Premiación Interrumpida. Comienzo De La Batalla De La Tierra.

El técnico suspiró tras escuchar la respuesta del Spartan.

Técnico: Bueno, supongo que de todos modos ya estaba obsoleto. —Comentó hacia el silencioso soldado, quien permanecía impasible.

-Su nuevo traje es un Mark VI. Llegó esta mañana desde Seongnam. Tómese las cosas con calma hasta que se acostumbre a las mejoras. -El Spartan 117 no respondió, manteniéndose quieto mientras el técnico tocaba una pantalla cercana. La armadura comenzó a emitir un brillo amarillo al activarse los escudos de energía.

-Verá que los escudos de su nueva armadura se recargan mucho más rápido. Pero si se queda sin ellos, póngase a cubierto. -De repente, el sonido de un ascensor interrumpió la conversación. De allí salió el sargento Johnson, vistiendo un uniforme formal de la UNSC y con su habitual aire de confianza.

Johnson: Eso, o puede esconderse detrás de mí. ¿Ha terminado ya con mi chico? ¡No veo las rueditas para principiantes! -El técnico, sin inmutarse, replicó con algo de sarcasmo:

Técnico: Su coraza funciona perfectamente, Johnson. Así que cierre la boca. -Se dirigió al Spartan una última vez:

-Puede irse, hijo. Pero recuerde, tómese las cosas con calma. -Johnson hizo un gesto al Jefe Maestro para que lo siguiera.

Johnson: No se preocupe, yo lo llevaré de la manita. -Ambos se dirigieron hacia el ascensor por donde había llegado Johnson, mientras el técnico observaba cómo se alejaban.

Técnico: Bueno, Johnson, ¿cuándo me va a contar cómo logró regresar a casa en una pieza?

Johnson: Lo siento, es un secreto. -El técnico soltó una carcajada, pero justo cuando comenzaba a hablar sobre una revisión de un arma, las puertas del ascensor se cerraron.

-Hoy está de humor, ¿eh? Tal vez Lord Hood se olvidó de invitarlo. -Dentro del ascensor, mientras ascendían, Johnson y el Jefe Maestro permanecieron en silencio hasta que las puertas se abrieron, revelando un tranvía frente a ellos.

Ambos subieron y, mientras el tranvía comenzaba a moverse, Johnson miró por la ventana hacia la Tierra.

Johnson: La Tierra... Hace años que no la veía. -El tranvía avanzó, pasando por un pequeño túnel antes de emerger con vistas a las plataformas orbitales que rodeaban el planeta.

-Cuando partí para la instrucción básica, la red de defensa orbital no era más que teoría y política. -El Spartan observó cómo un imponente cañón MAC dominaba la vista desde una de las estaciones.

-La Cairo es solo una de las 300 estaciones geosincrónicas. Ese cañón MAC puede atravesar una nave del Covenant como si fuera papel. Con fuego coordinado entre la Athens y la Malta, ¡nadie podrá atravesar este grupo de combate en una pieza! -Ambos levantaron la mirada al cielo, donde naves humanas emergían del desliespacio, uniéndose a las flotas que ya orbitaban la Tierra. Al mismo tiempo, llegaban más naves de los aliados galácticos de la humanidad, provenientes de todos los rincones de la Vía Láctea.

-Han llegado naves durante toda la mañana. Nadie dice mucho, pero seguro se está preparando algo grande. -En ese momento, el tranvía se detuvo. Ambos miraron hacia atrás, listos para lo que venía.

Cuando ambos salieron del tranvia, caminaron por un pasillo flanqueado por soldados humanos y aliados que los recibían con vítores y aplausos. Varias cámaras estaban grabando la escena, transmitiéndola a todas las especies aliadas de la humanidad.

El Jefe Maestro, con su habitual calma, dirigió una mirada a Johnson antes de hablar.

Jefe Maestro: Me dijiste que no habría cámaras. -Johnson, con una sonrisa irónica, replicó sin perder el ritmo.

