[04] Yamaguchi Tadashi

【Yamaguchi Tadashi - Almas gemelas】

Un lápiz, una goma de borrar y un sacapuntas. Dos plumas, una blanca y una negra. Todos los cuadernos para las asignaturas de ese día, entonces, ¿Qué era lo que faltaba? Después de revisar su mochila por enésima vez, se dio cuenta que no olvidaba nada. Esa no era la razón de sus nervios. ¿Entonces que era? Hoy no había exámenes, ni tareas para entregar. En realidad, no había nada de nuevo. Nada, más no nadie. Miró de reojo al pupitre situado junto a la ventana, casi enfrente del maestro. Pudo ver una persona.

El pelo de aquella chica era extremadamente corto, le llegaba apenas por debajo de la oreja. Este se mostraba estático, pues todas las ventanas estaban cerradas. Sin embargo, se presentó movimiento en este, la chica había volteado a ver directo a los ojos al pecoso. Este, de un momento a otro, vio una luz blanca.

Silencio. La luz blanca de nuevo y ahora, cambia el escenario.

(...)

Caen pétalos de cerezo rosa sobre los dos enamorados. Sólo hay gritos de regocijo y aplausos en un templo japonés. Una boda, el momento más feliz de una pareja, ¿No es así?
Ante Yamaguchi se encontraba un chico de pelo por debajo de la oreja, sin fleco. Todo en este chico se veía perfecto. Estudiando con cuidado sus facciones reparó en el collar que portaba, un kanji, que tenía la inicial de la letra "e" su significado era "eterno".
El chico, que era ligeramente más alto que Tadashi, lo observó de una manera muy dulce y con extremado cuidado quitó un mechón de pelo marrón de su rostro y lo llevó a su oreja.
Entonces, la anciana-madre del pueblo profesa las tan esperadas palabras:
-¿Están listos para comenzar la ceremonia?
Ambos chicos asienten con impaciencia y furor en la mirada. 

En ese momento, todo empezó a derrumbarse. 

Fuego, ruido y desastre. Un incendio estaba ocurriendo en el templo contiguo. El joven prometido no dudo en salir a actuar, no sin antes darle un corto beso en la comisura de los labios a Yamaguchi, asegurándose de que se había despedido. Al momento de salir del templo donde se estaba predicando su boda llamó a muchos otros soldados para comenzar a actuar, siguiendo a este chico, que portaba insignias de general. 

Y el recuerdo empezaba a cambiar de color, de manera rápida todos los rosas se volvían grises, las sonrisas en lágrimas y la sensación de calor y alegría ahora estaba extremadamente fría. Ahora el mismo Yamaguchi corría hacia el templo en llamas, pero no podía contener el llanto. La muerte de su amado era inminente, y no había ni rastro de  salvación. 

(...)

Una fuerte sacudida había azotado su cuerpo, no podía entender nada. ¿Por qué sentía que ese chico estaba no sólo en peligro, sino que él mismo sentía unas ganas terribles de llorar, a pesar de que no lo conocía? 

Miró a su alrededor, estaba en su salón, no en un templo y todo estaba en una extrema calma y la gente...Era de una época mucho más reciente, nada que ver con las vestimentas tradicionales japonesas de esa "visión". Y sólo podía pensar una cosa: Todo estaba en relación a aquella chica. Su mente estaba trabajando a mil por hora, para alguien tan lógico y ordenado, no tenía nada de sentido todo lo ocurrido. Ahora ella estaba sentada en su pupitre, leyendo y sacando sus libros para la lección. Todos estaban haciendo eso, menos él. "¿En qué momento llegaron todos?" Pensó, todavía algo fuera de si. Notó de repente, que la maestra estaba observándolo fijamente, y cayó en cuenta de que estaba evidentemente distraído. Pidió una disculpa y comenzó a trabajar en el problema escrito en el pizarrón. La maestra comenzó a tomar asistencia, llamando a cada uno de los alumnos por su nombre completo, deteniéndose en la nueva chica, pidiéndole que se presentara.

