1. Tú alma por Moby-dick


Capitulo 3. Cumplelo.

Dazai había despertado en aquella sala nuevamente solo, aunque está vez había algo diferente, una puerta enorme y roja, el castaño se preguntó hacia donde le llevaría, la toco pero está se quejó, el castaño suicida sabía bien que estaba en el limbo más no que podría encontrarse, retrocedió unos pasos al oír la puerta quejar y está de ella misma unos ojos salieron, fauces afiladas lo vieron y un extraño sonido emitió – que miedo – dijo Dazai mirando la puerta - ¿tienes algún problema conmigo? – preguntó pero la puerta solo su ruido perduro.

Dazai cansado de ello fue hacia otro lado mientras escuchaba a la puerta y su extraño sonido, - parece emitir ondas – dijo para sí mismo y suspiro – continuando su recorrido encontró una luz bajo un cojín de un mueble, al quitarlo como sospecho una ventana había, introdujo sus pies y sin pensarlo dos veces salto.

Entro a una habitación, está era una cocina de azulejos blancos y amarillos, desde la ventana podía ver casa rojas y templos de diferentes dioses, dragones y serpientes surcaban el cielo al igual que animales marítimos, sea peces, mantarrayas o ballenas - ¿Por qué me muestras esto Moby-dick? – pregunto el castaño pero no tuvo respuesta una vez más y suspirando miro el lugar - ¿Por qué todo donde estoy se trata de Chuuya? – preguntó para él mismo

Por otro lado, Akutagawa vigilaba de cerca la actitud del albino, esté había dejado de llevar al basilisco y prácticamente el basilisco lo llevaba a él, Chuuya suspiraba al saber en los problemas que se estaban metiendo ¡pero vamos, que no era su culpa! Todo había pasado por que el estúpido de Dazai enloqueció de la nada, y aunque él no lo vio podía imaginarlo perfectamente a detalle con lo poco que Akutagawa y Atsushi mencionaron cuando despertó

"¿Donde está?", "grito que quería suicidarse", "Kunikida-san lleva dos días buscándolo", "quizá si lo logró está vez"

¡Era un maldito inepto hasta para suicidarse! Era un maldito y constante mal estar de cabeza, literal, Chuuya sufría de dolor de cabeza solo de pensar en Dazai, el camino continuaba siendo largo, Akutagawa una vez más notó que Atsushi caminaba más lento y no lo oculto – detengámonos – dijo Akutagawa serio haciendo al grupo parar – Jinko – le llamo al albino - ¿necesitas dormir? – pregunto

- Estoy bien – sonrió el albino

- Realmente no te vez muy bien – menciono Chuuya mirando al albino

- Oh queridos, la verdad les hará libres – sonrió el basilisco – Atsushi está mejor que nunca ¿no es así? – pregunto el basilisco y Atsushi trago saliva completamente seca

- Realmente... solo me siento sentimental – añadió el albino

Y aunque todo se volvió incomodo los cuatro chicos siguieron, el basilisco sonreía mientras su lengua movía, con los pasos, Akutagawa termino de llamar a Rashoumon quien sostuvo a Atsushi ya en un color diferente, el tono azul adornaba su piel y el rojo el rededor de sus ojos – realmente... ¿Qué está pasando aqui? – pregunto Chuuya

- Vaya, en serio no se dan cuenta – menciono el basilisco – su amigo Dazai, está encima de los templos – hablo mientras cortaba el tema anterior – estamos cerca

- Bien – suspiro Chuuya y miro a los menores – quédense, ayuda a que Atsushi se recuperé yo subiré

- No podemos separarnos – dijo Akutagawa molesto – Atsushi va encima de Rashoumon, yo jamás me apartaré de... - Akutagawa en aquel momento reacciono, miro al albino sostenido en Rashoumon, su rostro era una gran sorpresa, pero el de Atsushi era más de preocupación – él...

- Parece que uno ya se dio cuenta – sonrió el basilisco y miro a Chuuya – puedes intentar ir por él – menciono señalando una casa en particular.

