4

Lo escrito en cursiva son los recuerdos de lo sucedido desde la perspectiva de Thomas, no son parte de la carta.
Música recomendada: The Scientist de Coldplay / Be Still de The Fray
_________

Querido Newt:

Solo quiero volver al comienzo. Quiero poder haber reaccionado antes. Desearía poder devolver el tiempo, pero ya es irreversible.

Todo sucedió con tal rapidez que, de un segundo a otro, el amor de mi vida no reaccionaba. Estabas inconsciente, si quiera sé si podías oírme. Recuerdo haberme recostado en la bañera contigo apoyado en mi torso; abrí la llave del agua esperando a que eso te despertara. Acariciaba tu cara, sentía tu piel suave bajo mi tacto y no me resignaba a pensar que era algo grave lo que estaba pasando. Había llamado a la ambulancia antes y la llamé de nuevo cuando estábamos en el baño. Se demoraban demasiado y yo no quería perderte; no quería saber que nunca más escucharía tu suave voz, que nunca más vería esos ojos cafés tan oscuros y profundos, ojos que todos los días me incitaban a descubrir algo nuevo en ti y que poseían colores hermosos e inimaginables. No quería pensar que jamás volvería a sentir el sabor de tus labios, el suave latir de tu corazón, que nunca más te oiría decir mi nombre. No quería aceptar la posibilidad de perderte. No quería. Quería ser la persona que siempre te haría feliz, la persona que te protegería y cuidaría de todo mal posible, que te haría el desayuno por la mañana y el amor por la noche, que te llevaría donde quisieras con tal de que cumplieras todos tus sueños, que te regalaría rosas o chocolates, por más cursi y cliché que suene. Quería escuchar mi canción favorita junto a ti y, en ese preciso momento, sentir que era mucho más feliz de lo que ya era hace un minuto.

Quería...

—Newt sufrió un derrame cerebral. —No supe qué decir. Estaba en shock—. ¿Señor?

Pero no podría.

—É-él... Él... —No conseguía pronunciar las palabras que tenía en mente. El doctor frente a mí me observó con empatía, entendiendo de inmediato lo que quería decir.
—Sé que es difícil, pero Newt se encuentra en estado vegetal.

Recuerdo que hacía mi mejor intento para poder procesar todo. Inhalaba profundo y exhalaba con mis ojos cerrados; en esos segundos indagué en mi mente, busqué algún tipo de información que sirviera y me diera esperanzas. Recordaba casos famosos de gente en estado vegetal que habían logrado despertar por completo y, por lo menos, recuperarse un poco. Quería busca esperanza en todo este desastre, saber que volvería a verte sonreír y que tus ojos me contemplarían una vez más.

—Pero estará bien, ¿no? —Inquirí, esperando alguna respuesta que me diera consuelo—. ¿Newt estará bien? Puede recuperarse, ¿cierto?
—Señor...
—Dígame Thomas.
—Thomas —Suspiró—, necesito que te tomes esto con la mayor tranquilidad posible... Newt sufrió un derrame cerebral debido a la droga y el alcohol encontrados en su sangre.
—¿Qué fue lo que consumió?
—MDMA. No fueron cantidades pequeñas y aunque no suele suceder mucho cuando se consume con alcohol, Newt sufrió el derrame gracias a una hipertensión por todos los químicos bastante tóxicos que contienen esas sustancias. Su cuerpo no soportó todo lo ingerido y pasó lo que pasó.
—Pero no ha respondido a mi pregunta. —Mi vista comenzó a nublarse y noté que las lágrimas amenazaban con salir—. D-doctor... Por favor, dígame que Newt estará bien. Que despertará y podrá volver a retomar su vida normal y...
—Thomas, lamento informarte que el diagnóstico de Newt es muerte cerebral.
—¿Qué? Está bromeando, ¿cierto?
—Me encantaría decir que sí... Lo lamento mucho. —Puso su mano derecha sobre mi hombro, dando un apretón leve en forma de condolencia—. Algunos pacientes logran salir de los derrames con algunas secuelas, pero este no fue el caso y no se puede hacer nada al respecto.
—¿No... No despertará?
—No. Lo siento mucho. —Asentí. No tenía nada más que decir—. Necesitamos que nos des los datos de sus padres o algún familiar cercano para que ellos tomen la decisión final.
—Está bien —Sentía las mejillas empapadas, mas trataba de mantener mi respiración calmada—. ¿Puedo pasar a verlo antes de que...? Sé que solo pueden los familiares pero...
—Sí, por supuesto —contestó con una diminuta sonrisa que no mostraba sus dientes. Permanecí de pie en el mismo lugar mientras miraba hacia la nada, tratando de asimilar todo lo oído anteriormente.