-Konnichiwa, me llamo Oda (T/N), espero que podamos llevarnos bien. 

Su respuesta había sido bastante corta y tímida, inclusive más de lo esperado. La profesora, al notar esto, trató de hacerle preguntas, rompiendo (o con la intención) la incomodidad de la joven.

-Oda...¿Cómo el samurai? ¿Están emparentados?

(T/N) se mostró un poco distinta, con un toque más de emoción, su tono estaba perdiendo lo monótomo. - Lo es, mi familia ha tratado de mantener la tradición de vivir como ellos, en un casa tradicional y me han enseñado a usar la katana. 

Yamaguchi pensaba un poco en la relación de esta chica con la visión. Usar espada, samurais, sonaba algo relacionado con la visión. Salvo que seguía sin tener nada de sentido y toda pequeña relación que encontraba era completamente ilógica. El timbre sonó, indicando que era tiempo del receso. 

Decidió ir con Tsukki. A pesar de que estaban entablando una conversación que parecía normal y hasta eso bastante participativa del rubio (cosa que era muy rara), Yamaguchi se mostraba distraído. 

-¿Qué te picó? -Le dijo su amigo- Estás completamente fuera de ti, hoy fuiste el único que regañaron en clase y te la pasas viendo sin pudor a esa chica "samurai". 

Tadashi reaccionó un poco sorprendido, dándose cuenta que era cierto, estaba observando demasiado a (T/N). Se sintió tentado a contarle a Tsukki, mas se dio cuenta que era algo absurdo. La visión que había tenido no eran nada mágico ni mucho menos relacionado con el destino. Contarle a alguien tan excéptico como su amigo sólo tendría como desenlace ser tratado de loco. Y aunque se pidiera a si mismo dejar de darle vueltas al asunto, no pudo evitar darle una última mirada a la chica. Poco se esperaba que cruzaran la vista, menos que se conectaran sus ojos

Pero lo que nunca pensó, es que volviera a perderse en su realidad, y terminar en otra. 

(...)

Se encontraba en una cama que aparentemente era suya, y no estaba sólo. A su lado estaba el mismo chico de la visión pasada. Estaba dormido y sin embargo, sintió sus brazos fuertemente abrazarlo de la nada. Le seguía costando comprender que pasaba. ¿Quién era él? Con cuidado lo separó de si mismo, levantándose y tratando de analizar su cuarto.  Este estaba completamente hecho de madera, tenía cuadros de estilo japonés antiguo. Estos contenían historias: Peleas de samurais, paisajes del reino y cuadros de familias. Comenzó a verlos todos con atención.

El primero contenía al chico que estaba durmiendo a su lado, vestía prendas que mostraban su sangre real. Al lado suyo estaban una mujer y un hombre con sus mismos rasgos, claramente sus padres. Al pie del dibuja, estaba escrito "Oda", aparentemente el nombre del clan. ¿Por qué ese apellido ya lo había escuchado antes? 

En el otro cuadro  "Yamaguchi", estaban solamente dos personas. La primera era un hombre mayor, parecía su padre. A su lado estaba un joven que era idéntico a él, inclusive en las pecas. El último era el más interesante, pues mostraba a Tadashi y a ¿Oda? -supuso el nombre- sonriendo, tomados de la mano. Este lienzo tenía escrito en la esquina "Oda y Yamaguchi se comprometen, uniendo sus clanes". 

Las cosas parecían cuadrar un poco más ahora, ambos eran parte de clanes de guerreros, y en un futuro se casarían, uniendo las familias. Recordó que en clase de Historia le habían explicado que los matrimonios eran una forma de crear lazos y alianzas entre familias. Era común que entre los prometidos no hubiera ningún cariño y que la infidelidad se volviera una salida a la falsedad de la realeza. Cosa que a él no le cuadraba, parecía que entre ambos había amor sincero. Yamaguchi pudo sentirlo en el recuerdo de la boda y también ahora, que estaban durmiendo juntos. 

-¿No puedes dormir? -Dijo Oda, levantándose de la cama y masajeando los hombros de su prometido. El pecoso sólo pudo sonrojarse un poco- ¿Es por la boda, cierto? No te preocupes, todo saldrá bien. Además, recuerda que siempre estaremos juntos, es una promesa.

