[07] Karasuno 1/2
Los sueños a veces si se volvían realidad. Habías ido a estudiar a Japón con el dinero que llevabas ahorrando desde la secundaria. En vista que tus padres no tenían el dinero para ir contigo y no tenías familiares allá, habías llegado sola. Aún con todas las barreras posibles, la del idioma, la cultura y la familia, habías logrado asentar cabeza.
Vivías en la ciudad de Sendai, en la prefectura de Miyagi. Como era de suponerse, estudiabas en el Karasuno. Habías llegado sola, pero eso cambió muy pronto. Empezaste a amigarte con el equipo de voleibol de tu escuela, descubriendo en ellos una familia, tu familia de Japón.
Este era tu último año de preparatoria antes de ir a la universidad, te había hecho más cercana a los miembros de tercero, pues llevabas estando con ellos hacía tres años. En una de sus pláticas comunes saliendo de clases desvelaste que pasaría sola la noche vieja, pues no tenías familia ahí. Ellos al enterarse, convocaron a todo el equipo para ir a tu casa en año nuevo para celebrarla contigo, pues eras su amiga y querían devolverte el favor por apoyarlos siempre.
Así, llegó el año nuevo y se plantaron en tu hogar doce chicos. Estabas muy feliz de que todos pudieran venir y tomarse la molestia de pasar el año nuevo contigo. Sin embargo, había uno de ellos que te ponía especialmente feliz.
¿Cómo se te
declararían los
miembros del
Karasuno en año
nuevo?
Daichi Sawamura
Daichi, como el líder del equipo también había tomado liderazgo en la organización de la fiesta. Le importabas mucho y quería que este año nuevo fuera muy especial porque probablemente era el último juntos, pues no sabían que rumbo tomarían sus vidas después de salir la preparatoria.
Sugawara le había advertido que esta era una oportunidad que no podía desaprovechar para confesarse, todo el ambiente era muy tranquilo y alegre, por lo que sí lo rechazaban no sería incómodo y continuarían la celebración como si nada.
Por lo que, cinco minutos antes de las doce, te pidió que si podían hablar afuera. Aceptaste algo confundida y preocupada. La cara del año del chico quemaba, pero dos no evitó que dijera la confesión que había planeado. Hubo un silencio un tanto incómodo que provocó que Daichi empezara a preocuparse por ser rechazado. Te acercaste a él y plantaste tu cuerpo en el suyo, en tu abrazo le susurraste aprobatoriamente, sí querías ser su novia.
Adentro de la casa se escuchaban gritos de celebración y de un feliz año nuevo. Lo invitaste a entrar, no sin antes tomarlo de la mano. Estaban comenzando el año de una forma muy distinta. Comenzaron el año nuevo juntos.
Sugawara Koūshi
Ambos, como las madres del equipo y por pasar mucho tiempo juntos ya estaban acostumbrados a que les hicieran insinuaciones de que estaban en una relación. "Ojalá fuera cierto" pensaba el chico, por lo que se convenció de declararse aquella noche.
Estaban encargándose del ponche en la cocina, cómo viste que no necesitaban más tu ayuda tuviste intenciones de marcharte para buscar dónde más requerían tu apoyo. Sugawara te detuvo, tenía algo para ti. En la cajita había un collar.
-Es precioso Koūshi, me encanta, muchas gracias. ¿Me ayudas a ponermelo? -Pediste-.
Este tomó el collar y lo abrochó con delicadeza. Sin separarse de ti, te abrazó por detrás colocando su barbilla en tu hombro. La cercanía te resultaba extrañamente cómoda.
Con un gesto, indicó que quedaba algo más en la caja. Lo miraste, era una nota que ponía "¿Quieres ser mi novia?" en letra a mano. Volteaste ligeramente con el rostro sonriendo, besando con suavidad sus labios. Habías dicho que sí.
Azumane Asahi
Cada vez que mirabas a Asahi no podías evitar sonreír. Tus sentimientos hacia él eran bastante claros para todo el equipo menos para él.
