Tsukishima Kei
Pedido de: BrigOuO
La chica soltó un bostezo en medio de la clase, batallando para prestarle atención a la profesora de química mientras que el cansancio hacía que sus ojos quisieran cerrarse. Estudiar hasta tan tarde había hecho más estragos de los que había esperado.
Bajó la mirada hacia su mesa donde yacía una hoja sobre su libro, hoja donde había enlistado toda una serie de requisitos que debían tener listos antes de irse al Torneo Nacional, también estaba la información de las invitaciones a dos de sus compañeros la cual aún no había sido anunciada a los susodichos.
— ¿Estás bien? —Cuestiona de repente su compañera sentada al lado de ella, teniendo como respuesta un asentimiento y una sonrisa.
Bostezó de nuevo, dejando la hoja de lado para seguir escribiendo en su cuaderno tratando de involucrarse más en la clase.
Pero es que si no era una cosa era otra, sacando de su mente con esfuerzo todo lo relacionado con el club, esto tan solo le dio más espacio en sus pensamientos para que cierto rubio se apoderara de estos.
De forma sutil su mirada fue a parar a su rubio compañero sentado en el asiento diagonal a ella, posando la mirada en su espalda, detallando los audífonos reposando en su cuello a pesar de no estar conectados a nada, esto mientras dejaba caer el peso de su cabeza sobre la palma de su mano.
Apretó los labios evitando soltar un suspiro.
Si al principio del año le hubiesen dicho que desarrollaría esa clase de sentimientos tan contradictorios por aquel chico tan alto se habría burlado de inmediato de la persona que se lo hubiese dicho, pero ahí estaba en ese momento, casi ignorando una clase tan solo por verlo.
En un abrir y cerrar de ojos, el horario de clases había llegado a su fin dándole paso a que lo estudiantes empezaran a abandonar el aula, algunos en dirección a las respectivas salas de sus clubes.
—Shimizu —Alzó la cabeza ante aquella voz perezosa llamando por su apellido, siendo uno de los únicos que la llaman así en vez de su nombre, tragando salida al verlo de pie frente a ella—. Saliendo del club iremos a mi casa para hacer el proyecto.
Sin más, Tsukishima dio una vuelta para abandonar el salón dejándola completamente paralizada en su asiento aún procesando lo que acababa de decirle.
¿Le había "pedido" hacer el proyecto juntos? Bueno, mejor dicho la había obligado a aceptar. Aunque en cierta medida se lo esperaba, no consideraba al rubio una persona de lo más sociable por lo que, obviando al club, nunca lo había visto dirigirle la palabra, de forma no tosca, a nadie más. Era de esperar que la escogiera al ser la única persona de su salón con quien tenía una "relación cordial".
Pero... ¡Iría a su casa!
Terminó de guardar sus pertenencias para echarse a correr en dirección al gimnasio para no llegar tarde a la práctica, maniobrando para pasar entre los alumnos sin chocar a nadie en su camino hasta que llegó a su destino, encontrándose de frente con Hinata y Kageyama discutiendo en la puerta.
—Permiso, permiso, voy a pasar —dijo pasando intencionalmente entre ellos para separarlos mientras entraba al gimnasio—. ¡Hitoka-chan!
La pequeña rubia giró luego de un brinco para ver a la recién llegada acercándose a ella—. ¿Estás bien, Nyoko-chan?
—Hoy iré a casa de Tsukishima —informó de inmediato logrando que su amiga abriera muy en grande los ojos de la sorpresa.
No obstante no había sido únicamente Yachi quien había escuchado su anuncio, ya que en ese momento escuchó las expresiones de sorpresa que la alertó haciendo que, al buscar el origen, encontrara a varios de sus compañeros observándolas con sorpresa.
Se quejó cuando notó un aura tenebrosa rodeando al par de segundo año ante la noticia, escuchando como estos empezaban a gruñir por lo bajo.
— ¿Irás a su casa? ¿Por qué motivo? ¿Qué se supone que harán? —Fue entonces Daichi quien inició con el interrogatorio hacia la menor.