Dazai estaba sentado en la mesa del comedor, suspiraba profundo aun, noto que el motivo de su estadía no era por querer saber un hecho científico, si uno un análisis de la verdad dicha por alguien – esto es fastidioso – menciono Dazai estirándose y dejando su rostro en la mesa- porque toy solito... no hay nadie aquí a mi ladooo – cantaba Dazai y miro hacia la ventana – no habrá problemas ya... de mi... se han olvidado – canto y de la ventana vio a Chuuya llegar, el mafioso se sorprendió al verlo y Dazai salto de su asiento – ¡AMIGOS DEBES TEEEENER! – termino de cantar

- ¿pero qué te pasa ahora? – pregunto Chuuya

- Eres la primera ilusión que me habla Chuuya

- Idiota, no soy una ilusión – dijo Chuuya sosteniendo su cabeza ante el dolor – no sé cómo llegamos aquí, Obasan ayudo pero debemos regresar

- ¿llegamos? ¿Atsushi-kun y Akutagawa, también? – pregunto Dazai

- Sí, todos – dijo Chuuya sonriendo y estiro su mano – volvamos a casa – sonrió el pelinaranja

Dazai estaba a punto de tomar la mano de Chuuya cuando un cien pies gigante atravesó el techo de la cocina y se pozo en la pared y miro a ambos chicos – ¿Moby-dick? – pregunto el castaño pero aquel cien pies solo comenzó a avanzar hacia ambos, Chuuya tomo a Dazai y ambos salieron de la casa, la cual fue atravesada por el cien pies de nuevos. Pozo a Dazai en su espalda mientras corría, el castaño era muy lento y Chuuya ágil, llegaron hasta el basilisco y Chuuya grito – ¡QUÍTATE LA VENDA! AYÚDANOS – grito Chuuya y una vez más el dolor de cabeza le ataco

El basilisco dejo el saco de Chuuya a un lado, Chuuya miro a Dazai – cierra los ojos bastardo – dijo mientras se tiraba al suelo con el castaño.

- Maldito cien pies, te enseñaré a no arruinar mis planes - dijo el basilisco

El basilisco volvió a su forma de serpiente quien comenzó a pelear con el cien pies, el animal parecía conocer el hecho de no ver sus ojos pero no se salvaría fácil de su veneno letal. Dazai miro a Atsushi completamente decadente y se sorprendió pero al instante lo comprendió

- Atsushi-kun... tú, te vez igual a cuando... - menciono Dazai

- Si, lo sé – suspiro Atsushi y miro a Akutagawa 

- Lo sabemos – dijo Akutagawa acariciando la frente de Atsushi – ¿usted?

- Me alegra que no sean una ilusión, así que debemos salir de aquí antes que Atsushi-kun empeore- menciono el castaño al mirar que Chuuya seguía sin entender 

- Dazai-san... - le llamo Atsushi

Ante de seguir con la plática, el basilisco rompió una de las paredes de los templos, los chicos se vieron obligados a huir, por más que corrían ambas criaturas les perseguían, destruyendo todo a su paso, cada caminar le dolía a Chuuya, su cabeza estaba matándolo, fue hasta la mitad del camino, el basilisco y el cien pies habían quebrantado el pueblo y Chuuya no vio más y todo era oscuro para el

Nakahara miro a sus alrededores, estaba asustado ¿Qué había pasado después de todo? Comenzó a correr - ¡DAZAI! – Gritaba - ¡DAZAI, ¿DONDE ESTAS?! - gritaba mientras corría – ¡Atsushi! ¡Akutagawa! – continuaba gritando al correr, se sintió cansado, la cabeza le dolía

Chuuya sostuvo su cabeza mientras caía al suelo, el dolor estaba matándolo, el dolor era terrible, el dolor era grande, fue cuando escucho entre toda la oscuridad

- ¿Todavía hay posibilidades?

- Lo lamento compañero

- ¡Atsushi! ¡Atsushi!

- ¡NO ME DEJES!

- Sí lo hubiera visto

- ¡Voy a matarlos!

