Un beso con Hinata
Estaba acompañando a mi mejor amigo Hinata en el gimnasio, pues se había quedado hasta tarde practicando sus pésimos saques. Me encontraba a un lado de la cancha, a veces atrapaba los balones que eran muy desviados.
-¿Porqué no intentas otro tipo de saque?- pregunté algo fastidiada.- Ese parece difícil.
-Es difícil, por eso quiero aprenderlo.
Él no se rindió y siguió practicando ese saque. Corría y saltaba, pero el balón ni siquiera pasaba la malla. Me di cuenta que se estaba estresando y no era bueno cuando Hinata se ponía así. Me dispuse a recoger los balones y ponerlos de nuevo en el carrito.
-¿Qué tal si haces unos remates?- propuse una vez que terminé y me puse junto a él con un balón en la mano.- ¿Quieres?
-¿De verdad? ¿Puedes hacer una levantada?- preguntó ladeando un poco la cabeza.
-Bueno, no lo he hecho nunca pero no parece muy difícil.
-Nunca dejes que Kageyama te escuche decir es.- dijo rápidamente. -Pero si quieres, no veo por que no. Me alegraría un poco hacer unos remates.
-Por eso lo dije, tonto.- reí y me puse junto a la malla luego de darle el balón.
-Está bien, empecemos.
Lanzó el balón hacia donde yo estaba y visualice las veces que vi a Kageyama-kun levantar el balón para Hinata. Intenté hacerlo lo más parecido a como él lo hacia pero me faltó fuerza. De un momento a otro, Hinata había golpeado el balón que ahora rebotaba del otro lado de la cancha.
Ambos nos miramos y gritamos al mismo tiempo.
-¡Genial!- cerré los ojos al gritar pero me detuve de repente cuando sentí unos labios sobre los míos.
Oh Dios.
Me estaba besando.
Hinata me estaba besando.
Y me gustaba...
Se separó rápidamente y al abrir los ojos vi que sus mejillas estaban casi del mismo color que su cabello. Aunque yo debería estar igual.
-¡Perdón, perdón, perdón!- dijo muchas veces.- Fue impulso pues fue demasiado genial como levantaste el balo, y fue genial como rematé, y también somos geniales juntos.
-Tranquilo, Hinata. No debes disculparte.-él me miro fijamente.- ¿También haces eso con Kageyama? Pues supongo que él levanta el balón muchísimo mejor que yo.
-No, Kageyama no es una chica linda como tú.
-¡Cállate!- grité sumamente sonrojada.- ¡No digas cosas así!
-¡Perdón!- se dejó caer al suelo mientras se seguía disculpando.
-Son el uno para el otro.- murmuro Suga a sus compañeros Daichi y Asahi, que estaban fuera el gimnasio y estos asintieron.
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