⚜ 023




Cuando Jungkook entró al cuarto de Yoongi, este no tardó en lanzarse a sus brazos, acorralandolo contra la puerta y besando sus labios con desesperación.

Jeon lo tomó por la cintura por instinto, pero rápidamente bajó sus manos a su trasero y lo alzó del suelo, dando vuelta la situación y denando a Min contra la pared.

-Follame- Susurró entre besos y suspiros mientras le quitaba la chaqueta al mayor.

-No saldrás de este cuarto hasta que te haya dado un orgasmo- Gruñó besando su cuello blanco y suave.

Yoongi soltó un gemido arqueó la espalda, sintiendo el olor a tabaco comenzar a mezclarse con el olor a sexo que iniciaba a formarse entre sus cuerpos calientes.


La ropa había caído a un lado, dejando a Yoongi totalmente desnudo, solo con las medias grises que Jeon se había negado a quitarle; y a Jungkook con esos negros boxers ajustados que dejaban ver el bulto duro de su entrepierna.

Min suspiraba y jadeaba mientras Jungkook pasaba la lengua por su entrada, buscando humedecerla lo suficiente como para meter sus dedos ansiosos.

Pero Yoongi estaba tan caliente y tan metido en su propio placer, que se olvidó que eso solo era el principio, así que soltó un quejido de sorpresa cuando el índice se adentró en él.

Apretó el cabello de Jungkook entre sus piernas por inercia y se obligó a mantener la apertura de estas pese a su instinto de cerrarlas.

Jungkook alzó la vista para verlo con una sonrisa mientras el menor intentaba ahogar sus gemidos de placer.

Se acomodó sobre él para poder juntar sus labios a la vez que adentraba un segundo dedo entre sus calientes paredes.

Yoongi mordió su labio inferior para poder adentrar la lengua en la boca ajena, sintiendo como los dígitos separaban su interior con esmero y cuidado.

-Ya-Susurró entre besos húmedos.-Metela-

Jungkook gruñó sobre sus belflos, sintiendo su miembro ponerse aún más duro por su gemido de súplica.

Se separó de él, quitando los dedos de su interior mientras Yoongi se estiraba hasta dar con un preservativo en su mesa de noche.
Jungkook lo tomó con manos ansiosas, dejando que el mismo Yoongi le bajara los boxers a la altura de los muslos, sin ver la expresión del rubio por edtar enfocado en el profiláctico.

-¿Recuerdas que te dije que ya estaba?- Preguntó viendo a Jeon asentir mientras acomodaba el condón en su erección. -Me arrepentí, creo que no va a entrar-

-El calor te hace distorcionar la realidad- Rió Jungkook entre dientes acomodandose sobre él. -Ya verás que no es para tanto-

Yoongi asintió perdido en su mirada, cuando sintió el miembro ajeno entrar en él lentamente.

Arqueó la espalda y dejó los ojos en blanco mientras la gran y dura intromisión se abría paso dentro de él.

Tomó las sábanas con fuerza y abrió más las piernas para sentir como el mayor se pegaba a él por completo mientras llegaba a la base. Pasando sus manos por su cuerpo hasta su trasero, aferrándose a este mientras respiraba agutado en su pecho.

-¿Estás bien?- Preguntó besando su piel planca cercana a él.

Yoongi cerró los ojos en silencio. Analizó como se sentía su cuerpo y como estaba emocionalmente por unos segundos.

-Increible- Susurró en un suspiro.

Jungkook rió entre dientes y comenzó a besar sus clavículas, para subir a su cuello mientras daba inicio a una serie de embestidas suaves y profundas.

Yoongi se sentía ido de placer.
Su cuerpo no respondía, era como si fuese un muñeco en brazos ajenos de la poca reacción que su cuerpo podía emitir. Claro está, hasta que los empujes comenzaron a aumentar drásticamente la fuerza y velocidad.

Sus piernas se cerraron al rededor de su cintura, sus brazos lo tomaron con fuerza, sus uñas se clavaron en sus omóplatos y sus labios comenzaron a besar húmedamente cada centímetro de piel que estaba a su alcance.

Los gemidos y suspiros morían entre sus labios. Jungkook no se separaba de él, lo que dificultaba las embestidas, pero favorecía el calor y la excitación de los cuerpos chocando con constancia.

-Me encantas- Susurró Jeon sobre sus labios. -Me enloqueces-

Yoongi sonrió sin dejar de gemir.
Se sentía tan bien, tan correcto y a la vez tan sucio.

Podía oir el sonido de los testículos de Jungkook contra su trasero, de su miembro golpeando sus vientres, el de la humedad del condón resbalando en su interior, sus pechos chocar y los gruñidos y gemidos de Jungkook contra su rostro.

Era perfecto, y no quería que acabara. Pero todo lo bueno tiene un final, y, por suerte, este era un excelente orgasmo.

Su espalda se arqueó por las descargas eléctricas que azotaron su cuerpo, sus uñas se arrastraron en la piel ajena y unas embestidas duras y certeras justo en su punto, lo hicieron gritar de placer.

Cuando pudo abrir ligeramente los ojos, notó como el cuerpo sobre él se había contraído mientras espasmos lo hacían moverse y tensar cada uno de sus músculos.

Sonrió complacido y cerró los ojos dejandose ser, mientras Jungkook acababa de liberarse en él.







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