Tadashi trató responderle, trató preguntarle algo, entender un poco más. Pero de nuevo, y de forma que el joven no deseaba, regresó a su realidad.

(...)

Era la segunda vez que ocurría en el día y eso empezaba a frustarle. Empezó a juntar las piezas del rompecabezas: Oda, que también era el apellido de (T/N); eso le daba la conclusión de que podían ser parientes lejanos. Se llenó de valor para tratar de averiguar la verdad e ir a hablarle a la chica.

La campana sonó, anunciando el final del receso y también las esperanzas de Yamaguchi de entender todo. Al menos lo tendría que saber ese mismo día o le costaría horrores descansar. (T/N) estaba empezando a acercarse hacia donde él estaba y esa valentía que había acumulado empezó a escasear. ¿Debería decirle algo? Por supuesto que sí.

A pesar de que es muy dicho que la intención es lo que cuenta, no podría ser tomado muy enserio en casos como este, debido a que apenas (T/N) dio un paso más, Yamaguchi decidió abortar la misión por completo. Aceleró lo más que pudo el paso, tratando de no correr para tampoco verse raro. Aunque ver a un chico caminando a gran velocidad con los brazos juntos y una cara de trauma total por los pasillos de la escuela no es algo que se pueda considerar "común". 

(...)

El día pasó extremadamente lento. Todas las clases pasaron con una anormal incomodidad del chico, y esto no pudo pasar desapercibido por los maestros. Lengua, Historia, inclusive Educación Física, en todas estas clases Yamaguchi recibió alguna llamada de atención. Todos los maestros se encontraban confundidos, el mejor alumno del salón con un comportamiento inadecuado...¿Estaría todo bien con él? 

Con esta incógnita, que inclusive Tsukkishima tuvo, el día escolar llegó a su fin. Eso signficaba una sola cosa: El tiempo de resolver la incógnita se estaba acabando. Era ahora o nunca. Las últimas personas estaban saliendo del salón, sólo quedando la alumna nueva y Yamaguchi, que había alegado a su mejor amigo que no lo esperara.

Ahora, ¿Qué debía decir? ¿Debería ir directo al grano y contarle sobre las visiones? No, eso sería muy fuera de lugar y podría asustarla. ¿Sólo saludarla? Mucho menos, con eso no lograría nada. 

-Oye...-Comenzó a hablarle (T/N). La sorpresa del chico fue enorme no podía ser más grande.-. Tú eres Yamaguchi, ¿No? 

El mencionado sólo asintió. Ella empezó a acercarse para hablarle, se mostraba curiosa pero a la vez seria. Por primera vez se pudieron ver mejor el uno al otro. Él vio con interés todos sus rasgos faciales: Su corto pelo, el lunar en su rostro, sus ojos. Sus miradas volvieron a conectarse, cada uno admirando los ojos opuestos. Era la tercera vez en el día, por lo que, también fue la tercera vez que su realidad cambió. 

(...)

Estaba de nuevo en la casa de estilo japonés antiguo. Pudo reconocer algunos cuadros de su anterior "visión". Mirando con mayor atención a todo, se encontraba en una sala abierta, con postes que sostenían el techo. Podía ver desde ahí todo el patio de la casa, repleto de bambú y animales. Al lado suyo estaba Oda, vestido con prendas ceremoniales. Y enfrente, una mujer con vestimenta de sacerdotisa comenzó a hablar. 

-¿Están listos para comenzar la ceremonia de unificación de almas? 

Ambos dijeron que sí con la cabeza. La mujer comenzó a rodearlos en un círculo de sal, mientras recitaba palabras en un dialecto que no comprendían. Luego, en la mesa que había frente a ellos, colocó un pequeño cuenco, un pergamino en blanco, tinta negra y un pincel. Fuera de la circunferencia, fueron encendidas cuatro velas. Finalmente, la mujer tomó asiento frente a ellos, del otro lado de la mesa.