En esos momentos se encontraban sentados todos en la sala, compartiendo anécdotas de la navidad para matar tiempo. Sonó la alarma que habían colocado Daichi y Suga para que todos fueran a cenar y comenzar con los deseos de año nuevo. Todos se levantaron y empezaron a caminar a tu cocina.
Asahi seguía sentado contigo. Al levantarse, te ofreció una mano para ayudarte. ¿Acaso podría ser más lindo? Caminaron de par en par, deteniéndose en la puerta que daba a la salida de la sala. Ambos se habían dado cuenta de lo que colgaba sobre el marco de la puerta, muérdago.
-Oh...Lo siento -Le dijiste riendo algo nerviosa-. Olvidé quitarlo después de la navidad. No tenemos que hacerlo si no quieres.
La cara del contrario era todo un espectáculo de colores. Pasó de un azul como de estar apunto de desmayarse a un rojo que reflejaba toda la vergüenza de lo que estaba apunto de decir.
-Yo... Sí quiero hacerlo.
La seguridad de sus últimas palabras te impresionó mucho, pero no quisiste rechazar esa oportunidad. Te pusiste de puntitas para poder alcanzarlo mientras rodeabas su cuello con tus brazos, el imitaba tu acción pero en la cintura. Para haber sido un "beso por el muérdago" que suponía ser sólo por una superstición se notaba todo el sentimiento que tenía. ¿Sería este el comienzo de un romance?
Nishinoya Yuū
Ustedes dos eran todo un equipo de bromas y durante toda la cena no faltaron los chistes sobre la calva de Tanaka, el humor de Tsukkishima y la expresión tan rara que tenía Kageyama.
La cena fue muy agradable, aunque en el ambiente se podía sentir las intenciones de ustedes dos por lograr quizás un beso, quizás una relación enserio. ¿Cuánto llevaban con este deseo?
El momento de las uvas había llegado. Reiste al ver a Hinata compitiendo con Kageyama por ver quién lograba comer las doce uvas en el menor tiempo. Querías recordarles que el principal objetivo era pedir los deseos, no comer tan al aire. Sin embargo, quisiste dejar ese instinto maternal para Sugawara y empezaste con tus deseos. Poder tener el dinero suficiente para ir a tu país a visitar a tu familia, entrar a la universidad que querías, pero sobre todo, no perder el contacto con toda la maravillosa gente que tenías a tu al rededor.
El resto de la fiesta continuó, los de tercero brindaron con sidra y el resto, para los de segundo una molestia, y para los de primero una trivialidad, sin alcohol. Aunque claro, no pudiste evitar servirle por "accidente" a algunas personas algo distinto a lo que les correspondía, compartiendo miradas cómplices con una cierta persona de segundo.
Una vez ya más tarde, todos empezaron a retirarse a sus casas. Ahora sólo quedaban Nishinoya y tú, con desición de acabar con aquella botella.
-Oye oye, antes de que te sirva más, chico de segundo -Enfatizó las últimas palabras en broma, mientras le quitaba la botella-. Cuéntame, ¿cuáles fueron tus deseos?
Ambos rieron a pesar de que no había habido un chiste, quizás el contenido de esa botella empezaba a hacer efecto.
-A ti -Dijo Nishinoya en un punto donde su risa dejó de ser tan fuerte-. Los doce deseos fueron tenerte a mi lado, que seas mi novia y que me ames.
Sonreíste sintiendo el calor en tus mejillas y muchos nervios. Sabías que cuando una persona estaba borracha hablaba con mucha sinceridad. De un momento a otro, estaban besándose con mucha pasión intercambiando palabras lindas. Deseabas recordar todo a la mañana siguiente.
Tanaka Ryuunosuke
Sabías que la relación entre Tanaka y Nishinoya era pesada, llena de bromas de mal gusto, pero esto era probablemente el límite. Ambos habían sido encerrados en la terraza de tu casa bajo la idea de que "iría por cobijas para ver las estrellas". Fue tonto asumir que esto no era parte de un plan, pero por favor, ¿había alguna necesidad de dejarte encerrada en la fría noche junto al chico que te gustaba?
