Un demonio en casa I


Aquella noche era hermosa, sus cabellos anaranjados se movían por la brisa del puerto, era Halloween, en aquella fecha el príncipe de los demonios Lord Chuuya se daba el regocijo de subir a la tierra y mirar como pequeños niños inocentes lo aclamaban con sus disfraces, se daba el lujo de tomar uno que otro dulce y más si estos llevaban alcohol, paseo por las calles como siempre hasta que miro aquel ser que tanto le molestaba

Dazai Osamu, era conocido por el bajo mundo como el mundo celestial, aquel hombre pese a sus intentos de suicidio nunca había llegado a ninguno de los dos mundos, siempre sobrevivía por alguna razón, Chuuya sin dudar pensó que tenía la oportunidad perfecta para llevarlo con él como un trofeo

- Hola – dijo Chuuya cerca del castaño, pero el castaño miro alrededor sin verlo, para después mirarlo a lo bajo

- ¡OOOOOH! ¡Pero que niño tan lindo! – dijo haciendo enojar al príncipe

- ¡No soy un niño! – grito mientras lo golpeaba – Soy un demonio y concederé que te suicides si aceptas venir conmigo

Dazai lo miro escéptico, era pequeño y lindo como un niño, pensó, sin más opto por tocar sus cuernos

- Vaya, es cierto – dijo Dazai sonriendo – no creí que los demonios fueran tan lindos y pequeños

- ¡Que no soy lindo! – el príncipe estaba molestó, pero sabía que aquel chico era un gran premio

- Bueno, iré contigo pero antes debo hacer unas cosas e ir a casa para cenar con mis pequeños – dijo el castaño

- ¿Cenar? ¿Qué no piensas solo en suicidarte? – cuestión Chuuya

- Sí, pero también tengo a mi cuidado a dos chicos, si me iré debo avisarles y decirles que no olviden pagar la luz – dijo lo último en tono de burla – ven acompáñame

Chuuya siguió a Dazai por la ciudad, este hacia cosas raras, desde solo quedarse a observar, como comer dulces, Chuuya no pudo evitar divertirse, el mundo humano le gustaba más solo podía estar allí en Halloween, Chuuya sabía que podía estar en el mundo humano si tenía un contrato con uno, alguien que lo alimentara de su sangre y le cuidará, pero también sabía que como príncipe otros demonios lo verían por debajo

Borrando sus pensamientos Dazai lo llevo a un parque, la luna se reflejaba en la había y brillaba alrededor, aquella vista era hermosa

- Es hermoso Dazai – dijo el chico

- Lo se, es lo que me gusta de este lugar – decía sonriendo

- Si te gusta tanto ¿Por qué quieres suicidarte? – pregunto el de ojos azules – dices que cuidas dos chicos, estas vistas son hermosas, el mundo humano es grandioso.... Tu deseas irte y yo desearía quedarme... - dijo lo último algo melancólico

- ¿Cómo es? – pregunto el castaño

- Bueno, bajo siempre está caliente, hay gritos y reclamos, quejas y sangre, partes humanas por todas partes, no hay vistas así, todo es oscuro y rojo por el fuego

- Ya veo... - Dazai sonrió – vamos a cenar con mis pequeños ¿sí?

Dazai siguió su camino y Chuuya le siguió, aquella noche era realmente hermosa para un suicido, nadie se daría cuenta si Chuuya solo lo tomaba, los chicos que cuidaba conocían sus tendencias suicidas, más recordó que el castaño dijo que cenaría con ellos ¿Qué podía hacer? Él era el demonio más temido, ¿Por qué no solo lo tomaba? Fácil... Aquel paseo lo tenía maravillado, no quería que finalizará, pronto llego a una casa de dos pisos, el castaño abrió y comenzó a gritar

- Atsushi-kun, Akutagawa, he vuelto, traje a un amigo – decía el castaño "Amigo" pensó Chuuya, aquella palabra retumbo en su cabeza y lo hizo sonrojar

- Dazai-san – apareció uno de los nombrados, su cabello negro y puntas blancas, Chuuya lo conocía, gracias a ese chico tenían varias almas con ellos

- ¡Dazai-san! – apareció el otro, aquel chico también sabía quién era, gracias a él habían perdido muchas almas

- Que duo tan imperfecto – susurro Chuuya

- ¿Duo? – pregunto Dazai

- Nada, nada, solo tienes pequeños muy peculiares – dijo Chuuya

- Cierto, debes conocerlos ¿no? – sonrió el mafioso

- Dazai-san yo no lo conozco – dijo el albino

- Oh~ Atsushi-kun, así es, él te conoce porque es un demonio, prometió ayudarme a suicidarme

- Dazai-san, ¿de verdad lo volverá a intentar? – Cuestiono el de ojos grises

- Nada pierdo con intentar –sonrió Dazai

Chuuya lo miraba de nuevo escéptico ¿Cómo existía un chico así?, Dazai y Akutagawa rápidamente fueron a preparar la cena, mientras el albino dejo pasar al príncipe, este se sentó en la sala y Atsushi le acompaño

- ¿Cuál es su nombre?

