Nishinoya Yuu

Dos de los jugadores del Karasuno de segundo año caminaban como cuerpos sin alma luego del regaño del profesor Takeda, el peligro de los exámenes estaba más presente que nunca ahora que sabían que, si reprobaban estos, terminarían no asistiendo al campamento de verano. Tanaka y Nishinoya caminaban a sus clases despidiéndose tan solo con un movimiento de cabeza siendo incapaces de siquiera hablar.

El más bajo entró en su aula sin reaccionar siquiera con el bullicio de las conversaciones de sus compañeros de aula, no obstante el brillo regresó a su rostro cuando su visión se encontró con la espalda del delegado del aula. Sin pensarlo dos veces se echó a correr casi tacleándolo cuando llegó abrazándolo por detrás.

— ¡Hamasaki-chan, debes ayudarme, por favor! —suplicó en medio de lloriqueos, sintiendo al chico tensarse ante su agarre— ¡Eres mi salvación!

El rubio no pudo evitar echarse a reír luego de ver los rostros de sorpresa de sus amigos, tratando de separar sus manos de su cintura haciendo solo que el chico apretara más su agarre.

— ¿Volviste a tener malas notas? —Tan solo sintió su cabeza moviéndose contra su espalda.

—No me dejarán ir al campamento de verano si no apruebo los exámenes —gimotea separándose por fin del chico dejando que Hamasaki se girara para verlo por fin.

Yuu puso su mejor expresión de súplica, poniendo ojitos de cachorro mojado y un exagerado puchero en sus labios. Al notar como este no hacía más que sonreír optó por juntar sus manos frente a él empezando a rogar una y otra vez.

— ¿Prometes que prestarás atención? —Pregunta obteniendo de inmediato una emocionada respuesta positiva— Promételo.

— ¡Lo prometo! —Soltó la exclamación mientras extendía hacia él uno de sus meñiques hacia el chico juntando sus dedos con entusiasmo antes de volver a abrazarlo, pegando su rostro contra su pecho— Gracias, gracias, gracias.

Lo ignoró enviándolo a sentarse al notar como regresaba el profesor al salón, yendo cada uno a sus respectivos asientos para escuchar la clase. El del mechón rubio trataba de contener un grito de emoción al recibir un pequeño trozo de papel por parte de Kenta indicándole que lo esperara en la salida de la preparatoria para ir juntos a su casa y empezar sus tutorías.

Giró en dirección a su asiento pero lo encontró prestando mucha atención al inicio de la clase por lo que no pudo responder nada. Entonces no pudo evitar pensar en Tanaka, él sí que gritaría y compartiría la emoción por aquella situación, él mismo no sabía cómo se pudo controlar hasta ese momento sin embargo debía empezar a escuchar al profesor o de nada servirían las clases con Hamasaki.

«Pero mientras menos entienda, más tiempo pasaré con él en las tutorías»

«¡Tienes que pasar los exámenes o no irás al campamento!»

Se golpeó las mejillas con ambas manos para así despabilarse y ponerse a escribir como loco todo lo que el docente anotaba en la pizarra.

[...]

El resto del período de clases pasó casi volando o al menos así se sintió para el líbero de Karasuno, antes de darse cuenta ya sus compañeros se encontraban recogiendo sus cosas para salir del salón, no obstante ya Nishinoya había salido corriendo del aula antes de siquiera ser visto. Corría con cuidado de no chocar con nadie hasta que llegó al salón de su mejor amigo deteniéndose unos segundos hasta que lo notó sentado casi al final del lugar empezando a correr de nuevo hacia él.

—Wow, wow, wow. Con cuidado —dice el pelado viéndolo casi caer al suelo sin poder frenar bien en su lugar, confundido al verlo hiperventilando—. ¿Todo bien?

Aún respirando con dificultad, negó con la cabeza apoyando sus manos sobre sus rodillas—. Kenta irá hoy a mi casa.

Completo silencio, luego del anuncio se creó una burbuja donde solo estaban ellos dos y no se escuchaba absolutamente nada, hasta que Tanaka reaccionó.

— ¿Kenta? ¿Hamasaki Kenta? ¿El delegado de tu clase, Kenta? ¿El del club de baloncesto, Kenta? ¿Tu crush, Kenta? —Empezó a preguntar recibiendo un asentimiento de cabeza de Nishinoya ante cada una de estas.

