Akaashi Keiji
Una vez que el último partido llegó a su fin, uno de los entrenadores envió a todos los equipos para asearse e irse a dormir ya que debían despertar temprano para seguir con los partidos.
Se estaba llevando a cabo un campamento de entrenamiento como todos los años, solo que esta vez tenía la dinámica de ser un campamento mixto, tanto los equipos masculinos como femeninos de cada preparatoria estaban presentes para practicar juntos.
Como eran los anfitriones, los equipos de Fukurodani tendrían el primer turno para usar los baños por lo que de inmediato ambos se fueron a los baños de la residencia donde los equipos se estaban quedando para ducharse.
—Hoy fue un buen día —aseguró Kazumi, la vice capitana, mientras todas abrían las llaves de las duchas.
—Tan solo perdimos un partido de los seis que tuvimos, fue una buena racha —completa su compañera y capitana metiéndose bajo el agua.
Cada una de las chicas en sus propios cubículos empezó a ducharse disfrutando la forma en la que sus músculos se destensaban con el agua caliente. Lo único que se escuchaba era el sonido del agua cayendo sobre las baldosas, hasta que una de las mayores rompió el silencio.
—Chicas, ¿vieron al capitán de Nekoma? —Cuestionó Kiriko, de tercero— Era hermoso y sentí desfallecer cuando se quitó la camisa.
Las chicas se echaron a reír ante su comentario y el suspiro que soltó, saliendo la capitana a hablar—. Creo que se llama Kuroo, sé que es amigo de Bokuto.
—Pues a mí me gusta más la estrella de Karasuno —suspiró la líbero en un tono de ensoñación que hizo reír de nuevo a sus compañeras—. Por cierto, Natsuki-senpai, ¿todavía le gusta Akaashi-san?
Todo el grupo canturreó a la vez mientras molestaban a su capitana, hacían comentarios cursis y todo lo que se les ocurriera para hacerla sentirse nerviosa o avergonzada. Era su actividad favorita.
A pesar de todo lo que la chica lo negara sabía que sus compañeras nunca dejarían de molestarla con aquello, y lo peor es que, aunque tratara de convencerlas de que aquello no era cierto, muy por dentro sabía que tenían toda la razón.
—Por favor, respeten a su capitana —les dijo Kazumi mientras salía de las duchas y se enrollaba en una toalla.
Una a una las chicas empezaron a salir de las duchas para secarse y poder vestirse antes de dirigirse a la habitación que compartirían, aún cuchicheaban acerca de los chicos de los otros equipos, murmurando y suspirando por alguno que otro.
Hasta que se les ocurrió una mejor manera de molestar a Natsuki.
—Himura y Akaashi, sentados en un árbol~ —empezaron a canturrear las de segundo año haciendo reír a las demás—. ¡Be-san-do-se!
Luego de regañar a las chicas, la capitana salió del baño con sus compañeras, aún riendo, detrás de ella siguiéndola hacia la habitación conjunta.
En el camino se cruzaron con el equipo de Karasuno y las saludaron antes de anunciar que ya era su turno de ducharse, de esta forma llegaron por fin a su lugar de descanso, donde por el momento harían todo menos descansar.
Una vez que habían acomodado todos los futones en el suelo, las chicas se sentaron en un círculo para pasar el rato hasta que estuvieran cansadas, proponiendo juegos hasta que se decidieron por jugar verdad o reto. El juego transcurrió de lo más normal ya que no podían ponerse retos tan extremos debido al lugar donde se encontraban.
—Himura-senpai, ¿verdad o reto? —Le dijo una de las nuevas jugadoras de primer año, haciendo que la capitana la viera aún con su cabeza recostada sobre el regazo de Kazumi— Y por favor no diga verdad de nuevo.
Rodando los ojos con diversión, aceptó por fin elegir reto haciendo que el resto de sus compañeras se unieran en un círculo lejos de ella para reunirse y elegir su reto.
No podía creer lo infantiles que llegaban a ser mientras murmuraban mirándola a ella de vez en cuando.
— ¡Listo! Elegimos tu reto —saltó a decir la menor del equipo una vez que todas se sentaron de nuevo cerca de ella.
—Debes ir a buscar a Akaashi-san y confesarle que te gusta —dijo Fuyumi quien, a pesar de ser una de sus compañeras de tercero, estaba más entusiasmada que las chicas de primero.
—No haré eso ni loca —aseguró soltando una carcajada sin siquiera levantar su rostro.
Las chicas se miraron entre ellas y, luego de un asentimiento, supieron qué hacer siendo Fuyumi de nuevo su representante—. Si no lo haces, iremos todas a la habitación de los chicos y se lo diremos nosotras.