Suspiraste, tomando asiento en una de las sillas que había, empezando a mover tus manos para poder guardar un poco de calor. A pesar de que llevabas un vestido de lana que parecía bastante abrigado, habías dejado tu chaqueta adentro pues el clima en tu casa estaba adecuado para no llevar una.
Sobre tus hombros, cayó una chamarra. Miraste a Tanaka directo a los ojos, mientras le preguntabas si no tenía frío. El insistió en que la usaras puesto que llevaba un suéter y una bufanda puestos todavía. Agredeciste y la acomodaste mejor para poder usarla como era correcto. Tenía el agradable olor de la colonia que raramente usaba el chico, pero que siempre disfrutabas.
Sentiste la mirada del chico sobre ti, probablemente se había dado cuenta que estabas oliendo su abrigo y estaba teniendo una idea rara sobre quién eras. Te pusiste nerviosa y él notó esto.
-Uhm, perdón si que te vea te pone incómoda pero, creo que t-te ves muy bonita con mi abrigo. -Se dio cuenta de que estaba diciendo algo que podría ponerte inclusive aún más incómoda, así te trató de solucionarlo-. Y pues, no es que crea que sólo te ves bonita cuando usas mi ropa, creo que eres bonita siempre y pues...-Sólo estaba metiendo más la pata-. A lo que me refiero es que me gustas.
Finalmente lo había soltado, siendo mucho menos planeado y romántico de lo que hubiera querido, pero al fin y al cabo, lo había logrado. Te lanzaste para abrazarlo diciéndole que le correspondías, tu felicidad no cabía más en tu cuerpo y debías compartirla.
La puerta se abrió revelando a todo el equipo viéndolos mientras celebraban, "al fin son novios". Quién diría que el frío ayudaría a calentar sus corazones de la forma más inocente.
Ennoshita Chikara
No podía apartar su mirada de ti, era inevitable. Le parecía que hoy te veías increíblemente bien, inclusive que te habías arreglado en cinco minutos, justo después de recibirlos en la puerta sorprendida por su visita. Te veía sentada en el sofá junto a todos tus amigos del equipo, desenvolviéndote con una naturalidad increíble que el tanto deseaba tener.
La llamada de los de tercero llamó su atención, estaban asignando por parejas tareas para terminar la cena. Algunos fueron a la cocina, otros tenían instrucciones de ordenar. De repente, sólo quedaban (T/N) y él, que debían poner la mesa.
Su acuerdo fue sencillo, él vasos y platos y ella cubiertos y servilletas. Sin embargo, parece que al cuerpo le gusta fallar cuando se trata de estar al lado de la persona que te gusta e inevitablemente sus manos se tocaban al momento de acomodar la cosas. Tanaka los vio riendo.
-Esa tensión que se traen ustedes dos es digna de retratar -Rió-. Ya deberían ser novios, se nota desde lejos que se adoran.
Ambos se miraron, a Ennoshita se le habían caído los manteles que ahora iba a poner. No podía dar cabida a lo que estaba pasando, en gran parte a la inseguridad que acarreaba, ¿Acaso era correspondido?
(T/N) por otro lado tomó con mucha más calma la situación, riendo por la cara que tenía el chico, lo más tierno del año, probablemente.
-Quizás, eso que dice Tanaka es cierto. Y quizás yo no tendría problema de que me invitaras a salir y tampoco de ser tu novia. Muchas posibilidades, ¿no crees?.
Río, dándole los manuales a Ennoshita mientras terminaba de acomodar los cubiertos, dejándolo con la boca abierta. ¿Sería esto real?
[ꕤ]
Feliz año nuevo y gracias por leer! Espero que se la estén pasando muy bien o en su defecto que ya hayan celebrado como se debe.
Les deseo un año lleno de felicidad y amor propio, que hace falta mucho últimamente.
También, deseo que les haya gustado mucho estos escenarios, que aunque bien no todos fueron una declaración de él a ti, igual fueron hechos con bastante amor. Si todo sale bien, mañana les estaré publicando la segunda parte de esto, con los miembros faltantes :)
Las quiero muchísimo
-Saragaty12
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