Johnson: Y usted dijo que vendría bien vestido. -El Spartan no respondió, simplemente desvió la mirada al frente, y ambos continuaron caminando.

Johnson: El pueblo necesita héroes, Jefe. Héroes que les den esperanza. -Se acercaban a una puerta custodiada por oficiales, quienes les ofrecieron un saludo militar impecable.

Johnson: Así que simplemente sonría. ¿Puede? ¡Mientras aún tengamos motivos para sonreír! -El Jefe Maestro respondió con su tono grave y directo:

Jefe Maestro: Yo no soy un héroe. Solo soy un soldado. -Johnson dejó escapar un suspiro, quitándose la gorra por un momento para pasarse la mano por el cabello.

Johnson: Wow, Jefe, usted sí que sabe arruinar las fiestas. -Colocándose nuevamente la gorra, los dos cruzaron la puerta. Dentro, una multitud más numerosa les recibió con un estruendoso aplauso.

...

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Los dos avanzaron hasta llegar a la zona central de la estación Cairo, donde una multitud de oficiales humanos y representantes de especies aliadas seguían aplaudiéndoles con entusiasmo.

Sin embargo, su marcha se detuvo al llegar frente a los líderes de la alianza unificada para enfrentar al Covenant. Ambos Spartans se cuadraron con un saludo militar impecable hacia el humano al mando, quien les observaba con autoridad.

La luz de la sala se ajustó, iluminando el rostro del oficial superior mientras este comenzaba a hablar con firmeza y determinación.

(Lord Terrence Hood.)

Hood: Caballeros, qué fortuna tenerlos de vuelta. —Dijo el almirante Hood con tono solemne, mientras el Jefe Maestro permanecía en su característico silencio. Johnson, a su lado, hizo un ligero asentimiento, pero el Spartan desvió la mirada hacia una mujer en medio de los líderes de la alianza. Algo en ella le resultaba extrañamente familiar.

La mujer notó la mirada del Spartan, y por un instante, su expresión también pareció reflejar un destello de reconocimiento, aunque permaneció en silencio.

Un oficial se acercó al almirante Hood y le susurró algo al oído. Tras escucharle, Hood asintió ligeramente y habló:

Hood: Cortana, adelante. -El nombre desconcertó a algunos de los líderes presentes, pero sus dudas no duraron mucho. De inmediato, la IA apareció con su distintivo brillo azul, materializándose frente a todos.

Cortana: Otro contacto, señor. Cerca de Io. Hemos enviado sondas para buscar datos adicionales.

Hood: Lamento interrumpir, pero tendremos que apresurarnos. -Un líder con apariencia de león humanoide dejó escapar una carcajada ronca y divertida.

???: "Ja, no se preocupe, señor Hood. Esta premiación acaba de ponerse más interesante." -A su lado, una figura humanoide con rasgos de ave y plumaje azul negó con la cabeza, claramente desaprobando la actitud despreocupada de su compañero.

Cerca de ellos, una serpiente humanoide dejó escapar una risa suave, moviendo su cabeza como si ya estuviera anticipando la victoria. Sus naves y tropas estaban listas para dar al Covenant una lección inolvidable.

Una criatura con aspecto vegetal soltó un profundo suspiro, reflejando su anhelo por un momento de paz en una guerra que parecía interminable.

Por su parte, una mujer de cabello rosa simplemente encogió los hombros con desdén. No le importaba si la ceremonia se adelantaba o no; lo único que deseaba era regresar a su nave y planear la defensa de la Tierra contra la amenaza del Covenant.

Cortana, observando al Jefe Maestro y a Johnson, no pudo evitar hacer un comentario.

Cortana: Qué guapos.

Jefe Maestro/Johnson: Gracias. —Respondieron al unísono, lo que provocó que ambos se miraran por un breve momento antes de desviar sus miradas hacia el almirante Hood y los demás líderes.

Hood tomó la palabra nuevamente, sosteniendo una medalla extraída de una caja que un oficial mantenía abierta.

