Tendou Satori
Pedido de: la_wanfi
Agradecimientos especiales a: __ice_queen
Satori Tendou nunca se había cuestionado cómo sería la persona de la cual terminaría enamorándose, había recibido ciertas miradas de extrañeza durante su juventud cuando, al preguntar por su "chica ideal", él siempre contestaba con la palabra "una persona". Verdaderamente nunca se había detenido a pensar la razón detrás de eso, pero es que en realidad para él no se había encasillado a solo permitirse enamorarse de una chica.
¿Qué más daba si era chico, chica o cualquier otra persona? No es como si su corazón fuera a prestarle atención a ese tipo de cosas.
Por esta razón no se restringió a sí mismo en el momento que empezó a sentir ciertas mariposas en el estómago cada vez que veía a Victoria, su mejor amigue desde hacía muchos años.
Desde el momento en que ambos se conocieron se llevaron bien de inmediato, sus personalidades tan similares hicieron que se volvieran prácticamente inseparables conforme iban creciendo y madurando como personas incluso entrando a Shiratorizawa juntos. Siempre eran Tendou y Victoria, los dos siempre juntos.
― ¡Tendou! ―El pelirrojo de inmediato se giró en el momento justo para recibir a Victoria entre sus brazos dejando a media frase lo que le hablaba con sus amigos― Te extrañé tanto.
―No más que yo, mi bebé ―murmuró risueño enterrando la nariz en su coronilla para aspirar su aroma.
Recién era el primer día de clases de su tercer año en la academia siendo la primera vez que se veían luego de las vacaciones que habían pasado separados luego de que tuvieran viajes con sus respectivas familias. Por esto no era para nada extraño tanta dulzura en su reencuentro, sumado al hecho de que su amistad se bastaba en gran medida de coqueteos bromistas y mucho contacto físico entre ambos.
Algo que ya era de lo más común para el resto del equipo de voleibol quienes ya estaban acostumbrados a su amistad tan especial, una clara diferencia de muchas otras personas que preguntaban si se encontraban juntos o de primeras suponerlo.
Tomados de la mano empezaron a caminar junto a los demás chicos mientras iniciaban una amena charla donde cada uno relataba lo que habían hecho en sus vacaciones y próximos planes para su último año en la academia. Todo era lo más común y cotidiano para ellos, incluso una acción tan pequeña para cierto par como tomarse de las manos, para el chico por primera vez se sentía diferente, había algo más que no entendía pero no le desagradaba para nada.
―En serio tenemos que hacer un viaje juntos antes de terminar el año ―comenta Ohira con una gran sonrisa luego de que Semi comentara acerca del día de alpinismo que tuvo con su familia.
― ¡Oh, podríamos ir a acampar! ―Exclamó ahora Victoria obteniendo varios asentimientos de sus amigos.
En el momento, soltó una risita al sentir la gran mano de Tendou sacudiendo su corto cabello, pasando el brazo por sus hombros para atraerle hacia su costado.
Hasta cierta manera no quería recordar el hecho de que se encontraban iniciando su último año juntos en la academia, le aterraba siquiera pensar que podrían separarse al terminar esta. ¿Cómo podría vivir sin tenerle a su lado cada día?
―Tendou, ¿me estás escuchando? ―El pelirrojo giró poniendo nuevamente una sonrisa en su rostro mientras miraba a Semi. Sin saber siquiera lo que estos decían, este tan solo asintió dispuesto a prestarle atención nuevamente a su conversación.
A pesar de la respuesta de su mejor amigo, Victoria no pudo evitar hacer una mueca pensando que algo de verdad lo estaba molestando y ella no tenía ni la más mínima idea. Era usualmente elle quien expresaba sus problemas e inseguridades, era la costumbre saber que era él quien se mantenía contento y siempre dispuesto a ayudar y apoyar a quienquiera que lo necesitara.
¿Los papeles se habían cambiado y no se había dado cuenta?
