Kuroo Tetsurou

Pedido de: danacameg

En el salón de clases existía una variedad de reacciones en ese momento, algunos veían decepcionados los exámenes frente a ellos y otros se encontraban entusiasmados por sus buenas notas.

Más específicamente Dana no podía contener su emoción viendo el perfecto 100 adornando la parte superior de su hoja, sonriendo ampliamente sin poder esperar a mostrárselo a Kuroo, deseaba restregarle la hoja en el rostro para alardear.

El timbre por fin dio final al horario de clases, haciendo que todos los estudiantes recogieran sus cosas para salir del aula, por otro lado estaba la chica quien se apresuró en correr por el pasillo en dirección a los salones de 3° donde se encontraría su novio.

Una gran sonrisa se instaló en sus labios cuando vio a Kuroo, Yaku y Kai acercarse a ella mientras salían del salón.

—Dana-chan, es bueno verte —saludó un sonriente Kai cuando los tres llegaron frente a ella, dando paso a que los otros dos siguieran con su camino luego de despedirse.

Antes de que el más alto dijera palabra alguna, la chica extendió la hoja hacia él con una expresión de victoria en su rostro, viéndolo soltar una risita cuando tomó la hoja para verla más de cerca, fastidiándola al ponerse a revisarla minuciosamente como si buscara algún tipo de error.

—Felicidades, chibi-chan —elogió colocando la mano sobre su cabeza para brindar una caricia en su cabello, haciéndola bufar sintiéndose tratada como un cachorro.

—Ahora tienes que cumplir con tu parte del trato —le recordó, empezando a caminar con uno de sus brazos sobre sus hombros—. Yo salí bien en el examen, ahora tú harás todo lo que quiera.

El pelinegro soltó una carcajada creyendo que la chica con suerte había olvidado aquel trato que propuso en son de broma cuando se encontraban en una sesión de estudio, aunque más bien era Kuroo dándole una clase a la menor.

—Bien, soy un hombre de palabra. Dime qué es lo que quieres de mí —expuso con una expresión de calma mientras caminaba hacia la salida.

—Quiero que tengamos una pijamada —pronunció con emoción colocándose frente a él, con las manos sobre sus caderas sonriendo a sabiendas que no podría negarse.

Kuroo debía admitir que aquel pedido lo tomó por sorpresa, esperaba algo muchísimo peor teniendo en cuenta lo mucho que la había molestado preparándola para su examen tan importante, pero ¿una pijamada?

No se dio cuenta el momento en el que había asentido con la cabeza teniendo de inmediato a la más baja abrazándolo con fuerza por el torso, agradeciendo una y otra vez.

Soltando una sonora carcajada, le devolvió el abrazo apretándola aún más a su cuerpo mientras besaba su frente al ver detrás de ella como el elegante auto negro se detenía frente a la preparatoria.

—Vinieron por ti —anunció aún con los labios pegados a su frente.

La chica giró la cabeza mantenida entre sus brazos, bufando viendo al hombre trajeado saliendo del puesto del chofer para pararse junto al auto.

Recibiendo otro beso sobre su frente suspiró soltándose del pelinegro para empezar a caminar hacia la salida—. Te espero mañana en mi casa, no te atrevas a faltar.

— ¿No te dije acaso que soy un hombre de palabra? —Se quejó llevándose las manos, ofendido, al pecho haciéndola reír mientras se iba.

Su mirada siguió la espalda de su novia hasta que entró en el auto, incluso abriendo un poco la ventana para sacar la mano y despedirse de forma burlona haciéndolo reír a carcajadas por su broma.

El joven, esperando a su buen y callado amigo, soltó un suspiro de cansancio frotando su frente.

— ¿Qué te sucede? —La voz baja del rubio teñido le llamó la atención haciendo que lo mirara haciendo una mueca.

—Iré mañana a la casa de Dana —suspiró empezando a caminar a su lado—. Aún no me acostumbro.

[...]

Los estudiantes contaban ya con varios meses de relación, habían tenido un sinfín de citas en un sinfín de lugares, ellos incluso conocían a sus respectivas familias, sin embargo todas las veces que estos iban a reunirse terminaban yendo a casa del chico.

Kuroo tan solo había ido a casa de la chica en una ocasión y eso fue cuando asistió a la cena donde conoció a su familia, esto por una única razón.

"Yoshihibe manor"

Repasó con su mirada la gran casa cuando se puso de pie en la entrada fuera del gran portón con grandes decoraciones y un escudo a cada mitad de este. Respirando hondo sujetó con fuerza el bolso que colgaba a su costado donde tenía todo lo necesario para sobrevivir hasta el día siguiente, caminando entonces hasta quedar frente al portón siendo recibido por dos guardias que verdaderamente lograron intimidarlo.

—Identifíquese —dijo uno de estos, con una voz casi robótica.

