016
Era al fin el día. Después de dos largos meses.
De repente me encontraba en frente del departamento de Jimin, casi como si no hubiese hace unos meses entrado para encontrarme todo con un gran desastre; ese día no la pasamos ordenando lo mejor posible el lugar. Reacomodando el sofá, tratando inútilmente de hacer que las despedazadas cortinas cubrieran algo en las ventanas.
Mi madre había dicho que debía aprender varias cosas para sobrevivir por mi cuenta y no estar de vuelta en Daegu en lo que duraba un respiro por ello, desempolve un viejo envase metálico lleno de cosas para costuras y me dispuse a con hilo y aguja intentar coser las cortinas, lo cual no resulto tan mal al final.
Hay que decir que Jimin seguía igual de torpe, tropezando con las envolturas que en un tiempo estaban adornando el suelo, incluso en algún momento tuve que consolarle porque en uno de sus descuidos -y por no andar con algo que cubriera sus pies- había chocado su dedo más pequeño con la esquina de una de las mesas.
Después de unas cuantas caricias a sus suaves cabellos y que se sostuviera del cuello de mi camisa, hasta que refunfuño y se levanto dispuesto a botar la mesa por la ventana a lo cual le detuve diciéndole que verdaderamente no valía la pena; aun así, el miro con desprecio la mesa, como si aquel objeto pudiese sentir la pesadez de sus emociones por provocarle aquel horrible dolor.
Ordenamos hasta que el sol se puso en el horizonte, le ofrecí al hibrido un pequeño paquete de morositos que había ido a comprar y mientras estábamos sentados en el suelo apoyándonos del sofá compartíamos el silencio, era lo bastante normal hasta que los ronroneos cortaron el calmado ambiente.
— Estarás bien, ¿no? — indague una vez se había acabado el paquete de dulces a lo cual Jimin casi parecía feliz, el asintió, pero no lo suficientemente seguro. — bien, porque lo ultimo que quiero es que quemes el apartamento.
Al gato casi le causo gracia mi comentario irónico, pero lo dejo pasar, después de darle varias especificaciones de lo que debería y no hacer me despedí diciéndole al final que si tenía algún problema no dudara en ir hasta mi apartamento y yo le ayudaría.
Cuando llegué a mi pequeño hogar un suspiro cargado de cansancio se coló de entre mis labios, puse la palma de mi mano en mi cuello y este hizo un sonido cuando mis huesos crujieron a causa de la tensión. Con pesadez volví a mi habitación y me dejé caer en el mullido colchón, al día siguiente empezaba otro periodo en la universidad y realmente tenia muy pocas ganas de despertarme temprano, sin embargo, tenia que hacer el deber. Lo último que quería eran las llamadas de mi madre diciéndome que era un irresponsable por no atender a lo único que tenia que hacer que básicamente era cumplir con mis deberes en esta.
Me puse lo suficientemente cómodo, pero una sensación extraña no me dejaba dormir plácidamente, era muy extraño... era casi como que el estar completamente solo no fuera lo suficientemente satisfactorio como en el pasado. Bufé visiblemente estresado, me di la vuelta en un lado de la cama y me dije a mi mismo que lo que pensaba era una completa estupidez.
Odiaba con 'o' mayúscula el tener que despertar temprano, pero cuando la alarma de mi celular resonó en toda la habitación en unas melodías lo bastante fuertes para que resoplara con disgusto y decidiera que el molesto sonido tenia que parar, deslice mi pulgar para apagarla y con todo el cansancio que aun poseía me reincorpore en la cama, estando unos segundos sentado sin hacer nada mas que ver mis pantuflas en una esquina.
Después de la esporádica contemplación me dirigí al baño y tome una ducha que hizo que un poco del sueño que aun se postraba en mis hombros desapareciera; al salir termine de alistarme para que metiese con brusquedad en mi maleta una libreta que no serviría para nada mas que tomar notas importantes, eran los primeros días lo cual significaba que aun no se darían clases tan serias.
Sali y eche llave a mi apartamento, cuando me dirigí a las escaleras no pude evitar no posar mi vista por la puerta del gato, solo pensaba que él se las ingeniaría para poder vivir allí, aun así, no estaba lo suficientemente seguro a pesar que habíamos acordado con HoSeok que él lo recogería para llevarlo a su trabajo ya que según él no era una molestia y le quedaba de camino, y con eso no se habló más al respecto.
El transporte siempre era un asco en las mañanas ya que todos salían o para sus estudios o sus trabajos lo cual en ocasiones era sofocante por la cantidad de personas, agradecía que mis dos audífonos funcionaran para así poder distraerme parcialmente del trayecto.