- Nakahara Chuuya, soy el príncipe – dijo orgulloso

- Nakahara-san ¿de verdad se llevara a Dazai-san? – esto lo dijo con algo de tristeza

Chuuya conocía esas miradas, más no las había visto, en su mundo había miradas de dolor y desesperación, la alegría era solo para los demonios como él, pero la tristeza, la había sentido más nunca visto

- Es el trato que hice con él, lo siento – dijo sin más

- Está bien, Dazai-san lo ha buscado... Si es con usted seguro que ira feliz – dijo sin más dejando al príncipe en duda "¿Por qué se iría feliz?" Se pregunto

- Jinko – le llamo Akutagawa – deja de molestar a Chuuya-san

- Ryu, no seas así solo quería platicar con Nakahara-san

- ¿No eran Atsushi y Akutagawa? – pregunto dudoso el demonio

- Este par – dijo Dazai tomándolos de los hombros – se llevaban muy mal antes, ahora duermen juntos – dijo con una gran sonrisa haciendo que Atsushi se sonrojara y balbuceara mientras que Akutagawa solo cerro sus ojos tranquilo y tocio

- Que bastardo, no hables de la vida privada de otros así como así – dijo Chuuya algo molesto

- Pero es verdad, no tiene nada de malo, les enseñe todo lo que saben – decía orgulloso Dazai

- Por favor Dazai-san, pare ya – rogaba Atsushi

- Vamos, la cena esta lista, Chuuya, lávate las manos – sonreía el castaño

- ¿Eh? ¿yo también cenaré?

- Por supuesto, es nuestro invitado – sonrió Atsushi

- Jinko, deja de molestar – el de cabello negro tomo de la camisa al albino para llevárselo a rastras

- Lo vez, se llevan bien – sonrió de nuevo Dazai

- Define bien – dudo Chuuya

- Ahora la única vez que se lastiman es en la cama – dijo orgulloso Dazai, haciendo que Chuuya se sonrojara

- Que bastardo eres Dazai

Chuuya se levantó y lavo sus manos, después de eso se encontró con una agradable mesa, aquella comida se veía deliciosa y más que le acompañaba el vino a cada miembro en la mesa a excepción de Atsushi que solo tenía te, la cena era deliciosa, la compañía divertida, las anécdotas de Dazai lo hacían reír, el ver como fastidiaba a los menores era divertido, sobre todo al pequeño albino al cual se compadeció en medio de la cena.

- Oye Dazai, deja de ser un bastardo y deja al niño – decía Chuuya

- ¿Qué? Pero Atsushi-kun es tan fácil de molestar – sonreía el nombrado

- ¿Tú no dirás nada? – pregunto Chuuya a Akutagawa

- Si Dazai-san dice que es lo que debe hacer está bien – respondió el de pelo negro

- ¿Qué les pasa a ustedes dos? ¿Acaso Dazai es tu dueño? ¿No es tu pareja Atsushi? Que crueles son con el pequeño – se quejó Chuuya

Crueldad, el hablando de la crueldad cuando el mismo era quien la impartía en su mundo, aquellos dos no hacían nada a comparación de él, se sintió un hipócrita, pero no podía negarlo, aquel pequeño niño removía su corazón como el de una madre mirando a su cría ser molestada

- Chuuya-san gracias – dijo el albino con sus heterocromaticos ojos brillando al mirar a aquel demonio

Está bien, a partir de ahora yo te defenderé de ese par – dijo el príncipe sin más, no se percató de aquello, solo quería ver al albino contento y conocerlos más    

Espero les guste este capitulo, no es muy detallado, ni tampoco creo que sea de mis mejores trabajos, pero se me hace lindo, siempre veo a Chuuya con instinto maternal, no me culpen...

Bueno, no he podido subir por que he tenido una semana muy pesada, pero en un momento también subiré la historia de Una cena para Dos, espero la disfruten ambas. 

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