Capitulo 16| PurplePhone.

La chaqueta de Scott yacía tirada en el suelo, junto al pequeño gato que dormía ignorante de la situación. Se besaban con cada vez más pasión, compartiendo un sentimiento de cariño y deseo en cada roce de labios, en cada beso francés, en cada mordida. Vincent no perdía oportunidad para decir lo mucho que quería a Scott, pasando sus manos sobre la ropa del menor, delineando su figura con delicadeza.

- Vin-Vincent...- gimió el menor al sentir los labios del contrario sobre su cuello, besando y succionando la pálida piel de la zona- mmm...

El auto-control del mayor lentamente se iba a la mierda. Scott comenzaba a soltar jadeos y gemidos suaves, deleitando los oídos de Vincent con una música única para él.

Vincent pasó sus manos por debajo de la camiseta de Scott, mezclando su frío tacto con el calor del cuerpo contrario. Esperaba que todo fuera perfecto, poder llegar hasta el final con Scott, sentir al menor completamente desnudo y a su merced, gimiendo su nombre y abrazándose a su espalda; claro que todo eso sería solo si él lo permitía.

- Scott... Antes de seguir quiero saber...- beso su frente y acaricio la mejilla izquierda del peli-negro, le sonrió tranquilo y suspiro- ¿hasta dónde llegaremos esta vez? No quiero que te sientas incomo~

Un beso robado le hizo callar, enredando sus lenguas en una danza subida de tono- Vincent... Quiero hacerlo, vamos a hasta el final...

Volvieron a iniciar un beso húmedo, las manos del mayor se colaban por debajo de la camiseta de Scott, pasando de acariciar su vientre a rozar con las yemas de los dedos lo pezones del peli-negro, sacándole uno que otro suspiro.

Los labios se Vincent bajaron al cuello del menor, mordiendo y chupando la piel de la zona, cada marca que dejaba el peli-morado adquiría en segundos un tono rojizo. Los suspiros que salían de los labios de Scott se convertían lentamente en jadeos con el nombre del contrario; pasando las manos por la espalda de Vincent, tentado en quitarle la camiseta y contemplar aquella extraña cicatriz que llamaba su curiosidad.

- si quieres quitarla solo hazlo- susurro en el oído del peli-negro, lamiendo y mordiendo levemente el lóbulo; no paso mucho para que el trozo de Vincent se encontrara al descubierto. Scott acaricio la cicatriz mientras sonreía, por un instante deseo llevar un poco de control, empujando a Vincent por el pecho, obligándolo a recostarse en la cama.

Se sentó sobre el regazo del contrario, acercándose al rostro sonrojado y sorprendido del mayor y besando sus labios con algo de lujuria mezclada con pasión y cariño. Se dejó retirar la camiseta y acariciar. Mientras él también mordía y chupaba la piel del cuello, y un poco del pecho de Vincent.

Con un movimiento por parte del mayor Scott volvió a quedar de espaldas al colchón, el peli-morado se levantó y acerco al escritorio, rebuscando entre los cajones algo; al encontrar la pequeña botella regreso con Scott, que le miraba intrigado.

- no quiero lastimarte demasiado...- murmuro Vincent sentándose en el borde de la cama y acariciando la cabeza del menor- sé que no es realmente tu primera vez... pero quiero que sea especial.

- está bien, gracias- volviendo a besarse, Vincent acaricio el miembro de Scott por sobre la tela, que en estos momentos les resultaba bastante molesta. Scott corto el beso con un gemido alto, abrazando al mayor por el cuello y clavando la mirada en los orbes contrarios, sintiendo como verde y gris danzaban en un erótico baile de deseo- estaré bien... no te preocupes.

Vincent retiro el pantalón de Scott, llevándose junto a este el bóxer negro que estaba usando. Las caricias de Vincent se convirtieron en movimientos rápidos, de arriba abajo; Scott se había masturbado un par de veces, claro que nada se sentía tan bien como las manos de Vincent sobre aquella zona sensible de su cuerpo.

Un gemido más agudo que el resto escapo de sus labios, al tiempo en que arqueaba la espalda, al sentir como la mano del mayor era reemplazada por su boca; la calidez que le envolvía y lo bien que esto le hacía sentir simplemente le estaban enloqueciendo.