Era lo que menos se esperaba cuando fue en busca de Yachi, ¡quería consejos, no interrogatorios!
Para el momento en que el resto del equipo arribó en el gimnasio, se encontraron con una escena verdaderamente cómica a pesar de no conocer siquiera el contexto; en el centro se encontraba Nyoko siento abrazada contra el pecho de la estrella del equipo mientras recibía interrogantes de los otros dos jugadores de tercer año, también frente a ellos se encontraban Tanaka y Noya en su modo pitbull para "proteger" a la castaña.
— ¿Qué sucede aquí? —Cuestiona Yamaguchi en voz baja siendo completamente ignorado por el rubio quien entró sin más.
Con rapidez la chica les pidió a todos que se detuvieran para no avergonzarla aún más de lo que ya estaba, huyendo del lugar junto a Yachi para irse por donde la mayor se había ido para cambiarse al uniforme del club.
Ambas saludando a la pelinegra quien les brindó una sonrisa mientras se despojaba del uniforme escolar.
—Nee-san, hoy iré a casa de Tsukishima para hacer un trabajo —proclama hacia su prima mientras apretaba la tela de su falda—. Moriré por los nervios.
Soltando una pequeña risa, Kiyoko se giró hacia la menor poniendo la mano sobre su hombro para demostrarle algo de apoyo y tranquilizarla. En su hogar ella era la menor teniendo un hermano mayor, razón por la cual siempre había tratado de ser una buena figura de "hermana mayor" con Nyoko, tratando de mantenerla bajo su ala protegiéndola de todo lo que estuviera en su alcance.
Verla tan nerviosa le traía sentimientos encontrados: por un lado la hacía feliz por fin ver a su pequeña tan ilusionada con un chico, mientras que por otra parte seguía al filo de que en cualquier momento pudiera verla llorando por un rechazo por parte del rubio quien no tendría la culpa.
—Ustedes hablan normalmente en las prácticas, puedes tan solo pensar que están en el gimnasio mientras hacen tareas —le brinda un consejo notando su mirada fija en el suelo.
—Pero estaremos solos —lloriqueó con los nervios matándola.
—Olvida que lo están, tampoco es como si Tsukishima-kun hablara mucho con los demás del equipo, siempre está solo con Yamaguchi —dice de regreso con algo de diversión—. Además ambos son bastante inteligentes, no creo que se tarden mucho en dicho proyecto.
Sin querer perder mucho más tiempo antes de que la práctica iniciara, las tres chicas terminaron de cambiarse para salir en dirección al gimnasio de nuevo notando que los chicos aún no estaban en el lugar.
El profesor Takeda se acercó a ellas para indicarles que antes del entrenamiento les informaría acerca de las invitaciones hacia Kageyama y Tsukishima.
— ¡Empecemos! —El grito de Tanaka llamó la atención sobre el equipo que entraba al gimnasio antes de ser llamados por el entrenador.
La mirada de una de las mánager, sin poder evitarlo, se posó por unos segundos hacia el más alto del club antes de sonrojarse levemente y apartar su vista para no ponerse peor.
De repente no podía siquiera verlo, con el paso del tiempo conforme sentía que sus sentimientos crecían, notaba como cada vez se le hacía más complicado tener contacto con el rubio. ¿Cómo podría siquiera estar en su habitación en su casa? ¡Solos!
[...]
—Bien, necesito que me escuches con muchísimas atención, ¿entendido? —Noya, sujetando su rostro, la obligó a mirarlo a los ojos mientras estaba sentada en las escaleras del gimnasio.
El líbero se encontraba junto a Tanaka, Kinoshita y Shoyo con la misión de preparar a la chica para su "cita" con el rubio. Porque sí, era de lo más obvio lo mucho que a la chica le gustaba el bloqueador, y no por lo poco disimulada que solía ser a veces, si no porque en el momento en que Hinata se enteró sin querer ya era más que obvio que todo el equipo lo sabría.
