Un beso con Yamaguchi.
-¡Perfecto! Fueron dos horas pero ya sabes deletrear todas esas palabras en ingles.- me felicitó Yamaguchi sonriendo.
-¡Al fin! Estoy exhausta.- dije dramáticamente y me deje caer hacia atrás, cayendo en la cama.
Estábamos en la casa de Tadashi pues él se ofreció a ayudarme a estudiar ingles. Él empezó a reír y en ese momento su madre entró por la puerta.
-¿Como van?- preguntó sonriendo mientras traía un plato con varias galletas.
-¡Ya se deletrear las 20 primeras palabras!- exclamé sentándome de nuevo. La mujer sonrió y dejo las galletas en la pequeña mesa junto a la cama.
-Me alegro, linda.- luego de eso, me dio un beso en la frente. La madre de Yamaguchi siempre me ha tratado como una hija. -Ya es hora de que me vaya al trabajo, ¿estarán bien solos?
-Claro. Si tardamos más de lo esperado, puedo hacer algo de cenar para ambos y la acompañare a la parada del autobus.- dijo Tadashi.
-Bueno, me deja más tranquila.- nos dio un beso en la mejilla a ambos.- Nos vemos.
-Adiós.- dijimos a la vez.
Su madre salió de la habitación y los dos empezamos a comer galletas.
-¿Cuantas palabras faltan?- pregunté mientras terminaba la galleta en mi mano.
-Otra lista como esa. 20 palabras más.- dijo después de revisar las hojas que estaban sobre la cama.- O tal vez...
-¿Qué cosa?- pregunté curiosa.
-¿Recuerdas cuando dijiste que, como ambos somos nuevos en esto de relaciones,- hizo una pausa y ya estaba muy sonrojado.- si tenía curiosidad sobre algo o si quisiera intentar algo te lo dijera?
-Si, lo recuerdo. Pero sigo sin entender.- lo miré fijamente y él empezó a recoger varias hojas y las puso hacia un lado. Sus manos estaban temblando así que las sujeté.
-Pues, que quisiera intentar algo. ¿Puedo?- dijo tartamudeando y yo me limité a asentir.
Lo que hizo nunca me lo habría esperado de Tadashi. Se acercó a besarme y me empujo levemente para dejarme recostada sobre la cama. Al salir del asombró empecé a devolverle el beso. Sus manos se encontraban a ambos lados de mi cabeza para sostener su peso y por puro instinto rodee su cintura con mis piernas.
-Lo... Lo lamento.- se separó un poco y me fije en su rostro.
Sus mejillas y nariz estaban muy sonrojadas, sus ojos estaban cerrados fuertemente al igual que su boca. Yo ni siquiera lo deje alejarse mucho pues lo agarré por el cuello de su camiseta y lo jalé haciendo que nos besáramos de nuevo.
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