Nishinoya Yuu
Cursiva: Escenas del pasado
— ¡Kageyama! —gritó Tanaka, lanzándole una muy mala mirada al pelinegro– ¡Suelta a Hinata!
— ¡Tanaka, tú deja de gritar! —fue ahora Daichi quien lo regañó con el mismo tono que el otro
—Tú también estas gritando, Sawamura —mencionó Noya sin poder evitar soltar una pequeña risa por la situación.
Kageyama seguía sosteniendo al pobre de Hinata en el aire, Daichi seguía gruñendo para que este le escuchara por fin y Nishinoya seguía riendo más que encantado con la escena.
—Chicos, hagan silencio todos — interrumpió Takeda-sensei con una expresión tranquila, hasta algo somnolienta—. Y Kageyama-kun, suelta a Hinata.
—Está bien. —Él, obediente como ellos, hizo lo que le ordenaron y lo soltó de inmediato, haciendo que el pequeño cayera directo al suelo.
— ¡Kageyama! —Exclamó enfurecido el pelinaranja.
Estos dos empezaron una nueva pelea, o mejor dicho, Hinata tratando de golpearlo hasta que mi hermano mayor se interpuso entre ellos con su característica sonrisa.
—Chicos, chicos. ¿Cuántas veces tengo que resistirlo? Los amigos no se pelean así.
—Sugawara-senpai, Asahi esta siendo ahorcado por Sawamura, y ellos son amigos. –Suga giró ante la voz de Yamaguchi, poniendo una expresión de horror al ver al capitán a punto de matar a su compañero
— ¡Chicos! —dijo lloriqueando mientras se acercaba a ellos para separarlos.
Ya era muy tarde, casi medianoche, y yo desearía estar durmiendo más mi puesto como mánager del equipo me obliga a asistir a cada uno de los juegos, o como en este caso, a los campamentos de entrenamiento.
Noté cómo el cansancio empezaba a ganarme cuando los bostezos venían uno tras otro.
—Entrenador, ¿falta mucho para irnos? —pregunta Tanaka en un tono bastante serio,demasiado viniendo de él.
Tramaba algo.
—Ya casi está listo —respondió en voz alta desde el otro lado del bus—. ¿Porque?
—Pues la novia de Noya va a dormirse de pie en cualquier momento.
Este comentario hizo que casi todos rieran, todos menos Tsukki, Tobio y Noya. ¡Hasta mi hermano estaba riendo!
—Tu traición me duele, Nii-chan —sin embargo mi reclamo perdió la posibilidad de intimidar en el momento en que otro bostezo se hizo presente.
—Awww, parece un lindo gatito —chilló Asahi acercándose a mi y cargándome en brazos como a una bebé—. Si no fueras nuestra manager, podrías estar en Nekoma.
—Asahi, estoy en segundo año. Ya no soy una bebe~ —En realidad, entre él y Daichi siempre me han tratado, me tratan y me seguirán tratando como bebé—. Pero debo admitir que esto es muy cómodo.
— ¡Listo! Ya pueden entrar, chicos. —Al escuchar la voz del entrenador Ukai, bajé de los brazos de mi gran amigo casi de un salto.
Todos hicimos una columna para subir de manera ordenada al autobús, pero en ese instante sentí la calidez de una mano sobre la mía a la vez que sus dedos se entrelazaban.
Con tan solo alzar la mirada me encontré a Nishinoya con una expresión seria en su rostro, en total desacuerdo con sus acciones. De igual forma ambos subimos juntos y nos sentamos uno junto al otro en completo silencio durante un trecho del camino.
El vehículo se encontraba en un silencio sepulcral, únicamente roto por los ronquidos de Tanaka.
Pero no pude soportarlo más, la intriga y la curiosidad me estaban matando. Con rapidez busqué en mi bolso hasta dar con el pequeño cuaderno que usaba para llevar el control del rendimiento de la chicos, del cual colgaba un bolígrafo
"¿Por qué esa expresión en tu rostro?"
Escribí en una hoja en blanco bajo la atenta mirada del libero, quien de inmediato tomó el boli para escribir él.
"No fue nada. Olvídalo"
"DIME ¿Fue por Asahi?"
Este se quedó unos segundos observando mi escrito solo antes de citar su rostro para mirar por la ventana.