En un momento Yachi le había comentado, inocentemente, a Tanaka para que ayudaran a la chica. Gran error, ¿o no?
—Es demasiado pronto como para planear una cita verdadera, no soy tan experto en citas —confiesa el líbero con un tono demasiado serio como para la situación que vivían—. Pero si puedo darte los consejos básicos para que sobrevivas hoy.
—Tsukishima es demasiado alto, bájalo a tu altura o te dolerá el cuello cuando lo beses —dijo Hinata totalmente serio sonrojando a la fémina hasta la médula.
— ¡Yo no voy a besarlo! —Exclamó en susurros causando que el chico frente a ella chasqueara con la lengua.
—Primer error, esa es nuestra misión principal.
— ¡Pero yo no quiero! —Dice de nuevo mientras este sacudía su cabeza.
—Recuerda cerrar con seguro la puerta cuando entren —comenta ahora Kinoshita recibiendo un chillido de Nyoko negándose mientras Tanaka le aplaudía diciendo el buen consejo.
—Ustedes son pésimos dando consejos —se queja, cruzándose de brazos con las mejillas apretadas por las manos de Noya—. ¿Cómo piensan que voy a besar a...
—Shimizu, camina —La repentina voz del susodicho hizo que todos alzaran la mirada para encontrarse con Tsukishima junto a Yamaguchi ambos cambiados.
Sin siquiera esperarla, o a nadie, el alto empezó a caminar en dirección a la salida, seguido de cerca del peli verde.
Noya se acercó por última vez a ella para empezar a susurrarle con rapidez todos los consejos que le habían dicho, comenzando una discusión entre ambos por medio de susurros mientras forcejeaban.
—No te esperaré —dijo de nuevo alzando la voz, haciendo que la chica exclamara un "Voy" antes de echarse a correr detrás de ambos.
Sujetando con fuerza su mochila se aproximó hacia ellos, colocándose tímidamente junto a Yamaguchi para estar lejos de Kei, siendo saludada por un sonriente chico quien de inmediato buscó empezar una conversación con ella para evitar el silencio incómodo entre ellos.
Descubriendo entonces algo que no sabía cómo tomarse, por una parte, una gran parte se aliviaba pero un rincón de ella le entristecía saber que Tadashi también estaría en la casa de los Tsukishima ya que lo había convencido de ayudarlo con historia.
Bueno, al menos no tendría que estar a solas con Kei, pero... No podría estar a solas con Kei.
[...]
—"Unos quieren el mundo, otros quieren el sol, yo solo me conformo con un lugar en tu corazón" Escribe eso, es bueno.
Aquella frase del más alto obtuvo dos reacciones muy diferentes; mientras Nyoko tan solo lo veía, negando con la cabeza y pensando que había descubierto la razón por la cual estaba soltero, por otro lado se encontraba Nishinoya, aplaudiendo y felicitando a su amigo como si hubiese recitado una bella poesía.
—Es hermoso, bro —aseguró el más bajo, secándose las "lágrimas".
—Es horrible, Tanaka-san —se quejó la castaña al mismo tiempo.
Ambos chicos habían se habían ofrecido como voluntarios, sin derecho a réplicas por parte de la chica, a ayudarla en su objetivo de confesarse al rubio (ella no tenía ni idea de en qué momento había dicho que quería confesar sus sentimientos)
Pero ahí estaba, en la azotea del edificio con lápiz y papel, luego de decidirse por confesarse con una carta, escuchando las recomendaciones de sus mayores quienes le soltaban frases cursis de repente para poner en la respectiva carta, la cual hasta el momento solo se encontraba en blanco ante las pésimas recomendaciones de los senpais.
—Esto no tiene sentido, no puedo escribir ni siquiera una línea —gimotea Nyoko dejándose caer contra la pared, dejando todo el suelo al rendirse.
Antes de que alguno de los dos pudiera decir algo más, la campana indicando que el receso había terminado, los interrumpió para hacer que los estudiantes fueran a sus respectivas aulas.
La chica, resignada, se puso de pie mientras agradecía a los chicos por al menos intentar ayudarla asegurando que de igual forma aquello era una misión imposible desde el principio.