Chuuya no podía entender lo que trataba las voces de sus conocidos entre aquella oscuridad, Yosano, Kunikida, Dazai y Akutagawa, una y otra vez repetían lo mismo haciendo su dolor más intenso, Chuuya apretó los ojos y pudo abrirlos por fin. Se vio bajo el agua, repleto de agua, un agua que no ahogaba pero si congelaba, vio sus manos llenas de su habilidad, vio a Atsushi tomarlo y salir de esas aguas, Chuuya no podía moverse pero vio a Atsushi respirar agitado, estaba nevando aun así solo llevaba la camisa y el pantalón roto, lo cargo.

Chuuya continuo viéndolo, vio como el albino temblaba del frio, como llego hasta cierto punto y después cayó encima de la nieve. Nakahara no podía moverse, no podía hablar, solo miraba alrededor, nada. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Minutos? ¿Horas? Vio al rubio llegar y se alegró, intento pedir ayuda, quería que vieran a Atsushi pero el albino estaba enterrado en la nieve

Kunikida lo tomo a él y Chuuya quería gritarle, gritar que Atsushi estaba allí y no podía, simplemente sus palabras no salían. Estuvo en una camilla por horas, hasta que vio que había llegado Dazai y sonrió "Estoy bien maldito bastardo, La doctora Yosano me curo" quiso decir pero Dazai solo salió corriendo del lugar, a los segundos llego Akutagawa a pelear con Kunikida, estaba furioso se veía en su mirada. Yosano los detuvo, Akutagawa se volvió a ir

Chuuya no entendía, entonces despertó. Miro a su alrededor, estaba en un castillo, enorme, negro, con peces dentro y fue cuando lo vio, en medio de la sala, grande, alto, joven pero más que él, sentado en aquel trono color dorado, su cabello era blanco, y sus ojos azules casi como un cristal, su vestimenta era un traje negro con una corbata blanca. Aquel hombre sonrió y al mirar al pelinaranja hablo – Señor Nakahara, por fin despertó, bienvenido al limbo – sonrió Moby-dick

- ¿Qué hago aquí? ¿Dónde están todos? ¿Dazai? ¿Atsushi? ¿Akutagawa?

- Todos sus amigos le esperan- sonrió Moby-Dick

Chuuya miro a sus espaldas, entre aquella luz brillante podía ver a sus amigos sonreírle, Chuuya se levantó corriendo, fue hasta los brazos de Dazai y se unieron en un beso, un eterno beso.

- Señor Moby-dick, usted llega a ser muy cruel – hablo un chico castaño a su lado

- Los errores tienen precio, mi trabajo es mantener estas aguas tranquilas y libres de pecados...

- Pero aun así... - sonrió el castaño – puede ser muy bondadoso – hablo mirando a los cuatro chicos

- El suicidio, es un pecado muy grande, una locura. – suspiro el gran hombre haciendo una pausa – pero a veces, hacemos locuras por amor – miro al castaño – vamos Ismael, hay que ir con el señor Starbuck

- Si no fuera por él el basilisco seguiría teniéndolos atrapados – suspiro Ismael – supongo que merece una recompensa

- Así es – sonrió Moby-dick

...

Llamadme Ismael, como su narrador, les contaré lo que sucedió.

Era una fría noche de Octubre, había caído la nieve antes de tiempo por culpa de un usuario de habilidad, Chuuya se vio obligado a usar "Corrupción" en lo que Dazai llegaba al medio del océano, su única salivatoria, era Atsushi quien lo esperaba desde un barco bucanero, los mares los habían separado y aquella batalla era enorme, la usuario de habilidad: Hora las brujas. Había vuelto el mar un caos, la tormenta iba de rayos a nieve y su fiel mascota, un basilisco, era su peor enemigo.

