Yoongi se miró al espejo y respiró profundo intentantando aclarar su mente.

Su ex novio le había dado muchos buenos momentos pero también muchas inseguridades, inseguridades que Jungkook y Jimin estaban curando con besos y caricias.

Sin embargo, una sensación extraña se formaba en su estómago al pensar en Jungkook. 

Tenía dando vueltas en su mente, el hecho de que Jungkook le había dicho que le gustaba.

Una parte de él quería corresponderle y ser el único en su vida, pero la otra seguía susurrando tras su oreja que nunca podría darle lo que Jimin le da.
Soltó un suspiro y mordió su labio inferior resignado.
Esperaba descubrirlo esa noche.

-¿Cuándo le dirás?- Preguntó Jimin viendo a Jungkook acomodar la cama.

-Supongo que cuando lo lleve a su departamento- Suspiró sentandose a su lado. -¿Crees que diga que si?-

-Yoongi podrá ser un muñeco, pero no es hueco Dijo haciéndolo reír entre dientes y rodar los ojos. -Sería muy tonto si te rechazara-

-Espero que no lo sea- Rió acostandose en la cama. -Creo que iré a esperarlo abajo-

-Dejalo- Dijo Jimin palmeando su muslo. -Luego conenzarán a salir y no tendrás tiempo para ti-

-¿Para mi o para ti?- Preguntó alzando una ceja divertido.

-Para ambos- Rió bufando.

Cuando Yoongi entró al departamento ajeno, fue recibido por Jungkook con una gran sonrisa de cariño, y Jimin sentado en la cama con una mirada más lujuriosa.

-Hola- Susurró Min con la voz temblorosa mientras dejaba que Jungkook le quite el abrigo.

Estaba algo tenso, pero Park y Jeon se veían tan relajados y confiados, que se le hacía difícil no confiar en ellos.

-No tengas miedo- Susurró Jungkook pasando su mano por su espalda.

-Hagamos arte- Dijo Jimin tendiendole la mano que el menor tomó sin pensar.