—Me ayudará a estudiar para los exámenes —contó con rapidez dando leves brinquitos en su lugar—. ¿Qué se supone que haga?

—Mientras más te relajes, menos te duele —suelta con un tono solemne paralizando de inmediato al más bajo con todos los colores subiéndole al rostro.

Antes de poder reclamar el "consejo" de su mejor amigo fue cuando se dio cuenta que estaban prácticamente solos en el salón recordando entonces que el chico lo esperaría ver en la entrada. D

Despidiéndose leve de Tanaka, emprendió su carrera de nuevo hacia el punto de encuentro rezándole a todas las deidades existentes para que Kenta no se hubiera ido luego de esperarlo tanto, casi queriendo gritar de la emoción al ver al rubio apenas llegando al portón de entrada del lugar.

— ¡Te gané! —exclama pasando por su lado saliendo primero hacia la calle, escuchando la risa del otro.

—Pensé que ya te habías ido —comentó con las manos en los bolsillos empezando a seguir a Nishinoya mientras caminaba de espaldas notando su sonrisa tan brillante.

Con el entusiasmo de Yuu la conversación entre ambos fluyó de manera natural, conversaban desde las actividades de Kenta como el delegado de la clase y en su posición en el club de baloncesto, hasta todos los partidos del club de voleibol sobretodo del tan nombrado campamento de verano.

El chico del mechón rubio no podía evitar observar con admiración a Hamasaki mientras este hablaba, casi se notaba el brillo en sus ojos al escuchar tan solo su voz independientemente del tema del cual hablaban. Aquello había sido así desde el día que se conocieron en primer año cuando Kenta ya era el delegado de su clase entonces y se sentía flotar en las nubes cuando lo escuchaba tan solo llamar a su nombre cuando este tomaba la asistencia.

Se pudo dar realmente cuenta de sus sentimientos cuando, en un momento de reflexión guiado por Ennoshita, se puso a pensar y descubrió que sería muy feliz si Tanaka lograra casarse con su tan amada Kiyoko siempre y cuando él pudiera asistir a esa boda de la mano de Hamasaki Kenta

Desde ese momento concentró todas sus energías en estar cerca del chico todo el tiempo que pudiera.

Al darse cuenta ya habían llegado a su casa, empezando a rezar de nuevo para que su casa se encontrara sola y no fuera bombardeado por preguntas.

—Estoy en casa —casi susurró luego de pasar por la puerta queriendo que nadie lo escuchara llegar, haciendo pasar a Kenta para quitar sus zapatos en la entrada.

Para su desgracia, el leve sonido de la puerta siendo cerrada terminó atrayendo la atención de alguien, viendo la cabeza de una de sus hermanas asomándose por la sala.

— ¡Yuu, estás en casa! —Exclamó a posta tratando de llamar más la atención, haciendo que su hermano apretara los dientes— Y veo que traes un amigo. Mucho gusto, soy Nishinoya Kasumi.

—Yo soy Hamasaki Kenta, el gusto es mío —se inclinó frente a la chica, notablemente mayor que ellos notando el increíble parecido de esta con el chico a su lado. A diferencia de la altura.

Sin embargo esto no era más que el principio, ya que entonces llegaron a su espalda dos chicas más, cada una luciendo más madura que la otra pero todas con el característico cabello negro cada una con un mechón rubio.

«Al parecer su mechón si es natural, a menos que todos se hayan teñido en conjunto»

El rubio tomó nota mental acerca de aquella duda que tenía desde hacía tiempo.

— ¿Yuu tienes más amigos fuera del club? Wow, eso no me lo esperaba —dijo la única de cabello largo entre las tres chicas, riendo estas al unísono ante la queja de su hermano pequeño—. Me presento, Nishinoya Yoriko, la mayor de la manada.

Las dos chicas de cabello corto a sus costados soltaron una risita por su presentación, saliendo la última a presentarse—. Nishinoya Ishi, un gusto.

— ¿Estudias con Yuu? ¿Vienen a estudiar? —preguntó ahora Kasumi notando las intenciones de su hermano en desaparecer por la escalera.

—Yuu-chan me pidió ayudarlo para los exámenes. Como delegado de la clase me vi en la obligación de aceptar —comenta con sumo entusiasmo por la situación, notando los nervios del otro chico.

