Capítulo XX. La llegada del enemigo

La noche nunca cae en Enies Lobby. Es un lugar donde no hay luna ni estrellas, algo que a ___ le parece extraño. Lucci se marchó hace unas cuantas horas, dejándola en un estado de vulnerabilidad por haberla tocado ahí. Lo maldice una y otra vez por atreverse a tratarla de esa manera. Podría haber huido, pero la paloma está ahí vigilándola. Es una vigilante que hace caso las órdenes de su amigo o amo; pero la joven debe idear un plan si quiere llegar ante Smoker y Tashigi. Mueve un poco sus piernas, aún dolorida y posa los pies en el suelo; frío como la misma nieve en un duro invierno. Hattori agita las alas, una forma de advertirla que no haga ninguna tontería; no obstante, ___ lo ignora completamente caminando hasta él.

—Fiel a Lucci, ¿eh? —Alza la mano con lo que sus dedos rozan la pequeña cabeza de la paloma—. No sé cómo te has hecho amigo de él, se ve que es no es una persona agradable.

«Sí lo es, a su manera», ___ se asusta al escuchar la voz de la pequeña paloma en su cabeza.

—Oh, claro. A veces se me olvida que puedo escuchar las voces de los animales.

Los ruidos del ave son suaves y un poco molestos; es normal, es una paloma. Suspiros se le escapan de sus labios dejando de tocar a la paloma para mirar a la gran ventana, admirando el gran paisaje. Más allá, donde las nubes chocan contra el cielo despejado, se ve la noche. La luna reflejada en el gran océano y las estrellas acompañándola. Recuerda esos momentos en que Mario la llamaba para salir con ella —tipo cita—; pero la joven no estaba para tener una relación seria. Es solo un amigo pesado y mujeriego que no tiene nada que hacer en la vida. Sólo molestar.

Gritos aparecen donde se ve a una niña pequeña que correteaba por todo el jardín siendo perseguido por su padre, jugando al pilla pilla.
Intenta todo lo posible en recordar cada facción de él, cada risa, cada broma… Murió joven dejando a su madre sola criándola todo lo que puede. El rostro de su padre lo ve borroso, una forma de impedir de saber cómo era. Desde pequeña ha memorizado las caricias de su padre, cada cuento que le contaba acerca de cosas místicas, cada sonrisa que le dedicaba como una forma de no reñirla cuando hacía alguna travesura. ¿Por qué su cerebro no hace el mínimo esfuerzo de saber cómo era su cara? Él era un creyente que hasta pensó que él es el siguiente en ser “Dios”, era su destino; por ello, todos le tomaron por loco. ___ tararea una canción que siempre le dedicaba su padre para animarla.

El viento sopla al son de la música, chocando contra los edificios y cascadas de Enies Lobby. Se extiende como si una sirena la estuviera cantando sin cesar, cautivando a cualquier hombre con su magia. Hattori está impresionada de oír una melodía tan angelical que cerró sus pequeños ojos, deleitándose por ese sonido. Es hermosa para sus oídos, tierna y angelical son las únicas palabras que le surgen en su cabeza. Y se termina, no impactada de ver a ___ llorar por recordar esos momentos duros con su difunto padre. Todas sus plumas se engrifan enseguida cuando presiente algo aproximarse hacia el territorio de los Hörrox.

Una gran nube aparece en la zona descargando un gran rayo que destrozó gran parte de unos edificios. La chica está impresionada ante ese terrible relámpago, nunca antes había visto uno tan destructible. Todos los caballeros gritan despavoridos y algunos no salieron con vida de esa luz atroz. Y entre esos rayos aparece un sujeto de lo más curioso y extraño con vestimentas de buda, da una sensación de que es alguien importante; pero su mayor atención son los bongos que lleva detrás y están incrustadas en su espalda. Todos los Hörrox empezaron a atemorizarse ante la presencia de ese ser.

El sujeto simplemente los observa sin ningún tipo de interés. Estando descalzo, emprende camino hacia la gran torre con intenciones muy superiores a los de cualquiera. Nadie se atreve a tocarlo y a golpearlo porque él lo predice todo. Un hombre que ve y oye todo. Los rayos que desprenden sus bongos tocan el metal, transmitiendo energía y quemando los cables. Parece que no está de buen humor, su rostro no muestra emoción alguna. Las puertas se abren dejando que pase, los caballeros no desean enfadar lo aún más. Lo conocen, saben lo que puede hacer. Su aura desprende él terror que todo hombre teme, no desean tenerle como enemigo.

¿Su destino? El gran despacho de Spandine quien estaba reunido con el CP0 hablando sobre lo que harán con Hall Lókë y el Mändra Smoker. Y cuando los portones se abrieron, la cara del jefe mostró pánico que hasta su cuerpo tembló. Todos los miembros se giran y caras de estupefacción se reflejan en ellos.

—¡D-Dios Enel! —grita el hombre, esto fue pura diversión para él.

—Por favor, cambia esa cara —dijo con algo de broma. Le encanta ver a los meros mortales sentir miedo y que se arrodillen ante él—. No soy un fantasma.

