Keiji Akaashi

—¿Cuál creen que sea la noticia que nos tiene Yukie? —preguntó Komi mientras el equipo corría.

—Tal vez no sea nada, saben como son las chicas, exageran todo —mencionó Washio rodando los ojos.     

—Justo ahora estarías muerto si estuvieran aquí —dijo riendo Bokuto una vez que llegaron al gimnasio de nuevo.   

—Al fin llegan, empezaba a pensar que los habían secuestrado —empezó a decir Kaori.

—Lamentablemente, ya vemos que no es así —completó la otra mánager, riendo al ver las caras del equipo—. Es broma, es broma. Casi lo olvido, su sorpresa llegará en cualquier momento.

—¿Cuál es la sorpresa? —preguntó sumamente emocionado Bokuto.

—Si te lo dijera, no sería sorpresa —respondió y salió corriendo del gimnasio para evitar más preguntas.    

—Yo quería saber —murmuró Sarukui y su equipo lo apoyó asintiendo.

—Bueno, quedarnos aquí no hará que nos diga, es mejor que empecemos a practicar. 

Todos asintieron, dándole la razón a lo que acababa de decir Akaashi. Buscaron los balones, pusieron la red y empezaron su práctica diaria.

Aunque el vice capitán no lo demostrara, estaba tan emocionado e impaciente por saber aquella noticia. Los movimientos de todos eran descoordinados y faltos de fuerza, la mente de todos estaba en tratar de descubrir aquella sorpresa.

—Me rindo, necesito saber que es —exclamó el capitán.

—Igual yo.

—Y yo. —Lo apoyaron sus compañeros.

—Creo que lo primero sería buscar a Yukie y... 

—No creo que eso sea necesario. —La voz de la mánager interrumpió a Akaashi, haciendo que todos giraran a verla. No estaba sola, a su lado se encontraban Kaori y una chica castaña bastante conocida por el equipo.

—¡Aratani-chan! —gritaron algunos y salieron corriendo a abrazar a la chica.

—Chicos, me asfixian —dijo ella riendo leve.

—¿Te encuentras mejor? —preguntó Akaashi después que la soltaran.

—Podría decirse que si —murmuró con una sonrisa ladina—. Mi pierna está mejor, pero los doctores dijeron que no era recomendable que siguiera jugando.

—¿¡Qué!? — Aratani era la líbero del equipo femenino de Fukurodani, por esto fue sorprendente para los chicos escuchar eso.

—La fractura fue más grave de lo que pensaba, pero no se preocupen, estoy bien —los confortó al verlos con expresiones de asombró y tristeza.

—Exacto, deben alegrarse. Ella es su sorpresa —dijo Yukie. Todos la miraron extrañados, el equipo daba risa cuando reaccionaban todos igual, como si fueran una sola persona—. Como todos saben estoy en tercero, este es mi último año aquí y no creí que fuera una buena idea dejarle todo el trabajo a Kaori, por lo que se me ocurrió la idea de buscar otra mánager. ¿Quién mejor que alguien que ya los conoce y los soporta?

—¿Serás nuestra mánager, Aratani? —preguntó Komi.

—Por supuesto, no podría alejarme del voleibol aunque quisiera —dijo riendo.

—¡Genial! —exclamó Bokuto haciendo que todos sonrieran y le dieran la bienvenida a Aratani al equipo.           

Akaashi se quedó un poco apartado del resto, le avergonzaba a niveles extraordinarios hablarle a la chica de la cual llevaba enamorado más de un año.

—¿No pensabas saludarme, Keiji? —inquirió ella con una ceja alzada.

—Ah... Yo... —él empezó a decir cosas sin sentido—. Hola.

—Tú no cambias, Akaashi —dijo Aratani riendo y se fue.

—¿Te gusta nuestra nueva mánager? —La voz del capitán asustó a Akaashi.

—¿De donde demonio saliste? 

—Según mis padres, me trajo la cigüeña, pero las clases de biología dicen otra cosa —respondió con la mano en la barbilla.

—Y no, no me gusta Aratani —dijo rodando los ojos.

—Te gusta, te gusta, te gusta, te gusta.

—¡Detente!         

      

               

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