Capítulo 4.

Capítulo 4. Batido

Atsushi estaba en una tina enorme de baño, unos enormes ventanales le dejaban ver el gran océano y el hermoso reino, suspiró observando aquella maravilla — Se ve muy hermoso...

— Jinko, no te acerques a las ventanas

— No puedo, me tienes aquí atrapado Akutagawa

El azabache bajo las cortinas quitándole la vista — oye

— pensé que habías leído le cuento

— ¿Que tiene de malo que vea la ciudad?

— La sirenita quería conocer el mundo humano, fue hasta que rescato al príncipe que tuvo el valor de darlo todo por su sueño. Por eso, no puedes ver la ciudad o la desearás

Atsushi suspiró — supongo que tienes razón

— ¿Que tal el agua?

— fresca, me gusta. Aún no entiendo cómo obtuve una cola de pez

— Eres la sirenita

— si, pero en la mansión esa tenía una falda y zapatillas, como... si el cuento hubiera acabo y ahora vuelve a empezar

— Creo que entiendo lo que dices, tiene sentido, incluso el fastidioso agente estaba cerca de mi hermana

Atsushi miró al azabache — ¿y si es algo así como segunda parte?

— ¿lo qué pasó después?

— si, si.

— bueno, solo hay una forma de saberlo

— ¿como?

El azabache tomó el cuello del albino y lo besó, el menor estaba completamente sorprendido, pero cierto, la cola se fue.

Ambos se miraron — bien, ahora, eso...

— si, si...

— levántate, veamos si te duele o no

— ah si, e-es que

— cierto, una toalla

Akutagawa fue por una toalla, la puso entre ellos, Atsushi se paró, tuvo que sostenerse del mayor, la toalla había caído mientras se sostenían. Akutagawa miró a otro lado.

Salió de la tina y tomó la toalla — busquemos algo se ropa

— s-si.






Gin caminaba por un puente negro, detrás de ella iban otras personas — Apresúrate usuaria Gin

— Debemos terminar lo que empezamos

— Mi hermano los detendrá

— Lo dudamos, el quiere lo mismo que nosotros.







Tanizaki y Tachihara estaban dentro de la casa. Para su sorpresa: estaba vacía. Ambos chicos se miraron y recorrieron la casa, no había dulces, no había muebles; solo una cama en una habitación — Es tan extraño todo esto

— Lo se, — miró al pelirrojo — Tachihara ¿Que está pasando?

— aún no se, pero lo descubriremos pronto

Cerraron la habitación y fueron a buscar algo de comer que no fuese un dulce

Mientras tanto, Chuuya lo lograba despertar a Dazai, pero había otra cosa despierta. Estaba cruzado de brazos y suspirante — hemos pasado por mucho, nos peleamos, nos arreglamos, nos odiamos y amamos... pero es la primera vez que me veo tan chiquito. Deberías apreciarlo — se quejó al final.

Chuuya se había quitado la ropa que llevaba y se tallaba por completo en el miembro del castaño — no se, pero es increíble esto — se dijo a sí mismo el pequeño.

Chuuya se tallaba por completo, todo su cuerpo estaba lleno de líquido, la cabeza no cabía en su boca, pero le fascinó tener de donde agarrarse y menearse.

Dazai despertó poco después mirando al pequeño Chuuya, se sonrojó y tapó su rostro — Chuu-Chuuya estas cubierto

— aah... y se siente genial...

— Chuuya, no, estoy abrió

— aún así lo haremos animal.

Dazai acercó su dedo índice para tallar el pequeñitito pene de Chuuya — Si, Dazai...

— Chuuyita

— bastardo, no

Ambos terminaron, Chuuya estaba completamente batido. Se miraron y sonrieron — había pasado un tiempo

— si, así es

Fueron iluminados y así fue como aparecieron en la mansión, Chuuya volvió a su tamaño. — sigues chiquito, pero chiquito normal — le dijo Dazai sin poder perder su oportunidad

Chuuya lo noqueó con una patada — ¿donde esta Mori?

Dazai se quedó en el suelo, — más bien, ¿donde está esa rata de Miushi?

— ¿rata?

— hay algo que no cuadra. El autor no puede ser aprisionado

— tienes un punto

— ahora, búscalos

— no soy un perro

— eres el mío Chuuya

— eso es Akutagawa, a mi trátame bonito

Chuuya levantó a Dazai y comenzaron a andar por la mansión, todo era extraño.


...

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