talones descalzos contra el suelo se oían debido a la escasez de sonidos en la casa. Al bajar las escaleras se asomo por la pared del comedor y miró desde lo lejos. Había un jarrón en el suelo y una ventana abierta. La joven suspiro y levantó los fragmentos más grandes con las manos y los dejo en la mesa de la que cayó. Camino hasta la ventana y la cerró.
El viento dejo de escucharse tan fuerte y el ruido causado por la lluvia disminuyó. La madera del suelo crujiendo bajo el peso de algo paralizó a la chica. Lentamente se dió la vuelta y observo entre la oscuridad, esperando ver algo, pero a la vez deseando no hacerlo.
Camino hasta la fuente del sonido y... No había nada. No había nada ni nadie. Debería haberse sentido aliviada por ello, pero no podía darse el lujo. Un espiral se formaba lentamente en su estómago y se incrementaba cada vez más y más. Un golpeteo contra la pared de la cocina llamo su atención. Permaneció unos segundos observando la cocina desde lo lejos antes de decidir acercarse. Con pasos cortos y lentos se dirigió hacia la cocina. Comenzaba a sentir mucho frío. Su corazón se aceleraba y sentía su pulso dispararse, incluso podía oír su corazón latir.
Su respiración se volvía entrecortada y poder cordinar sus acciones se volvía cada vez más complejo. Algo en su interior le gritaba que corriera a su cuarto y se escondiera bajo las sábanas. Pero debía asegurarse de que ningún ladrón o animal se hubiera metido a la casa por la tormenta o sus padres la castigarían.
Llegó a la cocina e intento prender la luz. Fue en vano, la luz jamás encendió. Comenzó a escanear la cocina a oscuras. Giraba su cabeza lentamente para mirar bien cada rincón. Cuando observo el final de la cocina, vio dos pequeños puntos blancos, ligeramente brillantes, observándola. Su corazón se presionó y su estómago se hundió. No podía respirar, su corazón no podía bombear correctamente la sangre, comenzó a sentir malestar.
Antes de que pudiese darse cuenta ya se encontraba corriendo hacia su habitación. Se detuvo frente a las escaleras y se dió la vuelta solo para ver una mano oscura y con garras agarrada del marco y un rostro de pesadilla asomado ligeramente. La silueta se escondió rápidamente en cuanto se percató de que la observaban. La joven subió las escaleras lo más rápido que pudo. Su respiración era irregular y sentía que se iba a desmayar. Al entrar cerro la puerta y tomo su teléfono. Se escondió en el closet y le escribió a la persona con la que había estado hablando.
—¡Hay alguien en mi casa!—
El receptor no tardó más de unos segundos en responder.
—¿Qué?—
—¡Hay alguien en mi casa!—
—Okey, okey. ¿Sabes cómo era? ¿Era un ladrón? ¿Tal vez un perro?—
—¡No! ¡Lo ví¡ ¡Tenía una forma humana, pero daba mucho más miedo!—
—¿Estás segura de lo que dices?—
—¡Si, estoy segura!—
Comenzaron a oírse unos pequeños golpes y el rechinar de la madera. La joven se congelo. Las lágrimas se desbordaban de sus ojos y escribió una vez más buscando consuelo.
—Esta subiendo. Puedo escucharlo.—
—¿¡Dónde estás!?—
—Me escondí en el closet—
—¡Bien, eeeh, llama a la policía!—
—Si hago eso me va a escuchar—
—¡Grita por ayuda! ¡Intenta escapar de la casa! ¡No te quedes ahí!—
El sonido el picaporte abriendose tuvo una notable presencia en la habitación y la puerta de madera rechinando solo inquieto aún más a la joven. Escribió un mensaje más rápidamente.
—Está aquí.—
Apagó el teléfono y se cubrió el rostro para no hacer tanto ruido con su respiración. Los pasos de eso se escuchaban en la habitación; parecía estar deambulando.
Una notificación sonó y la pantalla del teléfono se encendió. La chica se sobresalto y rápidamente apagó las notificaciones del celular. Ahora podía oír a la criatura mucho más cerca. Podía oír su respiración incluso. Se tapo la boca con ambas manos y trato de hacer el menor ruido posible. La puerta del closet comenzó a abrirse lentamente. La joven se corrió contá la pared lo más que pudo para evitar ser vista. La puerta del closet dejo de abrirse y los pasos de la criatura comenzaron a alejarse. Se escuchó la puerta de la habitación rechinar una vez más y posteriormente cerrarse.
La joven intento regular su respiración y sus lágrimas. Cuando sintió que se estaba calmando encendió una vez más su teléfono. Tenía varias notificaciones pero no leyó ninguna, solo envío un mensaje.
—Creo que se fué.—
La joven apagó el teléfono y gateó hacía la puerta del closet. Se asomo por el espacio abierto que había quedado y miró a la habitación. Solo encontró dos puntos blancos frente a su rostro observándola fijamente.
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Hola
Ha pasado un tiempo eh.
Lamento haber tardado tanto en actualizar. Originalmente se suponía que no iba a actualizar hasta terminar la publicación del prólogo de otra historia que estoy subiendo. Pero como me cansé de esperar porque tomaría mucho tiempo, simplemente dije "Ya me da igual" y me puse a escribir este cap.
Sinceramente espero que les guste. Realmente no tengo mucho que decir. Las primeras partes llevan escritas un buen de tiempo. Vamos, prácticamente desde la publicación del último cap. La charla entre Stein y doc era algo planeado con mucho tiempo de anticipación, pero tuvo varias correcciones porque solo tenía un "boceto" de toda esa escena. La de Tsukauchi honestamente iba a ser completamente diferente. Iba a tratar de el ya trabajando en los casos y hablando de la investigación. Pero al final decidí cambiarlo.
¿Recuerdan a Takahashi? El que hizo explotar a Sasuke y que estaba en el hospital todo vendado. Bueno, por si alguien aún no se ha podido hacer una imagen mental, creo tener una imagen de referencia para que se guíen (me da miedo que Wattpad intente bajarme el cap o la historia solo por una simple imagen. Dicen que anda muy sensible desde las últimas actualizaciones.)
¿Qué les pareció la escena final? A ver, me encanta el terror (en películas no, me aburre) pero no significa que sea bueno escribiendolo jaja. Espero que les haya gustado la escena. Se me ocurrió después de ver un vídeo de terror y estar escribiendo otra historia. Al final decidí implementarlo. Originalmente iba a ser ligeramente distinto. Con cambios como Izuku mostrándose abiertamente solo para asustar más a la chica. Pero al final hice que lo viese poco, ya que si lo ve mucho como que le quita el factor de misterio.
En fin, espero que les haya gustado el capítulo y los veo en el próximo. ¡Adiós!
RedFox Fuera
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