Capítulo 1.2

Toru iba caminando por la ciudad mientras estaba tarareando.

Tenía a las parejas bien vigiladas en los libros de Poe hasta que llego a la pastelería, entro y se sentó frente a Ranpo – Ranpo-san, admito que adoro este juego suyo

- Bien, admito que el hecho de que pagarás por varios dulces me convenció para ayudarte

- ¿Dazai-san matará a Chuuya? – pregunto

- No, use la versión de Disney

- Aay Poe-san, hubieses dejado la original – se quejo y Ranpo termino riendo

- Bueno, deberías estar contento con la bella durmiente, Higuchi terminará durmiendo toda la noche

- Eso si me gusta, mi hermano y ella no congenian bien

- Fukuzawa-san y Mori deben estarse divirtiendo, peleando con armas y andando por toda una nación en forma de dragón

- Eso sí, admito debe ser padrísimo

- ¿Por qué no lo vemos? – cuestiono Edgar

- ¿podemos verlo? – preguntaron ambos chicos

- Si, claro, es mi habilidad

- ¡SI QUEREMOS!

- Pero Toru ¿tienes permiso de Sousuke? – pregunto Edgar

- Aay Sousuke se puso a esconder las cosas para que no ayudará de más a Atsushi, así que juguemos mientras

- Ok – sonrió Edgar abriendo un libro – entonces, vamos a divertirnos...



Karl andaba por la calle con un libro en su boca, dentro del libro estaba la historia de la Sirenita.

- ¡AAAH! MALDICIÓN - gritaba Chuuya – no pienso ir por una bruja – se quejaba mientras miraba el barco.

Pudo ver a Dazai asomarse - ¡CHUUUYA!

- ¡CALLATE BASTARDO!

- CHUUUYAA VOY A BRINCAR

- NO BRINQUES IDIOTA, TIENES QUE ESPERAR A AYUDAR A TU PERRO

- PERO ODIO LOS PERROOOOOS

Chuuya vio a Dazai correr, pues si, ¿Cómo iba a dejar a un perrito? Pero tomo a su mayordomo para tomar al perro, al final, saltaron al agua.

Chuuya fue a rescatarlo y dejarlo en la costa, Dazai tocia – maldito guion – se quejó Dazai – pude haber cometido un suicidio marino con una hermosa sirena

- No soy mujer imbécil

- Sireno con cabellera roja como su pen

- Estúpido

- ¡Príncipe! ¡príncipe!

Chuuya salió de allí directo al agua de nuevo.

- No iré por esas piernas – se quejo

Suspiro, sabía que igual debía ir, ese maldito Dazai, cuando salgamos de esto lo voy a ahorcar yo mismo de un alga marina – decía mientras nadaba hacia la bruja.

Chuuya perdió su voz, y fue a la superficie. "Ese maldito bastardo, será mejor que me bese, pero ya o me besará el culo toda la noche" – pensó mientras iba hacia el castillo.

Chuuya llego al castillo donde Dazai lo esperaba afuera – Chuuya, tardaste mucho – se quejó, Chuuya le enseño el dedo - ¿en serio diste tu voz? Interesante... ¿quieres jugar al príncipe que dejo a la princesa sin piernas y sin voz? – pregunto burlón. Chuuya se le fue encima a golpes, pero terminaron en la alcoba real.

- Chuuya no es divertido si no tienes voz, quiero escucharte gemir y gritar – se quejaba Dazai

Chuuya lo miraba con sus brazos cruzados – ya sé, tengo que enamorarme de la bruja y besarte luego pero no quiero, quiero tener cuchiscuchis contigo con vestido azul y – Chuuya le aventó un zapato – esto serviría si fuese la de cristal – se quejó. – bien, apurémonos, entre más rápido acabemos el cuento, más rápido iremos por la zapatilla de cristal de Akutagawa. Ese tonto seguro que me la da

Chuuya reviro los ojos. Entonces, el cuento debía seguir.



Toru llevaba un par de libros en su bolso, logro escuchar algo extraño - ¿es neta? Soy un tigre negro azulado en pleno bosque en especial de Halloween ¿quieres matarme? ¡no puedes perra! Tengo a Miushi de mi lado

Pudo ver una cabeza gris acercarse, unos ojos oscuros y cabello del mismo tono – madres – Toru salió corriendo en otra dirección - ¡SOOOUSUKEEEEE! – grito en plena calle.

Podía escuchar la risa de un payaso acercarse, pero no dejaba de caer, era un tigre, podía lograr eso y más, sus piernas seguían moviéndose, pero por más que corría no salía del bosque - ¿Qué ocurre maldición? – se quejó – los libros – miro a los libros y los abrió, quería ir con su hermano, pero entonces se dio cuenta – no entro en ellos... Significa yo... ¿estoy en un cuento? – las risas volvieron a escucharse.

Toru siguió corriendo.


El cabello blanco con sus puntas rojas se movía en el viento, a su lado, estaba Tencchou – Jouno, ¿debería ir por él?

- No, salgamos de esté libro aprovechando que salvamos china, el saldrá ¿no?

- No, falta detener a los Unos

- De acuerdo, apresurémonos en esto. Tenemos que interrumpir este especial de Halloween

- De acuerdo. Acabare con ellos.


En otra parte, en un bosque, aquella rubia la miro – Gin, ¿estás bien? – pregunto mientras aquel dragón se transformaba en Gin - ¿Cómo cambiaste de personaje?

- El negro se me ve mejor – menciono – vamos Higuchi, encontremos a mi hermano

- Akutagawa-senpai nos necesitará en esta ocasión



Era un hermoso lugar lleno de una gran forestación – Fukuzawa-dono

- Si, lo sé. Esta pasando algo raro

- Debemos volver

- Apresurémonos Ougai



Akutagawa y Atsushi miraban la ciudad, estaba vacía y oscura. – Ryu, esto no está bien ¿verdad?

- No, algo está pasando.

- Justo tengo que traer el vestido azul esponjoso – se quejo

- Se te ve bonito Jinko

- Siempre dices eso – se quejo

- Es por que siempre te vez bonito con lo que te pongas – le sonrió

- Oh Ryu...

Escucharon una enorme explosión, Atsushi y Akutagawa fueron aquella dirección, había una enorme torre y un cabello blanco que salía de la ventana más alta – ¿seguimos en un libro?

- No lo sé Jinko, según yo, no, pero parece que si

- ¿Cuál es este?

- Rapunzel

- ¿Cómo sabes eso?

- Tu preguntaste

- Pero ¿Cómo?

- Me gusta... leer cuento de hadas

- Oouuuh, eres adorable, el diablo es adorable

- Cállate, trepa por el cabello

- No quiero hacer eso, es cabello

- Hazlo

- Ash maldito quejumbroso viejo

Atsushi comenzó a subir por el cabello, suspiro mientras subía, el vestido era pesado, pero debía llegar, había algo que hacia su corazón latir, logro subir, se asomó por la ventana. No había logrado ver nada.

Akutagawa por abajo, podía ver a Atsushi como fue entrando a la torre – debería ir también

Dio dos pasos y ya no pudo pasar, había una barrera que se lo impedía – maldición. – expreso - ¡JINKO! – grito, pero su novio no salió – mierda...




Toru seguía corriendo, había risas de payasos por todos lados, intentaba tapar sus oídos, pero no lograba conseguir nada, debía encontrarlos, encontrarlos a todos antes de que las pesadillas llegarán. 



Continuará

...

¡Gracias por leer!

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