-Buen día-

La voz ronca de Jungkook a su lado lo hizo acelerar su proceso de regresar a la conciencia. Vió al azabache acostado a su lado con una mirada cansada y una sonrisa agotada. No pudo evitar sonreir al verlo.

-Buen día- Susurró pero un dolor en su cabeza lo hizo fruncir el ceño.

-¿Resaca?- Preguntó Jungkook sentándose para salir de la cama y dirigirse a la cocina.

Yoongi lo vió servir un vaso de agua. Ya no llevaba su camisa, dejando a la vista sus músculos perfectamente marcados.
Bajó la mirada y notó que él mismo solo llevaba esa camisa que a Jungkook le faltaba y sus boxers.

-Nosotros...- Susurró sin saber como formular aquella incómoda pregunta.

-No- Interrumpió el azabache sentandose a su lado y dándole el vaso de agua. -Te quité la ropa para que puedas dormir, te había dejado la camiseta pero te la quitaste y no sé donde cayó-

-¿Y me prestaste la tuya?- Preguntó viéndolo con cariño.

-Parecías con frio- Dijo simple.

Yoongi sintió su corazón calentarse y su cuerpo temblar con necesidad de abrazarlo.

-Gracias- Susurró obteniendo una sonrisa en respuesta. -¿Puedo...?- Preguntó dejando el vaso de lado pero la vergüenza lo paralizó. -No, debería lavarme los dientes, primero-

Yoongi iba a ponerse de pie para ir al baño, pero el mayor lo sostuvo de la cadera y juntó sus labios en un beso suave y tierno.

Pasó sus manos por la nuca de Jungkook, tomando sus largos cabellos entre sus dedos y profundizando el beso lentamente.

-¿Que tal si...- Susurró Jungkook empujando el cuerpo ajeno a la cama. -...Pasamos todo el día en la cama?-

-Mmh- Jadeó pegando su pecho al ajeno y abriendo las piernas. -Me encantaría- Susurró entre besos. -Pero tengo clases-

-Mierda- Susurró separandose para verlo desde arriba.

-Pero podemos besarnos un rato más- Dijo haciendo un puchero.

-Pero no voy a poder volver a controlarme- Susurró agitado. -Me estás arrastrando al precipicio- Dijo acariciando su costado. -Y tu tienes que comer-

-Me encantas, Jungkookie- Jadeó acariciando su mejilla.

-Y tu a mi, Yoonie- Murmuró antes de dejar un rápido beso en sus labios. -Arriba-

-¿Y si falto?- Preguntó estirandose.

-No seré el culpable de que recurses- Rió jalandolo de las manos para ponerlo de pie.