—Nyoko-chan, ¿por qué no tan solo le dices? —Pregunta entonces Tanaka antes de que volvieran dentro de la preparatoria, haciéndola girar para verlo— Digo, solo dile que te gusta y ya está. Si también le gustas, lo besas y si no le gustas, tan solo te vas y nosotros nos encargamos de golpearlo.
Riendo la castaña agradeció su primer buen consejo, inclinándose antes de salir en dirección a su salón siendo acompañada de sus compañeros de club.
¿Acaso podía ser tan fácil?
[...]
Por fin estaba a la vuelta de la esquina el día en que el rubio se iría al Campamento de Entrenamiento, serían varios días los cuales no lo vería ya que se iría a la academia de Shiratorizawa lo cual no sabía si aliviarla o desanimarla.
Los últimos días no había dejado de darle vueltas al consejo de Tanaka, consejo que verdaderamente veía venir teniendo en cuenta que su prima le había dicho que el chico le había pedido casarse con ella el primer día de verla.
Pero, de verdad no parecía una muy mala idea.
Terminó de guardar su uniforme para acto seguido salir del salón cerrándolo con llave, les había puesto excusas a todos para ser de las últimas en irse quedando tan solo los adultos junto a Kageyama y Tsukishima terminando con la información de sus campamentos.
Suspiraba tratando de calmarse mientras esperaba que el rubio saliera por fin, llenándose de valentía para no huir a último momento.
— ¿Qué haces aún aquí?
Se sobresaltó al escuchar la voz de Kageyama viéndolo llegar junto al bloqueador quien la miró de reojo.
—Yo... iba a hablar con el entrenador y... —los nervios le hacían temblar la voz viendo a los dos chicos frente a ella— Estoy bien, ya me iré a casa.
Creyendo en ella, fue el peli negro quien se despidió primero luego de asegurarse que estaría bien, no obstante aún tenía la imponente presencia del chico mirándola fijamente.
Pasó saliva con dificultad siendo incapaz de levantar la mirada del suelo mientras rascaba la piel de su muñeca con sus uñas en una clara señal de nerviosismo, deteniéndose solo cuando sintió un agarre sobre su mano.
—Estás lastimándote, detente —dijo por lo bajo alejando una mano de la otra.
—Lo siento —susurró con vergüenza, escondiendo las manos detrás de su espalda—. Tsukishima, yo...
Al quedarse completamente callada de nuevo tan solo hizo que el chico alzara una ceja viéndola—. ¿Te comió la lengua el gato?
Tan solo negó con la cabeza aún viendo de forma fija sus zapatos sin poder hacer más, aunque no por mucho.
En un rápido movimiento sintió un fuerte agarre en sus mejillas que le obligaron a alzar el rostro para verlo a la cara, sintiendo las mejillas calientes cuando este dio dos pasos hacia ella teniéndola contra los casilleros haciendo que su corazón latiera a toda velocidad.
Su mente se detuvo por completo siéndole imposible tener la más mínima reacción tan solo viendo cada pequeño movimiento del rubio quien parecía inspeccionarla en cada rincón. Vaya que Kei estaba maravillado con la vista: sus ojos azules brillando con la leve luz del lugar, sus sonrojadas mejillas apresadas entre sus dedos y su prolijo cabello castaño reposando sobre sus hombros.
Una completa belleza.
—Habla princesa, usa tus palabras —habla de forma grave haciendo que un escalofrío recorriera toda su espalda. ¡Él le había dicho princesa!—. Vamos, dilo "me gustas", te estoy esperando.
— ¿Cómo? —murmuró entre dientes, tratando de escapar de su mirada en un intento fallido.
—Eres demasiado obvia, ¿lo sabes? Además de que se lo dijiste al enano de Hinata esperando que no me enterara —se burló aun manteniendo su rostro bien sujeto.
"Hinata tenía razón, empieza a dolerme el cuello" Si es así, debería seguir su consejo.