Hood: Sargento mayor, la Cruz Colonial se concede por actos de valentía y dedicación sin precedentes...

Con un gesto solemne, colocó la medalla en el pecho de Johnson, quien ya llevaba otra medalla colgada orgullosamente.

...a un soldado del Comando Espacial de las Naciones Unidas.

...

...

...

...

...

Una oficial femenina salió de entre los demás oficiales y avanzó hasta colocarse junto al Spartan. Hood la observó detenidamente mientras una luz iluminaba su rostro, revelando su identidad.

(Miranda Keyes.)

Hood: Comandante Miranda Keyes, las acciones de su padre fueron un reflejo de las más honorables tradiciones del servicio militar. -Miranda permaneció en silencio, su mirada fija en el almirante mientras este tomaba una caja que contenía una medalla.

-Su valentía en una situación desesperada habla mucho de su carácter y del espíritu del UNSC. La Armada perdió a uno de sus mejores hombres. -Hood extendió la caja hacia Miranda, quien la tomó con cuidado. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro, mezcla de orgullo y melancolía.

El momento de solemnidad fue interrumpido abruptamente por el sonido estridente de una alarma, que captó la atención de todos los presentes. Cortana apareció proyectada, con su clásica tonalidad azul, e informó con precisión.

Cortana: Rupturas en el desliespacio detectadas junto a nuestro grupo de combate. -Hood, tenso, se dirigió a la IA.

Hood: Muéstramelo. -En la pantalla principal apareció un despliegue táctico. Cortana procesó rápidamente los datos y continuó:

Cortana: Quince líneas de naves del Covenant están posicionadas justo fuera de nuestro alcance de fuego. -Las imágenes mostraron las gigantescas naves enemigas, inmóviles y amenazantes, mientras las fuerzas aliadas y humanas ajustaban su formación.

Una transmisión rompió el silencio.

Comunicación: (Aquí el almirante Harper. ¿Permiso para enfrentarnos al enemigo?) -Los líderes de la alianza se miraron entre sí, cada uno recibiendo preguntas similares de sus flotas. Hood respondió con firmeza.

Hood: Negativo, almirante. Forme un perímetro defensivo alrededor del grupo de combate. -Los líderes aliados asintieron y replicaron la misma orden a sus flotas antes de desconectarse.

-Comandante, regrese a su nave y únase a la flota.

Miranda: Sí, señor. -Miranda saludó con marcialidad antes de retirarse apresuradamente.

Hood volvió su atención a Cortana.

Hood:  Cortana, tienes el cañón MAC. En cuanto estén a distancia, abre fuego.

Cortana: Con gusto. -Mientras analizaba la situación, Hood frunció el ceño, su mente en marcha.

Hood: Hay algo que no encaja... La flota que destruyó Reach era cincuenta veces más grande. -Los líderes de la alianza compartieron miradas de preocupación. Todos sabían lo que eso significaba: si el Covenant empleaba una fuerza similar contra la Tierra, sería una catástrofe no solo para la humanidad, sino para todas las especies aliadas.

Un oficial irrumpió con un reporte urgente.

Oficial: ¡Señor, más contactos! ¡Naves de abordaje en curso! ¡Demasiadas para contarlas! -En la pantalla, puntos rojos comenzaron a moverse a gran velocidad hacia las estaciones y las naves humanas.

Hood: Pretenden inutilizar nuestros cañones MAC para que sus naves principales tengan acceso libre a la Tierra. -Con claridad en su voz, Hood giró hacia el Jefe Maestro.

Hood: Jefe Maestro, defienda la estación. -El Spartan respondió con la misma calma característica.

Jefe Maestro: Sí, señor. -Luego, volteó hacia Johnson, quien ya estaba preparado para la acción.

-Necesito un arma. -Johnson esbozó una sonrisa, señalando hacia la salida.

Johnson: Por aquí. -Ambos se retiraron rápidamente mientras las fuerzas humanas y aliadas se movilizaban. La mayor batalla en la historia galáctica estaba a punto de comenzar.

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