—Es que no me esperaba su visita.

—Ni tú ni nadie.

El ente más peligroso del planeta Panx camina con sutileza hacia la mesa de Spandine y los miembros del CP0 se apartan porque saben que no es buena idea enfadar a un ser místico. Es peligroso de naturaleza, es el señor de los rayos y de los truenos. Son tan mortales que ningún ser vivo sobrevive ante una descarga eléctrica.

—¿En qué le podemos ayudar, Kami-sama? —pregunta el hombre, alejándose de su asiento al ver que Enel se acerca aún más con atrevimiento de sentarse.

—He percibido una presencia muy poderosa en este territorio y es un aura muy conocida para mis antepasados. —Toma una manzana del frutero—. Hall Lókë.

—Sí, la hemos capturado por el honor de la justicia de los Hörrox.

—¿Vuestra justicia? Por favor, solo la habéis capturado porque es una amenaza para mí. Y sabéis muy bien que si no cumplís vuestro labor, seré yo quién os aniquile sin pensarlo.

El silencio se hace presente ante las palabras de Enel, son puro veneno. No hay que darle la contraria.

—¿Dónde está ahora?

—Está en una habitación.

—¿Y la dejáis sola con esa rata voladora? —A Lucci le desagradó la forma en que llamó a su amiga—. Traedla aquí junto con el Mändra y su compañera.

—¡Hacedle caso! ¡Es Kami-sama!

Los caballeros que están presentes en ese cuarto desaparecieron despavoridos para ir a buscar a los nombrados por el Dios del planeta. Él disfruta de este gran momento dando un gran mordisco a la fruta roja como la sangre misma. Es un momento de gloria para Enel quien disfruta de este gran momento. Al fin conocerá a su archi-enemiga número uno, no tendrá piedad en ella cuando la vea. Él se ve grandioso y poderoso ante los mortales que tiene presente. Sus ojos se quedan clavados en tres figuras que no se han atrevido a mirarle desde que llegó. Para Lucci es una mirada incómoda y que no le gusta para nada. ¿Por qué ha aparecido en este momento? No suele hacer acto de presencia. Cuando Dios aparece, un mal presagio llega al planeta Panx.

Minutos han pasado y la paciencia lo estaba matando; pero esboza una gran sonrisa al percibir unas cuantas auras aproximarse. Los grandes portones se abren dejando entrar unas cuantas figuras y eso incluye a ___, Smoker y Tashigi. Hattori voló en dirección a Lucci para estar en su hombro y ver lo que ocurrirá.

—¡Los hemos traído, Kami-sama!

«¿Kami-sama?», está sorprendida de ver ese hombre de tambores. Todo su cuerpo se eriza cuando siente a Smoker tensarse y temblar de miedo, y no es el único; Tashigi no podía creer lo que sus ojos están viendo. Era el mismísimo Dios de su planeta natal, un ser místico a quien no hay que enfrentarse bajo ningún concepto.

—Muy bien, podéis retiraros —ordena Enel acomodándose en su sitio. Los caballeros obedecen y comienza a retirarse—. Excepto Lucci, Kaku y Spandam.

Los nombrados no supieron el porqué, pero esto no era bueno para el trío del CP0. Los demás miembros se retiran dejando al Dios junto con el dúo de traidores, el trío y a Hall Lókë. Enel no dice nada al respecto, solo observa con detenimiento a sus presas moviendo de un lado para otro la manzana y mordisquearla luego como si no hubiera un mañana. La joven ___ presiente que ese hombre no da buenas vibraciones, su olfato de dragón se lo dice todo. Y parpadea unas cuantas veces cuando ve que el supuesto Dios aplaude con pausa, una forma de alagar lo que ve.

—Mi archi-enemiga número uno enfrente de mis narices. Quién iba a decir que Hall Lókë naciera en el planeta Tierra. El oráculo lo supo, me lo contó. ¿Sabes cuánto tiempo estuve esperando este momento?

—¿Tú eres al quien tengo que derrotar?

—Que pregunta tan directa. —Esboza más la sonrisa, divertido ante la situación—. Así es. Estás enfrente de tu mayor pesadilla, Hall Lókë. ¿O prefieres que te llame ___?

—¿Cómo sabes…?

—Dios lo sabe todo.

—Como si eso me importara —digo recibiendo un golpe leve por parte de Tashigi.

—Tan gruñona como solían ser tus antepasadas cuando se encontraban con los míos. —Apoya la espalda en el asiento y coloca las piernas en la mesa a modo de desinterés—. ¿Sabes? Me desagrada ver a mi enemiga en un estado de vulnerabilidad. Luchar contra Big Mom no ha sido inteligente por tu parte. ¿Utilizar el poder de un solo Mändra? Ha sido una estupidez, por tu parte.

—¡No iba a permitir que acabara la vida de una persona! ¡Encima si es su hijo!

—Todos existimos para procrear y obedecer a quienes nos crearon; sin embargo, todos obedecen a su Dios.

—¡Sólo eres un mezquino que se cree superior a todos!

