Epílogo
El animal emplumado estaba tendido en el suelo y sangrando por las heridas graves. ___ no paraba de llorar. Lentamente se iba acercando hacia Trico, hacia su cabeza, queriendo escuchar su respiración. A la pobre criatura se le dificulta respirar porque sus pulmones estaban completamente quemados. Su corazón ya no latía como antes. Sus ojos ya no brillaban. La muerte le esperaba.
—Trico —susurró su nombre—. Aguanta, por favor —le suplicó, abrazando el morro de la bestia—. Aguanta...
Trico emitió un sonido de dolor, intentando articular alguna palabra. Hall Lókë estaba adolorida por lo que estaba pasando. No le gustaba para nada que la criatura estuviera sufriendo por su culpa. Se estaba culpando de no ser demasiado fuerte. Los Mändras estaban notando esa culpa y que esa armadura se había roto.
«No te culpes», la criatura murmuró en su cabeza.
—No soy fuerte... No te pude proteger...
«Sí, lo eres. Eres Hall Lókë... La última esperanza de este planeta».
—Trico...
«Este siempre ha sido mi destino. Morir para que Hall Lókë libere ese gran poder. Ella es... la... Gran... Dragona...».
El corazón de Trico dio su último latido. Su raza se había extinguido para siempre. No. ___ no se lo estaba creyendo. Ella movía el morro de Trico para que despertara. Le suplicó, le lloró. Un grito desgarrador liberó que se podía escuchar en cualquier parte de este planeta. Lágrimas se derramaban por su rostro no creyendo que aquella criatura, a quien consideraba su amiga, haya fallecido por salvarla.
Algunos miembros de los Mändras tenían la mirada cabizbaja y otros no aguantaron las lágrimas. Ellos tampoco lo creían. Enel se acercó con suavidad hacia su hija para abrazarla por detrás. En sus recuerdos como dios supo perfectamente la bonita relación que tenía ella con la criatura.
—Criatura débil.
Enel y los Mändras fijaron sus miradas con rabia hacia el dragón Mrak. Esa bestia no sentía ninguna compasión. El oji-azul se levantó y caminó enfrente de la criatura, mientras que con su bastón tocaba sus tambores.
—No voy a permitir que insultes a mi hija de esa manera.
—Llorar por esa bestia no hará revivirlo. Los Tricos siempre han sido leales hacia los Mrak por tener ciertas similitudes, pero como nuestra hermana y nuestro padre, nos traicionaron —iba hablando—. Su última voluntad era pelear con ellos. Se acabó. Era mejor para esa tonta criatura.
—¡Es la criatura más inteligente y bella que he conocido en mi vida!
El grito de ___ alertó a todos. Ella caminó estando delante de su padre y con la mirada fija hacia el dragón Mrak. La rabia la estaba consumiendo. El Mezame estaba haciendo acto de aparición.
—¡No voy a permitir que un monstruo como tú hable mal de estas criaturas! ¡Era mi amiga! ¡Ella confiaba en mí! ¡No dejaré que su muerte sea en vano!
Y el cielo se partió en dos dejando que los rayos del sol se colaban entre las nubes y se reflejaran en las escamas de ___. Ella poco a poco empezaba a transformarse. Los Mändras supieron perfectamente lo que estaba pasando porque solamente lo vieron una vez. ___ acaba de completar su metaformosis en una dragona dorada. Ahora su poder estaba igualado con el dragón Mrak.
La batalla real estaba a punto de comenzar.
Ambos dragones escupieron fuego y las llamas chocaron entre sí. Ninguno de los dos reptiles quiere perder esta pelea. ___ acentuó más la llamarada golpeando de lleno al Mrak. Este rugió con mucha molestia y voló con rapidez hacia ella. Sus colmillos perforaron su garganta. La dragona intentaba todo lo posible en arañar el rostro del enemigo, pero se le estaba dificultando la cosa porque este la retenía con su cola.
Sin embargo, un rayo hizo acto de aparición que se estrelló en una de sus alas. El Mrak miró al causante. Enel estaba en la cabeza de su hija y aprovechó ese momento de distracción para atacar. Otra vez volvió a reclamar un rayo y golpeó la otra. El dragón oscuro no iba a soltar a la chica, no obstante, unas cuerdas y unos hilos lo obligaron a hacerlo.
—¡Mierda! ¡Es muy grande! —exclamó Paulie haciendo fuerza.
—¡No pierdas la concentración, carpintero! —le exigió Doflamingo.