Al llegar al campus todos se saludaban con todos... como si no se hubiesen visto en las vacaciones resoplé claramente irritado, no sabía la razón en específico, pero me dije que era a causa del tener que levantarme temprano. Pasé directamente a la cafetería ya que no había desayunado absolutamente nada, decidí por un café y una magdalena mientras miraba después que comer con JungKook.
Las primeras horas de clase eran como me las imaginaba inútilmente aburridas, con rápidas presentaciones que seguro el profesor no recordaría por todo el semestre, estaba cabeceando en mi puesto una vez que el profesor dio un claro gesto de que se acababa la clase una vez salió sin decir nada del aula. Con pasos perezosos me dirigí a la siguiente cuando un golpe se estrelló contra mi brazo lo bastante fuerte como para hacerme sisear de dolor.
— Tú maldita rata de cloaca. — gruñí indignado volteando para darle cara a JK que poseía su ya reconocible sonrisa dentuda.
— ¡Uy! Mira no más estamos avanzando en cuanto a lo insultos. No puedo creer que por fin nuestra relación este avanzando.
— Cállate, es muy temprano para estar soportando tu mierda.
— ¡Hey! ¿Qué te pasa, pisaste mierda de perro llegando al campus? — no pude evitar soltar un pequeño suspiro tratando de calmarme interiormente, hacer que mis chacras trataran de alinearse con el cosmos para en un fallido intento poder soportar a mi amigo, al final solo negué.
No se dijo nada más hasta que caminamos hasta nuestra siguiente clase, con JungKook parloteando sobre algo que ya en este punto no recordaba. Pero conociéndolo lo suficiente pensaría que era algo sobre juegos o... si posiblemente juegos. Mis pensamientos se escabullían a otro punto, una preocupación constante que ahora me dignaba a entender, sabía que se había instalado una vez sali de mi edificio.
— Si como te dije ayer me apareé con una sirena. — yo solo proclamé un "oh, genial por ti" cuando recibí un golpe en la parte de atrás de mi cuello que inmediatamente me saco de mi estupor—. Ni siquiera te dignas en ponerme atención, maldito bueno para nada. Pero se que algo ronda por esa podrida cabeza tuya, que sabe que cosas pervertidas estás pensando.
— No estas ni lo suficientemente cerca, es más diría que estas congelándote el puto trasero en la Antártida. — le gruñí mientras tomaba un puesto en la parte del fondo del aula, dejando con pesadez la maleta y sentándome mientras me escurría en el asiento.
— Así que gatito está enojado. — dijo con una sonrisa mientras picaba la parte de mis costillas.
— JungKook...— dije en consecuencia mostrándome lo mas amenazante posible a lo cual el azabache a mi lado no hizo nada más si no reír profundamente
— Estas como ese gato cuando esta enfurruñado, solo que tu no tienes orejas ni cola.
— Cállate, maldita sea.
Cuando JK iba a protestar llego el docente, a lo cual yo suspire en gratitud. Esto lo calmaría hasta que ya nos dieran un descanso, pero aun así lo agradecía profundamente. Después de unas cuantas clases aburridas más fuimos hasta la cafetería a pedir algo de comer para resistir a la ultima clase y así irnos por fin. Cuando ya tuvimos todo en nuestras manos fuimos a unas de las mesas desocupadas de un rincón y yo empecé a desenvolver lentamente mi emparedado. No prestando atención a mi alrededor, como si la comida frente a mi fuera lo único que existiera.
— Si no te conociera lo suficiente diría que me estas ocultando algo, pero claramente no es el caso ya que te conozco lo suficiente. — sabia claramente hacia donde iba dirigida la charla y la verdad que no tenia ganas siquiera de responder a los cuestionarios de JungKook.
— No me pasa nada.
— Puede... Pero se que si fuera así no estarías viendo a ese emparedado como si tuviese todas las respuestas del mundo. No cuando me tienes a mí, un erudito de primera.
— Son... Cosas personales.
— Así que personal... déjame adivinar, si no fuera tan listo diría que es a causa de una persona, tal vez por un trato, quizá un hibrido, pero no cualquier hibrido, un gato ¿acerté en algo? —yo le mire perplejo, en ocasiones este niñato daba más miedo que mi madre, no peor, daba más miedo que Jin y eso era decir mucho, porque el hibrido de oso cuando quería te ponía los pelos de punta.
— Te odio.
— Así que, si he acertado, bueno vamos dile al doctor corazón que es lo que te acongoja.
— No lo sé. Te había dicho que hace unos meses me había encontrado a Jimin... Le iba a cuidar hasta que entrara a la universidad. Ayer estuve todo el día a su lado ordenando su antiguo departamento, creo que iba bien.