— ¿Vas a besarme o no? —Cuestiona en un arrebato de osadía, temblando ante la sonrisa ladina que se instaló en los labios del chico.
— ¿Y quién te dijo que quería besarte? —Inquiere de regreso con un tono altanero casi riendo.
—Si no quisieras ya me habrías soltado —soltó con una pequeña sonrisa de diversión notando sus facciones tensarse—. O si no, ¿por qué estás apretando más?
Casi interrumpiendo su discurso, el más alto terminó por inclinarse para atacar fervientemente los labios de la castaña mientras sujetaba su rostro para evitar que se alejara de él. Solo que, apoyada contra los casilleros, atrapada entre la dura superficie y el cuerpo del chico, era casi imposible que huyera.
Tampoco es como si quisiera hacerlo.
La mano de la fémina sujetó el brazo que la mantenía en su lugar, necesitada de algún soporte mientras sentía los fríos y suaves labios de Kei moverse de forma ahora más lenta contra los suyos.
Al momento de separarse, cuando este soltó por fin sus mejillas dejó salir un suspiro de gusto, incapaz de abrir los ojos y enfrentarse a la situación.
—Ya no eres tan valiente, ¿verdad? —Indagó, apoyado contra el hombro de la más baja riendo cuando notó los vellos de su cuello erizándose.
—Cállate, Tsukishima —gruñe apretando sus costados tratando de alejarlo de ella, fallando olímpicamente.
—Lamento decirte la verdad, Nyoko-chan —Se incorpora para decir su nombre, quizás por primera vez, mirándola fijo a los ojos.
Apoyando una mano contra los casilleros detrás de ella, se inclinó de nuevo para posar sus labios contra su frente momentos antes de separarse tomando su mano para llevarla consigo, ignorándola por completo mientras esta aseguraba que podría irse a casa sola.
Claro que no hacía ni el más mínimo intento por soltarse de su agarre.
—Dejaste que te besara, con eso ya aceptaste muchas cosas, tenlo en mente —asegura sin siquiera girar para verla—. A pesar de ahora te acompañaré a casa y si yo quiero te tomaré de la mano.
— ¿Qué eres, mi novio? —Se burló tratando de hacerse la fuerte a pesar de estar chillando internamente.
—Eso te fascinaría, ¿no es así? —Dice de regreso, girando para verla con una sonrisa de burla.
Soltó una risotada cuando recibió un golpe en su brazo, entrelazando sus dedos de forma que no pudiera soltarse de su agarre y sonriendo al escucharla gruñir. Optando por simplemente alzar sus manos sujetas estirando su brazo hasta tener el dorso de esta a la altura de su rostro y dejar un corto beso sobre su mano.
Nyoko ya había llegado a su límite, ya no sabía que esperar ahora del chico a su lado, le fastidiaba ver su lado sarcástico metiéndose con ella segundos antes de hacer algo que pusiera sus mejillas rojísimas y que su corazón latiera al doble del normal.
¿Iba a poder soportarlo?
—Sí, puedes ir a decirle a todos tus amigos que soy tu novio —suelta de la nada ganándose la curiosa mirada de la fémina—. Si eso te dejará dormir por la noche, seré lo suficientemente bondadoso como para aceptarlo.
Con un nuevo golpe en su brazo, riendo Kei la jaló hacia su lado para pegar sus brazos mientras seguían caminando.
Si, tal vez si podría soportarlo.
¡Hola, bebés! Aquí vengo con un nuevo pedido que me gustó algo, mucho, escribir, así que le agradezco a la personita que lo pidió. Espero que les haya gustado un montón, leeré todos y cada uno de sus comentarios.
Estos dos shots salieron con temática de confesión o algo así, ¿qué les parecieron?
También les recuerdo que los pedidos se encuentran completamente abiertos, de forma preferible por mensajes directos. (Sé que tengo a una personita que vota en todos los shots que quiere hacer un pedido pero le da pena, te etiquetaría pero sabes que eres tú)
Me despido por ahora, ¡hasta la próxima, mis bellezas!
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