«"Yuu-chan" Él me llamó Yuu-chan»

—Como lo dijo, debemos estudiar, ya nos vamos —habló con rapidez Noya colocándose detrás de Kenta para empezar a empujarlo sin éxito en dirección a la escalera.

—Ya estaba sorprendida de que hubiese conseguido algún amigo fuera del club. Al único al que vemos por aquí todo el tiempo es Ryu, es bueno ver nuestros rostros —explica la mayor disfrutando en sobremedida ver la vergüenza en el rostro de su pequeño hermano—. Me imagino que te quedarás a cenar, yo cocinaré porque nuestros padres llegarán mañana luego de una fiesta.

—No, él debe irse a casa.

—En realidad me encantaría sino es molestia, claro —dice el rubio con una brillante sonrisa sin moverse ni un poco al ser empujado por el más bajo.

Luego de muchas quejas del líbero, ambos ya se encontraban camino a la habitación del chico aún escuchándose sus murmullos y quejidos.

El dueño de la habitación acomodó una pequeña mesa y todo lo que necesitarían en un sorprendente silencio que tan solo podía emocionar cada vez más a Kenta, le divertía demasiado ver la faceta de Nishinoya como hermano menor siendo molestado por sus hermanas.

—Tus hermanas son muy amables —dijo de repente rompiendo el silencio una vez que tomó asiento.

—Ni siquiera sabía que todas estarían aquí, Yoriko nee-chan ni siquiera vive aquí —comentó entre dientes escuchando su risa leve.

Kenta, decidiendo no molestar tanto al chico, optó tan solo por empezar con la "clase". Era complicado, se notaba cuánto se le complicaba a Yuu entender ciertos temas sobre todo de temas con respecto a matemáticas y demás. Sin embargo lo estaba disfrutando mucho más de lo que se imaginaba, si bien ni siquiera estaban hablando fuera de los temas, sentía que por primera vez se estaba acercando más al líbero.

Las horas pasaron llenas de quejas, lloriqueos y un sinfín de renuncias de parte de Noya asegurando que nunca llegaría a entender lo que el chico trataba de explicarle, hasta que la hora de la cena llegó. Habían visto a Kasumi aparecer ahora por la puerta de la habitación anunciando que la comida los esperaba en la cocina, desapareciendo con la misma rapidez con la que apareció.

Ambos se pusieron de pie al mismo tiempo. Noya había se había disculpado rato atrás y se había despojado de su uniforme para vestir su típica ropa de estar en su casa, unos pantalones cortos con una camiseta dos tallas más grande que él, mientras que Kenta tan solo se había quitado la chaqueta para estar un poco más cómodo.

Justo cuando el pelinrego se puso frente a la puerta empezando a abrirla, notó la mano del rubio pasando sobre él cerrándola frente a su rostro y sin darle siquiera la oportunidad para reacción, con su otra mano lo giró dejándolo apoyado contra la madera de la puerta viéndose de repente atrapado entre esta y el chico, teniendo que alzar el rostro para siquiera verlo a la cara.

— ¿Q-Qué haces? —Se sintió en extremo tonto al escuchar su voz tartamudear de esa forma.

—Agradezco la hospitalidad —dijo con total tranquilidad justo antes de cortar la poca distancia entre ambos juntando sus labios en un corto beso escuchando un leve jadeo de sorpresa de su parte—. Ahora vamos, tus hermanas nos están esperando.

Luego de dejar un beso sobre su coronilla, se alejó de él atrayéndolo a su lado para abrir la puerta y salir de la habitación, dejando al pobre Nishinoya completamente paralizado en medio del lugar con un completo caos en su cabeza, su corazón latiendo a la velocidad de un caballo de carreras y su rostro más rojo que el uniforme de Nekoma.

Kenta (健太) Un hijo saludable

Hamasaki (浜崎) Península en la playa

¡En serio me fascinó escribir este one shot! Espero que les haya gustado tanto como a mí y que disfruten de las nuevas ideas que estoy implementando al libro, ya que me pidieron muchísimo shots de los personajes con protagonistas masculinos así que espero que esto les guste.

Les recuerdo como siempre que los pedidos están más que abiertos, en los comentarios o por mensaje directos, siempre estoy dispuesta a llevar a cabo sus maravillosas ideas. ¡Hasta la próxima, mis bellezas!

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