Suspire porque sabía que no podía evitar no contarle a JungKook, después de todo era mi único amigo y nuestra relación estaba tan fortalecida como para que yo le contara cosas mías y viceversa, pero era raro contarle acerca del hibrido como si algo dentro de mi cabeza palpitara en negación, pero sabia que mi azabache amigo no me juzgaría por nada que le dijera por más bizarro que fuese.
— Cuando volví a mi departamento... después de aplastarme en el colchón todo se sentía solo, algo así como que muchas cosas no encajaban.
— ¡Ay, mi amigo! ¿es que no aprendes? Si los nombras, te encariñas de ellos.
— ¿Qué quieres decir?
— Lo que digo, YoonGi, es que al haber pasado tanto tiempo a su lado te has encariñado de él, tenia mis sospechas la vez que fueron a beber a mi casa, te reías con una inexplicable fluidez que incluso me sorprendió y ahora que el "trato" que hicieron finalizo te sientes de aquella forma, solo porque sabes que con cualquier cosa ese gato estaba pegado a la suela de tus pantuflas y ya no.
No lo quería admitir, pero JungKook era muy perspicaz, más de lo que era consciente. No sabia hasta que punto eso era bueno o malo aun así le di un mordisco brusco a mi sándwich mientras el azabache sonría para tomar un poco de café.
— ¿Y que quieres que te diga?
— A mi no.
— Enserio, ve al grano odio cuando te pones de aquella manera.
— Ay YoonGi, para ser mayor eres tan estúpido que me sorprende que hayas conseguido una beca. Lo que intento decir es que el hibrido ya hace parte de tu vida, y si, puede que este a un lado de tu departamento, lo que sucede es que te sientes así porque el chico convivio contigo el tiempo suficiente para que le hicieras un espacio. — claramente no refute ante su argumento y para mi total angustia sabia que tenia razón—. Si yo fuese tú no iría a la clase que tenemos ahorita y simplemente lo iría a buscar, esta trabajando en la cafetería aun ¿no? — yo asentí —, pues entonces no se que haces con tus raquídeos glúteos sentado aun aquí cuando puedes ir a pedir algo del menú del J&J.
Y entonces después de unos largos minutos me encontraba frente a la hogareña cafetería, una opresión de duda se clavo en mi pecho ¿y que pasaba si Jimin ya no quería vivir en mi pocilga? Lo dejaría claramente, pero me sentiría un poco decaído si era lo suficientemente sincero. Entonces fue que en la inmensidad del vidrio que daba cara a la calle le vi atendiendo a un cliente y mi corazón ahora empezó una rápida carrera. Jodida mierda, escupí para luego con mis puños cerrados empujar la puerta e ir a tomar asiento en una de las mesas.
Al parecer el hibrido no se había percatado de que era yo porque entrego el menú en un estado claramente de ensoñación, como si estuviese en otro mundo muy lejos de la cafetería, yo por el contrario raspe un poco mi garganta para llamar su atención.
— Oh, yo... Disculpe creo que estaba... Yo —cuando sus ojos al fin vieron que era yo se ensancharon tanto que creí que se saldrían de sus cuencas. — ¡Gyun! Eh... digo ¿ya sabe que pedir? — yo asentí dejando el menú en la mesa.
— Por favor un pastel de chocolate... Y un café americano — el asintió escribiendo rápidamente en su libreta, recogió el menú y estaba a punto de irse cunado le retuve de su muñeca, mi corazón por supuesto era tan estúpido de saltarse un latido —. También quiero algo más... ¿te apetece estar a mi cuidado otros dos meses?
Jimin me miro con asombro, casi podía percibir como sus ojos se aguaban lentamente, una resplandeciente eye smile adorno todo su rechonchito rostro antes de asentir efusivamente y proclamar un emocionado "¡por supuesto hyung!"
ღ
Le dijo Hyung ¡estoy emocionada por el final! osea, al fin.
Ay bueno, ya pasando a temas más serios he llegado a 1k seguidores, muchos no les importará pero para mi es tan importante que no puedo hacer más que agradecerles -posiblemente también publicar capítulos más seguidos, pero jajaj no creo que pase xd- y por ello, para celebrar voy a publicar una historia que estaba hiper mega duper emocionada de publicar.
Es la primera vez que me aventuro a ese genero y daré todo mi corazón porque lo amo con todo mi ser, así que dentro de poco publicare un omegaverse y espero que le den tanto amor como yo le tengo.
No siendo más espero que hayan disfrutado este capitulo porque cofcofhanhechoungranavancecofcof
¡Nos vemos en el siguiente que espero que sea dentro de poco!
Purple U :3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top