—Ah, soy Kuroo Tetsurou, soy el novio de Dana —explicó sin poder mirarlos a los ojos siquiera ya que usaban lentes.

La primera y única vez que había ido, había entrado junto a Dana en el auto por lo que no parecían conocerlo y... No, definitivamente sabían quién era ya que al escuchar su nombre estos se acercaron cada uno a un lado del portón para abrirlo y dejarlo pasar.

Luego de inclinar la cabeza agradeciendo, empezó a caminar lo más calmado que podía desde la entrada a los terrenos de la casa hasta la gran puerta de esta.

"Hay demasiadas ventanas, cualquiera podría estar viéndote justo ahora" —Se dijo a sí mismo al ver la gran cantidad de ventanales de la gran mansión.

Cuando se encontró de pie frente a la inmensa puerta de madera, tomó sin pensarlo para no ponerse nervioso la aldaba dorada para golpear a la puerta, retrocediendo unos pasos cuando esta se abrió casi de inmediato por un hombre al cual recordaba como un mayordomo.

—Joven Kuroo-san, sea bienvenido —habla abriendo la puerta lo suficiente como para que este entrara agradeciendo—. La señorita Dana se encuentra en...

— ¡Tetsu! —La voz de la fémina lo hizo girar la cabeza en dirección a las grandes escaleras, sonriendo al ver a su novia trotando por los escalones para llegar a su costado— Claude-san, iremos a mi habitación, ¿puedes avisarme cuando lleguen mis padres?

El pelinegro tragó saliva ante la mención de los progenitores de la chica, siendo casi arrastrado por esta quien tomó de su mano para llevarlo consigo escaleras arriba.

A pesar de ya haber estado en su "casa" antes, no había sido más que una cena por lo que lo único que conoció más allá del comedor fueron la sala donde fue el objetivo de un interrogatorio y por último los jardines de la mansión donde su novia lo había llevado, sin embargo este no podía evitar maravillarse con cada elegante rincón del lugar, del gran, gran lugar.

"Ventajas de que tu padre sea un ministro y tu madre la directora de un hospital" —Le habría dicho la chica la vez anterior.

— ¿En serio tus padres no tienen problemas con que me quede a dormir? —Pregunto, hablando por fin mientras caminaban frente a una gran cantidad de puertas— Yo no lo haría si fuera ellos.

Luego de soltar una risita burlona, giró para observarlo—Llegamos a un acuerdo, yo me quedaré en mi habitación y tú tendrás una habitación de huéspedes en el primer piso. Ambos con guardias en las puertas.

—Precavido, es de admirar —asegura a sabiendas que el padre de la chica había estado detrás de aquella decisión.

—Hablas como si pensáramos hacer algo malo —se quejó frunciendo el ceño, deteniéndose frente a la que parecía ser su habitación.

— ¿Y qué piensas hacer entonces? —Pregunta alzando una ceja manteniéndose a cierta distancia de ella. Sabía que habrían cámaras en todas partes.

Ante su pregunta la única respuesta que obtuvo de la chica fue una sonrisa malévola ante sus pensamientos y planes.

No podía ser tan malo, ¿cierto?

[...]

No, definitivamente no era lo que esperaba.

— ¡Deja de mover la nariz! —Lo regañó golpeando su hombro mientras trataba de poner, por tercera vez, la mascarilla hidratante en su rostro.

Cuando consiguió su objetivo, se incorporó de nuevo sentada sobre el abdomen de Kuroo quien yacía recostado en su cama usando ahora una máscara de panda sobre su rostro.

— ¿Cómo me veo? Muy apuesto, ¿verdad? —Cuestiona aún con ojos cerrados haciéndola soltar una carcajada.

Desde hacía unos minutos la chica lo había hecho recostarse en su cama empezando con la primera actividad en su lista para hacer en la pijamada; rutina de skincare. Habría corrido a su baño para volver con una gran cantidad —a los ojos de Kuroo— de productos para el rostro y demás.

— ¿Haces esto todos los días? —Inquirió buscando sus manos para entrelazar sus dedos.

—La mayoría de las cosas, si, lo básico —explicó admirando su rostro en total calma debajo aún con la mascarilla sobre este—. ¿Te gusta?

—Es bastante relajante —confiesa, alzando sus brazos para pasarlos por su espalda y atraerla hacia él haciendo que quedara recostada sobre su pecho.

Soltó un suspiro de satisfacción mientras metía una de sus frías manos por debajo de la camiseta que vestía su novia para rozar sus dedos contra su piel haciéndola retorcerse por el frío, soltando una sonrisa por lo bajo al escucharla quejarse.

Se le empezaba a complicar la simple tarea de mantenerse despierto, la calmada respiración de la fémina contra su cuello y el suave aroma que desprendía su cabello lo tenían totalmente en el borde para caer en un profundo sueño.