Fue entonces cuando la chica no lo pensó dos veces antes de sentarse en su lugar y enviarles una gélida mirada a las chicas quienes de inmediato se escondieron todas detrás de la peliblanca.
Presionando aún más a la capitana, Fuyumi optó por ponerse de pie siendo seguida de resto, amenazando con salir y cumplir con su amenaza, siendo regañadas de inmediato por la chica quien las conocía lo suficientemente bien como para saber que ellas de verdad lo harían.
—Las detesto tanto que no tienen ni idea —masculló pasando junto a ellas cerrando la puerta a sus espaldas.
Caminando por el pasillo se dio cuenta que el resto de los equipos ya debían estar en sus habitaciones debido a que todas las luces de los pasillos se encontraban apagadas y sentía leves murmullos proviniendo de las habitaciones por las cuales pasaba.
No paraba de maldecir por lo bajo el momento en que aceptó jugar con ellas en vez de irse a dormir de inmediato. De esa forma, antes de darse cuenta, ya se encontraba frente a la habitación donde se encontraba el equipo masculino.
Curiosa, pegó su oreja a la puerta con cuidado de que no la vieran ni oyeran, espiando o tratando de espiar de lo que hablaban aunque lo único que escuchaba eran murmullos.
Respiró hondo una última vez antes de llenarse de valentía para acto seguido dar unos leves golpes a la puerta, la cual fue abierta de inmediato sobresaltándola cuando notó a Bokuto frente a ella.
— ¡Hola, Himura! —Exclamó con entusiasmo haciéndola sonreír— ¿Vienes a visitarnos? ¿Necesitas algo?
—Lo siento, se tomó dos latas de bebida energética y ahora tiene demasiada energía —bromeó Komi hablando del capitán.
— ¿Quieres entrar? —Pregunta de nuevo el bicolor tomando la mano de su compañera.
—En realidad necesito hablar con Akaashi —pidió tratando de no cruzar miradas con el aludido o moriría de vergüenza de inmediato.
Esto logró que todos los chicos giraran a ver al colocador, con sonrisas que delataban bastante por lo que el pelinegro los regañó por lo bajo.
El pobre chico no tuvo más opción que ponerse de pie bajo las atentas miradas de sus compañeros y dirigirse hacia la puerta de la habitación, casi podía escuchar en su mente las voces de los demás gritándole que no dejara pasar la oportunidad.
Agradecía a oscuridad en el pasillo para que Natuski no pudiera ver el intenso sonrojo que atacaba a su rostro en todo momento cuando se encontraba a solas con la chica.
Ambos se habían quedado en competo silencio mientras miraban al suelo sin saber siquiera cómo empezar a hablar, fue entonces cuando en la mente de Akaashi surgió el recuerdo de esa mañana.
[...]
El partido entre Seijoh y Fukurodani a penas terminaba por lo que los jugadores de ambos equipos se juntaron junto a la cancha a presenciar el siguiente partido, uniéndose a Nekoma quienes descansaban desde hacía rato.
—Bokuto, ven aquí, ven —lo llamó el capitán de Aoba Johsai viendo que el bicolor iba a correr hacia los jugadores del Karasuno.
Sujetando el brazo del capitán, Oikawa y él se quedaron sentados justo frente a Akaashi y Kuroo, atrayéndolo hacia él como si estuviera contándole un secreto.
— ¿Cómo se llama la capitana de su equipo femenino? —Su pregunta llamó toda la atención del colocador.
—Uh, Himura Natsuki, ¿por qué? —Dijo de regreso con una mueca de confusión.
—Es que es muy linda, ¿tiene novio?
Casi sintió sus dientes rechinando cuando escuchó aquella pregunta, apretando con fuerza sus puños tratando de ignorar la conversación entre los capitanes.
¿Cómo se compararía contra Oikawa? Era en sobre medida mucho mejor que él en todos los aspectos, desde apariencia física hasta habilidades en el voleibol, no podía pensar en competir contra él.
[...]
La imagen de Oikawa saliendo con su Natsuki en lugar de molestarlo le dieron ganas de llorar por la impotencia.
No era justo, él llevaba gustando de la chica desde el primer momento que la vio en la academia, con el tiempo dándose cuenta que lo que sentía por ella no era simple admiración hacia una senpai, él de verdad quería abrazarla y tomar su mano en cualquier momento que quisiera.
No, no podía permitir que alguien se le adelantara.
—Akaashi, yo...