Nunca había odiado tanto una despedida. Entrar a esa habitación blanca y ver al hombre que amo recostado en una camilla. Mirar tu piel pálida, tu cuerpo hinchado y conectado a un montón de máquinas que te mantenían con "vida" fue difícil. Tu pecho subía y bajaba al compás de tu respiración, pero eso era lo único que poseía movimiento gracias a un ventilador mecánico. Me acerqué a la cama en la que estabas recostado, tomé tu mano más cercana; estaba fría y una aguja conectada a un cable traspasaba la piel, pero se sentía tan suave como siempre. Siempre me habían encantado tus manos; eran suaves, como si fueran hechas de terciopelo. Acerqué mi cara a ella y la posé sobre mi mejilla, cerré mis ojos y respiré profundo, para después besarla y dejarla descansando sobre la cama, aún así la sostenía entre mis manos.

Miré tu rostro, ese rostro de ángel que me enamoró desde el primer día. Ese rostro que no vería más que en fotos, vídeos y los recuerdos dentro de mi memoria. No sabía si era mi culpa, aunque sentía que así lo era. Fui un imbécil al haberte abandonado; nunca debería haberme ido de tu lado. Debería haber estado ese mes junto a ti, entonces nada de esto hubiera sucedido. Tú no habrías consumido esas drogas y el alcohol, habríamos estado durmiendo juntos y no necesariamente hablo del acto de hacer el amor, sino que dormir juntos. Te habría abrazado como si supiera que al día siguiente no estarías junto a mí y, en la mañana, te habría dado un beso de buenos días y te habría dicho que te amo.

—Espero puedas perdonarme alguna vez... Lo siento por haberte hecho sufrir de esa manera, mi amor. Nunca debí haber hecho lo que hice. Nunca... —Y rompí a llorar. De todas las veces que había llorado en ese día, nunca lo había hecho de esa manera. El dolor era indescriptible.

Me quedé unos cinco o diez minutos dentro de esa habitación blanca, con olor a fármacos y junto a ti, junto a mi amado. Sostuve tu mano en todo momento, la acerqué a mi mejilla un par de veces más mientras la besaba de forma seguida. No quería dejarte ir. Quería creer que era todo una pesadilla de la que me despertarías y dirías "Tommy, tranquilo. Aquí estoy, todo está bien. Aquí estoy, mi amor.", luego me abrazarías y susurrarías tiernas palabras llenas de amor en mi oído hasta quedarme dormido con la tranquilidad de que estás a mi lado.

—Te amo, te amo, te amo... —susurré con mis ojos cerrados, anhelando que hayas escuchado mis palabras— Nos volveremos a encontrar algún día, mi vida. Puede ser el día en que yo me vaya de este mundo o que tú regreses a mí en el cuerpo de alguien más, ya sabes... la reencarnación y todas esas cosas. Si llega a ser así, lo sabré. Sabré que eres tú por el simple hecho de que eres una persona inconfundible. Serás ese chico que se acercará a mí y me preguntará la hora en algún paradero de autobuses. O quizás serás la persona con la que choque por accidente en la calle, derramando todo mi café sobre él y pidiéndole disculpas infinitamente, para luego invitarlo a tomar otro café como compensación y que él ría mientras se sonroja... —Reí con melancolía mientras recordaba cómo nos conocimos—. Sea como sea, sabré que eres tú. ¿Sabes por qué? Porque apenas te mire a los ojos, me enamoraré. Será amor a primera vista y tú eres el único que ha sido capaz de hacer eso. Siempre serás el único.

Después de haberte hablado con la esperanza de que estuvieras oyendo, me quedé en silencio un minuto. El doctor entró a avisar que me tenía que ir; tus padres habían llegado y querían verte. Le pedí que me diera un momento, a lo que él accedió de inmediato solicitándome que sea breve.

