Tanaka Ryuunosuke
El par de hermanas estaban a punto de partir a la preparatoria, la menor se mantenía sentada en el borde de la silla esperando que la mayor terminara de trenzar su cabello.
—Oneesan, ¿estás segura que lo haré bien? —Preguntó en un leve sollozo viéndola a través del espejo, cruzando miradas con ella.
—Tú siempre haces todo bien, Saki —asegura brindándole una sonrisa mientras acariciaba su hombro una vez que terminó su peinado—. Además yo también soy mánager y puede ser que llegue alguien más para ayudarnos, no estarás sola.
Con una sonrisa le agradeció a su hermana poniéndose ambas de pie para salir por fin a la preparatoria luego de despedirse de sus padres.
Aquel era su primer día en la preparatoria y estaba más que nerviosa, aunque estaría muchísimo peor si no tuviera a Kiyoko junto a ella para apoyarla. Ambas ya lo habían charlado y Saki había decidido unirse al club de voleibol para ser una mánager igual que su hermana.
En grandes rasgos decía que había tomado la decisión para pasar más tiempo con su hermana, más personal sabía que, a diferencia de Kiyoko, ella no era buena en más nada.
Antes de siquiera darse cuenta ambas habían llegado a las instalaciones bastante temprano para que la mayor pudiera enseñarle las salas y demás. Saki no soltaba la chaqueta del uniforme de su hermana para no perderse entre todas las personas que había en los pasillos, personas que giraban sus miradas conforme pasaban para dirigir sus ojos hacia la pelinegra.
—Llegamos —anuncia haciendo que la menor alzara la mirada, viéndose frente a unas puertas.
Dedujo que se trataba de un gimnasio debido a los gritos de los jugadores y el rechinar de los zapatos. Empezó a sentirse sumamente nerviosa, sujetando sus manos por su espalda tratando de evitar que estas temblaran demasiado.
La más alta abrió la puerta sujetando su mano para atraerla junto a ella dentro del lugar, pudiendo visualizar a los chicos quienes no se habían percatado de su presencia a excepción del capitán.
— ¿Ella es tu hermana? —Preguntó, siendo innecesario debido al increíble parecido entre ambas, pero logrando detener las acciones de los otros dos que se encontraban ahí.
—Sí, ella es Saki —dice girando para verla.
De inmediato la nombrada tembló por los nervios e hizo una rápida reverencia ante los mayores—. Soy Shimizu Saki, mucho gusto.
Pudo escuchar un "que tierna" una vez que se enderezó de nuevo. Se le hacía imposible levantar la mirada por lo cual lo único que vía eran cinco pares de pies acercándose a ellas.
—Es un placer tener otra mánager en el club —dijo el capitán saliendo en representación de su equipo—. Tenemos más jugadores en el equipo pero no están aquí justo ahora, seguramente los conocerás pronto. Yo soy Sawamura Daichi, el capitán, él es Sugawara Koushi, vicecapitán y él...
— ¡Soy Tanaka Ryuunosuke, de segundo año! —Exclamó inclinándose tanto que casi pegaba su frente a sus rodillas— ¡Es un honor conocer a una mini Shimizu!
—Tanaka, la estás asustando —lo regaño el peligri mientras golpeaba su cuello.
En ese momento también conoció a Kageyama Tobio y Hinata Shoyou, aspirantes a integrantes del club quienes también eran de primer año como ella.
Mientras su hermana se había alejado para hablar con el capitán, ella quedó con Sugawara quien además de darle la bienvenida al grupo mientras le hablaba del resto de los jugadores y las situaciones por las que no estaban ese día allí. Vería cómo ayudar con esto luego.
Sin embargo también se mantenía a su lado para evitar dejarla sola junto a Tanaka.