-Oda Nobunaga -Le llamó la sacerdotiza. 

Este sacó su brazo de su bolsillo y colocó una flor en el cuenco, mientras decía por lo bajo "Ukereimasu" que en español podía ser traducido como "acepto" de una manera formal. Al momento de colocarla, la flor se deshizo, volviéndose un líquido blanco. El pecoso quedó sorprendido, esto de verdad era mágico. Sus pensamientos quedaron interrumpidos, pues la mujer habló de nuevo.

-Yamaguchi Wakai-Escuchó.

Yamaguchi supuso que se refería a él, así que trató de imitar la accíon de Oda. Buscó de manera torpe una flor dentro de su traje. Encontró una flor un poco aplastada, pero de todas formas la colocó en en el cuenco, mas eso no quitó la vergüenza que sentía. Repitió el "Ukereimasu" de su compañero. Su flor se volvió un menjurje rosa, que terminó mezclándose con el blanco, adquiriendo un tono más pálido. Otra vez sentía una felicidad gigante, como la de la primera visión.

-De acuerdo. Estamos a punto de terminar. Ahora sólo tienen que escribir sus nombres en el pergamino.-La sacerdotisa volvió a hablar-. Una vez hagan esto, deberán beber un sorbo de las flores. Si este saben bien, significará que sus almas son compatibles y su amor es sincero, entonces quedarán unidos por la eternidad, reencarnando en dos jóvenes distintos a ustedes. Sólo tendrán tres recuerdos de su vida pasada, incluyendo ahora mismo. Si esto no es así, el trago sabrá amargo, de manera inaguantable. Adelante. 

Yamaguchi se sintió nervioso de nuevo, ¿Y si no era tan correspondido como el pensaba? Para su sorpresa, Oda bebió rapidamente un sorbo de la bebida y su cara quedó relajada de deleite. Eso era buena señal, por lo que decidió imitarlo. Al beberlo, sintió por su garganta un cosquilleo muy suave y en su paladar el sabor más dulce de su vida, pero este no era empalagoso. Sin duda alguna, lo más delicioso que había bebido.

La bruja sonrió divertida, había confirmado su sospecha de que sería una unión exitosa. Tomando el cuenco, roció sobre el pergamino el resto del líquido. Este, empezó a brillar. Todo al rededor brillaba. La arena, el cuenco e inclusive la mujer. 

-Nos veremos en otra vida-Les dijo, antes de desaparecer.

En circunstancias normales, hubiera quedado asustado y ansioso, pero ahora era distinto. Sentía una calma en cada parte de su cuerpo, y de pronto se volvió cansancio. Oda se recostó en el suelo y tomó con delicadeza su mano. Ambos terminaron en el suelo, tomados de la mano y con una sonrisa que nada les podría quitar del rostro. 

Cerraron al mismo tiempo los ojos.

(...)

 Al abrirlos, estaba (T/N) frente a él. Todo empezó a parecerle un poco más claro. Él era la reencarnación de Wakai, la chica era de Nobunaga. Ambos apellidos coincidían. Pero eso sólo podía significar una cosa. 

-¿Somos almas gemelas?  -Dijeron al mismo tiempo. Estaban coordinados de manera natural. 

(...)

¡Gracias por leer! Una disculpa antes que nada por haber actualizado tan tarde, han pasado muchas cosas, pero comencé un Bullet Journal y comenzaré a actualizar de manera más continua y regular. Trataré de hacer al menos un capítulo al mes. 

Sobre el capítulo de hoy, espero que les haya gustado mucho, a pesar de la poca interacción que tuvo la rayis con el Yamaguchi. 

Otra cosa, llegamos a 2.7 K de lecturas, me gustaría hacer un especial, así que...¿Qué les gustaría? 

-Un preguntas y respuestas

-Algún reto 

-¿Cómo sería la escritora en Haikyuu?

-Otro (ustedes proponen)

Voten en la opción que más quieran :)

Nos vemos en lo que queda de Agosto de nuevo con un capítulo de Terushima Yuuji. 

Abrazos y besos gatiences!

-Saragaty

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