Alejando esos pensamientos de su cabeza optó tan solo por acurrucarse más a su costado para disfrutar un poco más de su calor corporal, sin poder ver la gran sonrisa y el intenso sonrojo en el rostro del chico.
[...]
El chico miró nuevamente hacia ventana luego de resignarse a no poder prestarle la suficiente atención a la clase, visualizando entonces al grupo de estudiantes de otra clase saliendo al patio seguramente para clase de educación física. ¡Era la clase de Victoria! Al darse cuenta de esto se enderezó en la silla para poder ver mejor y buscarle con la mirada entre las personas hasta que sus ojos fueron a parar hacia la cabellera rubia que destacaba entre el grupo de chicas que se encontraban a su alrededor.
Sin darse cuenta, una minúscula sonrisa se instaló en sus labios mientras apoyaba la mejilla sobre la palma de su mano, soltando un suspiro de forma inconsciente viendo como empezaba a estirar junto a los demás. No entendía cómo podía hacer latir su corazón tan rápido sin siquiera intentarlo.
La cosa ya estaba escalando demasiado rápido, ¿cómo podría seguir a su lado con su cuerpo reaccionando de esa forma? ¡Terminaría dándose cuenta en algún momento!
Debía hacer algo, y rápido.
― ¿Por qué no simplemente le dices que te gusta? ―Chasqueó la lengua ante la pregunta de Wakatoshi mientras caminaban en dirección a la cafetería.
―No es tan sencillo ―asegura metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón―. Hay muchas cosas que podrían salir mal, yo no quiero arruinar nuestra amistad.
― ¿Por qué? ―La pregunta del capitán, desde la inocencia, no hizo más que sacarle un quejido al pelirrojo.
Se quedó completamente callado analizando las palabras de Ushijima, pasando un sinfín de escenarios en su mente con un montón de posibilidades en las cuales la gran mayoría terminaban en desastre.
¿Podría perder a una persona tan importante para él?
―Es bastante obvio que le gustas, igual que a ti te gusta. ¿Cuál es el problema entonces? Semi siempre dice que ustedes se la pasan coqueteando.
―No es coqueteo, tan solo nos llevamos muy bien.
Su conversación se vio interrumpida cuando la presencia de Victoria frente a ellos luego de despedirse de varias de sus compañeras de clase, dando varios brinquitos hasta llegar frente a ellos con una brillante sonrisa que hizo sacudir su corazón.
"Es tan linde, quisiera poder abrazarle y no dejar que nunca se fuera de entre mis brazos. ¿Y si... Y si le confieso mis sentimientos?"
"¡No! ¿Estás demente? ¿Acaso quieres perder su amistad?"
"Pero tal vez elle se sienta igual que yo"
"Tal vez no"
―Tendou~ ―Su nombre, viniendo de su melodiosa voz, lo hizo reaccionar de nuevo para darse cuenta que ya el otro chico no se encontraba cerca de él, tan solo pudo visualizar a la persona responsable del revoltijo en su cabeza con un tierno puchero en los labios―. ¿Por qué me ignoras? Te estaba hablando.
Como si su cuerpo actuara por cuenta propia, sus manos se dirigieron hacia sus mejillas para acunar su rostro y sentir la calidez de su piel cuando le dedicó una pequeña sonrisa a la vez que ladeaba la cabeza en búsqueda de más contacto.
"Quiero besar sus labios, en serio que quiero" ―Se dijo a sí mismo cuando visualizó el brillo en sus labios debido al bálsamo que él mismo le había regalado un mes atrás.
Haciendo todo lo posible por no perder el control en sí mismo, se acercó lo suficiente como para dejar un sonoro beso sobre su frente, apretando las sus mejillas para hacer que sus labios se fruncieran en una graciosa mueca, soltando una risita cuando empezó a quejarse para soltar su agarre sin mucho esfuerzo.
―Mi bebé preciose ―murmuró con una voz aguda imitando la forma en la cual se le hablaban a los bebés pequeños, logrando que Vic se sonrojara a más no poder, no por la acción, sino por la vergüenza luego de ver a una profesora cruzando junto a ellos.