Lucci y Kaku usaron su Rankyaku con todas sus fuerzas para provocar ciertas heridas en el dragón. No fueron suficientes, sin embargo, la combinación de poder de Mihawk, Katakuri y Cracker perforaron la piel llena de escamas con sus armas. El Mrak gritó de dolor. No estaba creyendo lo que estaba sucediendo. Iba a volver a morder, pero unos escudos de arena y humo se lo impidieron. Smoker y Crocodile no lo iban a permitir. En cambio, Spandam montado en Funkfreed huía de la situación, o eso hacía. Esto era una forma de que los colmillos del animal dieran de lleno las patas del dragón.
—¡Sois un incordio! —gritó con rabia el Mrak.
___ aprovechó la ocasión para devolverle el favor. Sus colmillos se clavaron en la garganta del animal y sus garras se anclaron en su piel desgarrando sus escamas. Los Hörrox no se quedaban de brazos cruzados. Atacaron con todo lo que tenían. El Mrak estaba acorralado. El poder de Hall Lókë los estaba animando a seguir atacando al verdadero enemigo. La esperanaza estaba presente. Todo esto lo hacían por su planeta y por el mundo.
Cada minuto que pasaba, las nubes iban desapareciendo, dejando que el sol sea el dominante de esta batalla. El Mrak rugió con todas sus fuerzas moviendo todo lo posible para liberarse de la mordida. Hizo todo lo posible. Su piel fue desgarrada importando poco que estuviera sangrando porque se regeneraría. La criatura se escondía de la sombra que le portaban las nubes.
___ se dio cuenta de ello. La debilidad de estas criaturas era la luz del sol. Solo aquellos que tenían un corazón oscuro no eran dignos de estar por el día. Ella extendió sus alas para emprender vuelo hacia el cielo, mientras le daba el comunicado a los Mändras que no permitieran que se marchara, comentando su gran plan. Ellos estuvieron de acuerdo.
Los Äkuma elementales o casi elementales usaron sus poderes para retener a la bestia. Paulie los ayudó con sus cuerdas y les entregó unas cuantas a Lucci, a Kaku, a Mihawk, a Cracker y a Spandam para que rodearan de ese material al animal. Los Hörrox le pidieron al ex carpintero que diera más porque piensan ayudar también.
Enel estaba en la cabeza de ___. No estaba entendiendo porque emprendió vuelo hacia el cielo. Sin embargo, sus ojos azules se fijaron abajo viendo a todo el mundo reteniendo al dragón Mrak o atraerlo hacia el sol. Cierto recuerdo llegó siendo manipulado por ellos. Cuando sus sirvientas abrieron sus cortinas, el brujo Mrak decidió esconderse en las sombras porque no le agradaba la presencia de la luz del sol.
—¡Te ayudaré! ¡Haga lo que hagas! —exclamó, sosteniendo su bastón para hacerlo girar queriendo llamar las nubes para que desaparecieran por completo.
Parece que estaba fusionando. Poco a poco las nubes se extinguen. El dragón Mrak se estaba desesperando. Hacía todo lo posible para moverse y liberarse de sus apresores. Todos usaban sus fuerzas. No iban a permitir que se marchara.
Y un rugido de victoria hizo acto de aparición. Las alas doradas de ___ esparcieron las nubes dejando que el sol tocara la arena dorada. La piel del Mrak empezaba a quemarse poco a poco. Las alas de ___ estaban avivando aquella luz. La criatura suplicaba que los soltara. Ellos no deben desaparecer. Ellos deben vivir para seguir conquistando planetas.
No. Todos no tenían el mismo pensamiento. La boca de ___ empezó a emanar luz que se estaba concentrando a causa de que estaba recogiendo esa energía.
—¡Mrak! —gritó Enel—. ¡Todo esto es por el planeta Panx! ¡Por lo que hiciste a mi hija y a mí! ¡Por el sufrimiento de las antiguas Hall Lókë! ¡Y por asesinar a muchos inocentes que se lo merecían! ¡Desaparece ahora!
Y con esas palabras, ___ liberó una ráfaga de energía solar que golpeó con fuerza al dragón Mrak. La criatura empezó a gritar con dolor y sufrimiento. Todo su plan. Sus sueños estaban desapareciendo. La oscuridad fue consumida por la luz. Ahora ese elemento era el gobernante del planeta.
Segundos pasaron. Todos empezaron a abrir los ojos porque esa luz era bastante intensa. Katakuri se fijó que el dragón había desaparecido por completo. Todos los presentes estaban confundidos. No estaban seguros si esto había acabado. Poco a poco vieron que ___ tocaba el suelo con suavidad. Enel estaba de pie en la cabeza de su hija. Alzó su bastón con victoria.