Si silencio era la respuesta más clara: estaba más que celoso.
Tratando de no reír volví a escribir sobre la hoja antes de darle unos toques en el hombro para que volteara a leer.
"Sabes que él y Daichi son como mis hermanos"
"¿Y yo que soy?"
Sin mentir, si pregunta me chocó de repente, volviendo al día en que todo empezó, no entendía cómo preguntaba eso de la nada.
(...)
—Noya-san, ya deja de seguirme —le reclamé al chico que venía caminando o más bien saltando detrás de mi. Pero no engañaba a nadie, ni a mí misma, no me molestaba en lo más mínimo que lo hiciera.
—Me gusta tu cabello —dijo ignorando completamente lo que yo había dicho.
—Ya lo habías dicho antes, varias veces.
—También me gustan tus ojos —siguió hablando mientras yo caminaba a la cancha dándole la espalda—. Y tus mejillas, sobretodo cuando estas sonrojada.
—Ya basta, Nishinoya.
—Y me encanta como se te ve el uniforme —Esto si logró que me detuviera y girara para verlo. Esto si era nuevo, ¿hasta dónde llegaría con todo esto?—. Definitivamente eres la chica de Karasuno a la que mejor le queda el uniforme.
— ¿Incluso mejor que a Shimizu-senpai?
—Pregunté con una sonrisa al ver su expresión de sorpresa.
—Muchísimo mejor que a Shimizu, a mi parecer —respondió sin titubear.
Él... Él ni siquiera dudó al hablar.
—Está bien, te gustan muchas cosas de mí pero ahora tienes que estar en la práctica, igual que yo así que vamos. —Sin más giré para seguir nuestro camino y dejar el tema de lado.
—También me gustas tú. —Todo mi cuerpo quedó por completo congelado con esas cuatro simples palabras— Rectifico, me gustan muchas cosas de ti, pero tú me encantas.
—Noya-san, yo...
— ¡Naoko-chan, por favor déjame darte un beso! —gritó mientras hacia una gran reverencia— ¡Por favor, por favor, por favor!
Sin poder evitarlo solté una pequeña risa casi inaudible, acercándome a él y aprovechar una de las veces que se levantó para sujetarlo de las mejillas y plantar un pico sobre sus labios.
—A mi también me gustan muchas cosas de ti, Noya-chan.
(...)
Luego de ese días ambos empezar a actuar como una pareja, aunque oficialmente nunca ninguno se lo pidió al otro. En teoría, no somos novios.
—Pensé que te gustaba que seamos amigos y nada más —susurré lo suficientemente bajo para que solo me oyera él.
— ¿¡Que!? —alzó un poco la voz haciendo que yo cubra su boca con mi mano. Lo observé con reclamo y vi en su mirada que no gritaría de nuevo, así que lo solté— ¿Porque dices eso? Pensé que no estabas lista. Pensé que no te gustaría ser mi novia oficialmente.
Ahora fui yo misma la que tuvo que cubrirse la boca para no gritar en su cara.
– ¿¡Eres tonto!? —le reclamé en susurros— Tú nunca hablaste sobre eso.
—Tú tampoco —respondió con el mismo tono y ambos nos quedamos en silencio, solo hasta que Nishinoya soltó una pequeña risa amarga—. Los dos somos unos tontos.
Solté un suspiro ante la verdad en su afirmación, notando entonces cómo tomaba de nuevo entre sus manos el cuaderno y el boli.
"¿Te gustaría salir conmigo, Neko-chan?"
Me fue imposible no reír al ver el apodo que había usado, mismo que me había dado Asahi.
—Me encantaría, Noya —susurré con una gran sonrisa mientras asentía con la cabeza.
Ambos sonreímos cuando nuestras miradas se unieron, acercándonos lentamente hasta juntar nuestros labios en un corto beso.
—¡Al fin!
—¡Tanaka, cállate!
Editado: 31 de agosto de 2020
Segundo capítulo editado, ¡wuu!
Lo pensé mucho y decidí editar toda la obra aún cuando los comentarios se muevan, confío en que seguirán amando, votando y comentando esta historia.
Además de que hace unas semanas la historia superó las 500k lecturas y yo quedé: defuk.
Así que, sólo les digo que cuando termine de editarla, quizás tengan una sorpresa.
Reesubido el día: 10 de mayo de 2021
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