Cuando las clases iban a dar inicio, Saki tomó la oportunidad de que nadie la veía para huir hacia su salón, escapando principalmente del pelado que no dejaba de llamarla "mini Shimizu". Por suerte llegó a su aula correcta optando por sentarse en el asiento frente a un rubio con lentes esperando y rogando para que su profesor no los obligara a presentarse frente a la clase o ella entraría en pánico.
[...]
Las horas habían pasado, en la hora del almuerzo no había pasado más de cinco minutos en la cafetería antes de huir y pasar el descanso en el lugar más solitario que pudo encontrar, y así dio el final del horario de clase lo cual significaba que debía empezar a cumplir con sus actividades de club.
Con nervios se dirigió al gimnasio esperando que su hermana se encontrara ahí, encontrándose con algo más de gente que antes.
—Permiso —dijo tratando de no llamar la atención, fallando totalmente en el intento.
— ¡Mini Shimizu! —Fue su hermana, poniéndose frente a ella, quien logró que el chico de antes junto a uno nuevo, se detuvieran antes de llegar con ella.
—Es hermosa~ —suspiró el más bajo que tenía un mechón rubio en la frente, quien de inmediato se puso en posición para inclinarse frente a ella—. ¡Mi nombre es Nishinoya Yuu y a partir de ahora seré tu esclavo de por vida!
— ¡Igual yo! —Gritó su compañero imitando a su amigo.
— ¡Ustedes dos, deténganse! —La orden del capitán los obligó a quedarse quietos— La están espantando.
Notando que la situación se había calmado, y que Suga se hubiese llevado al par por las orejas, Kiyoko se alejó de su hermana diciendo que iba a buscarle algo dejándola por completo sola.
Saki optó por sentarse en las banca dándose la oportunidad de ver a los chicos practicando algunos remates. Agradecía las clases teóricas que su hermana le había dado en vacaciones para que no estuviera perdida en medio de las prácticas.
Estaba más que impactada por las habilidades de los miembros del club, la única experiencia que tenía viendo voleibol era de videos en internet, verlo en persona por primera vez era... impresionante. Se encontraba tan inmersa en lo que pasaba frente a ella que no se había dado cuenta del momento en que su hermana colocó una chaqueta negra sobre sus hombros.
El tiempo pasaba y ella empezaba a cansarse más y más. Era el primer día de clases por lo que como mánager no tenía nada que hacer, pero claro no podría irse a casa sin su hermana. Por esta razón decidió salir por un momento del gimnasio para sentarse en las escaleras y tomar aire fresco.
— ¡Hola! —El repentino grito la hizo sobresaltarse y soltar ella también un grito de sorpresa—. Lo lamento tanto, no era mi intención asustarte. ¡Perdóname!
—No, está bien, Tanaka-senpai —murmuró alzando la mirada, debido a que el chico había brincado escalones abajo quedando frente y por debajo de ella.
—T-Tú me... Me dijiste, tú ¿Tanaka-senpai? —La chica, aún confundida, asintió con la cabeza sorprendiéndose de nuevo ante su grito— ¡Gracias, gracias, gracias! Eres demasiado tierna, demasiado linda, demasiado amable.
—Gracias, Tanaka-senpai —dijo un poco más confiada notando como este al menos no gritaba, es más, hasta se le notaba algo nervioso.
—Yo, etto, vine a disculparme si te asusté más temprano. No era mi intención —incluso para disculparse se puso recto mientras inclinaba su cabeza.
—No es nada, Tanaka-senpai.
— ¡Escúchame bien, Saki-chan, voy a hacerte una promesa! —Y ahí estaban sus gritos de nuevo— Prometo que voy a cumplir con mi deber como senpai y cuidaré de ti de cualquiera que intente hacerte algo, ¡lo prometo!
La chica no pudo evitar enternecerse y de paso sonrojarse ante tal afirmación, agradeciendo por lo bajo haciendo un gran esfuerzo para alzar la mirada y cruzara con la de chico.
— ¡Y prometo que algún día te casarás conmigo!
Editado el día: 08 de mayo de 2021
Reesubido el día: 10 de mayo de 2021
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