Sugawara Koushi

La clase de ingles había llegado a fin antes de lo previsto debido a una emergencia que tuvo el profesor, por esta razón la clase se mantuvo en calma releyendo sus apuntes de la materia debido a que estaban cerca de la época de exámenes.

Para Tomizawa Hikaru esta clase era de lo más sencillo ya que el ingles era su segundo idioma, su madre era oriunda de Washington, lugar donde conoció a su padre para luego casarse y mudarse a Japón. Era pan comido la materia.

—Tomizawa-san —el llamado en medio de tartamudeos hizo que la fémina alzara la mirada para encontrarse con el peligris de su compañero—. Ehm, tú... ¿podrías...?

Su mirada cayó en el libro que el chico mantenía apretado a su pecho entendiendo entonces la situación, más o menos— ¿Necesitas ayuda, Sugawara-san?

— ¡Sí! Digo, si, por favor —le pareció en extremo tierno la forma en la que se obligó a tranquilizarse—. Es que no entiendo mucho esta lección.

—No hay problema, siéntate —dijo indicándole que colocara una silla frente a su mesa, dejando el libro sobre esta para tomar asiento frente a ella.

Abriendo la página en los ejercicios que Sugawara no entendía, la chica con suma tranquilidad empezó a explicar y a solventar cada duda que tenía su compañero, aguantando su pequeña risita al notar la forma como este movía con rapidez su mirada las veces que ella alzaba el rostro para asegurarse que estuviera entendiendo.

Casi sin darse cuenta habían cambiado de tema por completo, teniendo el libro abierto tan solo de adorno ya que ahora se encontraban charlando tanto del club de voleibol de Sugawara como el equipo de natación de Tomizawa. Sin darse cuenta había llegado el final de las clases por lo que cada uno debía irse a sus respectivos clubes.

—Sugawara-san...

—Por favor, dime Suga —pide con una pequeña sonrisa mientras ambos se ponían de pie.

—Bien, Suga-san, si quieres puedes ir a mi casa para explicarte de mejor manera el contenido del examen de la siguiente semana —propuso una vez que recogió todos sus cuadernos.

— ¿De verdad harías eso? —de nuevo se golpeó internamente por su extremo entusiasmo lo cual hizo que Hikaru soltara una risita.

—Por supuesto, dijiste que si no aprobabas el examen no podrías ir al campamento —puso una mueca en sus labios mientras miraba hacia el techo—. Me puse en tu situación y me sentiría terrible si no pudiera asistir a un campamento del club, no podría no ayudarte.

— ¡Muchas gracias, Tomizawa-san! —Exclamó haciendo una leve reverencia frente a ella, mostrando una amplia sonrisa cuando se levantó— Eres muy amable.

—De eso nada, para algo estamos los compañeros. Cuando acaben nuestras prácticas más tarde podemos ir a estudiar —alejándose en dirección a la salida, la chica giró de nuevo para observarlo—. Y por favor, llámame Hikaru.

Soltó un enérgico "¡sí!" una vez que la chica ya había salido, manteniéndose paralizado mientras seguía mirando la puerta por donde Hikaru momento antes había desaparecido, antes de volver a la realidad cuando sintió un brazo sobre sus hombros.

— ¿La invitaste a la cita? —Preguntó Asahi juntando sus manos con emoción y anticipación.

—No, entre en pánico —dice aún con la sonrisa en sus labios, la cual el capitán borró de inmediato con su aura tenebrosa—. Pero algo bueno si resultó, déjame hablar primero.

—Entonces habla más rápido —le reprochó mientras los tres se dirigían al gimnasio.

—Esta noche iré a su casa —soltó sin más viéndose de repente solo al notar cómo sus compañeros se habían quedado a medio pasillo.

— ¿¡Qué!? —exclamaron los dos a la vez ante su comentario tan repentino.

El peligris se echó a reír viendo a sus amigos aún estáticos en sus lugares—. Es que me explicará la lección de inglés para el examen, por eso me ofreció ir a su casa para que fuera más fácil.

La cadena de murmullos de preocupación de Asahi se vio interrumpida cuando los dos jugadores más ruidosos del primer año llegaron hacia ellos como en una estampida, pasando de largo a sus compañeros para entrar al gimnasio mientras veían quien llegaba primero.

Dando pasos de bebé, la estrella del equipo se adentró en el lugar dejando atrás al capitán y subcapitán.

El pobre Suga no tuvo que girar ya que en el momento en que sintió la presencia de Daichi a su costado fue abrumadora el aura que los envolvía.

—Juro que si no se lo dices esta noche, te asesinaré y haré que parezca suicidio —amenazó mientras lo miraba con una tenebrosa sonrisa.

[...]

— ¿Y qué pasó luego, otousan? —Pregunta con entusiasmo la pequeña niña de cabello gris, dándole la palabra ahora a su hermano.

— ¿Le dijiste que la amabas? —Fue ahora el pequeño peligris quien habló emocionado recostado junto a la pequeña.

—Pues... No —dijo algo avergonzado el hombre, rascando su nuca mientras escuchaba las quejas de sus bebés—. Ese día fuimos a su casa y estudiamos juntos, pero hice mi jugada maestra. Dejé mi bufanda en su casa "accidentalmente" y al otro día cuando me la entregó le dije...

—"Si amas algo, siempre volverá a ti" —los tres Sugawara giraron ante la voz femenina, corriendo los mellizos mientras gritaban con emoción hacia su madre haciendo que esta los alzara a ambos.

—"Y no me refiero a la bufanda" —terminó el hombre riendo algo avergonzado al recordar aquello, recibiendo un pequeño beso de su esposa mientras se sentaba en la cama junto a él dejando a los niños entre ellos—. Y así empezó nuestra historia de amor.

—Aww, otousan era tan tierno —exclama la pequeña colgándose al cuello de su padre haciendo que sus progenitores se echaran a reír.

—Sí, muy tierno, pero mis bebés deben irse a la cama ya. Es tarde.

Metiendo al par de hermanos bajo las mantas, cada uno exigió un beso de buenas noches de parte de sus padres, despidiéndose una vez que la luz fue apagada dejando tan solo las estrellitas brillando en el techo de la habitación.

La pareja, una vez que estuvieron solos en el pasillo se fundieron en un fuerte abrazo, uniendo sus labios por unos segundos para Suga empezar a dejar besos por todo el rostro de su esposa haciéndola reír con diversión en voz baja.

—Te ves cansada, ¿quieres que te prepare un baño? —Sugirió contra su cuello antes de dejar otro beso sobre esta zona.

—Te amo —dejó salir casi en un suspiro sacándole una pequeña risita al hombre.

—Yo más —dijo continuando con su camino de besos—, pero ¿quieres el baño?

—Siempre y cuando vayas conmigo —afirma mirándolo con diversión, ladeando la cabeza imitando las acciones de Suga—. Ya sabes, para ahorrar agua.

El peligris soltó una última risa mientras negaba con la cabeza—. Si es por una buena causa entonces no puedo negarme.

Y sin más el matrimonio se alejó entre risitas y bromeas en dirección a su habitación. Como la gran mayoría de los padres de niños pequeños no dudarían en aprovechar que los pequeños estuvieran durmiendo.

Editado el día: 03 de mayo de 2021

Datos random que nadie preguntó: Me da demasiada risa el hecho de que todos los shots que he corregido, la versión final queda del doble de largo.

Si ya habían leído los one shots antes de que los corrigiera, ¿les gusta la forma en la que van quedando?

Reesubido el día: 10 de mayo de 2021

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