—Bueno, esto es todo al parecer. —Sonreí sin mostrar los dientes y cerré mis ojos con fuerza, dejando más lágrimas caer—. Te amo, Newt. Nunca dejaré de amarte.

Luego de eso, me acerqué a tu cara y moví la mascarilla de oxígeno unos centímetros para besar la comisura de tus labios. Cuando la devolví a su lugar, te observé y besé tu frente. Hice el beso durar unos segundos y, finalmente, me aparté, respiré profundo, di media vuelta y salí.

Pensé que el funeral sería más fácil de soportar; gran error. Ver a esa persona que tanto amaste (hablo de ese tipo de amor que llega a doler) dentro de un cajón, bajándola lentamente para ser sepultada metros bajo tierra, podría decir que es una experiencia absolutamente dolorosa.

A veces creo que es un sueño u olvido que todo esto sucedió. Me levanto y te envío un mensaje de buenos días, hasta que de repente recuerdo que nunca responderás.

Días después del funeral tu madre se comunicó conmigo. Fuimos a tu departamento, conversamos sobre ti, recordamos lindos momentos. Nunca me preguntó por qué hiciste lo que hiciste; creo que le dolería mucho saber la respuesta y también me culparía u odiaría. Un par de horas más tarde, cuando ya había caído la noche, me comunicó que se tenía que ir y que me había pedido que nos viéramos en ese lugar para que yo pudiera llevarme algunas cosas tuyas. Me permitió llevar lo que yo deseara.

Entré a tu habitación y sentí tu olor. Ese perfume que siempre usabas y que, por más veces que me dijeras cómo se llamaba, nunca recordaba su nombre. Me dirigí a tu armario, saqué una camiseta tuya que me encantaba y una sudadera blanca: tu favorita. Estaba haciendo frío así que decidí usarla. Apenas la tuve puesta sentí como si estuvieras junto a mí, tu perfume impregnado en la tela te mantenía cerca.

Te extraño tanto, Newtie... Si tan solo supieras cuánto te extraño. A veces siento que estás cerca de mí. El otro día Minho me comentó que tu tocadiscos, el cual traje a casa hace poco, se encendió por sí solo. Había estado escuchando tu álbum favorito de Radiohead y el vinilo se encontraba puesto. No me asusté, solo concluí que eras tú. Hace no tanto estaba sentado en la sala de estar, mirando por el ventanal y escuchando música, entonces sentí el aroma de tu perfume; era como si estuvieras a mi lado y ni siquiera estaba usando tu ropa. Pero te sentía, sabía que eras tú. Espero hayas sido tú...

He tratado de dejar de fumar, no quiero matarme tampoco, intento sobrellevar este luto de una manera más sana, sin embargo, me paso una buena parte del día frente al ventanal escuchando tu música. He ido a trabajar más seguido y estoy retomando mis actividades cotidianas. Es tan difícil sin ti.

Ya es un mes y medio, sin embargo, se siente como si fuera una eternidad. Ayer sentí miedo, estaba comenzando a olvidar cómo sonaba tu voz y la desesperación se apoderó de mí. Minho me encontró sentado en el piso, llorando y buscando algún alivio. A la hora de dormir se me ocurrió algo: llamé a tu número y de inmediato oí el sonido de tu voz. Era el buzón de mensajes.

"Hola, habla Newt. Ahora no puedo contestar tu llamada porque posiblemente estoy en el trabajo, estudiando, leyendo, durmiendo u ocupado en alguna otra cosa... pero deja tu mensaje y te llamaré de vuelta."

—Te extraño... —Esperé unos segundos y colgué.

Ojalá me hubieras llamado de vuelta como dijiste.

Esta es la primera vez que te escribo una carta desde lo sucedido y la dejaré en tu departamento cuando pueda ir a dar una vuelta por allá. No obstante, no planeo entrar, Newtie. No me gusta darme cuenta de que ya no estás aquí, así que solo la dejaré dentro por debajo de la puerta. También te pido que me perdones si no he ido al cementerio desde tu funeral, mas no he podido ser lo suficientemente fuerte para ello. Sé que entiendes. Siempre me entendiste.

Escribiré de vez en cuando, en especial cuando te extrañe como nunca. Te amo y extraño demasiado, amor. Espero nos veamos pronto.

Thomas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top