—¡No temais! ¡Ya no están! ¡Su presencia ha desaparecido! ¡Somos libres!
Todos vitorearon ante esa gran noticia. ___ liberó un gran rugido junto con una gran llamarada. La pesadilla se ha acabado. La oscuridad ya no volverá a molestarlos.
La noticia llegó a todo el planeta Panx. Lágrimas de felicidad se derramaron. Ellos decidieron hacer una gran fiesta en honor a la victoria y proclamar a Hall Lókë como su gran heroína. Ahora te preguntarás, con el fin de esta guerra, ¿Enel y ___ volverán a su planeta?
No. Esa es la respuesta.
Enel siguió con el rol de ser el dios del planeta Panx y, en esta ocasión, ayudando a los más necesitados. Les ordenó a los Hörrox que dejasen tranquila a su hija y a los Mändras vivir en paz, que ya no eran unos criminales buscados. La gente cuando veían a ___ o a los chicos les bendecía con seguridad y amor, y que tuvieran muchos hijos.
Eso provocó que la joven se sonrojara y escuchara los pensamientos pervertidos de algunos. Los golpeó con rabia diciéndoles que nunca tendrían hijos de unos pervertidos. La canción que cantó ___ se convirtió en el himno oficial del planeta. A los niños les gustaba cantarla delante de sus padres y viceversa porque tenía un significado importante.
Los meses pasaron desde aquel suceso. ___ estaba viviendo en las montañas en una gran cabaña admirando el campo de flores. No vivía sola. Los Mändras estaban conviviendo con ella. Los estaba esperando para almorzar, pero estaban tardando demasiado. Ya verán, los iba a reñir por ser unos tardones. Y hablando de los reyes de Roma, Mihawk hizo acto de aparición junto con Smoker y sacudió el brazo.
«Ven».
___ alzó la ceja no entendiendo nada. En su estado, se le dificulta un poco a la hora de caminar. Sí, ella estaba embarazada. No se sabe perfectamente quién era el padre. Bueno, en algún momento se sabrá.
—¿Ocurre algo?
—Tienes que ver esto —dijo Smoker—. Los chicos están dentro de esa cueva -señaló.
—Le fascinará lo que encontraron, mi lady.
Eso llamó mucho la atención a ___. Tomó las manos de ambos para pasar sin ninguna dificultad por esas piedras y adentrarse en la gran cueva. Siempre tuvo un presentimiento de que algo adentro había y parece que ellos encontraron algo. Mihawk tomó la farola que dejó afuera para iluminar bien el lugar. El ambiente de la cueva era cálido en comparación afuera. Enfrente pudo encontrar al resto de los chicos. Cracker hizo una seña de que se mantuviera callada.
Poco a poco se iba acercando. Un gemido de sorpresa soltó. Unas cuantas lágrimas empezaron a resbalar porque no creía lo que estaba viendo. Era una pequeña criatura con cuernos, mirada de un cachorro de perro, cuerpo de gato, alas y patas de un ave.
—¿Trico? —pronunció su nombre.
La criatura levantó las orejas reaccionando a la llamada. El cachorro olfateó el lugar y se iba levantando lentamente y acercando a la persona. Sus ojos se volvieron rosas como una forma de desconfianza. Sin embargo, ella extendió el brazo sin miedo alguno porque solamente era un simple cachorro.
Sus dedos tocaron con sutileza su cabeza y la bestia reaccionó bien. Le gustó el tacto de la chica y se acercó más a lo que ella abrazó con suavidad.
—Cuando nos dividimos, Rayleigh vio el comportamiento extraño de Trico —habló Crocodile—. Creo que... este es su descendiente.
—Las reencarnaciones existen —ríe Paulie.
—Vas a ser un buen hermano para mi hijo —susurró ___ con suavidad—. Te cuidaré y te protegeré. Pase lo que pase.
«Mamá».
—¡Sí! Soy tu mamá.
Ninguno iba a corregir. Ahora ella iba a ser madre por dos.
Muchos creían que la paz no iba a ser posible, pero todos se equivocaron. Ahora podrán vivir en paz.
¡Aquí acaba esta historia, finalizando la saga de Hall Lókë!
Siento si he demorado bastante en sacar la segunda temporada, pero necesitaba tiempo para pensar en cómo empezar y como finalizar. Ya sabéis cómo funciona esto.
Gracias, como siempre, de apoyar a este libro y al anterior. Gracias a ustedes de hacer que crezca y que siga escribiendo más libros. ♥️
¡Nos vemos en la próxima obra! ¡Y repito: gracias! ♥️♥️
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