―TenTen, vayamos a la cafetería, tengo hambre ―dice con la voz un poco amortiguada debido a su agarre mientras se sujetaba de sus brazos, con siguiendo tan solo que este apretara más.
Con una sonrisa en sus labios, Tendou por fin soltó su rostro, riendo por lo bajo notando lo rojas que se encontraban sus mejillas por su apretón pero no esperó ni tres segundos antes de sujetar su muñeca con suavidad y jalarle con él ignorando sus quejas.
Sentía como su corazón empezaba a latir más rápido con cada segundo que pasaba, con cada uno de sus pasos retumbando en su cabeza logrando tan solo asustándolo aún más conforme se acercaba a su destino. Pero ya no podía echarse para atrás, al menos no podía permitirse hacerlo a estas alturas, se sentiría tan estúpido si dejara perder una oportunidad como aquella.
―Si querías que comiéramos solos tan solo tenías que decírmelo, tontito, ¡ni siquiera tenemos comida aquí! ―Se quejó en el momento que ambos salieron a la azotea, haciendo que alzara la mirada hacia el cielo― Hasta parece que lloverá.
―No me molesta la lluvia. Sé que tú eres de azúcar, pero yo no me derretiré por unas gotitas ―asegura con una sonrisa de burla mientras se acercaba a la verja al borde del techo―. En realidad, me gusta bastante el agua.
Victoria, luego de soltar un suspiro de resignación, decidió tan solo acercarse a donde su amigo se encontraba para sentarse junto a él con la espalda apoyada en la cerca.
Se dio la libertad de mirar hacia arriba para encontrarse con el perfil del pelirrojo de su mejor amigo, sintiendo una sonrisa instalarse en sus labios al instante. Eran tan lindo, siempre había sido tan lindo que no podía evitar recordárselo en cada oportunidad que tuviera, besar sus mejillas cada que pudiera, abrazarlo a cada rato.
―Tendou, en serio eres muy lindo ―dijo, cerrando los ojos mientras se dejaba caer hacia atrás.
―Vic, te pareces al agua ―soltó de repente consiguiendo que soltara una carcajada ante su comentario tan espontáneo.
Viéndolo girar en su dirección también se enderezó en su lugar para seguirlo con la mirada, sorprendiéndose al sentir una gotita cayendo en la punta de su nariz―. ¿A qué te refieres?
―No tienes un pronombre fijo ―alega girando hacia elle, viendo su ceja alzándose―. Puedes ser el agua, la lluvia, el río o la cascada. Puedes ser lo que sea.
Victoria empezó a reír ante su tonta broma en el momento que este estiró los brazos mirando hacia el cielo, debía anotar aquel chiste a la larga colección que el chico había hecho a lo largo del tiempo. Se había vuelto una pequeña tradición al principio cuando Vic le había confesado y pedido ser considerade con pronombre neutro.
Para Tendou lo más importante era respetar y hacer sentir bien a su mejor amiga, no, amigue. Para esto su forma de acostumbrarse a esto fue, como siempre, el sentido de humor.
―No te burles, tengo toda la razón del mundo ―le reclamó señalándole con el dedo―. Préstame atención: tú tienes muchísimas formas exactamente igual que el agua, fuerte como una cascada, calmade como una laguna e intense como una tormenta...
―Está empezando a llover, Satori, vamos dentro ―pidió mientras se ponía de pie para acercarse a él.
―Imponente como un océano y relajante como una llovizna ―siguió con su discurso, ignorando sus pedidos para en su lugar sujetar sus manos y acercar sus cuerpos.
Poco a poco la lluvia se intensificaba conforme pasaban los segundos, haciendo que Vic tratara de cubrirse sin éxito con la mano mientras notaba sus hebras rojizas empezando a caer ante el agua, pegándole el cabello a su frente.
