Me senté en la silla que estaba frente al castaño. Me quedé mirándolo fijamente y él sólo podía mirar abajo. Estaba avergonzado, lo sabía.

-¿Piensas quedarte callado?- pregunté alzando una ceja, haciendo que él alzara el rostro y me mirara.

-Hola, amor.- sonrió mostrando los dientes.-¿Como estas?

-Debes volver.- dije ignorando su intento de cambiar de tema.- El equipo te necesita y tú los necesitas a ellos.

-¿Te mandó Suga?-preguntó avergonzado.

-No importa quien me mandó, importa que te estas comportando como un cobarde.

-Definitivamente te mandó Suga.- afirmó.

-Escucha, Azumane.- tomé su rostro para que me mirara.- Perdieron contra Dateko, bloquearon todos tus remates. Acéptalo y aprende de eso.

-Soy un desastre que no merece ser llamado la estrella.- cerró fuerte los ojos.

-¿Quieres que te saque la negatividad como lo hace Suga?-alcé una ceja y él rápidamente se puso en posición de defensa.

-No me golpees.- amenaza.- Por favor.

-No lo haré si prometes volver.

-Lo pensaré.

-No, lo harás. Te necesitan ahí, Nishinoya te necesita ahí, Suga te necesita ahí y también Daichi.- su mirada pasó a ser de nostalgia. Tal vez recordaba antiguos partidos.- Todo el equipo necesita a su estrella.

-Necesitan a su estrella.- murmuró, levantándose.- Yo soy la estrella.

-Si que lo eres, amor.- dije riendo y me levanté.

-Volveré, ya lo decidí.- sonrió.- ¿Un beso de "felicitaciones por volver al equipo"?

Me acerqué mucho a su rostro y deje un beso en su mejilla.

-Felicidades por volver al equipo.- después de eso, intenté irme pero Asahi me tomó por el brazo he hizo que volteara.

-Oh, no. Claro que no.- dijo y me beso durante unos segundos.- Mucho mejor