No paso mucho para que terminara por correrse en la boca ajena, con un fuerte gemido y un jalón al cabello de Vincent, que hacía poco se había soltado por el exceso de movimiento. Al separar la boca del miembro ajeno, y lamerse los labios para cortar el hilo de saliva y semen que colgaba de estos, sonrío a su pareja de forma dulce.

- sabe bien...- susurro dejando un camino de besos por el abdomen del Scott, trazando su delgada figura con los dedos y jugando con los pezones de camino hacia el rostro contrario, para finalmente fundirse en un beso húmedo y pasional, ganándose cada uno una pequeña mordida al separarse- ¿de verdad puedo seguir?

Pasando los brazos por el cuello de Vincent, besándole de forma dulce y mirándole directo a los ojos dio su total consentimiento a ir más allá de ese punto. De haber sido otra persona posiblemente le habría mandado a la mierda, pero Vincent se hizo un campo en su corazón y merecía la recompensa por el largo esfuerzo que había implicado.

Vincent se separó después de besarlo nuevamente, tomando en sus manos la botella de lubricante que había sacado momentos atrás y dejando caer un poco del viscoso líquido sobre sus dedos, para acariciar el ano de Scott antes de proceder a introducir el primero de tres dedos.

Se deleitó con un gemido de molestia y placer mezclados. Recordó aquella vez en que Scott le comentó el abuso por parte de sus padres, tomándolo como la principal razón para temerle al contacto ajeno; río para sí, besando el cuello del menor, al verse dándole placer, como ya muchas veces había soñado.

Así siguió un rato más, introduciendo el segundo y tercer dedo, dando pequeñas embestidas con estos, gozando de cada gemido que escapaba de sus labios. Decidió no extender su tortura, porque ya pasaría al punto del masoquizmo hacer tal cosa, y se levanto retirando los dedos del interior de Scott.

Se quitó el pantalón y el bóxer, sintiendo un inmenso alivio al verse libre de cualquier opresión; unto un poco del mismo lubricante en su miembro y se inclinó de regreso hacia Scott, mirándole con ojos enamorados y besándole al tiempo en que le penetraba, usando sus labios como un distractor para mayor comodidad del peli-negro.

- a-ah... Vinny...- gimió cuando dejaron de comerse la boca. Segundos bastaron para que moviese las caderas en busca de más. Con cada penetración, cada embestida, sentían que pertenecían al infierno y al cielo simultáneamente.

Los gemidos inundaban cada rincón de la habitación, solo por un instante se vieron interrumpidos por el sonido del celular de Scott, más fue (por primera vez en años) ignorado por el peli-negro. Con el pasado de los minutos cambiaron de posición, Scott le daba la apañada a Vincent, arrodillado sobre el colchón en cuatro.

Siguieron por un rato más, cerca de media hora, dándose placer mutuo, gozando del cuerpo y los gemidos ajenos, sintiendo que no debían estar en ningún otro sitio en aquel momento. Para el momento en que terminaron, la tarde amenazaba con convertirse en noche, y aquel pequeño animal con destrozarles con sus garras por hambre.

- Scott, te adoro- murmuro Vincent, acariciando el cabello de quién descansaba junto a él, besándole la frente y abrazándole- jamás olvides que estaré a tu lado sin importar que.

- espero que te lo digas a tu mismo- murmuro ocultando el rostro en la curva del cuello del mayor, cerrando los ojos en clara señal de sueño- porque eres al único al que permitiré hacer esto sin protestar.

- ¿tener sexo?- cuestionó retirando los lentes del rostro del menor, dejándolos en la mesa de luz junto a la cama.

- hacer el amor- respondió aferrándose a Vincent, con temor de perderlo alguna vez- porque, para tener sexo no hacen falta sentimiento... Pero hacer el amor implica cariño, afecto y amor.

Poco después Scott se durmió, y no fue hasta pasada una hora que Vincent pudo alimentar al mínimo. Tuvo la intención de saber quién quería interrumpirles, pero prefirió regresar a dormir con su Scott, abrazándole igual que aún muñeco de peluche, protegiéndole hasta en sueños de cualquier mal.

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1396 palabras, investigaciones extrañas en internet y más de seis horas en música fue lo que me tomo este capítulo. Soy feliz.

Ahora, ustedes son lo mejor, respecto al final de la historia, reconozco que lo tomaron bien. Ya veremos qué pasa (:

Nos leemos pronto; dejó pañuelos para quienes hagan falta.

;).

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