—Disculpe por esto —dijo el pelinegro confundiendo a la chica, sin embargo no tuvo siquiera momento de responder ya que en un instante el chico ya había sujetado su rostro, atrayéndola hacia él para juntar sus labios con los suyos.
La chica abrió los ojos sorprendida ante la acción tan repentina del menor, más antes de darse cuenta se encontraba dejándose llevar por el beso mientras sin darse cuenta estaba sujetando con fuerza la tela de la camiseta del chico.
El beso, si bien no duró tanto como desearían, estuvo lleno de una explosión de sentimientos los cuales no tenían la necesidad de decir con palabras. Al separarse el pelinegro aprovechó la cercanía para enrollar sus brazos a su alrededor apretándola a él escondiendo su rostro en su cuello.
—Akaashi —lo llamó en voz baja mientras lo abrazaba de regreso y posaba sus manos en su espalda, recibiendo un simple sonido de su parte—, me gustas.
Lo sintió temblar entre sus brazos, sorprendiéndola cuando dejó un pequeño beso sobre su cuello. De repente llegó a sus fosas nasales el aroma proveniente del cabello del chico una vez que este apretó aún más su abrazo.
Soltando sus manos las llevó hacia las mejillas del pelinegro, alzando su rostro para besarlo de nuevo mucho más seguros ahora. Las manos de Akaashi bajaron de su cuello hacia su cintura manteniéndola cerca de él mientras el beso se profundizaba cada vez más.
Se sentía flotando sobre las nubes en ese justo momento.
Paso a paso se alejaron al otro lado del pasillo para evitar que los chicos pudieran escucharlos, aunque sabían que al menos por respeto no saldrían, tan solo se detuvieron cuando la espalda de la chica chocó contra la pared.
Sin embargo un ruido los hizo detenerse por completo, separándose para quedarse en completo silencio mientras trataban de visualizar quién se acercaba por el pasillo.
— ¿Y si es un fantasma? —Ambos identificaron de inmediato la voz entre lloriqueos del número 5 de Karasuno.
— ¿Fan-Fan-Fantasma? —Y ese era Hinata.
Actuando con rapidez, Akaashi abrió la puerta que estaba junto a ellos metiéndolos a ambos a la habitación que sabía estaría sol, cerrándola de inmediato detrás de ellos cuando sintió que los chicos se acercaban a ellos.
Viéndola abrir la boca llevó su mano para cubrirla y llevar uno de sus dedos entonces a su boca pidiéndole que hiciera silencio.
Empezaron a escuchar una serie de voces fuera de la habitación, dándoles a entender que había más gente con ellos. Por esta razón ambos tan solo se sentaron sobre el tatami uno frente al otro viéndose tan solo por la luz de la luna que entraba por la ventana con cortinas claras.
—Natsuki-senpai —llamó su atención tomando las manos de la chica, posando su mirada sobre sus ojos—, usted también me gusta mucho. Por favor acepte mis sentimientos.
Y acto seguido, sin soltar el agarre de sus manos, se inclinó hasta pegar su frente al suelo, haciendo temblar de ternura el corazón de la mayor. Esta tan solo lo sujetó de nuevo por el rostro haciendo que se enderezara de nuevo para ahora posar sus labios sobre su frente.
— ¿No te importa que me gradúe este año? —El chico de inmediato negó con la cabeza dejándole ver sus ojos brillantes— Sabes que no podremos vernos igual que ahora.
—No importa, iré a visitarla en su casa, podríamos salir juntos y prometo que iré a verla en todos sus partidos —se apresuró a decir a sabiendas que la chica seguiría jugando voleibol en la universidad.
Con una sonrisa volvió a inclinarse hacia adelante para besarlo de nuevo con una mano de Akaashi sujetando su cuello profundizando el beso una vez que se sintieron en una mayor intimidad ahora que no estaban en el pasillo.
Simples besos y caricias inocentes fueron el resultado de los minutos que la nueva pareja estuvo dentro de la habitación una vez que se resignaron que sus equipos ya sospecharían por su tardanza, sin embargo nada más pasaba por sus mentes en ese momento, tan solo querían recuperar todo el tiempo que habían perdido por no tener la valentía de confesarse antes.
Estaban expresando todo su amor con acciones y no con palabras, sin importarles nada más allá de las cuatro paredes de la habitación.
Editado el día: 09 de mayo de 2021
Debo decir que este era uno de los one shots que también quería editar hace bastante tiempo y, si ya lo leyeron la primera vez, notarán que es muy diferente al original pero me gustó bastante.
Y sí, estuve a punto de agregar un poco de lime al final del capítulo pero no quise extenderme tanto.
Reesubido el día: 10 de mayo de 2021
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