Con los ojos entrecerrados posó una de sus manos sobre su cabeza entrometiendo sus dedos por su cabello, percibiendo su pequeño suspiro de su parte ante las caricias logrando poner una sonrisa en sus labios.

— ¿Estás segura de que esto es un castigo por el trato? Porque sigo sintiendo que esto es un premio para mí —susurró soltando una risita siendo imitado por ella, quien alzó la cabeza para apoyar la barbilla sobre su pecho, riendo de nuevo al ver su rostro ya que había olvidado la máscara de panda—. ¿Acaso tengo cara de payaso?

Riendo a carcajadas se empezó a burlar de su novio, escondiendo de su nuevo su rostro contra su pecho hasta que un repentino sonido la interrumpió.

Se incorporó con rapidez al escuchar unos golpes en su puerta quedando sentada sobre la cadera de Kuroo, para acto seguido escuchar la serena voz del hombre del otro lado—. Señorita Dana, sus padres recién llegaron.

— ¡Muchas gracias, Claude-san! —Exclama para que este la oyera desde afuera, girando para ver de nuevo al chico y soltar una nueva risita cuando vio la mascarilla— Vamos a quitarte esto para ir a ver a mis padres, seguramente la cena no tardará mucho en estar lista.

Ignorando las quejas y lloriqueos de Kuroo, lo tomó de la mano para llevarlo con ella al baño y lavar su rostro por fin.

Ahí, sentado sobre la tapa del inodoro, el pelinegro se propuso a repasar con su mirada el lujoso baño; cada pequeño detalle en dorado destacando del predominante blanco del lugar, manteniendo sus ojos en cada movimiento que la chica hacía, disfrutando del suave toque mientras despojaba su rostro del producto.

—Discúlpame si esto es aburrido para ti, es algo que siempre quise hacer —dijo en voz baja secando con suavidad su rostro usando un pequeño paño que sacó del cajón, haciendo que este alzara su cabeza para ver su rostro algo decaído—. Yo... yo siempre quise tener una pijamada pero las chicas de la escuela nunca me invitaban.

Ante su confesión Kurro de inmediato enrolló sus brazos en su cintura, acto seguido quitándole el pañuelo de las manos obligándola a apoyarse en sus hombros cuando la acercó aún más a él, dejándola entre sus piernas.

—Chibi-chan, nada que sea contigo será en lo más mínimo aburrido para mí, así que nunca más pienses eso —aclaró con el rostro hacia arriba conectando sus miradas—. No me importa si quieres pasar todo el día jugando videojuegos, recostados o simplemente poniendo mierdas en mi rostro, justamente para eso estoy yo.

Haciendo fuerza la empujó por la espalda atrayéndola a sus labios para unir estos en un lento y delicado beso, jadeando cuando las manos de la fémina se entrometieron en su cabello cuando las suyas apretaron su cadera acercándola más a su cuerpo causando que cayera sobre su regazo.

Riendo ante el chillido de Dana, empezó a mover sus besos en un camino hacia abajo siguiendo la línea de su mandíbula, acariciando con suavidad su espalda.

—Tetsu, ¿sabías que también hay cámaras en los baños? —Susurró echando la cabeza hacia atrás, soltando una risa cuando el chico se separó de inmediato de ella para mirarla con el terror en los ojos— Solo bromeo, pero deberías ver tu cara.

Fue en ese segundo que su expresión de pánico cayó en una mirada gélida que la hizo reír aún más, forcejeando con él para besarlo de nuevo mientras este movía su rostro. Sin embargo la mayor debilidad de Kuroo siempre sería Dana, hasta la más mínima muestra de afecto podría dejarlo flotando sobre las nubes así que evitar recibir un beso de su parte no era menos que imposible.

Sin poder mantener su enojo por más de 30 segundos él simplemente cedió recibiendo todo el afecto que esta quisiera darle; ella tenía muchísimo amor para dar y él más que feliz de recibirlo todo lo que viniera de ella.

Otro pedidos, amores míos y vengo con una gran noticia, ¡hoy por fin me entregaron las calificaciones dando fin a este semestre! Gracias al cielo —y a la gran inteligencia y disciplina de esta servidora suya— logré sacar la nota máxima en la mitad de las materias y en las demás también salí bastante bien.

Esto solo significa una cosa: tienen a Gya de escritora de tiempo completo.

Las siguientes actualizaciones será un especial que tengo tiempo planeado el cual cuenta con la temática de "Especial de Padres", el cual subiré una vez que este capítulo llegue a los 50 votos y, ya como cosa mía, me comenten de dónde viene el personaje que notaron en este one shot [el bello husbando que tenía que poner sí o sí]

También les recuerdo que los pedidos se encuentran abiertos para que tengan la completa confianza de escribirme ya sea en comentarios o por mensajes privados. ¡Hasta la próxima, mis bellezas!

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