Sonrisa engreída surca por sus labios, nunca se ha sentido así, disfrutando de una conversación no tan amigable con ___. ¿Es así como se sentían los dioses antiguos ante una enemiga como ella? No ha sido tan malo de venir hasta aquí y verla con sus propios ojos; sin embargo, mira con algo de enfado a los tres del CP0 que solo permanecen callados. Spandam tembló enseguida cuando oye las descargas eléctricas de los tambores de Enel, una advertencia.

—¿Nunca habéis oído el dicho que siempre se rumorea por todo el planeta? —pregunta colocando los codos en la mesa y apoya la barbilla en sus manos, sin despegar la mirada en ellos—. Dios lo oye todo. Dios lo ve todo. Dios lo sabe todo. —Esas palabras son puro veneno que ninguno de ellos se atrevía a mirarlo. El propio Lucci está teniendo miedo, algo raro de él—. Así que hacedme el favor y dejad de ocultar aquello lo que el destino os marcó de por vida.

Kaku mira a sus compañeros a lo que su superior asiente. No deben enfadar a alguien tan poderoso. Se suben las mangas para mostrar los mandalas que hay en sus antebrazos derechos sorprendiendo a más de uno.

—¡Hijos de puta! —insulta Smoker mirando con rabia a Lucci—. ¡Todos ustedes sois unos Mändras!

—Ninguno queríamos admitirlo.

—¡¿Y tenías que mandarme a la mierda?! ¡Todos ustedes estáis condenados al igual que yo!

—Lo que a ti te suceda me importa poco. —Los ojos de Lucci muestran desagrado por el comportamiento que tiene Smoker con él—. Yo no tengo intenciones con Hall Lókë. Los Hörrox estamos aquí para tener justicia.

—¿Y cuál es tu justicia? —alza la voz sin importar que Enel estuviese presente.

—La “Justicia Oscura” —responde tajante—, me importa poco los ideales que tiene el gobierno o el propio Dios. Sólo trabajo para que me den vía libre en matar a cualquiera que se interponga en mi camino. Así es como nos entrenaron. Somos CP0, la mayor organización de asesinos que hay y tú deberías saberlo muy bien.

—¿Ah, sí? ¿Estás aquí para matar o para decirle a ___, como le decías, Kitten?

Vergüenza, pudor, matar… Emociones negativas surgen en la cabeza de Lucci. Sus ojos marrones café, que suelen ser oscuros a la luz de la noche, miran, por primera vez, con desprecio a Enel.

—No soy tan idiota como darme cuenta que ustedes tres estáis aquí solo para tener cerca a Hall Lókë. —Sigue hablando—. Vuestro Dios no es estúpido. Sois unos mentirosos compulsivos, habéis engañado a la gente solo para que ella esté aquí y realizarais el ritual.

___ parpadea unas cuantas veces que asoma la cabeza para mirarlos—. ¿Es cierto eso?

—¡T-Tonterías! —grita con exageración Spandam; sin embargo, un sonido agudo sale de su garganta cuando Enel envía un leve chispazo a los pies de él—. ¡Vale, puede que sea verdad!

—Mentir delante de vuestro Dios no es nada bueno. —Como el rayo mismo, aparece delante de ___ y toma su rostro con una de sus manos—. Hay muchas consecuencias si me mienten delante de mí.

—¡No me toques! —Aparta la cabeza de él, no gustándole mucho el trato.

—Es una pena que seas mi enemiga, las humanas del planeta Tierra son puramente hermosas.

Y los ojos de ___ se agrandan al oír esas palabras de la boca de Enel. Una furia inmensa resurge en su interior, dándole ganas de darle una paliza del siglo—. ¡¿Tú eres el tipo que ha hecho desaparecer a las chicas?!

—Efectivamente. Quería encargarme personalmente de traer a Hall Lókë en mi territorio, sin que nadie intervenga; pero parece que alguien se adelantó.

—¡Eres un hijo de puta! —lo insulta—. ¡Eres un enfermo por secuestrar a las jóvenes sin ningún tipo de sentido! ¡¿Sabes cuántas familias están sufriendo por su desaparición?!

—Eso no me importa. Siempre tuve esas ansias de ver en acción a Hall Lókë, ver cómo gritas de dolor mientras destrozo a los Mändras uno a uno.

Ese pensamiento no le gustó para nada que aprieta la mandíbula con fuerza, mostrando sus colmillos de dragón y sus ojos se rasgan como reptil que es—. ¡No les tocarás!

—Tú no das órdenes en mí. —La suelta de golpe para dar un leve chasquido con sus dedos. Los caballeros entran en la gran puerta—. Tengo una buena noticia para todos ustedes: hoy seréis ejecutados.

El grupo se sorprende ante las palabras del Dios menos ___ que solo lo mira con desprecio a ese hombre. Los Hörrox se acercan hacia donde están y los cogen a todos para que no hagan ninguna estúpido, incluyendo a los del CP0.

—Una pena, ___. Me hubiera encantado de realizar algún juego contigo; pero no tengo mucho tiempo. ¡El show acaba de comenzar!

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