―Completamente hermose y delicade como una nube. Amo cada una de las formas del agua porque me recuerdan a ti, y también amo cada una de tus formas porque eres tú ―expresa con sus ojos deslumbrando bajo la lluvia, apretando el agarre de sus manos dejando por completo sin palabras a Victoria quien tan solo podía verlo sin poder creerle.
El viento hacía sacudir sus uniformes al encontrarse en el techo la academia, ignorando el hecho de que sus amigos probablemente estarían buscándolos mientras hacían entrar a todos los estudiantes por la lluvia, temblando ante el brillo de un relámpago seguido del retumbar del trueno.
Para este momento el pelirrojo juntó un montón de valentía y en un arrebato de coraje se impulsó hacia elle para besar con ímpetu sus labios, obligándole a sujetarse de sus hombros mientras las heladas gotas de la lluvia bajando por sus rostros, mezclándose en su beso. Jalándole hacia su cuerpo mientras le obligaba a ponerse de puntillas para estar a su altura.
―Tendou ―jadeó cuando estos se separaron, viéndose entre los brazos del chico con su rostro contra su pecho.
―Tan solo déjame estar un rato más así, por favor, me gusta sentir tu corazón latiendo contra mi pecho ―susurra apoyando la barbilla sobre su cabeza.
―Nos estamos empapando, Tendou ―le dice con una risita, sujetando la chaqueta contraria para evitar que sus manos temblaran tanto.
Sin decir nada, el chico empezó a retroceder sin mucho cuidado haciendo que casi tropezara, hasta que su espalda chocó contra la pared dejándolos a ambos bajo el pequeño techo junto a la puerta, empezando a deslizarse por la superficie hasta quedar sentado en el suelo ignorando el chillido de Victoria quien quedó sentada sobre su regazo.
De nuevo hizo que apoyara la cabeza contra su pecho para pasar sus brazos por su cuerpo para unirlos de nuevo.
―Yo también amo todo de ti, cerecita ―musitó para de inmediato sentir su corazón acelerándose al escuchar aquel apodo el cual le llamaba desde que se conocieron.
Con la felicidad saliéndole por todos los poros, Tendou se sintió completo por fin, con un grandísimo peso fuera de sus hombros que lo hacían sentirse como si flotara por los aires.
Sonriendo ampliamente apretó sus brazos alrededor de su cuerpo, comenzando a repartir un sinfín de besitos sobre todo su rostro escuchándole reírse por lo bajo, sujetando elle también sus mejillas para unir de nuevo sus labios en un largo y tierno beso, beso que ambos habían estado esperando por varios años en los cuales ninguno de los dos se había atrevido a dar un paso más allá de la simple amistad.
Al final, a pesar de todos sus temores e inseguridades, todo sí que había salido bien. Fuera de todas las posibilidades que ambos se imaginaban con el peor resultado, el destino había planeado para ellos el mejor escenario posible: abrazados y besándose empapados hasta los huesos, escondidos en la azotea de la academia sin pensar siquiera en el posible regaño que se llevarían al volver dentro.
Irónico que su bella historia de amor iniciara en un frío día de tormenta, una gran tormenta como Victoria.
Bebés, bebés, bebés míos, he R E G R E S A D O. Que nunca me fui, pero me fascina recordarles que estoy aquí.
Pregunta seria desde el fondo de mi corazón, ¿qué les pareció este one shot?
Es la primera vez en la vida que escribo a un personaje de género no binario y le puse muchísimo empeño para que quedara bien, así que de verdad les agradecería que me indicaran cualquier error que vean y lo arreglaré de inmediato.
También quería aprovechar esta actualización para decirle algo a mis lectores de los demás libros, como Imaginas y Reacciones o Bts 8th member. De verdad que tengo super abandonados esos libros y es debido a que perdí la inspiración en estos dos y, ya que no quería escribir nada aburrido y mediocre. Por esto les quería decir que pueden escribirme por directo o en comentario en esas historias para hacerme los pedidos que quieran para actualizar esos libros también.
¡Hasta la próxima, mis bellezas!
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