Un beso con Oikawa.

Estaba caminando con Tooru hacia mi casa al terminar clases. Hoy era el día libre del equipo así que no tendría que practicar.

-¿En que piensas?- miré hacia arriba y me encontré con Oikawa sonriendo sin mirarme.

-Nada, nada.- hice un gesto para restarle importancia.

-Te conozco, pensabas en algo.- se puso enfrente de mi y empezó a caminar hacia atrás.

-Te dije que no pensaba en nada, Tooru.- reí y tomé sus manos. -Ya se que mi inteligencia hace parecer que siempre pienso en cosas como la cura del cáncer y la raíz cuadrada de 42.312.

-Que graciosa, chibi-chan.- dijo rodando los ojos.

-¡No me digas así! Mido 165 cm, no es mi culpa que seas un gigante.- lo rodee y seguí caminado dejándolo atrás.

-¡Hey! No te molestes, chibi-chan. Sabes que es puro amor.- aquello me dio ternura pero cruce mis brazos para verme molesta.- A si que no vas a hablarme.- se quedó callado por un segundo, pero igual lo sentía detrás de mi. - Hey, hey, hey, hey, hey.

-Detente.

-¿Vas a hablarme?- yo negué con la cabeza.- Bien. Hey, hey, hey, hey.

-¡Está bien!- exclamé mientras me giraba para encontrarme con él riendo.- Te hablaré pero deja de decir hey.

-Sabía que funcionaría.

-¡Oikawa-senpai!- un grupo de chicas llegaron corriendo desde atrás. Parecían de 1°

Todas hicieron un círculo al rededor de él dejándome a una distancia de más o menos 2 mt de mi novio. Empezaron a pedirles fotos o simplemente hablar con él. Terminé sentada en la pequeña acera después de varios minutos en los que las chicas me impedían acercarme a Tooru.

-Te ves patética, chibi-chan.- alcé la mirada y vi a Kindaichi rodeado del resto del equipo.

-¿Tú también?- pregunté rodando los ojos.

-Tienes que marcar territorio.- "bromeó" Iwaizumi.- ¿Quieres que lo golpee?

-No, creo que tengo una idea mejor.

Me levanté y me acerqué al grupo de chicas. Me hice paso entre ellas con un "con permiso" hasta que llegué a Oikawa. Lo jalé por el cuello y lo bese ganándome las miradas furiosas de las chicas.

-Si me disculpan, me lo llevo.- tomé su mano y lo jalé hacia donde estaba el resto del equipo.

Los chicos aplaudían en broma y reían.

-Buena esa, chibi-chan.

-¡Hey! Solo yo le puedo decir así.



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