Derrotaron a la mujer junto a su mascota dejándolos a ambos chicos cansados y heridos, aun así, eso no impidió que Chuuya quedará petrificado en el último segundo de la batalla aun con su habilidad, cayó al océano donde se hundió profundo, lo más profundo que jamás estuvo, su habilidad rompió su cuerpo más no su alma, su cabeza seguía intacta y el dolor llegaba. Atsushi apareció a su rescate, saco al pesado cuerpo del agua, Chuuya no habitaba su cuerpo pero podía verlo todo - ¡Atsushi! La agencia, ¡la doctora me sanará! ¡Sigo aquí! – Atsushi tocia sin control, había nadado hasta llegar al puerto de Yokohama con el pelinaranja, buscaba a todas partes, quería ver a los mayores, pero nada. Chasqueo la lengua, una costumbre que tomo de Chuuya y el pasar del tiempo juntos. Tomo el cuerpo del más bajo y sobre su espalda helando aún más su cuerpo comenzó a caminar, la nieve se había detenido pero continuaba el frio, Atsushi llego hasta no poder más donde cayó en plena calle junto a él el cuerpo de Nakahara, esté todavía gritaba a Atsushi que se levantará.

Kunikida había llegado sin poder ver al albino, fue cuando se separó de Atsushi, una vez con Yosano lo escucho – No puedo hacer nada – dijo Yosano - primero fue su cuerpo, pero su cabeza sufrió una encefalitis – suspiro la mujer

- murió antes de sacarlo del agua – dijo Rampo quien entraba al lugar, Kunikida había llegado también, Chuuya pudo ver a Atsushi

- lo lamento... - menciono Kunikida – no pude verlo – suspiro dejando al albino al lado de Chuuya

- Fue neumonía - suspiro Rampo – ya no hay nada que hacer...

Entonces entro Dazai y Akutagawa corriendo, el castaño lo vio, se quedó congelado al igual que el azabache

- Lo lamento – dijo Yosano – fue tarde

- No, yo... llegue tarde – dijo Dazai mientras trago saliva – lo lamento compañero...

- Jinko – los ojos grises buscaron a la doctora, a quien miro con desesperación

- Fue mi culpa – dijo Kunikida – estaba hallado de Nakahara y no lo vi... de haberlo traído él...

- ¡FUE TU CULPA MALDITO IMBÉCIL! – grito Akutagawa - ¡Atsushi! ¡Atsushi! – le llamo con desesperación mientras la agencia le veía

- Chuuya... ¡NO ME DEJES! – grito el castaño

- Está guerra... sí que nos costó... - menciono Rampo melancólico

Aquella noche ambos hombres no pudieron con sus fantasías y rencores, no hubo demás, no era como Dazai lo planeaba pero tenía un último deseo que cumplir, un doble suicidio.

.

- ¿pudiste saber la razón de mi existencia? – pregunto Moby-dick a Dazai

- Existes para traer paz al limbo

- ¿algo más?

- Para evitar que los pecadores suicidas entren al limbo – menciono Dazai y sonrió – Gracias

- Bueno, necesitaba que sacaran a ese basilisco de aquí –suspiro Moby-dick y miro a los chicos – sigan felices

- Gracias – sonrieron Atsushi y Chuuya

- Gracias, por la segunda oportunidad – dijeron Dazai y Akutagawa en una reverencia

- Vuelvan al tiempo y haganlo bien - suspiro Moby-dick o la próxima vez, se quedarán aquí por siempre

- ¡SI! - gritaron los cuatro chicos



Fin. 


¡Hola a todos! Solo tengo unas cosa que decir a veces extrañamos a nuestros muertos, cometemos locuras, pero uno nunca sabe lo que ellos hacen por nosotros, mantengamos la idea de nuestras prioridades y vivamos felices, no nos concentremos en lo que hemos perdido, más en lo que tenemos, deseemos la felicidad a los que hemos perdido y demos gracias por lo que nos han dejado  

Nakajima Atsushi  4 de Diciembre de 1942. Causa de muerte: Neumonía 

Nakahara Chuuya 22 de Octubre de 1937. Causa de muerte: Encefalitis. Próximo aniversario

Akutagawa Ryunosuke  24 de Julio de 1927. Causa de muerte: Suicidio

Dazai Osamu  13 de Julio de 1948. Causa de muerte: Suicidio


¡Gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top